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Intoxicación por Yae

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Notas del capitulo:

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23.- Muy tarde para hacerlo

 

 

 

Sasuke casi jadeó cuando un nuevo cosquilleo trepó como suave corriente eléctrica por toda su espina, haciendo que su nula experiencia no fuera un contratiempo.

Ligera esperanza acumuló creyendo que podría desviar la atención de Neji enfocada en Hinata, porque a pesar de estar haciendo todo lo posible para hacerle ver más allá de un secuestro que quizá nunca resolverían, pretendiendo que podría llevarlo a un buen puerto, se estaba escabullendo en sus vanos intentos.

 

“Estoy con mi tío… me llevará con Hinata.”

 

No podía entender como alguien como Neji, con una elogiable inteligencia y sentido común se había dejado llevar por aquel ridículo discurso que una vez le dijo Hiashi le soltó. Para llegar a considerar siquiera por un instante que ese hombre en verdad no hubo regalado a su propia hija.

 

Sasuke nunca fue muy abierto con sus sentimientos, pero de algún modo aquello estaba bien con Neji, no es como si el muchacho fuese a armarle una escena de celos o algo parecido por cualquier insignificancia y de todos modos cualquier cosa que podría denominar remotamente como una cita tan solo eran las conversaciones en su habitación.

Pero así estaba bien, compartir alguna anécdota boba, algunas medias sonrisas casi disimuladas y un par de suaves besos, el ritmo lento pero constante era más que suficiente para que Sasuke llegase a sentir afecto por esa persona, por intentar siquiera calmar su angustia cuando hablaban de Hinata.

Por ello desesperación y rabia lo embargaron cuando aquel estúpido mensaje llegó a su celular.

 

Ella está en peligro… tengo el GPS encendido

 

Lo último que pudo leer antes de que todas sus llamadas fueran silenciadas.

Sasuke estuvo tentado de seguirlo, así tuviese que utilizar su bicicleta, pero seguro de que era un plan por más ridículo no tuvo más opción que contactar cuanto antes con Shisui y aquel tal Pain.

 

El investigador que Naruto hubo conseguido pese a verse como alguien capaz sintió que avanzaba demasiado lento, por eso reclamó aquella vez donde se reunieron todos, donde por un instante Itachi hizo una pregunta que le heló la sangre.

“¿Saben quiénes son? Si son… omegas.”

Insinuando con ello que Hiashi había entregado a su hija solo por ser omega, que seguramente muchos más omegas podrían estar siendo secuestrados solo por esa condición, maldijo no ser adepto a los informes noticiosos para al menos tratar de descartar aquello.

Porque volvía a sentirse como una especie de animal siendo acorralado por los betas… y como detestaba aquella sensación.

 

—Necesitamos seguirlo ahora.

Casi le ordenó a su primo cuando lo tuvo en frente.

 

Entonces quizá Neji corría enorme peligro.

 

.

 

Tuvieron que dividirse en dos grupos para abarcar mayor terreno e intentar interceptar el automóvil de Hiashi, pero Pain aseguró que un tercer grupo se posicionaría en la carretera más próxima de ser necesario. Sasuke no quiso hacer más preguntas, ni siquiera cuando evitaron llamar a la policía.

—Espero que la señal no se vea afectada, estamos saliendo del límite estatal, la mayoría de las fábricas aquí ya no son funcionales —Shisui conducía extrañamente calmado para lo delicado del asunto.

—¿Tienes un arma? —inquirió con el celular en manos, viendo que daban las 4:51 PM, las tonalidades naranjas y rojizas fundiéndose en el ocaso casi no le merecieron atención.

Su primo lo observó de soslayo antes de fijar de nuevo su mirada en el camino, conduciendo aquel automóvil en color vino.

—No, se supone que tengo baja médica y debería estar descansando en casa.

—No parece que tengas ningún tipo de lesión —frunció el entrecejo.

Shisui hizo amago de sonreír—, no fue una herida muy grave, pero me sirvió para saltarme el trabajo un poco más y poder ayudarlos. No te preocupes Sasuke, no creo que la necesite.

Pero el nombrado no pudo estar de acuerdo.

—¿Has pensado siquiera qué pasará si en verdad Danzo y esos de los que no sabemos nada, están secuestrando omegas?

—La policía tendrá que investigar, los medios difundirán la información y-

—¡¿Y si no les interesa?! —Sasuke elevó la voz fastidiado por la respuesta.

Shisui esta vez no desvió la mirada, aguardando unos segundos antes de volver a hablar.

—Son ciudadanos, son seres humanos como cualquier otro, no veo cómo pueda ser posible que a alguien no le interese.

—A los betas.

En ese instante el móvil de Shisui comenzó a sonar y este contestó encendiendo el altavoz en el proceso.

—¿Los localizaron? —dijo.

—Han reducido la velocidad, están cerca del distrito 14. Es probable que estén buscando algún sitio para estacionar.

—¿Y eso es bueno?

Para nada, esta zona es por completo rural, casi desértica, la próxima salida está como a 8 millas, pero ni siquiera parecen querer seguir esa ruta…

Un ligero corte en la señal hizo que el interlocutor dejara de hablar por unos segundos.

—Pain.

Debemos tener cuidado con la señal, ten el radio encendido, tengo el presentimiento que vamos a necesitarlo.

—De acuerdo —suspiró— voy a aparcar por aquí, si van a detenerse-

Parece que no tardaran de hacerlo, sigamos con lo acordado.

Shisui no tuvo que responder, sólo guardó su celular antes de buscar un buen lugar para estacionar el vehículo, sin embargo, con un escenario casi desértico sería difícil hallar algún sitio apropiado que no fuera tras los enormes escombros derruidos.

Sasuke resopló viendo a través de la ventana del copiloto, sintiendo casi futurista el panorama gris lleno de fierros retorcidos y los restos de lo que alguna vez fueron edificios industriales.

Todos aquellos terrenos fueron en su época parte del apogeo de los alfas como líderes de élite y dueños de corporaciones monstruosas que absorbieron la mayoría de la economía mundial en aquel periodo. Pero la enorme crisis que prosiguió dejó en ruinas casi todas aquellas empresas lideradas por familias de alfas y omegas, rezagándolos casi a mendigar puestos laborales a los que alguna vez fueron los sirvientes de fondo.

Betas.

Los pocos alfas que pudieron mantener su estatus tuvieron que recurrir a matrimonios por interés, unir a las familias adineradas de alfas y omegas en un desesperado intento de conservar algo de poder. Así como los Uchiha lo hicieron en su tiempo y así como probablemente los Namikaze venían haciéndolo.

Sasuke volvió a resoplar considerando qué tal vez de haber mantenido esa “tradición” los laboratorios de su padre aún estarían funcionando. Pero Fugaku había decidió casarse con una beta.

Por un instante Minato le pareció tan solo un poco más decidido que su padre, dispuesto a continuar del modo que sea necesario para mantenerse por encima de la mediocridad promedio.

—Aquí estará bien.

Su primo habló sacándolo de sus pensamientos, el automóvil se detuvo y el motor se silenció.

—Vamos, Pain e Itachi ya deben estar en posición, recuerda apagar todos los tonos de tu celular, no queremos que sepan que los seguimos.

—Esto me parece tan innecesario, solo tenemos que atrapar a Hiashi y poner a salvo a Neji.

—Sasuke, sabes bien que llevamos haciendo desde hace más de dos meses, estamos intentando localizar a Hinata Hyuga. Y aunque la acción de Neji fue estúpida hasta cierto punto, es la mejor oportunidad que tenemos de conseguir aunque sea una pista o una prueba para incriminar a Hiashi en la desaparición de su hija.

—Sí, vamos a conseguir información de este modo, ya que ustedes no han podido averiguar nada en todo este tiempo. No sé quién es más estúpido entonces—. Lo acusó recibiendo solo un resoplido como respuesta.

—Podrían estar tendiéndonos una trampa, aún queda esa posibilidad, Sasuke.

 

 

[...]

 

 

—Tu aroma, puedo percibirlo con claridad.

Itachi frunció el entrecejo por la acusación de su padre, no le agradaba que estuviera desviando la atención del tema de los Hyuga.

—Dejé de tomar los supresores.

Fugaku abrió los ojos un poco más al oírlo, dando un paso en su dirección olfateando el ambiente.

—¿Se puede saber por qué? O es que estás buscando un embarazo, Itachi. Existe un acuerdo prenupcial.

—Desde luego que no pienso embarazarme —estuvo tentado a elevar la voz, pero se mantuvo lo más calmado posible, aquel no era ni por asomo un tema que quisiera tratar con su padre.

Quien solo se mantuvo observándolo por exagerados segundos antes de dirigirse a la salida, girando en el instante justo que Itachi quiso interceptarlo para no dejar aquella conversación a medias.

—Busca a tu madre y compra una prueba de embarazo, no puedo creer que te hayas dejado lavar la cabeza tan pronto. O es qué hay algo entre ese muchachito y tú que no nos has dicho.

Su exclamación de sorpresa murió antes de que su cerebro pudiera hilvanar alguna respuesta a lo que acababan de insinuar… a lo que acababan de asegurar.

—No estoy embarazado —tragó pesado— Naruto ha-

—Minato me dijo que esperaba que le diesen nietos pronto, que no estaría mal eliminar esa cláusula del acuerdo, que fácil te has dejado convencer-

—No estoy… embarazado —repitió algo más molesto esta vez, Itachi estaba seguro de que, aunque hubiese dejado los supresores Naruto y él estaban bien con los preservativos que volvieron a usar cuando dejó de tomar su medicación.

Fugaku no modificó su dura expresión—, tu aroma, es casi tan dulce como el de tu ma-

Calló a fuerzas presionando los puños.

—¿El de quién? —Itachi esta vez fue quien se acercó, confundido por la oración inconclusa, Mikoto era una beta, no emitía ningún tipo de feromona.

—Como el de cualquier omega embarazado, así que ve y hazte una maldita prueba de embarazo, ahora.

—Solo estas-

—¡Ahora!

Y como antaño, Itachi se sobresaltó por el grito. Su detestable fuero interno casi lo forzó a bajar la mirada, su padre no solía utilizar aquella “voz” que como comando programado obligaba a un omega a obedecer cual ganado entrenado la orden dada, su estómago se revolvió cuando tuvo que morderse el labio inferior para no asentir. Pasando de largo a su padre salió en búsqueda de aquel nefasto dispositivo, se sintió más enfermo al considerar que seguiría siendo propenso a la voz de su padre hasta que Naruto lo marcase, donde inmediatamente pasaría a su entera disposición.

Cerró los ojos unos instantes, deteniéndose a la salida del edificio, un minúsculo temblor lo asaltó al considerar al fin un embarazo.

No había manera.

A menos que Naruto no usase un preservativo en alguna ocasión, a menos que…

Sintió más náuseas.

 

 

.

 

 

Llevaba poco más de dos meses casado, no había modo en que todas sus precauciones hubieran fallado. Naruto golpeó la puerta del baño y ya no quiso responderle, Itachi se apoyó en la fría pared de baldosa esperando que los minutos se consumieran antes de atreverse a tomar la pequeña prueba para confirmar o descartar un embarazo.

 

“Él quería que le dé nietos, era parte de nuestro trato. Que yo tenga dos hijos con quien me casara”

 

Recordó entonces lo que Naruto le dijo no hace mucho, que su padre había condicionado de una manera tan absurda el decirle sobre el lugar donde habían enterrado a su madre, sin embargo no quiso creer que su esposo se atreviera a engañarlo de esa manera.

Aun así, cuando vio el resultado positivo en la prueba no dudó en acusarlo. Itachi se sintió descolocado solo por un instante, tiempo suficiente para hablar mordaz asegurando que Naruto era el responsable de aquel fallo.

Su esposo no tardó en acusarlo del mismo modo. Recordándole aquella funesta cláusula donde solo más dinero se acordaba de llegar a estar embarazado, reduciendo lo que debería ser una maravillosa noticia a una transacción monetaria más.

Como si su matrimonio no fuese suficiente.

No, no iba a desconfiar de Naruto.

No de nuevo.

Se arrepintió demasiado rápido y pidió disculpas, seguro de que ambos habían estado de acuerdo en no tener hijos de momento.

¿Entonces?

¿Dónde estaba el error?

—Me dijiste que es tu padre el que te da los supresores.

Señaló confundiéndolo más, Itachi no podía simplemente considerar que todo era obra de Fugaku para conseguir más dinero después de haber sido el primero en alertarle sobre aquello.

La llamada de Shisui y la molestia en Naruto solo lo pusieron más nervioso, como si de un momento a otro su esposo supiese más de lo que dejaba entrever.

No obstante, todo aquello pasó en un instante a segundo plano…

 

 

.

 

 

Un retortijón contuvo al momento de entrar al automóvil de Pain, para técnicamente perseguir al novio de su hermano. Itachi estaba seguro de que lo mejor hubiese sido hablar con la policía.

—Deberías quedarte aquí —Naruto le murmuró, una vez sentado a su lado el vehículo no tardó en ponerse en marcha —podría ser peligroso dattebayo.

—Necesito ver a Sasuke —respondió tratando de relajarse un poco, demasiados conflictos aglutinados en su cabeza le estaban provocando migraña.

Ni siquiera había tenido tiempo de considerar bien otra alternativa a su embarazo. Porque la idea de una interrupción rondó sus pensamientos, pero si ya había alguien creciendo en su interior también era hijo de Naruto y no es que pudiese odiar la idea…

Tan solo se sentía por completo confundido.

Suspiró encogiéndose en hombros y de inmediato Naruto tomó una de sus manos para entrelazarla con la suya, regalándole una breve sonrisa cuando volteó a verlo.

—Ya pensaremos con calma cuando regresemos, no te preocupes.

Naruto le susurró provocándole aquel agradable escalofrío cuando su aroma lo rodeaba, haciéndole sentir feliz por la sencilla razón.

Sin embargo, poco pudo deleitarse con ella.

Cuando aquella singular persecución fue prolongándose hasta que salieron de la ciudad, los edificios y casas siendo reemplazados por solo la carretera que los llevó casi a lo que se podría considerar una ciudad fantasma.

—Deberíamos volver —Naruto dijo en voz alta, llamando la atención de Pain quien iba conduciendo —Ita-

Antes de que pudiese nombrarlo, Itachi presionó con fuerza la mano que asía de Naruto regalándose una feroz mirada de soslayo, esperando que fuera más que suficiente para que guardara silencio.

—¿Pasa algo? —Pain los observó por el retrovisor.

—Na-nada, dattebayo —resopló frunciendo el ceño y torciendo los labios en un puchero —yo solo estoy preocupado.

—Ahora tenemos otros asuntos en los que preocuparnos —Itachi se apoyó por completo en el respaldo, pensando quizá si en reprender a su hermano cuando lo viese.

Siguieron avanzando entre los restos de edificaciones guiados por las llamadas que Pain y Shisui mantuvieron en todo el recorrido, una manera práctica de triangular la posición del automóvil que seguían, dejándolos más cerca de su ubicación al valerse de suposiciones y atajos en el camino.

Luego de esa última llamada el automóvil se detuvo en medio de un par de muros que sobresalían entre los escombros y tierra.

—¿Y ahora qué? —Naruto salió un segundo después de que Pain bajara del auto.

—No dejemos que nos vean de momento, tal vez podamos llegar a ver o grabar algo —aclaró el investigador.

—¿Y si el muchacho necesita ayuda? —Itachi también bajó con ellos, acercándose disimulado entre las rocas para no delatar su posición.

—Tenemos que acercarnos lo suficiente para actuar dado el caso.

—Tengo un mal presentimiento, dattebayo.

Mucho más adelante podían apreciar el vehículo negro de donde Hiashi y Neji Hyuga bajaron, el adulto parecía hablar con alguien por su celular.

—¿Con quién diablos está hablando? Mi celular se quedó sin señal hace un buen rato.

Itachi respingó ante lo dicho por su esposo, sacando de inmediato su móvil para corroborarlo. Fuera de red, la notificación que se repetía en la parte superior de su pantalla.

—Al parecer ese niño no está de nuestro lado.

—No hay manera de que sepan que estamos aquí, no a menos que ellos nos hayan estado siguiendo a nosotros.

—Itachi, regresa al auto, nos vamos ahora. No nos arriesgaremos así. Mucho menos a ti y-

—No —rebatió algo molesto, no quería creer que Neji estuviese engañando a su hermano todo el tiempo.

—Shhh aguarden —Pain chitó viendo con exagerada atención hacia dónde Hiashi se encontraba —no creo que se trate de una trampa por completo, alguien regrese al auto y use el radio para comunicarse con Shisui.

Antes de que Naruto pudiese decir algo, Itachi se anticipó—, iré yo.

Se sentía molesto porque al parecer Naruto ya lo estaba subestimando debido al embarazo y aunque entendía su preocupación no compartía el ser tratado como una frágil pieza de cristal. Apresurándose al automóvil entró tomando el radio de inmediato.

—Shisui, soy yo —habló presionando el botón justo en el walkie-talkie para soltarlo esperando el retorno.

Pero nadie respondió.

—Shisui —volvió a llamarle sin obtener resultados.

Solo cuando el sonido de un motor en funcionamiento se oyó que comenzó en verdad a preocuparse, un nuevo vehículo ya estaba demasiado cerca como para ignorarlo y su intento por salir y avisarle a Naruto y Pain quedó en eso, ambos negaron tratando de indicarle que se quedara dónde estaba.

Itachi se mordió el labio inferior, pero obedeció, casi agazapándose entre los asientos de cuero para observar como esa vagoneta negra se detenía demasiado cerca.

 

—¡¿Tenías que estacionar aquí?! —vociferando salió un sujeto de cabellos violáceos, enfadado estiró los brazos buscando algo a su alrededor —el estúpido de Hiashi no está por aquí.

—Guarda silencio —otro sujeto aún más intimidante también bajó, casi con el rostro cubierto y los ojos algo claros se veían como un completo par de matones.

—La próxima vez yo conduciré —habló alto chasqueando la lengua, meneando en manos lo que se veía como un largo tubo de metal con una pica en la punta.

Avanzaron entre los escombros observando a su rededor, Itachi estaba seguro que de seguir avanzando no tardarían en ver el automóvil, lo mejor sería salir de allí. Pero tan solo al abrir la puerta alertaría de su ubicación por el sonido.

 

—¿Ustedes son de por acá?

 

Abrió más los ojos al ver como Pain había salido de su escondite, con ambas manos levantadas y con una sonrisa falsa en el rostro.

 

—¿Quien se supone que eres tú? —habló el más escandaloso, apoyando su peculiar arma contra el piso —este no es lugar para citadinos bobos.

—Oh, solo estaba de paso, ustedes saben… este es un buen lugar para explorar. Supongo que están aquí por la misma razón. Podemos revisar el lugar juntos.

 

Itachi trató de ver desde su ángulo donde se hallaba Naruto, no pudo distinguir mucho y el ocaso tornándose lentamente en anochecer estaba reduciendo su campo visual, soltó una honda respiración cuando ligeras agruras quisieron condensarse en su garganta. No podía hacerse una clara idea de quiénes eran esos sujetos, evidentemente estaban ahí para reunirse con Hiashi y quizá llevarse a Neji con ellos, tal como debió suceder con Hinata.

 

—¡¿Nos quieres ver la cara de estúpidos?! Podrías ser castigado por Jashin-sama por tus mentiras.

—Esa religión no la conocía —Pain dio un solo paso hacia atrás y más al ver como el otro sujeto sacaba de entre el sobretodo que llevaba un arma.

—Largo, antes de que no puedas salir vivo de aquí.

—Claro, solo iré por mi automóvil y dejarán de verme aquí.

Pain hizo amago de voltear, pero tan solo al intentarlo alguien saltó sobre el sujeto que le apuntaba con el arma, ocasionando que un disparo saliera desviado y tanto como el sujeto armado y el atacante rodaran sobre la tierra, mandando a quien sabe dónde la pistola.

Itachi contuvo la respiración al ver que se trataba de Naruto, que a base de jaloneos consiguió sostener al tipo de las solapas para aceptarle tremendo golpe con su frente, no hubo ni quejidos ni gritos por lo que debió ser un doloroso impacto, su esposo retrocedió sonriente pese a tener una mancha de sangre en aquel lugar que iba dejando un hilo de la rojiza sustancia escurrirse por la piel.

Sin embargo, tuvo que lanzarse hacia un lado cuando el otro sujeto se dispusiese a golpearlo con su filosa arma. Naruto rodó por el impulso antes de incorporarse.

—¡Como dejaste que te golpeara, Kakuzu! —reclamó el de cabellos violáceos, nombrando al fin a su compañero que se levantaba con ligeros tambaleos demostrando que el golpe si le había afectado.

—¡No se muevan! —Pain gritó apuntándoles con su arma, a suficiente distancia para evitar que intentasen arrebatarle la pistola.

 

Itachi estuvo dispuesto a salir de automóvil, pero una hilera de espeluznantes dientes afilados se mostraron tras el cristal.

—Pero que cosa más bonita tenemos aquí —habló burlón, su antinatural tono de piel azulado y aquellas protuberancias más arriba de sus pómulos simulando branquias lograron inquietar a Itachi—. ¿No vas a dejarme entrar?

Casi le siseó divertido, pudo distinguir como tras su espalda parecía cargar algo envuelto en vendajes blancos, por el tamaño Itachi estuvo seguro de que podría romper el cristal de la ventana si aplicaba la suficiente fuerza y su gruesa silueta lo hacía evidente.

Si tuviese las llaves del automóvil consigo podría ponerlo en marcha y llevarse por delante a aquellos matones de cuarta, tuvo de actuar rápido cuando vio la grosa mano posarse en la empuñadura de lo que ahora distinguía más como una espada gigante. Tiró de la manija con la suficiente rapidez logrando tomar impulso en sus piernas para empujar la portezuela con toda su fuerza, por el golpe pudo conseguir empujar al sujeto logrando salir, aunque terminase en el piso por lo apresurado de su maniobra.

Jadeó cuando las palmas de sus manos ardieron dándose cuenta tarde de había recibido un ligero corte en ellas, por algunos alambres sobresalientes entre la tierra.

Tuvo que levantarse tan rápido como pudo para evitar el golpe de la pesada arma de aquel sujeto.

—Vaya, vaya, eres rápido —lo felicitó irónico, sin borrar esa sonrisa afilada —hueles muy bien, quien diría que eras un encantador omega.

Itachi pudo distinguir sus ojos con mayor claridad, el par de pequeños orbes casi blancos le recordaron en alguna medida a un tiburón. ¿Era acaso un alfa? No, su apariencia era casi animal.

—¿Podrías decirme tu nombre? —lo instó acercándose a pasos lentos forzando a Itachi a retroceder.

Observó a su alrededor, tratando de hallar algo con que defenderse, estaba demasiado cerca de uno de los muros derruidos donde trataron de esconder el automóvil, necesitaría rodear a ese tipo para tener espacio para salir, retrocedió más cuando el otro quiso acorralarlo.

—Eres tan silencioso, tus quejidos se han de oír espléndidos.

Otro disparo se oyó e Itachi aprovechó el segundo que el sujeto desvió la mirada para tratar de esquivarlo y salir de allí, intentaron sujetarlo, pero a tiempo consiguió tirar de la chaqueta del sujeto para conseguir desestabilizarlo y abrirse espacio. Sin embargo, en ese instante la espada se clavó delante suyo forzándolo a ceder los valiosos centímetros. El enorme brazo libre trató de cerrarse a su alrededor para detener sus movimientos.

Itachi se dejó caer hacia abajo para evitar la presa, casi tuvo que arrojarse al piso para poder patearlo en una de sus pantorrillas intentando derribarlo.

El sujeto necesitó retroceder a riesgo de perder el equilibrio y terminar cayendo.

—Esto se está tornando tan incitante —canturreó.

Aun rehusándose a responderle, Itachi pudo ponerse tras el cofre del automóvil. Podía oír jadeos y forcejeos a su espalda, pero seguro de que si volteaba le daría la oportunidad al hombre azulado de atacarlo nuevamente.

Otro disparo y un grito ahogado fueron suficientes para obligarlo a girarse, temiendo que hubiesen herido a Naruto, pero no pudo confirmarlo cuando tuvo que voltear en el instante que la pesada espada caía sobre el capote abollándolo en el acto por la fuerza y el peso. Retrocedió apresurando saliendo del todo de las roídas murallas.

—¡Itachi! —oyó la voz de su esposo y como alguien tiraba de uno de sus brazos para ponerlo tras su espalda —¡¿estás bien?!

Al fin pudo distinguirlo al tenerlo tan cerca, llevaba algunas cortadas en su rostro y las manchas de sangre en sus labios y frente, viéndolo de soslayo agradeció que no tuviese mayores daños.

—Sí, no pude comunicarme con Sasuke ni-

Calló al oír algunos gritos y otro disparo del lugar donde se supone Hiashi y Neji se hallaban, viró una vez más notando como el hombre adulto sujetaba a su sobrino presionando su cuello con un brazo mientras le encajaba el cañón de una pistola en las costillas. A unos cuantos pasos se hallaban Sasuke y Shisui.

 

—Es más divertido cuando no tengo que usar un arma, que remedio.

—¡Que demo…! —Naruto se vio perplejo al contemplar al sujeto de piel azulada y como este también sacaba un arma.

 

 

[...]

 

 

“Tenemos que ir por Sasuke, Hiashi se llevó a Neji. Al parecer aún podemos seguirlos”

 

No hubo mucho tiempo para explicaciones, Itachi casi salió corriendo del hotel y Naruto apenas tuvo tiempo de tomar un par de chaquetas antes de seguirlo. 

¿Cómo era posible que aquel pequeño teme fuera tan hábil para meterse en problemas?

Al parecer no era el único que dejaba que sus emociones lo dominaran con facilidad.

Cuando Pain les explicó mejor la situación, diciendo que Neji aceptó que su tío lo llevase con Hinata y que la única guía era un GPS encendido que más pronto que tarde dejó de funcionar, Naruto quiso regresar, algo le sugería que era una pésima idea aquella persecución de película y más con Itachi embarazado…

Ni siquiera habían podido ir con un médico o hablar con los padres de alguno, Naruto aún no estaba seguro de si era buena idea decirle algo a Minato o a los padres de Itachi, o si en cambio era mejor mantener todo en secreto hasta que descubrieran si aquel embarazo era solo resultado del nimio porcentaje que los preservativos tenían de fallar.

 

No obstante, Itachi no se veía ni en lo más mínimo dispuesto a regresar sin antes confirmar que su hermano menor estuviese bien.

Esa preocupación era enternecedora al mismo tiempo que exasperante.

Naruto no reclamó más.

Se arrepintió bastante rápido de su poca insistencia cuando el automóvil se detuvo, cuando quedaron observando como espías a Hiashi Hyuga en el fondo de aquel pequeño desfiladero donde este se detuvo junto a ese chiquillo.

Y más cuando aquellos sujetos aparecieron con claras intenciones hostiles, agradeció por un segundo que Itachi acabase de volver al automóvil, porque el plan de Pain era demasiado arriesgado. Así que cuando vio oportuno saltó sobre uno de aquellos sujetos tratando de que el arma cayese de sus manos, optando por acertarle un cabezazo en lugar de un simple golpe con sus nudillos, el ligero mareo le hizo incorporarse algo lento evadiendo por los pelos cuando el que parecía un fanático religioso lo atacó.

No importó que Pain tuviese un arma, aquellos tipejos no parecían en lo más mínimo afectados.

—¡Ja! Creo que el que no debería moverse eres tú —el supuesto religioso sonrió y Naruto pudo notarlo en aquel instante, unas milésimas antes que los demás, una silueta emergía detrás de Pain.

—¡Atrás de ti! —gritó tratando de advertirle.

Consiguiendo con ello que el detective pudiese girar a tiempo para no llevarse el desafortunado ataque de lleno, sin embargo, aquel otro sujeto logró apresarlo cayendo ambos sobre la tierra en un intento por desarmar al otro.

Naruto no tuvo mucho tiempo de siquiera pensar en ayudarlo cuando los otros dos matones volvieron a atacarlo, Kakuzu lo atacó por el frente tratando de asestarle golpes con sus puños cerrados, pudo esquivarlos, pero por detrás el otro aprovechó para intentar golpearlo con aquel tubo acerado. Consiguió evadir casi todos los golpes recibiendo solo unos raspones como peor saldo, al menos hasta que el sonido de otro disparo lo alertó, si Pain caía se quedarían sin las llaves del automóvil y sin la única arma de fuego que portaban, sus ojos azules raudos viajaron hasta donde se supone forcejeaba resintiendo de inmediato el olor a sangre. Pero no alcanzó a ver a nadie.

El pasmo fue suficiente para que el filo de aquella pica cortara su brazo derecho, se quejó retrocediendo, recibiendo un golpe en la mandíbula que partió su labio inferior, sus dientes presionaron furiosos aprovechando la inmediata cercanía para devolverle el golpe a su agresor y retrocediendo en el acto para golpear quien estaba a su espalda con su codo derecho.

—¡Agh, eres un maldito! —se quejó sujetándose el abdomen adolorido.

—Deja de perder el tiempo Hidan.

Naruto trató de retroceder aún más, oyendo al fin el nombre de aquel otro tipo, Kakuzu e Hidan, pero no tuvo mucho tiempo de memorizarlos al oír alboroto del lugar donde se supone ocultaron el automóvil, aterrado se apresuró temiendo que alguien hubiera atacado a Itachi.

—¡Itachi! —lo vio salir a prisas del precario escondite, lo sujetó de un brazo antes de que resbalara por su propio impulso.

Le preguntó si estaba bien, medio suspiró aliviado cuando le dijo que sí, pero dejó en claro que no se pudo comunicar con Sasuke y Shisui.

—¡Que demo…! —casi brincó por la sorpresa de ver a ese nuevo sujeto, de rasgos espantosos que le recordaron a alguna película de terror.

¿De dónde habían salido todos esos tipos?

Y cuando vio que este sacaba una pistola de entre su ropa supo que tenía que actuar de inmediato, no obstante, Itachi fue más rápido jalándolo hacia el piso para que el disparo no les llegara.

—Ya era hora de que aparecieras Kisame —Hidan se acercó sonriente —vamos a matarlos de una vez.

—No podemos, son un alfa y un omega —el sujeto azulado habló mostrando esos dientes afilados —no podemos desperdiciar esta oportunidad, vamos a llevarlos vivos… o algo así.

Su sonrisa escalofriante solo hizo a Naruto presionar los dientes, cuestionándose como podría haber descubierto sus géneros secundarios, porque no logró percibir ningún aroma de él que le indicase que era un alfa también. Fue poniéndose de pie lentamente cerciorándose que Itachi se mantuviese a su espalda, necesitaba alejarlo de esos tipos cuanto antes, no podía arriesgarse a que lo lastimasen poniendo en peligro el embarazo o algo peor…

—¡Por qué no me había dado cuenta que el circo itinerante había llegado a la ciudad, dattebayo! —les gritó.

—¡¿Qué dijiste, maldito!? 

—Naru-

—¡Qué son los fenómenos más ridículos que he visto! —ignorando el llamado de Itachi siguió provocando, rogando porque su precipitado plan no fallase, sonrió esperando el ataque de Hidan que no tardó en llegar, sus azules ojos viajaron rápidos hallando el ángulo justo para detener el peligroso tubo con ambas manos.

—¡Pequeña rata rubia! —le reclamó tratando de ganar en fuerza.

Pero Naruto no cedió ni un poco, afilando su sonrisa consiguió hacerlo retroceder al mismo tiempo que lograba derribarlo consiguiendo al fin quitarle su arma, una ligera alerta le hizo virar en ese instante, Kakuzu se lanzó a atacarlo también, pero siendo repelido por Itachi en un instante, su esposo logró sujetarlo de un brazo en plena carga para usar aquel impulso y golpearlo en el rostro haciéndolo caer en el acto.

Naruto sonrió dispuesto a usar aquel tubo de metal para noquear a quien estaba a sus pies, pero el sonido de un disparo borró su expresión, el dolor le llegó haciéndole presionar los dientes para no gritar, se tambaleó hacia atrás intentando no soltar lo que sujetaba pese a que su brazo derecho iba empapándose en su propia sangre consecuencia de la bala ahora incrustada ahí.

—¡Naruto! —la voz de Itachi oyó siendo sujetado por el torso y jalado hacia atrás al mismo tiempo que otro disparo retumbaba en sus oídos.

Había confiado en aquellas palabras de aquel tal Kisame, esperando que no les disparasen para llevarlos con vida.

La expresión preocupada de su esposo renovó sus ánimos, pero no consiguió ponerse de pie adecuadamente a tiempo, teniendo que parar el ataque de Kisame con una rodilla enterrada en el piso, aquella enorme cosa que llevaba en su espalda y que zarandeaba como una espada tuvo que frenarla con aquel tubo que sujetaba, presionó los dientes por la enorme fuerza de aquel sujeto…

Indudablemente no podía ser una beta, no había modo de que su rodilla contra la tierra estuviese siendo prácticamente molida por el dolor, sus dientes presionaron entre sí casi a punto de restallar, podía sentir la sangre de su herida en el brazo cayendo rauda.

—Eres un chiquillo muy fuerte —se mofó con esa sonrisa afilada.

Naruto le devolvió el gesto, con los caninos visibles y el sudor recorriendo sus sienes, pese al daño recibido consiguió elevarse un poco, lo suficiente para que la presión en su brazo herido cesara. Con el espacio ganado pudo esquivar el siguiente ataque, cuando Kisame levantó su pesada espada para intentar asestarle un golpe de lado, jadeó viendo como el arma le rozaba el pecho, viró de inmediato viendo como su esposo volvía a golpear a Hidan para apartarlo, azotándolo en el piso y hundiéndole el antebrazo en el cuello cerrándole la respiración.

Sus intenciones fueron obvias entonces…

Debían atacar a matar si deseaban salir de allí.

—¡Apártate! —Kakuzu amenazó, pero Itachi no cedió en su presa, buscando dejarlo inconsciente al menos.

Naruto tuvo que pensar rápido, necesitaba quitar el riesgo más grande, Kisame al tener un arma de fuego era el objetivo a eliminar, así que sin perder tiempo le lanzó el tubo con toda la fuerza que aún le quedaba para distraerlo al menos un par de segundos antes de saltarle encima deseando derribarlo, su tacleada casi no surtió efecto, aquel sujeto tenía mayor masa muscular, así que intentó cumplir su cometido golpeando sus piernas, pero el ángulo no se lo permitía. Sus brazos intentaron cerrarse sobre el grueso cuello.

—Tu no podrás venir —casi le murmuraron antes de que otro disparo resonase en sus tímpanos, tan alto que casi toda su fuerza cedió.

Sus ojos se abrieron algo más siendo apartado de un empujón, cayó al piso recibiendo de inmediato una patada en el rostro que le hizo ahogar un grito mientras escupía la sangre aglutinada en su boca, otra patada más y su visión se desenfocó, había sucedido tan rápido que el llamado aterrado de Itachi fue demasiado difuso.

Ponte de pie, ahora.

Su fuero interno pareció ordenar y Naruto sabía que debía hacerlo, que Itachi lo necesitaba, usando su brazo sano trató de levantar su peso del suelo, pero otra patada ahora en el abdomen lo hizo caer de nuevo, el golpe esta vez le hizo gritar de dolor y vio como la sangre bajó suyo comenzaba a ser más abundante, sus dedos se incrustaron en la tierra.

Ponte de pie.

—Buen intentó… héroe…

Lo mataría, Naruto odió a ese sujeto, maldiciendo esta vez como su cuerpo iba entumiéndose a causa de la pérdida de sangre, sus ojos coléricos desearon destripar a aquel fenómeno.

—¡Naruto!

Escuchó más claro, entornado su mirada hacia su esposo, viendo como Itachi trataba de quitarse de encima a Kakuzu para intentar ayudarlo e impulsándose con la propia fuerza del otro sujeto logró apartarlo, intentando correr a su lado.

Naruto hizo otro amago por levantar su maltrecho cuerpo.

Kisame quiso golpearlo con su espada, pero Itachi fue más rápido barriéndose para evadir el ataque, sin embargo, aquel enorme sujeto pudo atraparlo con su otra mano aprovechando el largo de su cabello, Itachi siseó tratando de patear sus costados para liberarse, Kakuzu no tardó en aparecer para sujetarlo de ambos brazos, forzándolo a ponerse de pie.

—Al fin te tenemos —sonrió victorioso aquel, que entre tanto jaleo dejó caer aquellos retazos de tela que le cubrían gran parte del rostro, enormes cicatrices se vislumbraron en sus mejillas, como una extensión de suturas más allá de las comisuras de sus labios.

Itachi forcejeó haciendo un último intento, tratando de golpearlo con su cabeza en la nariz al estar siendo sujetado por la espalda, pero no logró hacerlo cuando el salvaje puño de Kisame se estrelló en su mandíbula, soltó un quejido cuando sus intentos por soltarse pararon, otro golpe le llegó haciéndole escupir sangre.

—Sácale todo el aire de una maldita vez —aún sin soltarlo Kakuzu instó a que el otro lo golpeara el estómago.

—...No… —Itachi farfulló intentando encogerse en hombros.

El hombre azulado sonrió—, ya está. Solo suéltalo —ordenó tomándole nuevamente de los cabellos antes de asestarle otro golpe en el rostro—. Estoy tratando de no ser tan brusco porque me gusta tu cara. Pero el rojo té sienta bastante bien.

Señaló de último mandándolo de bruces, nuevamente Kakuzu lo sujetó de ambos brazos colocándolos tras su espalda deteniendo todos sus movimientos.

 

En medio de su agonizante dolor Naruto pudo ponerse de pie, tan furioso que seguramente era solo su ira la que lo movía y antes de que Kisame pudiese girar con autosuficiencia, logró golpearlo con toda la fuerza de su brazo izquierdo en aquel espeluznante rostro, pudo oír sus propios nudillos crujir ante el impacto, suficiente para hacer tambalear al otro y aprovechar para golpearlo en el estómago con su rodilla, tras oírle el quejido de dolor la adrenalina fue evaporándose de sus venas, Naruto se dobló sobre sí mismo tratando de no caer, el punzante dolor de la herida de bala en su abdomen le hizo considerar que quizá esta no había perforado ningún órgano, pero la sangre no dejaba de bullir mucho más de lo que su brazo igual herido llegase a derramar.

Su vista se volvió a nublar y retrocedió por inercia para evitar el ataque de Kisame con aquella monstruosa espada, Naruto pudo apreciar sus manos empapadas con su propia sangre, virando para apreciar una vez más a Itachi, a la persona que más amaba sujeta contra el piso tratando de levantarse con Kakuzu e Hidan inmovilizándolo.

Mantente despierto.

Se dijo cuándo retrocedió de nuevo para evadir otro ataque, seguro de que en cualquier momento le dispararían de nuevo, demasiado apaleado para pensar en algo más que no fuese desear seguir con vida para salvar a Itachi…

Itachi…

El siguiente impacto lo frenó con su única mano útil sintiendo como si un montón de púas lo atravesaran, su sangre entonces manchó los vendajes de aquella enorme arma, intentó mantener su posición sin conseguirlo, sus piernas fallaron y lo hicieron resbalar, sin darse cuenta que había llegado al borde de aquella pequeña pendiente, pudo escuchar un disparo en el instante que su cuerpo perdía todo equilibrio y caía hacia atrás.

Maldijo su debilidad, incapaz de conseguir auxiliar a su pareja, a Pain por ser aún más inútil y a Sasuke…

Aunque quizá no era su culpa… Naruto se supo el responsable por haber accedido a aquella estúpida persecución y no poder detener a Itachi para que no los acompañase…

Rodó cuesta abajo sintiendo más golpes y cortadas en todo el cuerpo, y para cuando cabeza dejó de rebotar y sus oídos de pitar incesantemente, quiso ponerse de pie.

Ponte de pie.

Pero su cuerpo no respondió.

Sus dientes presionaron entre sí reteniendo su frustración mientras su entorno iba tornándose por completo negro.

Itachi…

Lo único que pensó.

 

 

[...]

 

 

No quería admitirlo, porque a pesar del doloroso rechazo de Itachi, de todas sus llamadas ignoradas y mensajes sin ver, deseaba mantener aunque sea la mínima esperanza.

Que en algún momento su primo rememorase aquellos maravillosos momentos que pasaron, compartiendo pasatiempos y sonrisas que demostraban que habían sido felices juntos.

No obstante, otra parte dentro suyo estaba por completo segura de que lo había perdido, que esa persona no lo amaba, que hubo entregado su corazón a alguien más y que le profesaba un amor sincero a aquel afortunado. Que pese a esa desastrosa realidad debería dejar de incordiarle si al menos deseaba conservar su amistad. Shisui en más de una ocasión quiso echarse a llorar.

Porque amaba demasiado a Itachi.

Porque siempre lo hizo.

 

No quiero que me odies.

Le escribió entonces con la esperanza de que Itachi no lo detestase.

No lo hago.

Le respondió al fin a aquel mensaje y Shisui se sintió lo suficientemente feliz para mantener su nimia esperanza.

 

Te amo.

 

Pero aquel último mensaje ya no fue abierto y aunque tentado estuvo de borrarlo prefirió olvidarlo dedicándose a la labor que le hubieron encomendado. Así que puso todo de su parte para trabajar con aquel investigador privado que el Namikaze consiguió haciendo claro alarde de su dinero.

Pain era bastante inteligente hasta donde pudo constatar, algo en sus deducciones le sugerían que podía haber trabajado en alguna agencia de gobierno antes y a pesar de las nulas pistas que había logrado reunir, el asunto de la desaparición de Hinata Hyuga comenzó a tomar forma.

Una aterradora forma que barajeaba posibilidades muy riesgosas.

Por ello cuando Sasuke le llamó casi aterrado contándole que Neji Hyuga había capaz de acceder a seguir a Hiashi Hyuga para hallar a su prima que tuvieron que actuar rápido, no contaban con los suficientes recursos humanos para emboscarlos y aquella podría ser su mejor y última oportunidad de resolver el asunto, aunque ponían a en riesgo a ese muchachito, porque si llegaban a fallar, Shisui estaba seguro de que Neji también desaparecería.

Así que jugándosela como nunca en su corta carrera condujo junto a Sasuke, esperando que nada se complicara, porque Itachi iba en otro vehículo junto a Pain y… Naruto.

 

.

 

 

Cuando el automóvil que se seguían se detuvo, Shisui hizo lo mismo, buscando algún lugar donde estacionar el auto rentado.

—Es hora —dijo bajando y asegurándose de llevar el radio y las llaves consigo —tu conserva esto —y considerándolo mejor le aventó las llaves del auto a Sasuke, quien las tomó algo confundido.

—¿Planeas algo?

—No, solo es precaución. ¿Sabes conducir? —le preguntó con una media sonrisa, intentando aligerar los nervios antes de lo que fuera a suceder.

—Por supuesto —aseguró con el ceño fruncido.

—Bien, andando.

Con aquel último diálogo avanzaron a pie entre restos de concreto y metal. Luego de unos minutos de caminata Shisui pudo confirmar que sus teléfonos se habían quedado sin señal.

—Lo que faltaba.

—Maldita basura —Sasuke se quejó.

—Si está zona fue industrial me sorprende que la señal telefónica no llegue hasta aquí.

—Fue culpa del gobierno, derribaron las torres porque toda esta región fue catalogada de peligrosa. Estúpida excusa para evitar que se intentaran vender los terrenos.

Shisui asintió, seguro de que esa estrategia fue solo para que los antiguos dueños de aquellas fábricas no pudiesen recuperar ni lo más mínimo de su capital. Lo poco que sabía de aquel periodo en la historia era por lo que enseñaban en las escuelas, sobre el supuesto abuso de poder que los alfas ejercían en toda la sociedad.

Resopló.

Luego de unos minutos le indicó a Sasuke que se detuviera, debían mantener la distancia necesaria para que ni Neji o su tío se dieran cuenta que estaban allí. Más allá podían verlos casi al centro de aquella hoyada, donde el automóvil que habían estado siguiendo estacionado a unos metros. Shisui se sintió inquieto porque no podía hallar a Itachi ni a Pain en todos los vistazos que dio al entorno.

—¿Solo vamos a mirar? —Sasuke cuestionó es voz baja.

—De momento, deberíamos grabar, aunque no tengamos un audio podría servirnos para una denuncia.

 

Se mantuvieron observando por bastante tiempo, como aquel hombre se paseaba de un lado a otro con el celular que se supone inservible pegado al oído, Neji parecía reclamar algo soltando miradas esporádicas a su rededor.

Hasta que el sonido del motor de un automóvil los alertó a todos.

—¿Me estás engañando? ¿Dónde está Hinata? —alcanzaron a oírle al muchacho cuando elevó la voz.

Shisui comenzó a preocuparse, viendo como en el lugar donde se supone deberían estar Itachi y los demás, aquella vagoneta negra se detenía.

—Usa el radio.

Sasuke pareció leer su expresión y asintiendo tomó el aparato para comunicarse sin conseguirlo.

—Está porquería no funciona —bufó tratando de encenderlo.

—No puedes estar diciéndolo en serio —le pidió el radio, pero unos forcejeos los alertaron.

 

—¡Solo quédate quieto!

 

Hiashi intentaba sujetar a su sobrino para inyectarle lo que llevaba en manos, que más parecía una aguja.

—Debemos movernos ahora.

Su joven primo asintió, se deslizaron con cautela tratando de sorprenderlo, usando los escombros y metales retorcidos como camuflaje.

Sin embargo, el sonido de un disparo provocó que Neji se sobresaltara dejándole a su tío cerrar su brazo alrededor de su cuello, en el instante que la jeringuilla salía volando dejando libre su mano derecha para sacar una pistola de su chaqueta.

—¡Salgan ahora malditos bastardos! —gritó al aire encajando el cañón del arma en las costillas de su propio familiar—. ¡Deja de moverte o te juro que voy a disparar!

—No necesita lastimarlo.

Shisui no tuvo más opción que salir levantando las manos, su intuición le advertía que aquel hombre en verdad no tendría reparos en matar a Neji.

 

—Sabía que no podrías mantenerte callado, que correrías a contarle todo a ese Uchiha que el débil de Hizashi dejaba entrar en tu habitación.

—Por favor, baje el arma —pidió intentando negociar, un vistazo de soslayo y vio a Sasuke parado también a su lado, hubiera esperado que su primo se mantuviera oculto para evitar cualquier daño o para aprovechar una emboscada peor ya no podría ser de esa manera.

 

—¡¿Entonces… en verdad la mataste?! 

—Tu prima era una estúpida, solo necesitaba permitir ceder una vez y no se la habrían llevado. ¿Pero qué crees? Ahora podrás hacerle compañía.

 Shisui podía oír un enorme revuelo algo más arriba, temiendo por la seguridad de Itachi, dudando de aquellos que lo acompañaban, que serían incapaces de protegerlo. Así que dio un paso hacia adelante y de inmediato Hiashi le apuntó a él.

—Da tan solo un paso más y se acabó para ti, no me interesa quien seas, pero te recomiendo dar media vuelta y olvidar cualquier cosa que estos adolescentes entrometidos te hayan dicho.

—Me encantaría hacerlo, pero usted está amenazando la vida de un menor de edad. Eso es algo difícil de ignorar.

—No es un beta, así que a nadie le interesa.

La pequeña revelación le hizo considerar de inmediato que las palabras de Sasuke quizá tenían razón, un ligero gruñido de su familiar pudo oír, pero no podía apartar la mirada de su objetivo durante aquella negociación.

—Pero yo si lo soy —probó a decir, contando con que aquel Hyuga fuese un beta incapaz de distinguir su aroma.

—Estas mintiendo, yo te conozco… eres sobrino de Fugaku, parte del alarde subnormal que creen ejercer solo por ser alfas y omegas, les tengo una noticia. No los necesitamos.

Un disparo resonó más allá.

Afiló la mirada porque en ese instante Neji logró apartar unos centímetros el brazo que lo aprisionaba para poder escabullirse y golpear a su tío en la mandíbula logrando desestabilizarlo haciéndolo trastabillar.

Aprovechando quizá su única oportunidad Shisui y Sasuke se lanzaron para intentar desarmarlo, pero el hombre no dudó en disparar, Neji cayó al piso cuando la bala rozó su pierna izquierda, Sasuke de inmediato fue a ayudarlo.

Shisui entonces se lanzó para sujetar de ambas manos a Hiashi, presionando con toda su fuerza haciéndole gritar por el dolor, el arma no tardó en ser soltada.

—¡Maldito alfa! —se quejó cuando esta vez fue a él a quien apuntaron.

Y otro disparo más se escuchó. Shisui comenzaba a sudar frío, ya había perdido la cuenta de cuántos había oído, necesitaba apresurarse a ayudar a Itachi.

—Sasuke lleva a Neji al auto y aléjate hasta poder llamar a Fugaku y a la policía.

—Pero-

—Solo hazlo, no tenemos tiempo que perder—ordenó viendo como su primo asentía, ayudando a caminar al otro muchachito que presionaba con una mano su herida.

—La policía no va ayudar —Hiashi se mofó poniéndose de pie.

—Te oyes muy seguro —siguió apuntando en tanto el jaleo de fondo no dejaba de oírse, algunos quejidos y gritos de dolor. Otro disparo y escombros cayendo por aquella pendiente comenzaban a hacerlo sudar, no contaba ni con el mínimo de protección reglamentaria, ni mucho menos un chaleco antibalas, si no recibían ayuda pronto todo podría terminar en desastre.

Fue entonces que otro disparo se oyó y algo más “pesado” cayó rodando por la pendiente, Shisui esta vez no pudo evitar voltear viendo como alguien que de inmediato identificó como Naruto por su cabello había caído pesadamente sobre los escombros y rocas.

Hiashi quiso aprovechar la ligera distracción para atacarlo por la espalda, pero Shisui pudo evadirlo a tiempo golpeándolo en el rostro con facilidad. La sangre que brotó de su nariz cubrió su mano por el impacto.

El adulto ya algo mayor cayó quejándose por el daño.

Shisui fue corriendo hacia donde estaba Naruto, comprobando su pulso.

Aún respiraba.

—...Ita… Itachi… —le oyó farfullar en un intento casi agónico por ponerse de pie, un reguero de sangre vio formarse bajo suyo.

Y no le importó.

Así que dejándolo atrás corrió a todo lo que le dieron las piernas para trepar la escabrosa pendiente por otro lugar, necesitaba evitar que lo vieran. No tardó mucho en llegar escondiéndose de inmediato, pudo ver como dos tipos sujetaban a Itachi que se removía levemente. Presionó los dientes viendo a un tercer sujeto ayudándolos, se veía mucho más intimidante que aquellos otros, quizá debido a la coloración de su piel más que a su masa corporal.

Shisui se dispuso a disparar, debía ser lo suficientemente certero para que con aquella primera bala pudiese derribar al más grande, no obstante, no pudo ni apuntar cuando lo que se veía como una enorme y pesada espada era clavada como una especie de escudo en su dirección.

—No lo intentes —habló el hombre azulado tirando de los cabellos de Itachi mientras lo amenazaba con otra pistola. Ahora viéndolo como si su escondite no sirviese de nada.

Shisui sudó frío.

¿Cómo pudo darse cuenta?

—Shisui… —su primo balbuceó bajo, parpadeando bastante rápido como si fuese a quedar inconsciente, algún tipo de sedante debieron aplicarle.

Eso quiso creer.

Verlo lleno de cortadas en el rostro hizo burbujear una ráfaga de ira en su interior, casi estuvo tentado a disparar y confiar solo en su puntería.

Pero resopló cuando se dio cuenta que alguien se acercaba por atrás.

—Suelta… el arma.

Le ordenaron, fue irguiéndose del todo, notando por el rabillo del ojo a un tipo más aproximarse, algo mal herido con el hombro sangrante, pero sujetando lo que le pareció una magnum(1) con la cual le apuntaba.

Estaba en clara desventaja.

Si actuaba impulsivamente no durarían en matarlo y no podría ayudar a Itachi, necesitaba al menos evitar heridas de consideración si deseaba hallar un espacio para revertir la situación.

Dejó caer su arma a la vez que levantaba las manos, vio a Itachi cerrar los ojos mientras esos crimínales ataban sus manos.

Shisui solo pudo esperar que Sasuke se diese prisa, que la policía no tardase en llegar o aquellos supuestos ayudantes de Pain que no pudo ver por ningún lado. 

No tardaron en derribarlo, siseó cuando procedieron a atarlo.

—A falta de un alfa hallamos a otro.

Los escuchó reírse.

Y sus miedos se acrecentaron cuando los subieron a esa camioneta antes de ponerla en marcha.

 

 

[...]

 

 

 

Notas finales:

Magnum (1): Revólver Magnum es una categoría de arma corta que usa cartuchos de gran potencia y alcance efectivo.

 

Nota: Aunque los alfas tengan fuerza, destreza y resistencia mayores que los de un beta, una herida de bala sigue siendo una herida de bala.

 

Saludos, siento la demora pero este capítulo me costó bastante, demasiado. Aunque me guste narrar escenas de peleas esto fue muy complicado, espero hacerlo hecho bien y que sea entendible.

Muchas gracias por el apoyo y los bonitos comentarios, debo advertir que desde el siguiente capítulo entran en rigor algunas advertencias que irán al inicio del mismo.

Cuídense mucho y nos leemos en el siguiente.


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