Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Intoxicación por Yae

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

-

 

 

28.- Lo que vamos a ser

 

 

Ver su rostro maltratado, con los tenues moretones aflorando por sus comisuras y pómulos, tan distinto a como lo recordaba provocó en Naruto un odio tan inconmensurable que, de haber tenido a alguno de esos sujetos por delante, los habría atacado sin el menor remordimiento.

Quizá por eso Minato no le permitió acompañarlo.

Tuvo que componer su ira homicida al repentino sobresalto de Itachi, pensando en qué tal vez pudo intimidarlo.

Con su tenue sonrisa extinta hace instantes solo pudo tragar pesado, dando un paso más antes de abrir la boca.

—Ita —le llamó suave viéndole otro sobresalto, su cuerpo comenzaba a temblar por la urgencia de abrazarlo, sin estar seguro de si sería bien recibido. Naruto soltó un par de respiraciones profundas para calmarse, inclinándose lo suficiente para quedar a la altura de Itachi, quien se hallaba encogido en hombros, casi sentado en el piso

Los agotados ojos negros lo enfocaron y Naruto le sonrió, aún en medio de su angustia e incertidumbre le sonrió.

Feliz de volverlo a ver.

Así no pudiese ni regalarle una caricia.

Los agrietados labios entonces se entreabrieron, deseando quizá pronunciar algo sin conseguirlo. Como arrepintiéndose antes de que los sonidos lograran emerger.

Los ojos de Naruto comenzaron a escocer, con la necesidad de al menos saber que Itachi no lo odiaba, palpitando en cada uno de sus poros.

Como desearía ser fuerte, tanto para que la tristeza en aquellos ojos negros que amaba no estuviese desmantelando la poca voluntad que le quedaba.

—Lo siento… —entonces balbuceó, derrotado por sus propios remordimientos, se dejó caer de rodillas inclinando la cabeza, con las palmas apoyadas en la grava—, siento haber permitido esto, Itachi…

Consciente de su lamentable entonación aguardó porque al menos fuese merecedor de una palabra soltada en su dirección.

Sin embargo, conforme los segundos avanzaban fue percibiendo aquella fragancia…

Tan pesada que enmascaraba a la perfección hasta el último vestigio de la lavanda.

—Na-

 Casi inaudible al fin pudo oírle, la escasa sílaba interrumpida al instante por aquella persona...

—Itachi…

Naruto comenzó a respirar más apresurado, inhalando con hondas bocanadas aquel espantoso olor apabullando la deliciosa lavanda, una mezcla repugnante.

Sus manos ahora convertidas en puños, temblando y tornando blancos sus nudillos por la presión, sus ojos azules se entornaron hacia su izquierda, viendo al dueño de aquella desagradable pestilencia que de algún modo estaba sofocando todo rastro del aroma de su esposo.

Naruto torció los labios deseando soltar una amarga risa.

No obstante, no lo hizo.

 

—Naruto… —Minato lo llamó.

 

Lo ignoró.

Aquel detestable alfa lo observaba desde arriba, con la mirada afilada expandiendo aún más su peste. Restregándole algo que Naruto no tardó demasiado en entender.

 

—Naruto…

—¡Naruto!

 

Perdió la noción de cuantas personas lo llamaron, quizá si Itachi hubiese pronunciado su nombre habría dudado en su ataque, pero su fuero interno furioso y menos adormecido por la ausencia de supresores le ordenó atacar a esa persona…

Naruto lo obedeció encantado.

Se abalanzó a toda prisa llevándose por delante cual monigote a ese indeseable. Golpeándolo en el rostro con toda su fuerza.

—¡Como te atreviste! —bramó golpeando de nuevo, hallando en los pocos amagos por ser apartado una resistencia risible.

Sus ojos escocieron, pero esta vez de rabia.

La razón por la que sintió su lazo con Itachi roto fue aquel que un día lo citó sin dejar claras sus intenciones…

Al fin Naruto lo entendió.

Y hubiese seguido golpeándolo de no haber sido apartado, arrastrado en medio de sus deseos por matarlo.

Porque así Itachi sería liberado de aquel vínculo…

Porque jamás aceptaría que su esposo hubiera consentido aquello.

Por lo tanto, forcejeó una y otra vez buscando liberarse.

 

Marcó al omega.

 

—¡Naruto, tranquilízate!

—¡Voy a matarlo! 

—¡Los supresores!

 

Quiere arrebatarlo.

 

Al borde estuvo de caer de nuevo en aquel estado de total inconciencia, ese donde su alfa se encargaría de todo, aplastando a quien osó marcar a su omega…

Pero la fuerza con la que intentaban contenerlo y su cansado cuerpo provocaron que cayera de bruces, llegando de nuevo a su rango de visión la marchita silueta de Itachi…

 

Como la persona que amaba temblaba violentamente, casi tirando de sus propios cabellos para neutralizar aquella disyuntiva cuyo dolor Naruto pudo sentir.

 

Así que paró.

 

Solo las lágrimas de nueva impotencia continuaron cayendo por sus ojos, Naruto gimoteó como cachorro herido, su corazón tullido dolió.

 

.

 

Naruto deambuló por los pasillos de aquel hospital con tanta sutileza que más de una enfermera pegó un grito cuando emergía por algún pasillo.

Quizá debido a su precaria apariencia.

Con la sangre nuevamente llena de supresores y los mareos jugándole malos ratos es que esperó que le permitiesen entrar a ver a su esposo.

El viaje fue bastante agitado puesto que no le permitieron ni siquiera usar el mismo avión donde Itachi abordaría, reclamando porque aquel desgraciado de su primo tampoco se le acercase.

Nunca creyó odiar tanto a una persona.

Y no le importaban las hipótesis que no tardaron en elaborar, esas que lo colocaban como una víctima que fue inducido a un celo para que terminase marcando a su familiar…

Naruto no era estúpido, solo con ver como observaba a Itachi y aquella breve conversación que mantuvieron le hicieron consciente de lo que aquel sentía por su esposo.

Estaba enamorado de quien era su primo.

Sus vísceras se revolvieron con la deducción tanto que quiso negarlo.

Ahora un hecho que Shisui estaría disfrutando por haber marcado a Itachi.

Presionó los dientes.

Seguramente satisfecho por creer que con eso lograría separarlos…

Pobre imbécil.

Naruto no dejaría que algo como una marca forzosa lo apartase de la persona que amaba, porque pese a haber perdido su lazo, pudo sentir la enorme tristeza en Itachi, no solo por lo que debió padecer durante el secuestro.

Suspiró llevando sus manos al bolsillo de su pantalón para sacar las negruzcas impresiones donde la diminuta silueta de su hijo aún vivo se mostraban…

Lloró de felicidad cuando le confirmaron que Itachi aún estaba embarazado.

 

 

—Ya está despierto. ¿Quién…?

En cuanto Mikoto habló saliendo de la habitación, Naruto ya se hallaba en primera fila aguardando poder entrar.

—Déjalo pasar.

Agradeció a Fugaku que intercediera para no tener que armar una discusión allí si le negaban algo tan importante.

Ella asintió—, Naruto te pido que no demores mucho. Si él se siente incómodo de alguna manera no dudes en salir.

—Lo sé —afirmó tragando pesado, esperando que los supresores bastaran para que esta vez su aroma no molestara a Itachi…

—Va a tomar tiempo.

—El paciente se encuentra bajo mucho estrés, se le pide no mencionar ningún tema que pueda alterarlo, aún estamos considerando el proporcionarle supresores compatibles con su embarazo.

Asintió pasando a la mujer y a los doctores que la acompañaban. Nervioso, presionando con exagerada fuerza las pocas cosas que hubo traído para su pareja…

Porque Itachi aún lo era.

Inspiró hondo antes de tocar para girar la perilla de la blanca puerta. Dio unos suaves pasos observándolo recostado sobre la cama de hospital, con vendajes limpios adornando su cuello y pequeñas tiritas cubriendo los moretones más llamativos. El cabello negro aún disperso, casi como si quisiera esconderse en las largas hebras.

Las bolsas oscuras bajo sus ojos y los labios ahora con menos rajaduras.

—Hola… —musitó bajito, acercándose y quedando a un par de pasos de la cama de hospital.

Itachi intentó curvar sus labios en un vano amago de sonrisa.

—Vine a traerte algunas cosas y ver como estabas —rascó su cerviz algo inquieto— si te molesta solo dímelo y yo me iré, dattebayo.

Naruto inspiró hondo resintiendo el ligero aroma del incienso, tan tenue que consideró debieron dejar para calmar los nervios de Itachi.

—No… te vayas… —le murmuró ronco.

Sonrió emocionado al escucharlo, el susurro bajo casi inaudible cosquilleó en su corazón con felicidad.

—Te traje algunas cosas —y a riesgo de ponerse a gimotear como niño pequeño, prefirió ir sacando de sus bolsillos lo que llevaba encima —esta es la del ultrasonido, de seguro ya la viste, pero no sabes lo feliz que me hace.

Itachi tomó las capturas con algo de dificultad, incorporándose con lentitud, pasando sus dedos por la figura impresa allí. Delineándola una y otra vez, hasta que las lágrimas comenzaron a humedecer sus ojos.

Espantado Naruto temió haberse equivocado.

—Ita-

—Lo siento… —lo interrumpió conteniendo sus sollozos— no pude cuidarlo…

—No, no, no —Naruto casi brincó a su lado, conteniéndose para no abrazarlo y consolarlo —lo hiciste muy bien, nuestro bebé está bien y es gracias a ti. Fui yo quien no pudo protegerlos, fui yo quien falló…

Sintiéndose miserable de nuevo estuvo a punto de romper en llanto también.

¿Por qué debía ser de aquella manera?

Ni siquiera podía aproximarse y estrecharlo en sus brazos, limpiar sus lágrimas, porque un mal acercamiento solo provocaría ansiedad en Itachi por aquel vínculo.

Aquel detestable vínculo cuyo pestilente aroma le ocasionaba una rabia malsana.

—¿Puedo tocarte? —le preguntó dudoso, Naruto se arrimó un poco más a la cama ganando la atención de aquellos ojos negros enrojecidos por las lágrimas derramadas.

Solo un segundo.

Naruto se mordió el labio inferior temiendo el rechazo, ver a su pareja tan cerca e incapaz de siquiera sentir la punta de sus cabellos terminaría por enloquecerlo…

Inspiró hondo.

Necesitaba salir de allí.

Sin embargo, el suave asentimiento por parte de Itachi calmó su creciente ansiedad, casi tímidamente su esposo extendió su diestra para rozar los dedos de Naruto, lento, muy lento.

El corazón de Naruto pareció volver a latir cuando pudo entrelazar sus dedos con los de Itachi, atesorando el casto toque. Los delgados dedos embonando a la perfección con los suyos.

Como lo amaba.

Esta vez sus lágrimas también cayeron, pero por genuina felicidad.

 

[...]

 

Nunca creyó que cuando Minato habló de una negociación se redujese a aquello, Sasuke por primera vez sintió a su contraparte picar por la ira.

Algo en el aroma de A le evocaba la fragancia de Itachi, aunque no fuese capaz de sentir la lavanda por ningún lado, podía jurar que ese hombre había tenido algún tipo de contacto demasiado cercano con su hermano.

Agradeció que Naruto estuviera más que dopado, porque de él haber percibido la misma sensación de seguro lo habría atacado.

Estropeándolo todo.

Y aun así a Sasuke le tomó unos instantes el recomponerse.

 

Porque era el culpable de aquello.

 

Acordaron el “intercambio” en dos días, tiempo en el que no pudo conciliar el sueño al igual que sus padres, cansados y discutiendo mucho más que antes. Así que buscó pasar el menor tiempo cerca de ellos, agotado con sus propios demonios para pretender que podría cargar con los de los demás.

 

—Entonces van a marcharse.

—Si, en cuanto concreten el rescate—, Sasuke resopló sin atreverse a acercarse a Neji, quien lo observaba con una mezcla de tristeza y resignación.

—Comprendo, era lo más obvio… voy a extrañarte —confesó bajo, desde la desaparición de Itachi apenas habían hablado.

Resopló sin estar seguro de que responderle, Sasuke fue el primero en imponer distancia con quien en algún momento podría haberse considerado su pareja… porque aún en medio de tantos conflictos por la desaparición de Hinata consiguió que los clarísimos ojos dejaran de pensar un poco en ella, que su angustia menguara. Pero a diferencia de aquello, Sasuke se supo incapaz de sí quiera apartar un instante a Itachi de sus pensamientos.

Tentando incluso de culparlo por todo lo acontecido.

Aunque Sasuke se sabía el total responsable.

—Podríamos… —murmuró— mantenernos en contacto.

Algo cohibido por su sugerencia le sostuvo la mirada con su porte de seriedad solo ligeramente afectado.

Neji no tardó en esbozarle una media sonrisa curiosa.

—Por supuesto.

 

.

 

Aquel día intentó por todos los medios mantenerse sereno en lo que duraba la espera, incluso ingiriendo supresores para que su inquieta naturaleza no fuese a estropear el momento en que volviese a ver a su hermano. Todo lo contrario a Naruto, quien se abstuvo de esa medicación para no seguir saturando su organismo.

Pero nadie esperó que el cambio en la fragancia de Itachi fuera por esa razón…

La penosa sombra en que Itachi se hubo convertido vino acompañada con la mezcla de aromas, dejando al perfume de su hermano tan suprimido que no significaría el menor percance frente a algún alfa así estuviese en celo.

 

Todo era su culpa.

 

Incapaz de acercarse, tardó en reaccionar cuando Naruto se lanzó contra Shisui para golpearle repetidamente.

Solo cuando parecía que no se detendría es que todos saltaron para apartarlo…

Pero el malestar por la obviedad fue palpable en todos…

 

Un desconcierto general que le impidió acercarse si quiera.

Sasuke observó cómo guiaban a su hermano hacia la ambulancia, antes que comenzara a hiperventilar, su expresión aterrada al haber contemplado como Naruto golpeaba a quien debía ser su alfa…

Sintió náuseas.

Y la pesada culpa pesó aún más sobre sus hombros.

¿Cómo habría de solucionarlo?

Itachi jamás se había cortado tratando de ocultar lo que sentía por Naruto, su entusiasmo cuando salía con aquel bobalicón, su desoladora tristeza cuando fue dejado y aquella ilusión recuperada cuando terminaron casándose…

Entonces no había modo…

No existía posibilidad de que aquella marca que gritaba en todas direcciones Shisui, pudiese ser algo deseado.

Sus puños y dientes presionaron por saberle sufriendo, por verle destrozado.

Y todo por su negligencia.

Sasuke solo pareció reaccionar cuando los sollozos de Naruto fueron ligeramente audibles, aún en el piso cuando se llevaron a Shisui e Itachi.

Allí de rodillas, con los puños clavados en el duro piso y las salinas gotas cayendo.

Quiso pedirle perdón.

Pero no se atrevió.

 

.

 

Quizá por eso no se opuso en lo más mínimo cuando dejaron que Naruto fuera el primero en ver a Itachi luego de llegar a Norteamérica, aguardó paciente que la visita de su cuñado pudiese alegrar un poco a su hermano.

Fue casi el último en ingresar.

Una vergüenza progresiva parecía detener sus acciones.

—Trata de no demorar mucho, voy a quedarme con él por la noche. Es probable que tenga pesadillas.

Su madre le sonrió pese a todo, pasando sus dedos por su mejilla en una caricia breve antes dejarle pasar.

Sasuke tragó pesado antes de ingresar, Itachi parecía ya comenzar a dormitar, pegando un ligero sobresalto cuando el picaporte sonó.

—Sasuke… —le llamó ronco y con un tono tan bajo que fue difícil oírlo, los ojos oscuros se entrecerraron unos segundos.

Quiso hablar, pero Sasuke se sentía demasiado angustiado por cómo serían recibidas sus disculpas, su mirada se posó breve en la bandeja de comida casi intacta sobre el buró.

—¿No te gustaría que te trajese algo más? —cuestionó patético intentando aligerar sus propios nervios, viendo ahora aquel felpudo gato de juguete que más de una vez pareciese invaluable para su hermano.

Itachi negó—, después… —apenas susurró como si no pudiese o no quisiese hablar en voz alta, una sonrisa apagada es lo que sus labios consiguieron esbozar.

—Padre me dijo que modificando los supresores podrías tomarlos en tu… embarazo—, volvió a tragar pesado, hace tan solo horas que acababa de enterarse que Itachi estaba embarazado al parecer antes de que todo sucediera, la noticia le ocasionó más impacto al considerar como es que su hermano evitó no perderlo…

Su amarga saliva esta vez permaneció demasiado tiempo en su boca.

Itachi asintió suave dando a entender que ya estaba al tanto de aquello.

—Fue mi culpa-

—No —algo más alto lo interrumpió, negando un par de veces —no lo fue.

Sasuke se mordió el labio inferior, acercándose más para tomar una de las manos de Itachi sintiéndole un leve temblor.

—Gracias por haber regresado.

 

Estuvo tentado a abrazarlo, pero se abstuvo, satisfecho de momento con la sonrisa apagada que Itachi le dedicó, gesto entristecido que se mantuvo solo un par de segundos.

—Esa marca va a desaparecer —se permitió asegurar cuando sus ojos comenzaron a anegarse.

 

Si tan solo aquel fuese el problema…

 

[...]

 

Quiso responder al llamado de Naruto, así sintiese que era incorrecto hablar y estuvo a punto de hacerlo hasta que la voz de Shisui le llegó, como ordenándole que no debería siquiera pronunciar su nombre.

 

Su agotado cerebro y atrofiados instintos volvieron a acelerar su respiración cuando su esposo no dudase en atacar a Shisui. Soltando jadeos casi desesperados cuando no estaba seguro de sí había soltado alguna palabra para proteger a su alfa.

Itachi agradeció que detuviesen aquel enfrentamiento porque sus uñas habían ido a parar de nuevo a su cuello, en su repetitivo intento por borrar aquella marca que aún no sanaba del todo.

 

Su madre lo abrazó sin duda cuando lo vio, sollozando en su hombro mientras susurraba palabras de afecto desmedido, correspondió el gesto con la poca energía que le restaba, dudando aún que pudiese estar a salvo.

Temiendo tal vez que lo devolverían en cualquier instante a una de sus celdas, la diminuta donde apenas si lograba caber o la blanca y espaciosa que forzaba a su primo como acompañante.

No fue sino hasta que le dijeron que volvería a América que un poco de aquel temor menguó.

Sollozó bajito cuando la tía de Naruto, su madre y aquellos médicos le permitieron ver a su bebé, la silueta ya fácilmente descifrable pese a su tamaño, aquella pequeña réplica aún viva en sus entrañas, apreciándola a través de la máquina. Dejándole al fin cerrar los ojos por unas cuantas horas debido al cansancio.

 

 

—Necesitas dejar de lastimarte, si la marca no logra cicatrizar será más difícil que comience a desaparecer.

 

Le aclararon una vez lo llevaron a su habitación, Itachi asintió presionando los puños sobre su regazo, deseoso porque pudiese deslindarse de aquel vínculo cuanto antes.

 

—De momento solo preocúpate por recuperarte, necesitas ganar peso y sanar los cortes y hematomas. No necesitas hablar de nada que no quieras, con nadie.

La última recomendación que recibió antes de ver a Naruto de nuevo.

Itachi se encogió en hombros al verlo, el temor inconscientemente aflorando por un posible rechazo de su esposo.

Sin embargo, Naruto se mostró más dudoso que él, midiendo hasta el menor de sus movimientos, tan preocupado por su comodidad…

Itachi sintió su corazón doler por no poderle abrazar, atento a cualquier llamado que Shisui pudiese hacerle, aunque de momento fuera imposible.

Cuando Naruto le sonrió feliz por al menos podido dirigirle la palabra, el nudo en su pecho presionó más.

Porque su esposo estaba feliz por su bebé…

Itachi no pudo contener sus lágrimas sintiéndose culpable por no haber podido hacer más, por su hijo… por su vínculo.

 

Aunque ligero alivio calentó su corazón cuando Naruto pidió permiso para tocarlo.

 

Aún lo amaba…

 

Y no dejaría de hacerlo.

 

Fue por aquella cálida y breve sensación que pudo dormir un poco más.

 

Cuando su padre lo visitó fue el único que preguntó directamente por lo que le había sucedido, por lo que le habían hecho.

—Sé que es muy pronto, pero queremos ayudarte. Necesitas confiar en nosotros.

Itachi se mordió el labio inferior, aún dudoso de poder hablar con total libertad, sus comisuras aún picaban por los cortes que siempre llevaba, con la ilusoria sensación de tener aquella pelota de silicona ahogando todos los sonidos.

—Voy a estar bien… —sacudió la cabeza algo inquieto, susurrando quedito —solo… necesito tiempo.

—¿Debería pedirle a Minato que te permita quedarte con nosotros cuando dejes el hospital?

La pregunta de su padre le provocó un ligero sobresalto, sus cansados ojos lo enfocaron de soslayo, no había tenido tiempo siquiera de considerar lo que sucedería cuando su salud mejorase.

Se mordió la lengua considerando por unos instantes que quizá estaría mejor con sus padres y hermano de momento, pero poner distancia con Naruto solo provocaría que su vínculo con Shisui terminara de extinguir cualquier vestigio que quedase de su lazo con su esposo.

—No —negó bajo— quiero… Naru... —calló de golpe al sentir un nudo repentino en su garganta, se cubrió la boca con ambas manos al ser incapaz de continuar, recordándose que nadie estaba vigilándolo, que no recibiría ningún castigo por hablar.

Inspiró hondo tratando de calmar la sensación.

—Está bien —Fugaku resopló aún de pie a un lado de la cama —si me lo hubieses dicho en su momento ten la seguridad de que habría cancelado el compromiso.

Itachi tragó pesado al ser consciente de que al parecer su noviazgo previo con Naruto ya estaba en completa evidencia.

—Pero en la situación actual no creo que podamos dar marcha atrás y por lo que he alcanzado a ver, se llevaban bien. ¿No es así?

Esta vez se tomó la libertad de sentarse al borde de la elevada cama, consiguiendo que Itachi retrocediese un poco para darle espacio.

Solo pudo asentir en respuesta.

—Bien, entonces se los haré saber. Ese muchacho ha ingerido supresores demasiado potentes y por mucho tiempo, podría ser contraproducente que estén demasiado cerca así vivan en la misma casa —explicó— al menos hasta que la marca desaparezca.

La marca.

Soltó respiraciones cortitas para que el ligero temblor que asaltaba sus manos no fuera a empeorar.

—Si llevamos bien esto, en unos meses la marca desaparecerá. Hablé con Kagami y me aseguró que Shisui haría todo lo necesario para que ese vínculo se deshaga cuanto antes.

Algo más esperanzado le sostuvo la mirada—. ¿Shisui… lo dijo? —farfulló.

—Aún no he visto a tu primo, pero es lo más probable. Son familia, no hay modo en que él quiera mantener esa marca y más con tu estado.

Itachi quiso darle la razón, no obstante, era imposible…

Porque algo en su interior se revolvía de ansiedad y duda. Temiendo porque su primo pese a todo quisiera mantenerlo atado con aquel doloroso lazo que ahora los unía.

 

Así que, aunque Sasuke lo visitó no pudo volver a dormir.

 

[...]

 

—¡Está casado! ¿Qué se te pasó por la cabeza?

 

Shisui negó una y otra vez, rechazando los reproches de su padre, dando vueltas por la habitación de hospital donde lo habían encerrado, tan lejos de Itachi que no podía percibir su aroma, reclamando en cuanto llegaron. La mandíbula le dolía y no era para menos, Naruto lo había golpeado con toda su fuerza aprovechando su total extenuación que le impidió defenderse. Reclamando como un alfa derrotado.

Porque sí.

Esta vez Shisui se hallaba un paso por delante, seguro de que su vínculo con Itachi le permitiría apartar a su primo de aquel matrimonio por interés.

—No quise hacerlo, jamás lastimaría a Itachi, pero no voy a renunciar a él como omega.

Kagami se llevó su pulgar e índice a los ojos para darse un quedó masaje.

—Shisui, Itachi es tu primo. Está casado con aquel alfa, si lo obligas-

—¡Ya lo obligaron! —interrumpió elevando la voz— sabes que lo casaron para conseguir dinero de Minato Namikaze. Itachi no ama a Naruto Namikaze.

—¿Puedes asegurarlo?

La pregunta le hizo dudar sin querer, mordió su labio inferior resintiendo la aguja del suero en su brazo, picando e impidiéndoles moverse con libertad.

No.

No podía asegurarlo.

Sin embargo, solo conseguía pensar en Itachi y los irreemplazables momentos que vivieron cuando se conocieron por primera vez.

Cuando pudo jurar que su primo sentía algo más.

¿Es que debería dejar pasar también esta oportunidad?

—Necesito hablar con Itachi, quiero verlo.

—¿Que? No, espera.

Su padre trató de detenerlo para que no abandonase aquella habitación. Shisui tiró de aguja del suero para mandarla al piso con un ligero quejido por su acción.

—Los médicos han dicho que necesitas descansar y es evidente que Itachi también.

—Es mi omega —dijo sin pensarlo, con su fuero interno alentándolo para que hiciera prevalecer su derecho.

Advirtiéndole que, si dejaba solo a Itachi, Naruto no dudaría en acercarse, que debería impregnarlo con su aroma para que aquel otro alfa desistiera…

Sus sienes comenzaron a doler.

 

Si fuera tan sencillo.

 

—¡Shisui! —lo llamó una última vez yendo tras suyo.

Y desoyendo a su progenitor buscó entre los pasillos hasta que la tenue lavanda llegó a sus fosas nasales, sonriendo al poder percibirla con tanta sencillez, seguro de que sí su primo lo llamaba podría oírlo con facilidad.

 

—La mayoría de sus heridas no deberían tardar en sanar, aun así el embarazo de Itachi está en riesgo. Debemos enfocarnos en eso también.

 

Embarazo…

 

Oír la voz de Mikoto provocó que Shisui detuviese su marcha, su respiración más pesada de repente. Su lado alfa dichoso ante la posibilidad.

 

Itachi…

 

[...]

 

 

Notas finales:

Saludos, siento la demora. Muchas gracias por las lecturas y bonitos comentarios. Espero que el siguiente año pueda terminar esta historia y centrarme en otras, dibujadas en su totalidad si es posible.

De nuevo gracias por el apoyo durante este año, cuídense mucho.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).