lo quiera o no lo quiera
no tengo otra manera.
Hasta ahora hemos sido amigos
y eso me bastaba
yo no buscaba mas. - Tsuzuki… perdóname pero es que yo… aun no he podido olvidar -murmuró el ojiverde al verlo partir. - Lo intenté, al menos lo intenté… Soka si tan solo pudiera decirte que… de ti me enamoré –pensó Asato mientras caminaba con desgano.
Dime que hiciste
dime que cambio dentro de mi
para cruzar la línea entre tu y yo
la que me convenció.
Que eres tu
el silencio que me hizo hablar
la voz que en mi dormía
la fe que me abrigaba en tu mirar. - Pensé que siendo tu amigo había logrado borrar tu pasado pero no, ahora se que todo fue una estupida ilusión –el moreno salió corriendo de ahí sintiendo el corazón partírsele en dos.
- Tsuzuki –le vio partir sintiendo una gran culpa caer sobre él. “Qué fue lo que pasó? Por qué si él que ha sido tan bueno conmigo le maltrato y le rechazo, maldito sea mi pasado solo me causa dolor, me lastima y también me hace lastimar… pero yo no lo puedo evitar.” - Eres un baka –se reprocha a si mismo. “Qué tiene de malo darte otra oportunidad?” - Tengo miedo – se respondió. “A amar… o a que te vuelvan a lastimar?” - De los dos. “Es que no lo ves, ahí hay alguien que te ofrece una gran oportunidad, no lo dice con palabras pero lo expresa en cada mirada, en su forma de hablar, en su forma de tratarte, incluso lo ha intentado pero lo lastima tu indiferencia.” - Lo sé. Ha sido tan bueno conmigo, es el único que me ha podido comprender y sacar de esta maldita oscuridad… “Entonces… no esperes mas y córrele a buscar” - Hai –el chico obedeció sus propios pensamientos y corrió- eh Tsuzuki cuando es que tu me empezaste a gustar? –se preguntó al momento de cerrar los ojos y recordar… Fue justo en el momento en el que lo vio inconsciente en los brazos de Muraki y temió no volver a verle nunca más. Eres tu quien alimento mi libertad
amarte y no necesitar de nada
tan solo tu mirada en mi.
Y llegaste y conocí un nuevo día
entraste a mi vida
mi cómplice te hacías.
No fue difícil encontrar la calma
le hablaste a mi alma
fue mía la verdad. - Si, fue ahí donde le comencé a amar –siguió corriendo hasta detenerse frente al jardín de los Sakuras y ahí bajo uno de ellos se encontraba él, el de mirada amatista, el de carácter infantil que pocas veces con madurez actuaba, el que siempre su amistad le ofreció y le robó su corazón- Ahora estoy seguro, ya no temo más… Con paso lento fue acercándose más y más y pudo notar que con mucho esmero el chico había preparado un pequeño manjar pero nada había tocado, ni la comida ni mucho menos los postres que tanto amaba, solo estaba ahí sentado con una triste mirada perdida en algún lugar.
- Hisoka… -murmuró. - Aquí estoy –le respondió quedito.
Me asomo un momento
a ese universo que eres tu
y siento que quisiera descubrir
un poco mas de ti.
Eres tu el silencio que me hizo hablar
la voz que en mi dormía
la fe que me abrigaba en tu mirar.
- Hiso… -sus sorprendidas palabras se vieron interrumpidas por el dedo índice que el rubio puso sobre sus labios. - Gomen –se disculpó arrodillándose frente a él y cerrando los ojos sus labios se atrevió a rozar en un tímido y suave beso. - “Hisoka… a caso tú…” -pensó con sorpresa al recibir el beso.
Eres tu quien alimento mi libertad
amarte y no necesitar de nada
tan solo tu mirada en mi.
Eres tu el silencio que me hizo hablar
la voz que en mi dormía
la fe que me abrigaba en tu mirar.
- Si, yo también te amo y contigo quiero estar –respondió a su pensamiento con un tierno mirar. - Hisoka –de nuevo la sorpresa y entonces el rostro triste se desvaneció- “me corresponde, que feliz estoy”
Eres tu quien alimento mi libertad
amarte y no necesitar de nada
tan solo tu mirada en mi.
Tan solo tu mirada en mí. Bajo un arbol de Sakura declararon su amor, bajo un arbol de Sakura el amor floreció. Dos chicos totalmente diferentes de los dos pero unidos bajo un mismo sentimiento y un mismo dolor, dolor que ahora juntos borrarían, dolor que juntos superarían, dolor que con el tiempo se convirtió en amor.
FIN.