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Roto por Ia Aiko Wittakker

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No tenía recuerdo del inicio de la guerra ya que solo había tenido cuatros años, edad en la cual se suponía ya debía comenzar a almacenar los recuerdos, pero al parecer su subconsciente decidió eliminarlos. Todo había comenzado 30 años atrás cuando el ser humano demostró su idiotez y puso en el poder de una de las mayores potencias aun narcisista que con un pensamiento de sentirse todo poderoso quiso que los demás países aceptaran todo lo que el ordenara y que cuando no fue así ordeno un ataque a traición matando a más de tres mil personas inocentes, causando el horror de varios países, lo cual al parecer no fue suficiente para hacer recapacitar al "máximo" líder quien en vez de arrepentirse se embarcó en una guerra inútil causando que el mundo se dividiera, al principio la gente pensaba que la guerra no iba a durar , que después de unos años abría un ganador pero lamentablemente ninguno de los bandos quería perder.

 

Treinta años después el mundo estaba dividido, el continente americano y europeo pertenecían completamente al nuevo "Estados Unidos", mientras que África todavía se consideraba un lugar de guerra donde ambos grupos tenían bases. Varios países habían desaparecido, y la población actual era menos de la mitad de lo que era cuando la guerra inicio.

 

Su familia había muerto en la primera década de la guerra, y cada muerte quedo grabada en su cerebro, afortunadamente la calma había llegado en los últimos dos años después de la reunión de los líderes de ambos bandos, quienes acordaron un momento de paz, pero todos sabían que solo era la calma antes de la tormenta, apurándose a crear armas más poderosas y destructivas.

 

Actualmente se encontraba en la ciudad de Sudan en lo que un día fue la ciudad de Al Dabbah y actualmente solo era una ciudad fantasma.

 

Estiro sus brazos tratando de relajarse después de cargar los treinta kilos de su equipaje en lo que fueron más de tres kilómetros.

 

— Pensé que no ibas a lograrlo — levanto la mirada para ver a su mejor amigo quien tenía una sonrisa burlona — es que con ese cuerpo tan delicado y el cabello hasta la cintura, cualquiera te confundiría con una chica — lo más discreto que pudo tomo el cuchillo que tenía en su bota, fingiendo tranquilidad mientras seguía escuchando la burla del que pronto seria su difunto ex mejor amigo — Te lo juro Akihiro varios de los chicos nuevos intentaron acercarse para ayudarte a cargar tu mochila — la expresión de sorpresa e inocencia en el rostro del Africano le causo gracia pero sabía que no debía dejarse embaucar, conocía a su amigo, y si lo dejaba sin ningún castigo durante toda la misión las burlas seguirían.

 

Justo cuando Melenik le dio la espalda ataco. Lanzo su cuchillo, seis de sus dagas y cuatro kunais lo más rápido que pudo, se sintió feliz cuando el hombre jadeo con asombro y no pudo evitar sonreír cuando lo miro con un rostro lleno de terror, varios compañeros se levantaron para mirar bien y todos lo miraron con asombro cuando se dieron cuenta que las armas lanzadas se acomodaron perfectamente para crear una estrella enfrente al africano.

 

— La próxima vez utilizare tu cuerpo como lienzo

 

— Jajá sabes que bromeo — la sonrisa era genuina ya que esta no era la primera vez que algo así pasaba, a Melenik siempre le había gustado molestarlo y el no siempre se encontraba de buen humor para aguantar las bromas.

 

Asintió tomando las armas que le entregaba demostrando que no había rencores.

 

Guardando todas sus armas se levantó, su misión era investigar y eliminar si había un grupo de avanzada de "Estados unidos" cerca del rio Nilo, "La Alianza" tenía una base en la ciudad de Ad Damazin y no querían ninguna amenaza a pesar de que había una tipo tregua, sería una tontería si se confiaban , caminaron dos horas más reconociendo el lugar, solo había escombros de lo que un día fue una ciudad, los cuales ya comenzaban a verse cubiertos con la vegetación, justo cuando estaba a punto de dar la orden para armar el campamento se dio cuenta... camino muy despacio hacia unos arbustos que estaban ligeramente aplastado y lo vio.

 

— Cúbranse — su voz rompió el silencio, justo después el lugar fue invadido por el sonido de balas

 

Corrió hacia unos escombros mientras sacaba su arma, disparo y cuando estuvo protegido reviso donde estaban sus hombres, afortunadamente solo había dos de los catorce soldados en el suelo, viéndolos sabía que por lo menos uno de ellos continuaba con vida, observo de donde provenían los disparos y comenzó a dar órdenes a los hombres que podían verlo, por la trayectoria de los disparos parecía que solo había cinco atacantes, sus hombres comenzaron a rodear el lugar mientras que otros disparaban de frente creando una distracción, uno de sus soldados cayo con el fuego cruzado lo cual fue un duro golpe a pesar de que dos de los atacantes también habían sido derribados, cuando escucho el canto de un ave supo que todo había terminado, así que salió de su refugio.

 

— Revisen a los heridos — ordeno a los dos jóvenes quienes ya corrían hacia los tres soldados heridos

 

Camino hasta donde se encontraban el resto de sus soldados, los cuales ya amarraban a dos hombres mientras que un tercero estaba en el suelo lleno de balas, ya había dos cuerpos metidos en bolsas lo cual demostraba la eficiencia y rapidez de los hombres bajo su mando.

 

— Estos son los caballeros que nos recibieron — Melenik dijo con voz tranquila pero se podía ver la furia con el que apretaba su arma

 

— Acamparemos, lleva a estos hombres a mi tienda.

 

Dos horas después el lugar ya había sido revisado junto con gran parte del rio y su alrededor, sus hombres ya estaban descansando con turnos de vigilancia. Levanto la mirada escuchando el ultimo insulto del español, cerro el libro que estaba leyendo, levantándose miro a los dos hombres.

 

— ¿fueron los únicos enviados? — pregunto en español

 

— Vete a la mierda — el segundo tipo escupió

 

Con un pequeño suspiro saco del pantalón su cuchillo

 

— No me espantas maldito marica — grito el español quien tenía su rostro rojo — eres un maldito marica ¡verdad? Solo hay que mirarte, de seguro dejas que todos te la me....

 

El grito que lanzo fue verdaderamente aterrador para los soldados que estaba cerca de la tienda, pero para Akihiro fue algo necesario, levanto el dedo amputado del hombre y lo aventó a un cubo que era utilizado como bote de basura, con la misma tranquilidad amputo otro dedo, las manos habían sido inmovilizadas.

 

— ¿Cuál era su misión?

 

Amarro los dedos para contener la hemorragia el suficiente tiempo para terminar el interrogatorio, limpiando la hoja del cuchillo en un pedazo de tela se acercó al hombre que no gritaba.

 

— ¿Tu si vas a responderme? — la piel del hombre se puso pálida mirando con horror a Akihiro y luego a su compañero quien seguía gritando, asintió.

 

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La misión no había durado tanto como había pensado, guardo todas sus pertenecías en su casa después de entregar el reporte, afortunadamente "Estados Unidos" solo había enviado a cinco de sus soldados para revisar el territorio, de los cuales solo uno tenía la dicha de seguir con vida, disfrutando de una agradable estancia en una prisión de alta seguridad donde el resto de su vida seria "entrevistado", al final el soldado preferirá haber sido arrojado a una fosa común junto con sus compañeros.

 

Se quitó el uniforme y guardado sus dagas y su arma en las fundas que estaban adaptadas en su chamarra tomando sus llaves salió.

 

Solo había avanzado dos cuadras cuando sintió un enorme brazo rodeando sus hombros.

 

— Akihiro ibas a divertirte sin mi ¿verdad? — su rostro se mostraba ofendido y tiste

 

Melenik era un hombre de más de un metro noventa, su piel oscura y su complexión fuerte y robusta, pero su personalidad según Akihiro era la de un niño de cinco años.

 

— Iba a ir a la colonia

 

Durante esos dos años de paz la esposa del coronel se había lanzado a volver su sueño realidad, ya había trabajado en el durante seis años y por fin las cosas comenzaban a verse mejor.

 

En las afueras de la base la señora había creado una pequeña colonia donde todos aquellos extranjeros (Nacionalidad de países unidos a "Estados unidos") podían vivir tranquilos, sin ningún tipo de discriminación, y hasta el momento todo iba bien, al tratarse de la esposa del líder de la base los civiles tenían más cuidado.

 

Caminaron en silencio atravesando la ciudad (base), observaba a la gente, como en sus rostros apenas comenzaba a mostrarse una pequeña esperanza.

 

Su amigo caminaba a su lado con una pequeña sonrisa, se habían conocido por un amigo en común, al principio Akihiro no había querido pertenecer al ejército.

 

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Recuerdo

 

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— Vamos pequeña calabaza — un guapo joven de 20 años vestido con uniforme militar le animaba, ambos habían sido amigos desde la primera vez que se vieron en el refugio y desde entonces habían sido inseparables.

 

— No quiero — ambos eran de nacionalidades diferentes, mientras que él era japonés su compañero era australiano — no me agrada estar en una pequeña piscina rodeado de docenas de personas

 

— Por favor corazón de azúcar — una pequeña sonrisa creció en el rostro de Akihiro quien no quería admitirlo, pero adoraba los apodos cariñosos que el hombre le daba.

 

Mientras que Darel había elegido unirse al ejercito como combatiente, el enseñaba idiomas a los soldados, durante sus estancias en los refugios conoció a varias personas quienes se tomaron la molestia de enseñarle, y afortunadamente el ejército decidió que era necesario que todos aprendieran el idioma de los enemigos ya que como se demostró en varias ocasiones eso había sido un factor ya que a pesar de que podían espiar no sabían que decían.

 

Akihiro levanto su miraba, observo los ojos llenos de ilusión y la gran sonrisa que tenía su amigo, así que con un suspiro de resignación tomo la mano del joven y juntos se dirigieron a la pequeña piscina que tenía la ciudad.

 

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Fin del recuerdo

 

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— ¿Cómo está? — saliendo de sus pensamientos observo el rostro serio de su compañero.

 

— Los doctores no dan muchas esperanzas.

 

Ya había pasado un año desde que Darel había entrado en coma después de recibir una bala.

 

— Sabes que él va a salir de esto — sonriendo el africano revolví el cabello del nipón — él no te dejara solo — Akihiro lo miro a los ojos y el hombre sonrió de tal manera que le recordó a su pareja — él me dijo que nunca te dejaría.

 

Y esas palabras le dieron esperanzas

 

Se sorprendió cuando el hombre de piel oscura salió corriendo hacia una esquina, donde una niña se encontraba vendiendo flores, con curiosidad se acercó escuchando como ambos platicaban felices.

 

— Toma — Melenik le tendió un bonito arreglo con pequeñas florecillas azules y blancas y un bonito listón rojo con la palabra "Feliz San Valentín" en letra cursiva y blanca. Su seño de alzo en modo de pregunta — alto ahí compañero, sabes que no soy de esos gustos así que no pienses mal — bromeo con una enorme sonrisa — además de que Darel despertaría para dispararme si yo intentara algo con su "hermosa luz, aquel que ilumina su camino... auch — el quejido de dolor interrumpió el discurso de burla que Melenik había comenzado, Akihiro estaba sonrojado y muy feliz de recordar lo que su compañero siempre le decía.

 

Extrañaba a Darel

 

— Llévaselo – Melenik lo miro serio y Akihiro lo entendió, miro con curiosidad el arreglo floral que su amigo llevaba en su mano derecha y sonriendo trato de quitárselo — alto ahí compañero, esto es para una persona muy especial

 

— ¿Y de casualidad esa persona vive en la colonia?

 

— Podría ser — con una gran sonrisa Melenik se dio la vuelta y siguió su camino, Akihiro miro las flores y con una pequeña sonrisa acaricio los delicados pétalos de la hermosa flor azul.

 

No demoraron mucho en llegar a la colonia y saludando a los residentes se dirigieron hacia el edificio donde vivía la esposa del coronel. Tocaron la puerta y abrieron cuando recibieron permiso, dentro un grupo de mujeres corría de un lado a otro acomodando cajas, Sofía sonrió cuando los reconoció y dejando las bolsa de arroz en la mesa se acercó a ellos.

 

— Pero miren que bonita sorpresa — la agradable mujer le dio un beso en la mejilla a Melenik y realizo una pequeña reverencia a Akihiro quien sonrió agradeciendo el gesto — llegaron justo a tiempo jóvenes — dijo a pesar de que solo les llevaba a lo mucho cinco años siempre fue muy material con la mayoría de las personas que la rodeaban — necesitamos mucha ayuda

 

— ¿Van a guardar todo en la bodega?

 

A pesar de que la base trataba de ser autosuficiente varios civiles que se habían unido a la base creado una pequeña ciudad estaban en condiciones precarias, así que el ejército solicitaba a las bases más grandes cualquier producto que pudieran enviar el cual almacenaban en una bodega para después irla distribuyendo entre la población, lamentablemente en medio de una guerra los actos altruistas ajenos a su propia base no eran muchos y el gobierno se preocupaba más por crear más armas que por darle de comer a su pueblo.

 

— No — la sonrisa de Sofía era de orgullo — El coronel logro que la base de Sudáfrica nos enviara algunos juguetes, ropa, comida y utensilios para repartir entre la población, vamos a ir al refugio, la gente ya está enterada y los soldados están coordinando a los residentes.

 

— Si quiere traigo mi camioneta, allí cabrán varias cajas además de llevar a varias de los colonos — a pesar de la oferta tan amable de Melenik la sonrisa de Sofía decayó un poco.

 

— El coronel ha decidido que solamente las ayudantes del refugio y yo ayudemos en la entrega.

 

— Pero eso...

 

— Está bien, nosotros comprendemos — una hermosa joven estadounidense con algo de pena se atrevió a intervenir al escuchar la discusión y con una sonrisa tranquila continuo — nosotros le traeríamos tristes recuerdos y este día debe de ser feliz para ellos — al ver que la esposa del coronel iba a volver a debatir continuo — además de que el coronel envió varias cajas de suministros y ropa para nosotros — debatió levantando una pequeña caja, mostro con una enorme sonrisa el regalo — me envió una caja con juguetes y ropa para mi pequeño Aarón, nosotros estaremos bien.

 

Y con esa tranquila respuesta todos volvieron a trabajar, el coronel había enviado un camión donde subieron las cajas y Melenik fue a buscar su camioneta en la cual llevaron a Sofía al refugio.

 

La entrega estaba resultando tranquila, la gente comprendía y estaba muy unida, al parecer esta guerra si había traído algo bueno ya que dentro de esa pequeña base se podía ver la gran unión entre los civiles, estaban comenzando a entregar los utensilios a aquellas familias cuando una alarma sonó.

 

Mal augurio, ya que la única zona con alarma era la colonia.

 

Melenik al parecer también había comprendido eso ya que su rostro se puso pálido.

 

— ¡Es la colonia! — corrió después de gritar ese trozo de información y a los pocos segundos se escuchó el chirrido de un vehículo.

 

— ¡Sofía! — una joven grito al acachar el cuerpo de la mujer quien en estado de shock miraba a la nada.

 

— Akihiro — la suave voz lo saco del shock en el que también había caído — Ayúdalos

 

Asintiendo corrió a la salida y viendo a un soldado quien estaba a punto de entrar a su pequeño vehículo se adelantó y entro al carro.

 

— Dame las llaves — el soldado asintió hacia su superior y solo se quedó mirando el polvo que dejaba.

 

A pesar de que debería a ver sido poco tiempo de viaje, ya que iba a la máxima velocidad que podía, sentía gran impaciencia. Estaciono el vehículo a unos pocos metros de la colonia y tomando sus armas corrió, el silencio le pareció aterrador, tuvo cuidado tratando de escuchar, se suponía que para ese tiempo por lo menos dos docenas de soldados ya debería estar allí, pero el lugar estaba en silencio, camina atreves de las pequeñas casas las cuales apenas comenzaban a reconstruirse. Unos diez metro más adelante pudo ver una piernas sobresaliendo de una casa, acercándose con cuidado observo a un hombre muerto con varios disparos en el cuerpo, alzando la mirada no pudo evitar el jadeo de horror que broto de su boca, paso encima del hombre y con miedo se acercó hacia el cuerpo de una hermosa joven rubia quien abrazaba protectoramente a un pequeño niño de dos años, con la cual había hablado hace pocas horas, ambos cuerpos tenían múltiples disparos.

 

El ruido de disparos sonó a pocos metros, salió corriendo y rodeando aquel grupo de casas se encontró con otra escena desgarradora, dos soldados estaban en el suelo y cerca de ellos Melenik estaba arrodillado sosteniendo entre sus brazos el cuerpo de una pequeña mujer, su hermoso cabello negro estaba lleno de tierra y la bonita blusa que llevaba estaba llena de sangre, Melenik gritaba y lloraba mientras abrazaba el cuerpo de la joven.

 

Akihiro se aproximó con cuidado, inspeccionando a los dos hombres se dio cuenta que uno estaba inconsciente y el otro tenía un disparo en medio de la frente.

 

Su amigo lloraba angustiosamente mientras repetía una y otra vez el nombre de la joven

 

— Adele, Adele — la joven estaba siendo mecida en los brazos del soldado, Melenik levanto la mirada reconociéndolo, su rostro estaba lleno de tristeza y dolor, lagrimas caían empapando sus mejillas. Bajo el rostro y observo la cara de su amada, a pesar de que fue asesinada su rostro mostraba una expresión tranquila y en paz, acaricio su mejilla y bajando el rostro le dio un casto beso — Fuimos traicionados Akihiro — Melenik levanto un objeto que estaba botado cerca de él, entregándosela a Akihiro explico — Adele fue quien toco la alarma, al parecer el plan era matarlos en silencio y hacer creer que un grupo rebelde había logrado traspasar nuestras defensas y matar a sus "traidores"

 

— ¿Quién? — Melenik acerco la joven a su pecho

 

— El coronel — la respuesta causo gran sorpresa en el japonés, Akihiro miro el pequeño celular que le fue entregado — Adele gravo una pequeña conversación que tuvieron esos hombres — apunto hacia los dos hombres que estaban a su lado, le entregó su celular el cual también estaba en el suelo — también eh gravado todo esto — levanto la mirada y vio fijamente a su amigo — Uno de ellos sigue con vida, hazlo hablar y cóbrale al coronel esto.

 

— Él lo pagara

 

Melenik asintió, sabía que su camarada cumpliría.

 

Bajo la mirada de nuevo al rostro de su amada, le había prometido que siempre iban a estar juntos, donde iba uno iba el otro. Estaba cansado, había perdido a su familia, a sus amigos, no soportaría vivir aunque sea un minuto más si Adele no estaba con él.

 

— No puedo estar sin ella — Levanto su arma y antes de que Akihiro pudiera hacer algo, disparo.

 

El cuerpo del africano callo encima de su amada, abrazándola.

 

Akihiro sintió que su pecho fue apuñalado, había sido traicionado por una persona en quien había confiado y por ello su mejor amigo estaba muerto junto con otras treinta personas que habían confiado en ellos, detuvo la grabación del celular de Melenik y guardo ambos aparatos en su pantalón.

 

Se levantó y fue hacia el hombre que estaba inconsciente, atándolo justo cuando docenas de soldados invadían la colonia, una camioneta se detuvo en frente de él, y del cual surgió el coronel.

 

— ¿Qué sucedió comandante Ryan? — el coronel miro hacia el soldado que estaba atado e inconsciente para después mirar los cadáveres de la pareja que pareciera que estuvieran abrasados, Akihiro se dio cuenta de la culpa que se colocó en la mirada del coronel, pero se mantuvo en silencio.

 

Varias camionetas no tardaron en aparecer y de las cuales bajo el Almirante quien tuvo la malo fortuna de encontrase con el incidente.

 

— ¿Fueron los estadounidenses?

 

Akihiro sabía que debía actuar en ese momento, antes de que el coronel lo silenciara para siempre, Darel dependía de él.

 

Saco el celular de Melenik y en silencio reprodujo el audio. El silencio era tal que el audio se escuchó fuerte y claro.

 

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— Fuimos traicionados Akihiro, Adele fue quien toco la alarma, al parecer el plan era matarlos en silencio y hacer creer que un grupo rebelde había logrado traspasar nuestras defensas y matar a sus "traidores"

 

— ¿Quién?

 

— El coronel, Adele gravo una pequeña conversación que tuvieron esos hombres y también eh gravado todo esto. Uno de ellos sigue con vida, hazlo hablar ....

 

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El almirante volteo a mirar al coronel quien se había puesto pálido

 

— Todo es mentira — la voz del coronel era tranquila a pesar de que su semblante era preocupado y cenizo, el almirante asintió.

 

— Teniente Ryan suba a mi camioneta — el japonés asintió — llévese al soldado con usted, es su deber interrogarlo

 

Los demás soldados estaban en shock nunca pensaron que el coronel fuera capaz de hacer algo así

 

— Coronel — el hombre se paró firme esperando la sentencia — será recluido mientras se realiza la investigación, haga el favor de acompañar a estos hombres — los soldados que llegaron con el almirante rodearon al coronel y lo acompañaron hacia otra camioneta.

 

Akihiro miro a través de la ventana, como el cuerpo de su amigo era levantado, tomo el pomo de la puerta, pero una mano lo detuvo.

 

— Los cuerpos serán llevados a la morgue para que se realice la autopsia - los ojos verdes del almirante estaban apañados con un sentimiento de tristeza y desilusión — cuando pasen todos los exámenes le entregaremos todos los cuerpos

 

Akihiro asintió, su corazón dolía, sabia por experiencia que nunca debía encariñarse ya que en una guerra siempre podemos perder a nuestro ser querido en cualquier momento, pero él debía mantenerse firme ya que todavía tenía esperanza y por Melenik tenía que mantenerla.

Notas finales:

Historia compartida con otro autor.

Tambien publicada en Wattpad.

Mañana se sube la continuacion. Y cuento con el permiso de la autora para publicarla en esta plataforma.

Gracias por leer.


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