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Siempre tuyo por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

 

Aclaraciones para evitar confusiones.

El primer universo es el dado en la historia “Todos fuimos personas”, historia de categoría fantasía, donde Tsuna es un mago y Reborn el asesino de criaturas mágicas. Pueden ir a leer la historia si gustan, pero no es necesario pues se tratará de explicar lo mayor posible.

El segundo universo es el de “Problemas de clase”, del mismo modo que el anterior, es un fic que yo hice antes, cuya característica es algo así como “pre-apocalíptica” para la raza humana. Tsuna y Reborn pertenecen a una nueva especie con características animales (cometen canibalismo en cierta medida). Sin embargo, aquí hay una variante con la historia original. El universo alternativo usado es donde Tsuna logró escapar a su cautiverio y fue rescatado por Reborn. Si tienen curiosidad hay un drabble en el fic “Extravagante amor” capítulo 7, esta resumida la historia con el final alternativo que fue usado aquí.

Con eso aclarado, y bajo su propio riesgo, pueden continuar con la lectura.

 

La teoría de los universos paralelos, alternos, o los conocidos multiversos, es bastante simple, o eso dijo Verde mientras mostraba su proyecto al líder Vongola para que éste lo financie ya que le faltaba un veinte por ciento de billetes para terminar. La cosa era que su teoría era tan basta que a muchos les aburrió y se quedaron dormidos, pero el líder estaba centrado en algunas cosas que le estaban interesando… y es que, ¿qué habría en esos universos alternos?

 

—Entonces dices que la decisión de una sola persona puede generar al menos un universo alterno al original —Tsuna ignoró a sus guardianes dormidos y se centró en el científico.

—Exactamente —con apariencia adolescente, tal y como sus allegados ex arcobalenos, Verde no aparentaba ser la mente más brillante del planeta.

—Me suena igual al conflicto del futuro por el liderazgo de… —suspiró, no quería recordar eso y negó con sus manos—. La cosa es que estoy consciente de que es posible, pero… el viaje sin causar una anomalía en el tiempo-espacio es otra cosa.

—¿Dudas de mis capacidades para no generar problemas en los universos que visite? —apretó sus lentes que limpiaba con un pequeño paño.

—Lo dudo —el castaño habló con seriedad, cruzándose de brazos.

—Querido Vongola —Verde sonrió, interesado en el reto—, le doy mi palabra que lograré disminuir los riesgos al 0.1 por ciento.

—Aun es mucho —se mordió la punta del pulgar.

—A eso súmale que proveeré de total seguridad para el viajero —ladeó una sonrisa casi siniestra.

—¿Cuánto durarían esos viajes?

—Lo que quiera que se dure.

—Suena muy bonito, pero creo que no vas a lograrlo.

—¿Es un reto, Vongola?

—Sí —sonrió—, es un reto, Verde.

 

¿Por qué el décimo Vongola aceptó apoyar tan descabellado experimento? La respuesta era simple, su intuición le dictaba que iba a descubrir cosas muy interesantes; y algo más importante: estaba aburrido. La propuesta de Verde era lo más excitante que había tenido en mucho tiempo, era por eso que simplemente no pudo evitarlo.

Sí, el tranquilo cielo se había fastidiado en exceso de la paz que él mismo instauró.

Pero debían entenderlo.

¡Ya ni Reborn le ponía atención!

Y no era que extrañase los entrenamientos espartanos, el despertador con un mazo en su cabeza, o el ser bañado en agua helada, ¡no! Era solo que…, su vida se volvió monótona desde que su tutor tomó un rango similar al de sus guardianes en la mansión. Podría decir que hasta se sentía un poco solo a veces, y extrañaba el sentir que podía sorprender a tan cruel asesino con sus peripecias. Eso y que estaba un poco celoso del adolescente porque Reborn sí podía ir por ahí teniendo amoríos —que después presumía con todos en la mansión—, y aventuras que el líder no podía, porque Tsuna debía seguir siendo esa imagen inmaculada y firme.

 

—Necesito un sujeto de experimentación.

—Yo lo haré —Tsuna miró aquella cabina donde ingresaría el sujeto de experimentación y sonrió—. ¿Algo en contra? —observó al científico.

—Diría que sí —Verde limpió sus lentes con calma—, pero presiento que me prohibirás contradecirte.

—Bien —sonrió antes de colocarse sus guantes, porque al menos con eso se protegería de lo que pudiese encontrar—, y no se lo digas a los demás.

—Me temo que al ser ésta una prueba, algo salga un poco diferente a lo planeado —Verde suspiró—. Si es así tendré que informarle a alguien —miró al castaño—. ¿A quién se lo digo?

—Spanner, después a Shoichi, y al final a Giannini —el castaño se encaminó hacia la cabina—. Confío en que todos logren hallar una solución.

—¿Qué dice tu intuición, Vongola? —sentado frente al computador central, Verde empezó a teclear algunas cosas.

—Que me divertiré un rato —estaba emocionado.

 

Un mareo casi espantoso lo aquejó después de que Verde levantara el pulgar en señal de inicio, cerró los ojos ante una brillante luz, y el vértigo le robó el aliento, lo que ocasionó que vomitara apenas sintió una superficie firme después de haber sido transportado. Sus oídos zumbaban, le temblaban las piernas, y se desorientó por completo. Cinco minutos no le bastaron como para reponerse, pero allí estaba, sobre una capa de nieve, rodeado por la naturaleza que aún no cedía ante lo que parecía el inicio del invierno, el cielo estaba blanquecino por las numerosas nubes y no había mucho a su alrededor.

Tsuna no estaba decepcionado, porque su intuición le decía que el ambiente se pondría interesante dentro de poco, así que decidió caminar un rato mientras se abrazaba a sí mismo para soportar el frío. Estaba seguro de que algo había diferente en ese universo, algo en el ambiente. Respiró profundo y sintió el aire distinto, un poco más denso de lo que recordaba. Creyó ver a un ciervo, pero este desapareció de la nada. Llegó a un punto en donde se sintió observado, pero no pasó más allá que esa sensación incómoda.

Pero a cada paso sentía que alguien lo estaba siguiendo.

Giró algunas veces para asegurarse, pero nada.

 

—¿Tsunayoshi-sama?

 

Se halló de frente con una mujer de largos cabellos, envuelta en algo parecida a la seda, de belleza única, pero que apareció frente a él de la nada. Nadie podía moverse así de rápido. El castaño dio un salto y se hizo hacia atrás, pero mantuvo la calma lo mejor que pudo mientras esos ojos lo recorrían entero.

Se suponía que Verde lo dirigió a un universo guiado por la emisión de llamas parecidas a las suyas, algo así como usar las llamas como de punto de partida y de búsqueda para esos viajes, pero le sorprendió que la transportación fuera tan efectiva. Porque esa chica movió sus dedos y de ellas fulguró algo parecido a las llamas de cielo, pero desaparecieron casi al instante.

 

—Mil disculpas, pero creo que lo he confundido —sonrió la chica cuando terminó de analizarlo—, tal vez usted es algún descendiente de él… o comparte algo de magia —se cubrió los labios con la mano por pensar en voz alta sobre esa posibilidad.

—Digamos que eso quiero averiguar —Tsuna sonrió con calidez—, por eso… estoy buscando a quien usted ha llamado Tsunayoshi-sama.

—No puedo ver malicia en usted —la chica sonrió—, así que puedo decirle donde lo vi hace unas horas —señaló una dirección específica.

—Se lo agradecería.

—Por allí —señaló un árbol lejano y enorme—, se halla el cielo que pisa estas tierras.

 

Tsuna agradeció otra vez la ayuda antes de seguir con su ruta, despidiéndose de aquella chica que parecía no afectarse por el frío de la zona, intentando hallar alguna pista de las características de ese mundo, algo más allá de la particular palabra usada. “Magia”, ¿podría ser? Pero a la vez le pareció irreal porque la magia que él conocía no eran más que trucos baratos con cartas y conejos.

Aunque sí le encontró gracia el apelativo que ahí se usaba. “El cielo”, no era algo tan diferente de cómo lo llamaban en su mundo, así que supuso que las discrepancias no eran tan marcadas. Obviamente, se equivocó. Y lo comprobó cuando vio a alguien desplegar el vuelo con un par de alas parecidas a las de un águila, y podía decir que era un “alguien” porque diferenció claramente un cuerpo humanoide como el que se transportaba por medio de esas alas.

No tenía mucho tiempo, el viaje a lo mucho duraría treinta minutos, así que apresuró el paso porque al menos quería verse a sí mismo en ese mundo, pero llegó a cierto punto en que no supo si iba derecho o caminaba en círculos. Perdió la orientación, el árbol que le dieron como guía había desaparecido, sus energías se iban agotando, y se vio horrorizado cuando notó que había un pequeño ser que lo seguía y parecía aferrado a su casi nula sombra. Era obvio que el motivo de su cansancio era esa cosa sin forma notoria, pero que destacaba por un par de ojos brillantes.

 

—No eres de por aquí, ¿verdad?

 

 

 

Notas finales:

 

Hace mucho que hago fanfics, siempre veo los comentarios y uno de ellos plateaba ya un viaje a mundos paralelos, la idea de esto fue de Otaku1005, y pues bueeee… en un rato de aburrimiento yo hice un pequeño borrador y planteé ideas, pero al final todo quedó en el olvido. Sin embargo, con la temática de la week, pues las ideas revivieron y el resultado es este. Espero no se aburran mucho~

Ahora la aclaración común.

Este fanfic está destinado a cumplir con el Día 4: Viajes a un universo alterno, propuesto para la actividad R27Week2019 del grupo de Facebook R27 fan club (the chaos club). El borrador ya está terminado y si no se me ocurre aumentar alguna que otra cosa, pues tendrá siete capítulos cortos que se irán actualizando cada día —dependiendo del tiempo que disponga—.

Krat los ama~

Besos~

 

 


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