Su forma de ser. por Demon Dawn

 
 
 
 
 
Si le preguntaran, Naruto no dudaría en enumerar las muchas cosas que amaba de Itachi, cosas pequeñas y simples, cosas que sabía a nadie más se le permitiría apreciar. Cosas como; su pequeña sonrisa cada vez que había algo que le causaba felicidad.
 
Su gustito por las cosas dulces. Era cierto, Itachi amaba las dulces cosas que la vida le ofrecía.
 
Su inteligencia al momento de hablar de cualquier cosa.
 
Su gran apetito por el conocimiento.
 
Su entusiasmo al momento de hallar un nuevo e interesante libro.
 
Su forma elegante cuando realizaba hasta la más mínima cosa.
 
Su arrolladora necesidad de ser abrazado y amado a la hora de hacer el amor.
 
Su posesividad en la cama. La forma tan sensual en que se deshacia entre las sabanas. No importa si le hace el amor de forma dulce y tierna o el sexo más salvaje, Itachi baja la guardia, le permite verlo así de vulnerable y necesitado, deja que Naruto vea la parte de él que normalmente esconde por temor a ser considerado débil. En la privacidad de aquella habitación no hay necesidad de fingir ser una fuerza imparable a la que no le afecta las acciones de los demás, ahí Itachi puede ser manejado y usado en la forma en la que más le plazca a Naruto y aún así Naruto podía estar seguro que quien estaba siendo dominado era él, podía asegurar ser cautivo de la maravillosa forma de Itachi.
 
Naruto ama la forma en la que Itachi termina desnudo y yace de espalda al colchón, con las piernas y brazos envueltas alrededor de su cuerpo. Y, a Naruto le encanta aquello, le encanta cuando Itachi se aferra de esa forma, como si se le fuese la vida en ello. Nada los separa, pueden estar lo más cerca posible uno del otro, unidos íntimamente y eso es lo que ambos quieren y necesitan.
 
É Itachi lo mira a los ojos, sin vergüenza alguna, decidiendo que aquellos ojos azules son lo único que quiere ver. Sus jadeos y gemidos son hermosamente ensamblados y soltados por entre esos finos y rojizos labios, cuando la excitación aumenta y el calor del momento nubla su mente; Itachi deja que su voz escape de sus labios:
 
"Te amo."
 
Suelta. Dos palabras que casi no usa, y para Naruto es un momento raro ya que Itachi siempre suena honesto en ese momento, y Naruto cae, cae porque quiere y porque puede. Puede que Itachi no siempre sea sincero con él o consigo mismo pero sin duda Naruto sabe que esta siendo honesto y también sabe como sacarle la verdad cuando no lo es, sabe que el moreno está demasiado débil cuando lo penetra dándole placer y sabe que Itachi no le mentiría en ese momento ya que está tan cerca del clímax para siquiera poder inventar alguna mentira. Es sincero por una vez y repite su confesión una y otra vez.
 
"Te amo, te amo... te amo" repite el azabache como bendita súplica hacia su salvador.
 
 
Antes Naruto solia responderle:
 
"Yo también te amo"
 
Pero ahora no, ahora se permite tener más autoridad sobre Itachi, se permite ser quien domine y sabe que está funcionando cuando siente la piel caliente del azabache erizarse ante su toque y lo ve temblar ante la anticipación de un orgasmo. Y gruñe enterrandose con más fuerza en el azabache, haciendo que sus dedos dejen marcas en las caderas de Itachi...
 
"¿Me amas?" Cuestiona demandante mientras deja de penetrar al azabache y toma entre sus manos la suave y blanca polla, regalandole vagas caricias, y sonríe cuando nota como el pelinegro se arquea en satisfacción. Itachi asiente fervientemente y suelta entre suspiros y gemidos su afirmación...
 
"Sí, sí, sí... te amo" 
 
Exclama entre suspiros, está a punto de venirse y quiere Naruto oiga sus ruegos, quiere seguir sintiéndolo entrar y salir de su cuerpo. Quiere que el miembro duro, caliente y palpitante del  blondo le siga brindando placer, quiere sentirlo, sentir como lo llena hasta dejarle sin aire.
 
Y sólo con ello logra su cometido. Para Naruto es como un efecto de afrodisíaco, se acerca a aquellos adictos labios y lo besa, deja que su lengua recorra toda la caliente cavidad, domina con total maestría la lengua de Itachi, quiere probar cada rincon de este, consciente de que nunca se cansaria de ello. Su polla más que dura arremete con fuerza en el ya húmedo y resbaladizo interior, abriéndose paso hasta el fondo y rozando aquel punto que enloquece al pelinegro. Lo oye gemir y jadear sintiendo como el azabache no puede contenerse más y termina corriendose; manchando parte de las sabanas y sus torsos. La presión en su miembro es tan sublime y arrolladora que profundiza su última estocada llenando al azabache mientras gustoso derrama su semilla en su interior. El tiempo se detiene entonces, yacen en el abrazo del otro, en silencio, perfectamente contentos y saciados.
 
Comparten una sonrisa de complicidad y dejan que el sueño los domine. No les importa si comparten momentos asi de íntimos en hoteles al azar; o si su relación sea malvista ante la sociedad; o que sus padres estén en contra, eso no les importa en absoluto. Van a seguir compartiendo momentos así, amandose en secreto.
 
Naruto se pregunta sí le condenarian sólo por amar a otro hombre. No tenía excusas, la cuestión era simple; amaba la forma tan perfecta en la que sus labios encajaban con los de Itachi. Bueno, no es que vaya a revelar eso...
 
Ese era su secreto, su dulce acuerdo con Itachi.