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Arcadia por endora

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada. Hago este fanfiction sin fines de lucro.

Este fanfic fue escrito para un evento de Saint Seiya Yaoi Foro, Halloween Remixes 2019 y es un remix del Fanfic "Misión Conflictiva" del Ficker "Paxito" que se encuentra publicado en ese mismo foro.

Capitulo 1





Una nueva misión al lado de Perseo, yupi. Pensaba en lo profundo de mi mente lleno de sarcasmo. Nunca hacia lo que yo le decía y el incidente de la última vez, sentí que los colores me subían al rostro de solo recordarlo. Menos mal Hound no estaba cerca o sería un lio el tratar de explicar la imagen en mi cabeza de Perseo tragándome la verga.

Aclare mi garganta cuando la azafata me entrego una bebida. Le di un trago y por el rabillo del ojo lo observe, estaba ahí sentado con los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho. Abrió un ojo.



“¿Seguro que no los podemos matar a todos?”



“Seguro. El patriarca especifico que teníamos que ir de incognito e infiltrarnos y avisar de cualquier ‘suceso extraño’” suspire, no podrían ser más específicos con los pormenores de que era exactamente lo que buscábamos en esa misión “Si los matamos a todos nosotros seremos ese suceso extraño



“Sería más sencillo así” volteo a verme con una sonrisa de auto satisfacción.



“Por última vez controla tus instintos asesinos y hazme caso” maldito cabrón habría sido el final de la frase perfecta. Di un bufido y decidí mirar por la ventana, ¿Pasaría algo si lo arrojase del avión? Con esa dulce fantasía pude tranquilizarme hasta que estuvimos en tierra.



El viaje al hotel fue relativamente calmo, no hablamos de mucho en el taxi y procuramos lucir lo más naturales posibles. Aunque no sé si el taxista creyó que éramos unos buenos amigos, parientes obligados a viajar juntos o una pareja que había tenido un disgusto de último minuto. Sea como fuese habíamos llegado al hotel en el que compartiríamos habitación.



“Ya están aquí las invitaciones y los smoking” la habitación había sido reservada con antelación por el Santuario y cuando llegamos un par de sobres, dos trajes y dos pares de zapatos ya estaban esperándonos en esta.



“¿El otro sobre de que es?” se acercó por detrás mío y miro el segundo sobre.



“No me respires en la oreja” le pedí antes de abrir el segundo sobre en color blanco, el primero que contenía una invitación y dos pases era en un dorado muy llamativo “Es un número de teléfono, supongo” mire dentro del sobre y lo sacudí un poco “No hay nada más dentro” Argol me miro de forma significativa, a decir verdad a mí tampoco me cuadraba del todo el extraño papel, una hoja de tamaño carta con un numero de diez dígitos impreso en esa, sin nada más, ni nombres o indicaciones, nada.



Me senté sobre la cama y estudie el mapa que me había sido entregado de la ciudad en la que estábamos para tener una idea del perímetro. Argol por su parte daba vueltas por la habitación con una mano rascando su barbilla y soltando bufidos de frustración.



“Pareces bestia enjaulada” le dije ya arto y algo mareado con tanta vuelta.



“Esto no tiene ni pies ni cabeza. Y sabes que prefiero el camino corto” me sonrió de forma un tanto malévola, imaginando, supongo, como convertía a media ciudad en piedra.



Solté un sonido de desaprobación y desagrado “Pues que pena, porque según las órdenes del Patriarca se hará de una manera más discreta y eso incluye no andar jugando al escultor por la ciudad” sonreí con altanería “Ya relájate”



“No puedo relajarme, necesito algo que me ayude” me miro con una sonrisa entre pervertida y burlona “Sexo, por ejemplo” me cerro un ojo.



Yo le solté un bufido “Pues búscate una prostituta” abrió la boca y levanto su índice hacia mi “Ni se te ocurra decir algo de mal gusto o terminaras con mi puño clavado en el culo” sentí que mi entrecejo se fruncía un poco.



Argol soltó una sonora carcajada “Me agrada la idea del fisting



“Puerco” la alarma sonó haciendo eco en la habitación “Es hora de arreglarnos” me levante y me encamine al cuarto de baño para darme una ducha.



“¿Pusiste alarma, quien eres mi abuela?” puso los brazos en jarra, lo insulte en francés y seguí mi camino, pero por el rabillo del ojo lo vi revisar las tallas de los trajes.



El agua ciertamente me tranquilizo, solía tener ese efecto en mí, no solo limpiaba mi cuerpo y mi alma, sino también revitalizaba mi cerebro, era como si su sonido le hiciese una limpieza profunda a mi cabeza. Salí más calmado de la ducha. Lave mis dientes y me encamine hacia afuera con solo una toalla cubriendo desde mi cintura a mis rodillas.



“Listo, el baño está desocupado” lo vi chequear el mapa, el cual dejo sobre su cama, asintió con la cabeza y paso a mi lado sin decir nada más.



Tome el traje de mi talla y me lo puse, un azul marino muy oscuro con una camisa blanca y zapatos negros, odiaba las corbatas de moño así que tome una normal y le relegue ese chisme a Argol, arregle mi cabello en una coleta baja, no pensaba cortarlo por más que pareciera estorbar en las misiones donde tenía que infiltrarme.



Cuando salió de la de la ducha lo hizo desnudo y descaradamente se vistió delante mío sin importar las vistas panorámicas que me daba de su culo y su verga en diferentes posiciones.

Yo llevaba mí vista de la colgante verga de Argol al mapa que tenía abierto sobre mi cama “He marcado un perímetro ‘seguro’ alrededor del domicilio al que iremos y posibles rutas de escape en caso de que se necesitase, así como del hotel en dado caso de que tuviésemos que huir.



“¿Dos Caballeros de Plata huyendo?” sonrió socarronamente.



Me encogí de hombros restándole importancia a su comentario y actitud “Es solo prevención” era una medida que siempre tomaba, aunque dicho sea nunca había huido de alguna misión, pero siempre tomaba ese tipo de precauciones, era mejor tener un plan de respaldo y conocer medianamente el sitio donde se efectuaban las misiones.



Una hora después estábamos entrando en la mansión en la que según la invitación y los pases se celebraría una fiesta ¿Qué tipo de fiesta? Ni idea. Pero habíamos dado una vuelta alrededor del lugar tratando de ver algo sospechoso, lo único que notamos fue la enorme barda “más parecida a una muralla- que rodeaba la casa. Nada anormal, si lo veíamos desde el punto de vista del tamaño de la mansión y al entrar todo tomo más sentido, se veían antigüedades por todos lados y cosas de colección e importadas también.



“Sigo sin entender ¿Qué demonios busca aquí el Santuario? Todo lo que veo es gente de elite disfrutando de una aburrida fiesta con aburrida música” habíamos dejado nuestros abrigos en la entrada de la mansión y estábamos tratando de mezclarnos en el montón de gente que se paseaba por aquí y por allá tomando alguna bebida, aperitivo o botana, riendo hasta porque la mosca volaba.



“Ni idea, no veo nada raro, pero si nos enviaron fue por algo. Así que a buscar. No podemos interrogar a nadie por obvias razones. Pero habrá que valerse de alguna artimaña para sacarles algo. Busca alguna chica y baila con ella, sedúcela, lo que sea”



“Bien, pero luego no te pongas celoso” sonrió de lado con altanería.



Puse los ojos en blanco e iba a contestarle cuando unos zapatos de taco alto se escucharon justo detrás mío, un perfume muy particular llego a mi nariz y escuche una voz femenina.



“Buenas noches jóvenes” me volví y vi a una mujer de mediana edad, muy elegante y guapa, el aire de superioridad y distinción que despedía de inmediato me dieron la impresión de que era alguien muy importante ahí.



Madame” la salude educadamente haciendo una reverencia Algol hizo lo mismo.



“Me disculparan que no haya venido antes a darles la bienvenida, pero como notaran son demasiados los invitados y apenas tuve la oportunidad de venir a presentarme” nos sonrió y miro de arriba abajo. Lo cierto era que Argol se veía bastante bien, en ese traje marrón claro, además había logrado que se atase el cabello en una coleta alta, si no hablaba y decía alguna cosa inoportuna era muy probable que pasáramos inadvertidos. Aunque le mirada cautelosa de la mujer me hacía estar en guardia “Mi nombre es Letha Megalos y cualquier cosa que necesiten no duden en pedírmela” dio un chasquido y enseguida un hombre joven apareció detrás de ella, era extraño que no me hubiese percatado de su presencia antes y a juzgar por la expresión de Argol “que observe por acto reflejo por el rabillo del ojo- parecía que él también acababa de darse cuenta de su desgarbada presencia. Él chico nos extendió un par de copas de lo que parecía champagne, las cuales aceptamos.



“Un honor y placer conocerla Madame, soy Alexandre Belrose y mi acompañante es Malek Bishir” Argol se inclinó de nuevo. Esos eran los alias que más usábamos en las misiones y con los que estábamos más familiarizados. La mujer extendió hacia mí su mano enguantada, la cual acune en la mía y bese con delicadeza sus nudillos, procurando mirarla fijamente a sus ojos, de un ámbar bastante llamativo. Me sonrió complacida ante este gesto.



“Quedan en su casa y yo a sus órdenes” sonrió y bajo levemente su cabeza en claro signo de cortesía. Se alejó de nosotros hacia un grupo de hombres el cual se calló inmediatamente con solo verla.



“Valla” Argol se llevó la copa a sus labios, la cual pare de la forma más discreta que pude.



“No bebas ni comas nada de lo que aquí hay y menos si te lo ofrecen, apaga por completo el rastro de tu cosmos” alzo una ceja pero fingió que reíamos de algo que le dije y miro despreocupado hacia una chica cercana “Además, no soportas el alcohol y no voy a cargar con la responsabilidad de encontrar Zeus sepa qué y de cargar a cuestas un borracho cachondo. Solo finge beberla y a la primera oportunidad tira la bebida en alguna maceta”



“Está bien…” vaya me haría caso y yo que ya iba a llamar a un taxi que se lo llevase borracho a algún lugar.



“Ahora, busquemos pistas de lo que sea que pase aquí”



Nos separamos y dimos un par de vueltas por el salón. Todo parecía tan normal que era sospechoso. No había riñas, todos parecían llevarse bien, estar demasiado felices, saque a bailar a una que otra mujer, pero no pudimos hablar de nada relevante. En realidad solo hablaban de cosas banales, creí que al sacar a una mujer madura me sería más fácil que hablase de los invitados, no sé, chismes por lo menos, habladurías. Pero nada, se limitaban a sonreírme y preguntarme por Francia. Ya ni siquiera recordaba Francia a estas alturas, así que tuve que ingeniármelas para deshacerme de ellas.



Al fin me reuní de nuevo con Argol, después de conversar con un chico. Parecía estar interesado en que lo acompañase a una habitación en particular, me cite con él más tarde.



“¿Averiguaste algo?” me dijo fingiendo que bebía de una copa de lo que parecía ginebra. Negué con la cabeza y metí mis manos en los bolsillos para ocultar cualquier movimiento involuntario ocasionado por la frustración que sentía “Baile con algunas chicas” continuo bajando la copa y haciendo oscilar entre su palma “Pero no saben nada. Son simples invitadas al igual que ‘nosotros’ lo único de relevancia que dijeron fue que éramos unos afortunados por estar ahí esta noche, ya que muchos de los presentes en la fiesta son gente influyente que funge como patrocinadores de artistas novatos. Por lo cual pensó que era uno de ellos. Por lo que pude averiguar, si alguno de los patrocinadores te selecciona y le gusta tu obra te dará el financiamiento para que continúes” asentí, a decir verdad al intentar obtener información de quienes parecían los más influyentes ahí, no había conseguido absolutamente nada “El quid del asunto es que no todos los que están aquí son artistas” alce la ceja “Fíjate bien en todos, la mayoría de los invitados son jóvenes, pero hay incluso gente sin hogar, turistas ¿Y ya te diste cuenta de que…?”



Asentí, había paseado mi vista alrededor del salón donde estábamos “Hay menos gente que hace una hora”



“Exacto. Y esas invitaciones, me parecieron extrañas desde que las vi. No hay nombres, solo dirección y números de referencia con un mensaje bastante anodino y ambiguo, prestado a cualquier interpretación. Sospecho que pueden ser claves o incluso un anagramas” asentí, la verdad era que yo también había pensado en eso.



“¿Trata de blancas o una red de prostitución?” espete lo más quedo posible.



“Puede ser, pero está el hecho de que unas de las chicas afirman conocer a uno de esos ‘artistas’ el cual salto a la fama hace poco. Por lo que podría ser una red de prostitución de otra índole, aludiendo a las cortesanas de antaño o hasta quizá se trate de tráfico de drogas o armas” asentí ante esto.



“Señor Belrose, Bashir. Aquí los encuentro” la voz de la mujer elegante se dejó escuchar, tan fuerte y segura como la primera vez. Ambos volteamos a verla ocultando nuestra mueca de asombro tras una sonrisa “¿Podían hacerme el favor de seguir a Neo? me gustaría tratar algo en privado”



“Por supuesto” le hice una profunda reverencia, al parecer la oportunidad venía a nosotros.


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