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Entre mares y tierras por Dantalion118

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Notas del fanfic:

Espero les guste

Notas del capitulo:

Disfruten

Hola, me presento, soy Dantalion, he de presentarme o esta historia no podría empezar, antes de todo, querido lector, debes conocer que, la Edad de oro de la piratería es una denominación común dada a uno o más surgimientos de piratería en la historia marítima durante las fases tempranas de la Edad Moderna. La Edad dorada de la piratería duró desde 1620 hasta 1795 y cubre tres surgimientos separados de piratería:

* El periodo de los bucaneros durante 1620 y 1683, caracterizado por marineros anglo-francés establecidos en Jamaica e Isla de la Tortuga atacando colonias españolas y navegando en el Caribe y el este del Pacífico

*La Ronda del pirata de 1690, asociada con viajes de larga distancia desde Bermuda y América para robar a objetivos musulmanes y de la Compañía Británica de las Indias Orientales en el océano índico y el mar rojo; y

*El periodo post-Guerra de Sucesión Española, entre 1714 a 1726, cuando marineros anglo-americanos y corsarios desempleados después de la Guerra de Sucesión Española se convirtieron en masa a la piratería en el Caribe, la zona marítima del este de América, las costas Africanas del Oeste y el océano Índico.

Una vez conociendo lo anterior te debo decir otra cosa, esta historia te la narrare tal y como me la contaron, estará llena de humor, de lágrimas, magia, cosas que te sorprenderán y personajes que tal vez tú también odiaras, pero te invito a no guiarte por mis palabras si no a que reflexiones y tú también te auto cuestiones, ¿Qué hubieras echo tú?

Esta historia se centrará a finales del periodo de los bucaneros e inicio del periodo de la ronda del pirata es decir en 1685, en una pequeña ciudad de España, Aighal, olvidada tal vez por el mismísimo dios al cual se servía con suma devoción y amor.

El fuerte y cruel frio no perdonaba a nadie, amenazaba a gran cantidad de niños con morir de hipotermia, asma, entre otras enfermedades y no solo a los infantes inclusive a los ancianos y a uno que otro adulto, el medicamento y comida escaseaban y salir del pequeño lugar era salir en busca de una muerte segura, pocos se atrevían a salir debido a eso, realmente uno que otro salía en busca de una mejor vida, no para ellos, si no, para sus familias, realmente lo que todo padre siempre quiere es ver a sus hijos crecer sin carencias, teniendo lo mejor, teniendo aquello que ellos no tuvieron de niños, comida, salud, juguetes entre otras cosas

A las orillas del puerto se localizaba una pequeña casa de ladrillo, un pequeño cuarto de tan Solo 4 paredes, una cama poco cómoda, con un solo baño medio decente y un brasero el cual permitía calentar la escasa comida que se lograba adquirir.

En ella se encontraba un rubio de ojos azules como el mismísimo mar descansando plácidamente en la tibia cama que compartía con su pareja después de hacer el amor.

-oye Gaara...- Llamo el doncel con un suave sonrojo mientras abrazaba a un pensativo peli rojo por la espalda.

- ¿qué pasa cariño? - cuestiono con una suave sonrisa viéndole de reojo para acariciar los rubios cabellos alborotados que parecían los de un niño recién despierto.

- ¿en qué piensas? - cuestiono el rubio un tanto preocupado, él sabía que cuando Gaara ponía ese rostro significaba que se traía un plan entre manos, fuera malo o bueno lo involucraba a él.

Hacía más de 6 meses que él y Gaara Vivian juntos en ese lugar, Naruto no tenía padres y mucho menos familia y Gaara, el solo contaba con sus hermanos, sin embargo 5 meses después de conocerse Gaara le propuso ser Novios y mes y medio después ya se hallaban viviendo juntos sin contar que su vida sexual era demasiado activa, dirás que es algo estúpido, nadie apresuraría las cosas así, pero Naruto lo amaba, realmente lo hacía, cumplía cualquier cosa que el mayor quisiera o quizás, solo estaba necesitado de amor y apenas alguien mostro un poco de afecto él, él lo confundió con amor y allí estaba, dependiendo de aquel ser al que amaba.

-en que ya no es sano vivir aquí...- musito mientras devolvía su mirada perdida en la ventana –no hay trabajo, comida y las enfermedades llegan como si las invitaras- comento suspirando mientras volvía a acostarse a su lado para abrazarlo.

-salir sería un suicidio y más si no conoces el exterior, yo tengo trabajo, estamos bien así- comento el rubio intentando sonar razonable ante el mayor.

-lo sé, sin embargo, mañana, mañana finalmente podría Salir de este asqueroso lugar...- exclamo soltando un suspiro de alegría –gracias Naruto por a ver convivido todo este tiempo conmigo y, sobre todo, por apoyarme- sonrió mientras besaba sus manos.

Él menor sintió su mundo caer, esas palabras acaso significaban que... ¿le dejaría?, no.., NO!, Gaara no era así...

-partiré mañana apenas amanezca- dijo el peli rojo ante el silencio del rubio el cual parecía ido.

-Entonces, ¿Dónde quedo yo? - exclamo finalmente mirando con sus ojos lloros al mayor mientras se apartaba de él de forma brusca –Gaara, ¿Qué fui yo para ti? - interrogo con un tono más serio y dolido viéndole - ¿signifique algo? - volvió a interrogar mientras le veía dolido no solo por él, sino por el ser que venía en su vientre –olvídalo...- dijo dándose la vuelta para arroparse, se sentía usado y desechado y es que, gráficamente, eso era para Gaara, un muñeco con él que mato el rato y ahora le abandonaba.

-Naruto, tu significaste mucho para mí y sigues significando, mi hermoso rubio- susurro en su oído –pero por favor, piensa en mí..., mi sueño siempre ha sido salir de aquí- exclamo intentando sonar convincente –además, fue bonito mientras duro, no te olvidare nunca- susurro en su oído.

-te llevas todas tus cosas, no olvides nada- pidió mientras cubría su rostro del cual, silenciosas lagrimas resbalaban mojando aquellas mantas.

-de acuerdo- musito el pelirrojo no muy convencido, a veces el menor podía ser demasiado infantil, tal vez tenía un poco de razón pero aun así, estaba exagerando.

-Gaara...- llamo Naruto mientras su diestra se aferraba a su vientre en acción de protegerlo

-dime...- pidió el contrario con una pequeña esperanza de ser perdonado y despedido con una sonrisa.

-no vuelvas- dijo secamente mientras el llanto fluía libremente.

Gaara mordió su labio inferior y se puso de pie, eran las 5 de la mañana cuando se podía ver al pelirrojo recogiendo todas sus casas guardándolas en aquellas viejas mochilas, una vez termino, miro al rubio que dormía profundamente, nunca había querido hacerle daño, sin embargo, ese lugar no era vida, saldría, buscaría trabajo, se volvería alguien importante y entonces un día ...

-volveré por ti... Naruto-

Susurro besando su frente para arroparlo y sonreír suave para marcharse finalmente, se embarcó en aquel barco de carga que lo llevaría al sueño prometido, su cartera portaba una foto del rubio y sus ojos portaban aquella esperanza de una mejor vida como la que todo ser humano desea encontrar.

 

Notas finales:

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