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Casa del arbol por Palta Triacont

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Notas del capitulo:

Notas de autor:

El guitarrista pajero y el huarén desesperado:
Originalmente este fic se iba a llamar "la cachita en el árbol" pero por estética y posibles malos entendidos, decidimos dejarla como está arriba.
Surgió en nuestro hermoso paseo a la piscina, un sitio bastante vegetado, cuando nos ocultabamos de los primos ratones de la hinata tras los arbustos... escribiendo en una olvidada agenda escolar... y terminamos en mi casa (guitarrista)
porque, ¿Adivinan?, si, se quedó ahí
*el huarencito aprendió a nadar**el guitarrista anduvo todo el día casi en bolas**entre ambos comieron 9 completos**¡somos mujeres!*

­­Casa del Árbol

by: El guitarrista pajero y el huarén desesperado

Casi 40ºC caían pesadamente en la ciudad de Tokio, intensificándose en el pequeño estudio de Yuki, donde el ventilador trabajaba inútilmente.
El notebook emitía aún más calor, logrando que el escritor no lograra terminar la novela. Para colmo comenzaron insistentes sonidos provenientes del teléfono, pero consiguieron sacarlo de su sopor.
- Mochi, mochi, Shuichi al habla - tal como había supuesto el rubio, su amante no tardaría en contestar, por eso no le causaba mayor conmoción. Alzó inconcientemente una ceja.
- Oh, si, me hace mucha ilusión, voy encantado - el cantante hizo una pausa, escuchando - ¡Que si voy! ¡Que si vamos! ¡Obvio!
Una gota de exasperación descendió por la cara de Yuki, la emoción de Shuichi enfocada a los gritos nuevamente reinaba en el departamento mezclándose perfectamente con el agobiante calor. Durante las vacaciones de verano, Shuichi había estado muy silencioso, para felicidad del escritor, pues las grabaciones, ya concluidas, al igual que los conciertos, le dejaron un abismante cansancio, por lo que pasaba durmiendo la mayor parte del día. En las noches, Yuki lo "ejercitaba" al máximo para que no se convirtiera en un inactivo. Pero ahora, esos gritos, esos malditos gritos, estaban cabreándolo otra vez.
- ¡Yuki! ¡Yuki! - el pelirrosa ingresó saltando al estudio al mismo tiempo que agitaba sus manos empuñadas de arriba a abajo.
- ¿Qué? - preguntó Yuki, más bien, gruñó.
- Es que me llamó mi tía... y ...
- No - lo interrumpió el escritor de forma cortante
- Peeeroo
- Te he dicho que no. Punto. Fin de la discusión - dijo Yuki para después beber cerveza mientras Shuichi comenzaba a hacer pucheros
- Está bien - resolvió Shuichi - pero no tendrás más de mi esta y las próximas noches
- Recoge tus cosas, nos vamos (NdHi2: Es increíble la intuición de Yuki, Shuichi ni había mencionado lo del paseo, es más, ustedes sabían que para eso lo habían llamado?)

***

Antes de abordar el avión, Shuichi pidió a Yuki su móvil (-Y acaso tu no tienes dinero?) quién no se lo entregó de muy buen humor.
- Aló, Hiro
- ¿Qué quieres? - masculló este al otro lado de la línea
- Acuérdate de regar las plantas y de alimentar a Myankotarô, el gatito que está en el pasillo del departamento de Yuki
- Ya sé, ya sé, lo mencionaste muchas veces - respondió Hiro - bueno, ¿algo más?
- Hiroo, se te ha olvidado decirme aaalgoo. No me has dicho que lo pases bien. Dime que lo pases bien - exclamó Shuichi subiendo al avión y causando las miradas excepticas de la gente y también de su amante
- Que te lo pasen bien - dijo Hiro en un susurro para luego cortar mientras daba una carcajada

Shuichi tardó aproximadamente 3 segundos en comprender el mensaje de su amigo, y al hacerlo se ruborizó vivamente.

- ¿Y a ti, qué bicho te picó? - preguntó Yuki arrebatándole el celular y caminando por los pasillos del avión
- Que te lo pasen bien - musitó Shuichi completamente rojo
- Ya veo - comentó el escritor dirigiéndose a su asiento designado en primera clase dejando al pelirrosa con la duda de que si lo había escuchado al decir esas palabras o solo exclamó al encontrar los asientos. Ambos se sentaron, Yuki resolvió quedarse junto a la ventana (para fijar su vista en la nada cuando Shuichi se pusiera demasiado cargante) y Shu al lado del pasillo y del rubio quedando a solo centímetros de una señora cuarentona (para desgracia de la pobre mujer). El cantante dio inició a un largo y rápido monólogo, tal como lo supuso su amante, y este se resignó a mirar por la ventana.

***

- ¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos! - gritó la tía de Shuichi al salir corriendo desde la casa para recibirlos, con la misma efusividad de su sobrino. Es más, se parecían tanto que solo faltaba teñirle de rosa el cabello y hacerla cantar.
- Tiiiiíta - respondió el cantante dándole un fuerte abrazo igual de alegre. La señora, después de enjugarse las lágrimas de felicidad, se dirigió a Yuki con la misma intención de abrazarlo.
- Usted debe ser el joven Eiri. Tenía ganas de conocerlo - la mujer lo apretó fuertemente entre sus brazos. Yuki, sin otra alternativa, le correspondió el gesto.
- ¿Ves? Te dije que mi amigo - el rubio hizo una mueca - es un amor con la gente
Cuando la tía se volteó, el escritor le dedicó una de sus mejores miradas asesinas a su amante recibiendo solo una sonrisa.
- Síganme, los llevaré a mi casa donde podrán dormir. Allí les designé un cuarto
Caminaron pesadamente con los bolsos a cuestas hasta llegar a una acojedora morada. Dejaron los zapatos en la entrada y siguieron a la agitada mujer hacia una escalera
- Es el 3 dormitorio a la derecha - dijo - tiene una maravillosa vista. Esa habitación siempre la ha ocupado Shuichi, desde pequeño hasta que se hizo famoso
- ¿Y como dormiremos? - preguntó Shuichi
- ¡Es cierto! Solo hay una cama individual. Espérenme que yo voy a buscarles un colchón y más frazadas
- Muchas gracias señora ... - empezó Yuki
- Kobayakawa, perdón por no presentarme antes, pero dime Yui
- Está bien
- Bueno, ordenen sus cosas antes de que yo vuelva, ok?

El cantante ya estaba en el segundo nivel cuando Yuki empezó a subir las escaleras.Cuando el escritor ingresó al dormitorio, Shuichi cerró la puerta para luego sentarse en la cama, con el bolso sobre las piernas.
- Eres un idiota
- ¿Por qué, Yuki? - preguntó Shuichi apoyando sus brazos en la cama y recostándose a medias. Ante el estímulo, Yuki fue inclinándose sobre el pelirrosa haciéndole retroceder cada vez más.
- ¿Cómo se te ocurre presentarme así frente tus familiares? - mientras hablaba seguía empujando hasta que Shuichi cayó en la cama.
- Ehh... Yu-yuki... me a-a-sustas
- ¿En serio? - sonrió estando practicamente echado sobre su amante - fíjate que esa era la intención

El escritor dio un mordisco en el hombro de Shuichi, ascendiendo a las orejas. El cantante emitió pequeños gemidos para luego deslizar su lengua por el cuello. En el instante en que comenzaron a despojarse de sus prendas hubo un crujido en las escaleras; era, indiscutidamente, la tía.
- Listo - pasó su mano por la frente sudada - aquí está el colchón
- Muchísimas gracias, tía
- Le ayudaré a meterlo en el cuarto - dijo Yuki acercándose desde la ventana. Shuichi, por su parte, se encontraba ordenando los cajones de la ropa.
- Ustedes lucen muy extraños - la pareja se miró cómplicemente y con un deje de nerviosismo - les prepararé comida, seguro que el estar hambrientos los tiene así
- Seguramente - dijo Yuki sin poder contener una sonrisa. Shuichi estaba que lloraba.
La tía abandonó la habitación haciéndoles señas para que bajaran con ella.

***

El cantante se hayaba despierto desde el momento en que el sol ingresó sus primeros rayos al dormitorio. Estaba acostado en el colchón, abrazado fuertemente a su amante. Al contemplarlo, recordó los besos y caricias de la noche anterior,
que no pudieron pasar de eso por el miedo a ser descubiertos, aunque a Yuki le parecía más excitante.

Shuichi sabía que el escritor no era un madrugador, precisamente, y despertarlo no era la mejor de las ideas pero... no se pudo contener y le mordisqueó la oreja.
- ¡Que diablos estás haciendo? - gritó Yuki
- Es que, pucha, estoy aburrido - dijo Shuichi con un puchero
- ¿Y en eso qué tengo que ver? - espetó el escritor
- Acompañame a pasear - Shuichi pasó un mechón de su cabello trás la oreja derecha
- No - Yuki empleó la mejor de sus miradas firmes
- Ahh... entonces al llegar a casa no te dejaré tener sexo ni saciar tus perversiones, aunque supliques, patalees, me amenazes, y yo me muera de ganas... - dijo Shuichi seriamente, mirando a su amante a los ojos - y no quedará más remedio el que me escuches en el baño con mi querida amiga "Manuelita" - añadió sanjando el tema
- Ya, me visto, tu ganas - Yuki, resignado, se levantó y comenzó a vestirse
- ¡Yuki, no te haz bañado!
- Lo hice añoche, así que no jodas
- Ah, bueno... me voy a bañar... y... - miró juguetonamente - no me espíes...
- Como si quisiera hacerlo - murmuró Yuki en un tono audible...

***

- ¡Que buen tiempo hace! - comentó Shuichi levantando los brazos, estirándose, cuando salieron de la casa
- Sí... sí... - respondió Yuki de mala gana, pues no estaba de muy buen humor (NdHi: ¿Cuándo no lo está?... en las noches nu ma... cochinito... cochinito... jejeje)
- ¿Sabes qué, Yuki?
- No, si lo supiera ya lo habría dicho
- ¡Que pesado eres! - exclamó el pelirrosa
- No te puedo creer...
- ¡Ya!... te diré... cuando pequeño jugaba en una casa de árbol construida por mi abuelo... él siempre creyó que ese era un buen entrenamiento para mi vida matrimonial y me hacía jugar con Ayaka, la hija de la sirvienta, al papá y a la mamá - relató el cantante completamente emocionado (NdHi: Aquí Ayaka es una sirvienta pobre ajajaja es nuestro fan fic y hacemos con ella lo que se nos da la *piii* gana) - Él falleció hace 5 años... Ayaka aún trabaja para la familia
- Ahh, eso tiene que haber sido antes de que descubrieras tu faceta gay... por suerte tu abuelo no vive para presenciarlo - comentó el escritor con sorna
- Sí... en esos tiempos aún... ¡¿oye, qué te pasa?! - dijo el pelirrosa sulfurándose
- S-señor Shi-shi-shindou - dijo una diminuta voz (NdHi: por no decir insignificante... al final igual lo dijimos)
- ¡AYAKA-CHAN! - gritó Shuichi al percatarse de la presencia de una joven mujer con aspecto enfermizo. Luego corrió a su encuentro. En opinión de Yuki, era bonita, de no ser por su carencia de busto, el uso de frenillos y una horrible chasquilla
- Que no me digas señor Shindou, sabes que para ti siempre seré Shuichi
- S-si, lo-lo sé, p-pero cuesta - contestó ella, bajando la vista
- Mira y escucha, Ayaka, él - apuntó al escritor con un dedo - es mi aman... digo amigo, se llama Eiri Yuki
- Hola - dijo este, observando a la muchacha
- ¡Yu-yuki Eiri! ¡Po-por Dios! - exclamó para después hacer una profunda reverencia - Bu-buenos días señor E-eiri
- Dile Yuki, no le molesta que lo tuteen - dijo Shuichi alegremente
- Di-disculpen, tengo cosas que hacer, nos ve-vemos - Ayaka se fue corriendo apenas terminó de hablar
- Me parece que se puso nerviosa - comentó el cantante, levantó los brazos para estirarse
- Me sorprende tu nivel de persepción - espetó el rubio
- Creo que tu la pusiste nerviosa... - puso uno de sus brazos en la cadera
- Esa persepción vuelve a atacar - masculló interrumpiendo
- ...porque tartamudeó mucho
- ...
- No importa, Nee Yuki, acompáñame a la casa del árbol...

Algo en la mente del escritor hizo contacto por lo que un corrientazo recorrió su espalda y algo más... esto ayudó a que no discutiera y a que le sonriera descaradamente al pelirrosa, provovándole un fuerte sonrojo.
Caminaron en silencio por una larga alameda para después ingresar a un terreno repleto de flores y pasto, en el centro hallábase un imponente roble que tenía construida una cabaña. Una escalera colgaba de esta para poder subir.
- Esta es mi parcela de agrado con casita incluida - dijo Shuichi sobándose bajo la costilla por el cansancio
- Pensé que sería más pequeña - Eiri corrió el cabello que se había adherido pesadamente sobre su rostro
- ¿Por qué?
- Si ahora tienes el tamaño de una hormiga no me imagino como serías antes
- ¡Yuki! - bufó el pelirrosa como un gato. Comenzó a correr hacia la casa, Yuki lo siguió a paso lento.
Empezaron a subir la escalera, Shuichi primero, ofreciéndole una gran vista a su amante. Además, al ser de cuerdas, la escalera se tambaleaba de izquierda a derecha, acentuando el coqueto movimiento del cantante.

- Ahh, hace mucho que no venía... está todo igual que antes - dijo Shuichi cogiéndo una tacita de la pequeña mesa-comedor - Muchas gracias por acompañarme
- No te creas que vien así de gratis
- ¿Qué quieres decir?
- Que debes pagar por el favor que te estoy haciendo - repuso este avalanzándose sobre el cantante y despojándolo rápidamente de todas sus prendas. Shuichi soltó una pequeña carcajada
- Oh, ya ahh entiendo - dijo cuando Eiri empezó a besarlo por todo el torso, cuello y labios, hasta juguetear con su lengua
- Ya era hora... - Yuki se sacó la ropa, dejándose masajear por su amante - no sabes lo prendido que me dejaste ayer... y anteayer... me haz hecho esperar demasiado... necesito estar el máximo de tiempo en tu interior... otro día jugaremos más - dijo al notar su miembro erecto
- Limítate a disfrutar, pero déjame algo a mi, termino rápido - el pelirrosa pasó su lengua por el lóbulo de la oreja de su amante, haciendo que a este se le pararan los vellitos del brazo, descendió por el cuello moviendo su lengua de forma sensualmente en círculos, lamió los pezones, el vientre, dedicándose al borde del ombligo... al llegar a la hombría dio pequeños besitos en el glande, luego mordiscos y después lo introdujo completo, succionando y moviendo alocadamente su lengua. Yuki no pudo aguantarse y de a poco comenzó a jadear
- Ba-basta Shu... estás siendo cruel
Shuichi le pellizcó un gluteo, lo abrazó y lo atrajo a su cuerpo, permitiéndole colocarse encima, teniendo como uno soporte, el suelo de madera. Yuki lo besó posesivamente mientras lo acariciaba de forma desenfrenada, masturbó solo unos instantes a su amante para llevar sus dedos a la boca de el cantante, quien los lamió y salivó lo suficiente.
En ese instante, una pesona bajó las escaleras con el menor ruido posible y con lágrimas en los ojos... solo alguien se dio cuenta, pero lo omitió.
- Es ahh hora de que mmm juguemos al papá y a la "mamá" - dijo Shuichi cuando sintió que Yuki, después de separarle las piernas, introdujó uno de sus dedos e inmediatamente el otro. Comenzó a abrirlos y cerrarlos, a moverlos circularmente, provocando intensos gemidos al pelirrosa, más aún al ingresar un tercero - Nee mmm Yu-yuki... mételo ahhh
El escritor, dilucidando de que había buena, cabe decir excelente, dilatación, sacó los dedos bruscamente reemplazándolo por su pene de la misma manera. Shuichi aulló de placer. Los vaivenes dieron inicio de forma inmediata dando paso a salvajes embestidas. Yuki miraba los ojos brillantes de Shuichi, sus mejillas sonrosadas, sus labios rojos y entreabiertos, el cabello sudado y pegado al rostro, como entrecerraba los ojos al sentir cada vez más rápido los movimientos del rubio. Y justamente eso, hacía que la cosa tomara un ritmo más intenso. El roce de su miembro con el abdomen de Yuki, lo masturbaba pero no lo sufiente, por lo que cada vez se acercaba más a su amante para aumentar la fricción... Estaba tan exitado que pronto se vendría y eso haría enfadar a Yuki, pero no podía aguantar, ya no... El rubio sintió como un cálido líquido empapaba su vientre pero no dijo nada, se limitó a sonreir. Shuichi, para compensar su falta de aguante, comezó a gemir más fuerte y a mover sus caderas para que la penetración fuera mejor, pasó un dedo por su semen y lo lamió, le dio a probar a su amante, continuó agitándose. Yuki sentía como la húmeda cavidad de su amante se apretaba y soltaba para darle mayor placer y poco a poco comenzó a sentir el clímax...
- Ahh... ahhh....ahhh - jadeaba Eiri
- AHH mmm AAahh uuummm mmmm - gemía Shuichi
Pasaron solo unos instantes hasta que Yuki se derramó en el interior del pelirrosa. Ambos gritaron al mismo tiempo y en ese momento el misterioso crujido de la cabaña cesó, aquel crujido que era un erótico insentivo y que depertaba las sospechas de quien pasaba por fuera...
- Haz mejorado - comentó Yuki, cerrando los ojos
- Es extraño que lo digas
- No discutas
El rubio, lentamente, salió de Shuichi para recostarse a su lado, este se puso de pie y fue a buscar las ropas para cubrir de la cintura para abajo, al volver al lado de Yuki, él lo abrazó y así durmieron, aproximadamente, 4 horas.

***

- Gracias por hospedarnos - dijo Yuki agarrando la maleta - fue una hermosa estadía
- De nada, muchacho, me encantó tener visitas - la mujer hizo un puchero - lástima que hayan sido tres días... tan poquito
Shuichi, con una sonrisa, justificó que debía volver a su trabajo y que Yuki aún no terminaba la novela
- Además, mañana me harán una entrevista en casa - agregó el escritor
- Bueno, entonces cuidense... ¡ah! - miró a Shuichi - para la próxima trae a los amigos que quieras - dijo como quien no quiere la cosa
- Créame, Yui, que Shuichi no vendrá con nadie más que yo, porque, simplemente, somos más que amigos - Eiri pasó un brazo por el hombro de el cantante, atrayéndolo - mucho más que amigos - se dio vuelta junto a Shuichi, quien volteó dificultosamente la cabeza para decir
- Chao tiíta

FIN

Este es un fanfic dedicado a todas las cauras frikis (por no decir raritas, locas, pervertidas... oh no, cometimos el error de nuevo) del 2ºA ahora 3ºA (uta que tamos viejas...) del Claustro, a quienes les queremos mucho y les recomendamos que le den leche a su relación.... ajajajajajajajaaa
También les deseamos que Yuki, el dios afrodisiaco, las acompañe de noche y día (mejor de noche... ajajaja... pero si a alguna le gustan las mañaneras cosa suya... wajjajajjaajja)
Extra: Recuerdan las frases celebres del huarén? ahí van (regalito pa ustedes nu ma)
paso la tarde con la gaby, la noche contigo; pero, si Ryuichi se lo mete a Tohma; Yo le metí y le saqué; Dale leche a tu relación; Yo no digo quién me tocó...
Gracias por leer y si quieren dejen reviews nos basta que les haya gustado
BIS BALD!!!!


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