Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TÚ TE ATREVES por Mir_Min18

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

SI TÚ TE ATREVES

Me he dado cuenta,

Ha ido surgiendo,

Poquito a poco, entre los dos

Una corriente que nos desborda

No contenemos ni tú ni yo

Ya todos notan cuando nos vemos

Que yo te presto más atención

 

-          ¿Y Minho, sigue enfermo señora Choi?.

-          Solo un poco, pero no te preocupes por él joven Lee, usted debe preocuparse por otras cosas, como estar listo para la cena de negocios de su padre.

-          Suspiré con pesadez ante aquella frase y solo pude asentir – lo sé, ya me voy – diciendo esto me fui corriendo hacia mi habitación.

Minho, Minho, Minho, Minho~

Mi mente estaba inundada de aquel nombre, tan lindo, tan bonito, tan perfecto, pero…. ¿Quién era Minho? Sencillo, fácil de describir, él… el famoso Minho, era el hijo de la ama de llaves de mi casa, él llego a mi casa mucho antes que naciera, de hecho mi madre dice que lo primero que vi fue a Minho, quien husmeaba en la habitación de mis padres con tal de conocer “al nuevo patrón”; Mi nana, la señora Kim, dice que mi primera palabra fue “Mimo” un claro ejemplo desfallecido por nombrar al tonto ser humano que invade mis sentidos, mi mente y cada una de las partículas de mi piel, porque las evidencias no me dejaran mentir, pero en cada foto que tengo, en cada video y en cada recuerdo lo único común de estos son que en todas esta MINHO~ , tonto modelo adolescente que me hace desvelarme pensando en él, deseándolo como todo niño caprichoso adinerado, deseándolo completamente nada más para mi.

-          Joven Lee – me llamo una de las empleadas desde el otro lado de la puerta así que detuve mis pensamientos y musite un suave “adelante” – Minho le ha mandado esto – menciono mientras me tendía un pequeño sobre color manila.

-          Una carta – dije de lo más emocionado, lanzándome para tomarla, de hecho se la arrebate pero eso no me importa al final de cuentas solo es una más de las estúpidas empleadas que le coquetean sin descanso a mi moreno, alto y fuerte Minho – ¿Aún sigues aquí? – pregunté con la voz cargada de odio y observándole con desagrado.

-          Lo lamento joven, con…con permiso

-          Te estás tardando, vete de una vez, necesito privacidad para leer MI carta, la que MINHO me mando – si lo sé puedo llegar a ser un odioso, pero me importa tan poco, esta tarada tiene de inocente y de tierna lo que yo tengo de africano – ah por cierto,  ni se te ocurra ir a molestar a Minho, él….él tiene que descansar – sin más y con un gesto de odio hacia mí, salió de mi habitación cerrando la puerta de golpe – estúpida – dije entre dientes; al recordar la carta solo pude sonreír como adolescente enamorado, me lancé a la cama para leer más cómodamente.

 

Taeminnie – diablos solo he leído una palabra y ya estoy ruborizado, amo y adoro infinitamente que me diga así, de hecho, es al único al que le permito decirme tantos apodos y cosas cursis, ni mis padres tienen tal derecho – quiero pedirte un enorme favor pequeño, de hecho son muchos favores, el primero deja de venir con mi madre cada cinco minutos a preguntar si sigo enfermo, el doctor dijo que debía estar en cama siete días y hoy solo van 5 mi precioso – diablos, me siento enojado porque me prohíba ir a preguntar por él pero también me siento feliz de saber que ya casi podré verle y sobretodo que use esa hermosa palabra posesiva, suspiré enamorado y seguí leyendo –deja de preocuparte tanto, solo es un resfriado, pero sabes bien que no puedo verte, aunque debo admitir que estos días han sido una tortura sin poder tocarte, abrazarte o besarte – bien oficialmente mis mejillas y mis orejas estaban coloradas, porque aunque no me bese en los labios, algo que odio en verdad, suele besarme en las mejillas y la frente, según él es por el cariño y el deseo de protección que tiene hacía mi, pero yo sé que no, Minho me ve con la misma necesidad que yo le veo a él – hahhaha~ de seguro debes estar rojito como tomate, también extraño eso – diablos odio que me conozca tanto… mmm no, la verdad no lo odio – tranquilo ya solo nos quedan unos cuantos días separados, esta sería la quinta vez que nos separan por tanto tiempo, pero si sobrevivimos a tu cuarentena por la influeza y a mi bimestre por la rubeola y el sarampión, creo que podemos sobrevivir un par de días más, ¿No crees eso mi precioso? – ante aquello solo pude suspirar y asentir como si él pudiera verme – también quiero que trates de ser amable con las empleadas, de seguro en estos días les has gritado a más de seis, se que debes estar enojado, y no, no es porque me guste alguna de ellas – empuñe mis manitas un poco e hice un puchero de molestia, porque sabía y confiaba en lo que él me decía, a Mi Minho, no le gustaba ninguna de las empleadas, pero aun así los celos no me impedían sentir odio por ellas, y más porque ellas si podían verle y yo, bueno… yo estaba castigado por que mis padres sobreprotectores no permitirían que su primogénito se enfermará – solo es porque, no debes olvidar quien eres y que sea lo que sea, el motivo que sea, eres un Lee y debes ser educado, caballeroso y respetuoso, confío en ti mi precioso. Por cierto, un favor más, se que esta noche es la cena de tu padre y lamentablemente no podré estar presente, por ello con el derecho que tengo de decirte esto, TE PROHIBO TOTAL E IRREVOCABLEMENTE LEE TAEMIN – diablos, esto no es bueno, el no me llama así ni escribe así a menos que este molesto, así que con algo de miedo me dispuse a seguir leyendo – que te le acerques al idiota de Kim Jong In, sé que el tonto viene una vez más con las enormes intenciones de hacerse “cercano” a ti, y sé que aunque tus padres no te permitirán tanta cercanía porque son más celosos que yo; aun así te quiero lejos de él y antes de que preguntes el porqué, solo sigue ordenes pequeño malcriado, sigue las ordenes que te doy porque si me entero que te toco un solo cabello, él las pagara caro y tú… bueno, ya buscare la forma de castigarte y si recuerdas tus castigos, sabes que no son nada lindos – Yah, te odio Choi Minho - hice un enorme puchero y desvíe mi mirada, odiaba el poder que tenía sobre mí porque las veces que me ha castigado sufro demasiado, sabe el cómo castigarme y yo en verdad no deseo que vuelva a comportarse como un simple empleado estando conmigo, solo ignorándome y siendo un “perro fiel” a su amo, bien Minho ya entendí nada de acercarme a Jong In– perdona, pero el saber que él te tendrá cerca y no estaré ahí cuidándote cada segundo, me cabrea.

Bueno mi precioso, me despido por hoy, recuerda que te quiero demasiado y que cada día queda menos tiempo por estar lejos de ti, te quiero, te quiero, te quiero. Cuídate mucho, se despide con cariño y protección, Tu Minho.

 

Al terminar de leer simplemente sonreí, la toma de nuevo de forma cuidadosa, la metí de nuevo al sobre y  me levante de la cama; abrí el armario y saque aquel baúl color azul donde tenía las 325 cartas y ciertos regalos especiales de mi alto moreno.

 

-          Una más – sonreí y me quede viendo aquel mar de papeles, lo sé se suponía que un futuro empresario adinerado, casi dueño de una cuarta parte de Corea, no debía prestarle tanta atención al hijo de una ama de llaves, sabía que había algo de interés más allá del fraternal entre los dos, pero al menos todos en la casa Lee ya sabían que mi protección, mi atención y todo de mi, iba dirigido completamente para Minho, y que aquella química entre los dos era algo que nada ni nadie podría eliminar, eso hasta mis padres lo sabían porque siempre que podían llamaban a mi Minho “hierno” y él, él solo sonreía y les contestaba con un simple “suegros” acompañado de una reverencia que para todos significaba respeto hacia los patrones.

 

SI TÚ TE ATREVES

Me he dado cuenta,

Ha ido surgiendo,

Poquito a poco, entre los dos

Una corriente que nos desborda

No contenemos ni tú ni yo

Ya todos notan cuando nos vemos

Que yo te presto más atención

 

-          ¿Y Minho, sigue enfermo señora Choi?.

-          Solo un poco, pero no te preocupes por él joven Lee, usted debe preocuparse por otras cosas, como estar listo para la cena de negocios de su padre.

-          Suspiré con pesadez ante aquella frase y solo pude asentir – lo sé, ya me voy – diciendo esto me fui corriendo hacia mi habitación.

Minho, Minho, Minho, Minho~

Mi mente estaba inundada de aquel nombre, tan lindo, tan bonito, tan perfecto, pero…. ¿Quién era Minho? Sencillo, fácil de describir, él… el famoso Minho, era el hijo de la ama de llaves de mi casa, él llego a mi casa mucho antes que naciera, de hecho mi madre dice que lo primero que vi fue a Minho, quien husmeaba en la habitación de mis padres con tal de conocer “al nuevo patrón”; Mi nana, la señora Kim, dice que mi primera palabra fue “Mimo” un claro ejemplo desfallecido por nombrar al tonto ser humano que invade mis sentidos, mi mente y cada una de las partículas de mi piel, porque las evidencias no me dejaran mentir, pero en cada foto que tengo, en cada video y en cada recuerdo lo único común de estos son que en todas esta MINHO~ , tonto modelo adolescente que me hace desvelarme pensando en él, deseándolo como todo niño caprichoso adinerado, deseándolo completamente nada más para mi.

-          Joven Lee – me llamo una de las empleadas desde el otro lado de la puerta así que detuve mis pensamientos y musite un suave “adelante” – Minho le ha mandado esto – menciono mientras me tendía un pequeño sobre color manila.

-          Una carta – dije de lo más emocionado, lanzándome para tomarla, de hecho se la arrebate pero eso no me importa al final de cuentas solo es una más de las estúpidas empleadas que le coquetean sin descanso a mi moreno, alto y fuerte Minho – ¿Aún sigues aquí? – pregunté con la voz cargada de odio y observándole con desagrado.

-          Lo lamento joven, con…con permiso

-          Te estás tardando, vete de una vez, necesito privacidad para leer MI carta, la que MINHO me mando – si lo sé puedo llegar a ser un odioso, pero me importa tan poco, esta tarada tiene de inocente y de tierna lo que yo tengo de africano – ah por cierto,  ni se te ocurra ir a molestar a Minho, él….él tiene que descansar – sin más y con un gesto de odio hacia mí, salió de mi habitación cerrando la puerta de golpe – estúpida – dije entre dientes; al recordar la carta solo pude sonreír como adolescente enamorado, me lancé a la cama para leer más cómodamente.

 

Taeminnie – diablos solo he leído una palabra y ya estoy ruborizado, amo y adoro infinitamente que me diga así, de hecho, es al único al que le permito decirme tantos apodos y cosas cursis, ni mis padres tienen tal derecho – quiero pedirte un enorme favor pequeño, de hecho son muchos favores, el primero deja de venir con mi madre cada cinco minutos a preguntar si sigo enfermo, el doctor dijo que debía estar en cama siete días y hoy solo van 5 mi precioso – diablos, me siento enojado porque me prohíba ir a preguntar por él pero también me siento feliz de saber que ya casi podré verle y sobretodo que use esa hermosa palabra posesiva, suspiré enamorado y seguí leyendo –deja de preocuparte tanto, solo es un resfriado, pero sabes bien que no puedo verte, aunque debo admitir que estos días han sido una tortura sin poder tocarte, abrazarte o besarte – bien oficialmente mis mejillas y mis orejas estaban coloradas, porque aunque no me bese en los labios, algo que odio en verdad, suele besarme en las mejillas y la frente, según él es por el cariño y el deseo de protección que tiene hacía mi, pero yo sé que no, Minho me ve con la misma necesidad que yo le veo a él – hahhaha~ de seguro debes estar rojito como tomate, también extraño eso – diablos odio que me conozca tanto… mmm no, la verdad no lo odio – tranquilo ya solo nos quedan unos cuantos días separados, esta sería la quinta vez que nos separan por tanto tiempo, pero si sobrevivimos a tu cuarentena por la influeza y a mi bimestre por la rubeola y el sarampión, creo que podemos sobrevivir un par de días más, ¿No crees eso mi precioso? – ante aquello solo pude suspirar y asentir como si él pudiera verme – también quiero que trates de ser amable con las empleadas, de seguro en estos días les has gritado a más de seis, se que debes estar enojado, y no, no es porque me guste alguna de ellas – empuñe mis manitas un poco e hice un puchero de molestia, porque sabía y confiaba en lo que él me decía, a Mi Minho, no le gustaba ninguna de las empleadas, pero aun así los celos no me impedían sentir odio por ellas, y más porque ellas si podían verle y yo, bueno… yo estaba castigado por que mis padres sobreprotectores no permitirían que su primogénito se enfermará – solo es porque, no debes olvidar quien eres y que sea lo que sea, el motivo que sea, eres un Lee y debes ser educado, caballeroso y respetuoso, confío en ti mi precioso. Por cierto, un favor más, se que esta noche es la cena de tu padre y lamentablemente no podré estar presente, por ello con el derecho que tengo de decirte esto, TE PROHIBO TOTAL E IRREVOCABLEMENTE LEE TAEMIN – diablos, esto no es bueno, el no me llama así ni escribe así a menos que este molesto, así que con algo de miedo me dispuse a seguir leyendo – que te le acerques al idiota de Kim Jong In, sé que el tonto viene una vez más con las enormes intenciones de hacerse “cercano” a ti, y sé que aunque tus padres no te permitirán tanta cercanía porque son más celosos que yo; aun así te quiero lejos de él y antes de que preguntes el porqué, solo sigue ordenes pequeño malcriado, sigue las ordenes que te doy porque si me entero que te toco un solo cabello, él las pagara caro y tú… bueno, ya buscare la forma de castigarte y si recuerdas tus castigos, sabes que no son nada lindos – Yah, te odio Choi Minho - hice un enorme puchero y desvíe mi mirada, odiaba el poder que tenía sobre mí porque las veces que me ha castigado sufro demasiado, sabe el cómo castigarme y yo en verdad no deseo que vuelva a comportarse como un simple empleado estando conmigo, solo ignorándome y siendo un “perro fiel” a su amo, bien Minho ya entendí nada de acercarme a Jong In– perdona, pero el saber que él te tendrá cerca y no estaré ahí cuidándote cada segundo, me cabrea.

Bueno mi precioso, me despido por hoy, recuerda que te quiero demasiado y que cada día queda menos tiempo por estar lejos de ti, te quiero, te quiero, te quiero. Cuídate mucho, se despide con cariño y protección, Tu Minho.

 

Al terminar de leer simplemente sonreí, la toma de nuevo de forma cuidadosa, la metí de nuevo al sobre y  me levante de la cama; abrí el armario y saque aquel baúl color azul donde tenía las 325 cartas y ciertos regalos especiales de mi alto moreno.

 

-          Una más – sonreí y me quede viendo aquel mar de papeles, lo sé se suponía que un futuro empresario adinerado, casi dueño de una cuarta parte de Corea, no debía prestarle tanta atención al hijo de una ama de llaves, sabía que había algo de interés más allá del fraternal entre los dos, pero al menos todos en la casa Lee ya sabían que mi protección, mi atención y todo de mi, iba dirigido completamente para Minho, y que aquella química entre los dos era algo que nada ni nadie podría eliminar, eso hasta mis padres lo sabían porque siempre que podían llamaban a mi Minho “hierno” y él, él solo sonreía y les contestaba con un simple “suegros” acompañado de una reverencia que para todos significaba respeto hacia los patrones.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).