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Chewing-gum por AlesaBe19

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Existen muchos grupos de personas en el mundo. Creados para separar al hombre del hombre, a la mujer de la mujer, y al niño del niño. Grupos que ubican a personas con características específicas y los denominan con un nombre clave. 




Y está escrito que cada grupo tendrá un antítesis cuya mera mención en el grupo es símbolo de negatividad. Y no es solo en la antítesis, muchos grupos cuyas características pueden ser similares o complementarias pueden estar contra un mismo grupo. Como los nazis, los asesinos, los pederastas, los abogados, etcétera etcétera. 




Faux era parte de uno de los grupos más juzgados negativamente. Los mendigos. Aquellos que por varias o muchas razones, vivían en la calle a base de limosna o trabajos que solo dejaban unas monedas ¿Por qué vivía ella en la calle? ¡Quién sabe! Tenía tantos años ahí que ya había olvidado cómo llegó. Seguramente nimiedades. 




Sin embargo no era algo de lo que estuviera avergonzada, para nada, de hecho estaba muy orgullosa de vivir en la calle. No tenía que pagar impuestos, no estaba preocupada por trabajar, y por sobre todo, no tenía que cuidar un césped ¡Ugh! ¿Se imaginan? Estar todos los días cuidando unas flores ¡Gracias, pero no gracias! En fin. 




Ser parte de un grupo que tiene como propósito básico conseguir algo que comer cambia la realidad, Faux lo sabía, vivir en las calles, moverte entre la basura y recibir miradas llenas de asco te hace ver las cosas diferentes, un día es normal ir al supermercado y al otro abrir bolsas de basura de los restaurantes en busca de comida lo más fresca posible. Un día es normal comprar pan, al otro es normal robarlo. 




¡Las cosas cambian! Y una de las reglas de vivir en la calle no escritas, era que siempre, siempre, diario, todos los días, existía la posibilidad de que algo cambiara. De que llegara algo nuevo. Como un bebé. 




Ella estaba merodeando la zona peligrosa de la ciudad. Y aunque de verdad era peligrosa era el único lugar que acogía a los desesperados, a los perdidos, a los incautos. La fama del lugar lograba hacer a la gente decente correr dejando los espacios libres para que los mendigos pudieran tener un lugar donde estar paz. A Faux se le había pasado la hora hablando con los faroles, ellos siempre la escuchaban, así que le encantaba hablar con ellos, fue por eso que cuando llegó a la zona estaba casi muerta de hambre, como todos los días. 




La vista atractiva de los contenedores llenos de bolsas de basura pareció apetecible. Se apresuró a uno en especial que tenía la dicha de poseer cosas curiosas de vez en cuando. Un día encontró una rizadora de cabello que le entregó a uno de los niños para que la vendiera, amaba tanto a los niños, lo que sí fue curioso fue encontrar algo vivo dentro del contenedor además de ratas e insectos.




—¿amá?— Faux parpadeó cuando escuchó que una bolsa hablaba. Que raro, la última vez que habló con una bolsa fue en francés. 




—¿Sí?— preguntó buscando la bolsa parlanchina. Se asomó dentro del contenedor y encontró un niño, pequeño, no tanto como Bers, pero no tan grande como Ian —Oye niño ¿sabes qué bolsa está hablando?— preguntó educadamente, el pequeño se removió para poder verla. Faux encontró unos bonitos ojos verdes, entonces el niño estornudó y el cabello azabache cambio a rubio —Ah, que curioso, ahora los hacen tranformables— Faux no conocía mucho de la tecnología de ahora, ser pobre no le daba acceso a ella




Se inclinó más adentro sintiendo por un momento que flotaba. Tomó entre brazos al niño y lo sacó del contenedor. Lo dejó en el suelo y se volvió a hundir en el contenedor —¿No te molesta que tome un poco de tu comida o si? ¡Vamos, vamos! Somos del mismo equipo, tenemos que compartir— finalmente en una de las bolsas había una bolsa con pedazos de pollo malcomidos —Creo que me llevare esto. Gracias niño— agradeció, el niño seguía en el mismo lugar donde lo dejó, los ojos verdes la miraban expectante. Faux guardó su tesoro en una de las bolsas del abrigo




—Bien bien, lamento molestar tu sueño, mañana vendré más temprano, los faroles comprenderán mi partida temprano— Faux tomó al niño entre sus brazos y lo metió en el contenedor otra vez —Ten dulces sueños— se despidió. Estaba por cerrar la puerta cuando el niño comenzó a gemir, miró asustada dentro —¡Niño! ¿Acaso eres un precoz? No, no, no la juventud de hoy en día es tan liberal. Piensa en el presidente de Estados Unidos si vuelves a hacer tal acto— y entonces cerró el contenedor




—¿Qué tanto murmullas, Faux?— la mujer miró detrás de ella antes de sonreír




—¡Gloria! El niño del contenedor es un precoz— avisó al joven que estaba cerca del objeto. Gloria era uno de los muchachos más conocidos en la zona, sobretodo por hacerle compañía a la gente decente. Y si, los nombres oficiales de todos quedan olvidados cuando llegas a las calles, muchos ya lo olvidaron por completo como Faux. 




—¿El niño? ¿Qué niño?— preguntó el joven acercándose al contenedor, ruiditos de las bolsas rotas moviéndose dentro. Sin esperar respuesta lo abrió —¡Dios! ¿Otra vez?— exclamó enojado sacando al niño que gimoteaba




—No, no Dios, el presidente de los Estados Unidos—  corrigió mirando a la cosa, el niño estaba de pie, tomando entre sus dedos la orilla de un suéter que le quedaba muy grande —¡Chico listo! Robaste el suéter en talla grande para que no necesitarás otro pronto ¡Bien hecho!— alabó. Gloria resopló sacando una cesta maltratada junto con una cobija del contenedor




—Dudo mucho que el niño robara el suéter, Faux— ella miró confundida al joven




—¿No? Entonces cómo explicas que lo tenga, dudo mucho mucho que se lo regalaran—repuso, el muchacho revisó la cesta 




—No tiene nada, está sucia y un poco rota pero la podremos vender, la cobija...— el niño comenzó a llorar, mirando la cobijita y alzando los brazos —es tuya— murmuró dándole el trapo al niño, el menor la tomó y apretó entre sus brazos, hipando. Gloria le dio una mirada de lástima —Bienvenido al club— Faux aplaudió




—¡Un nuevo miembro! Hace tanto que nadie nuevo llegaba. No desde Bers— Gloria se levantó del suelo donde estaba agachado




—Nunca cambies Faux— bromeó palmeando su hombro —Bien, niño, supongo que podré dejarte en una de las casas. Al menos no pasarás frío— tomó entre brazos al niño




—¿Lo vas a dejar solo, Gloria?— preguntó Faux asustada y preocupada, el muchacho levantó una ceja 




—Voy a recibir a un cliente exigente mañana, no puedo llevarlo, ella se pone furiosa cuando ve a niños. Y Walter...— Gloria se detuvo, Faux lo comprendió, Walter había sido llevada por los hombres blancos, la chica no había superado su vida pasada, así que decidió ir a donde el presidente de Estados Unidos, haciéndose dos cortes enormes en los brazos




—Yo lo puedo cuidar— se ofreció —Si dejas solo al niño hará cochinadas, yo puedo darle una mano firme. ¿Alguna vez dije que iba a ser maestra?— Faux suspiró, imaginandose en una casa con dos niños, preparando la cena, pan con sopa caliente y té de hierbabuena.




El llamado Gloria agitó la cabeza, cualquiera que hubiera estado en la zona sabía que Faux estaba loca, víctima de vivir en las calles. Siempre decía cosas incoherentes. Y aunque no hacía cosas peligrosas no era una mujer de fiar... O eso le habían dicho cuando recién llegó, ahora que tenía algunos meses viviendo cerca de donde Faux, sabía que podía confiar en ella




—Esta bien, pero luego iré por él para llevarlo a uno de los orfanatos o con Fire, Bers seguramente apreciará tener un hermanito— Gloria le pasó el niño a Faux, la mujer reconoció como cargar a un niño en su cabeza y de inmediato lo aplico




—¡Siempre quise un niño!— exclamó contenta abrazando al niño que soltó un quejido. Gloria lo miró preocupado, levantó el suéter en la parte del estómago para ver que unos moratones comenzaban a aparecer en la tierna piel el bebé




—Tendré que comprar medicamentos, espero que Rossy me pague mejor que la vez anterior— murmuró. Faux sonrió 




—Seguramente podrá quitarse esto con su transformación— calmó mirando al niño. Gloria agitó la cabeza




—Ya vete a la casa que ocupas, mañana sin falta iré—se despidió de ella antes de mirar los ojitos verdes del pequeño rubio—adiós niño, cuida a Faux— el menor dio un hipido. Gloria sonrió antes de caminar a la casa que había invadido hace tiempo. 




—¡Adiós Gloria! ¡Que el presidente de los Estados Unidos te bendiga!— gritó Faux mientras se alejaba el muchacho —¿Encantador no? Tal vez algún día seas como él— el bebé hipo




Obedeciendo a Gloria, Faux emprendió el camino a la casa que ocupaba esta semana. Siguiendo la regla, todo cambia, los mendigos buscaban casa abandonadas para vivir en ellas, nunca podías quedarte mucho tiempo, muchas veces los hombres de la ley venían a sacarlos.




La casa temporal de Faux era pequeña, la ventana estaba rota y fue por ahí que la mujer entró, metiendo primero al niño, la casa estaba recién abandonada, que significaba lo más completa posible, con puertas. Faux había metido ropas que había sacado de la basura en la única habitación con ventana completa para mantenerse caliente, ahí dejo al niño




—Lo primero que tienes que saber de la calle, es que no siempre estarás ahí. Algunas veces te vas con el presidente, otras vuelves a ser decente, otras los hombres de la ley te llevan— explicó sacando la bolsa de pollo que había sacado de la basura




Debía de ser honesta con el niño, los orfanatos de la zona poco a poco eran cerrados, algo sobre casas de acogida estaba matando el sistema, así que si Gloria no encontraba uno donde dejar al niño, entonces se quedaría en la calle. Con Fire y Bers. 




Fire era una jovencita que salía a pedir limosna, ella había encontrado a Bers en la basura, el niño estaba lleno de sangre, con una tripa afuera. Como nadie vino a reclamarlo ella se lo quedó. Todos en la zona sabían de Bers, era el niño más joven en llegar. No como Ian.




A Ian, una vez su mamá le dijo que irían a comprar un helado. Lo bajó del auto, y le dijo que la esperara, Faux no quería ser pesimista, pero seguramente a la mamá se le olvido que no tenía dinero para comprar helado y como se moría de vergüenza, no regreso por Ian para no decepcionarlo. El niño se valía por sí mismo, a veces visitando la zona para ayudar a Fire a pagar las cosas que Bers necesitaba




—También tienes que aprovechar tu basura y compartir. Como ahora, tú me dejaste tomar la bolsa de pollo de tu basura, y ahora eso es lo que cenaremos. Siempre ayuda, eso digo— afirmó un par de veces con la cabeza antes de darle una pieza al niño mientras ella tomaba otro. 




Comenzó a comer sin preocupaciones, tarareando, miró al niño y se sorprendió de que no estuviera comiendo 




—¿Por qué no comes? Esta rico, yo llevo un mes sin comer pollo. Anda, comete el pollo— el niño la miró con sus ojitos verdes, Faux le miró de regreso, entonces el menor tomó el pollo y se lo llevó a la boca —¡Muy bien! Ahora dime, ¿cómo te llamas? No, sabes que, no me digas, seguramente no tienes tu nombre de la calle ¿Verdad?— miró al niño esperando respuesta




El niño arrugó la nariz mientras masticaba el pollo—mhg— 




—Entonces no… ¿Cómo te ponemos? A mi, muchos me lo pusieron, Faux, es francés ¿Hablas francés? Seguramente, pero te diré de todos modos, es falsa, muchos me dijeron falsa, así que así me llamó, ¿el otro nombre? No lo recuerdo, nunca volví a ser decente, así que lo olvidé— parloteo terminando su pedazo de pollo y guardando lo que quedó en la bolsa para el desayuno —¡Ya sé! ¿Qué tal si te pongo uno francés? Después de todo los dos somos franceses ¡Genial! ¿verdad?— El niño comenzó a toser —¡Hey! No te emociones tanto— Faux golpeó la espalda del niño. El menor arrojó un pedazo de comida por la boca y después comenzó a llorar




—No, no, no agradezcas, después de todo eres mi niño ¿no? Hasta que Gloria venga por ti claro— el niño seguía llorando, Faux comenzó a preocuparse —¿No quieres que te ponga un nombre? ¡Esta bien! Iba a ser divertido— levantó al niño y lo vio a los ojos, este seguía llorando —¿Te parece llorón?— bromeó. Pero el niño dejó de llorar




—Ah, entonces no...— Faux miró los ojos verdes. El niño sollozó al mismo tiempo que su cabello dejaba de ser rubio y se volvía pelirrojo —¡Ah! Mira, mi cabello es igual— exclamó tomando un mechón de pelo para compararlo con el del niño. Recibió una risa en respuesta —Entonces algo que sea rojo...— Faux miró la habitación en busca de inspiración pero nada en ella era rojo




En su búsqueda el niño sollozó otra vez, el cambio fue en sus ojos, se volvieron azules




—Oh, como los de Gloria. Muy bien— alabó, el niño comenzó a reírse en medio de hipidos cambiando repetidamente el cabello, los ojos, incluso la piel.




Faux alabó cada cambio, en algún punto dejaron los colores normales de cabello para pasar al rosa, verde, azul, los ojos ya no eran verdes o azules, si no púrpura como las paredes de la habitación. La piel era amarilla o roja




—¡Amá!— gritó el niño cuando terminó siendo una copia de ella en miniatura. Faux miró al niño con detenimiento, el cabello ya no era corto, era largo, pelirrojo, con piel blanca y ojos castaños, parecía una niña hija de ella —¡Amá, amá!— Faux parpadeó un par de veces confundida




—Chewing-gum… chicle… te tranformas como un chicle— murmuró cargando al niño ya no tan niño. El menor bostezo. Faux sonrió mientras mecía al menor con suavidad en sus brazos. Recordando vagamente que así se dormía a un bebé.




Chewing-gum comenzó a cerrar sus ojitos, Faux miró la ventana notando el amanecer. Chewing… Che… Che… Faux se sintió confundida, la sensación de haber olvidado algo apareció en la bruma de su mente. Estoy loca, soy una falsa, murmuró su mente. Bajo la vista al bebé dormido en sus brazos.




—Chewing es mi niño, niña— declaró acostándose con cuidado de no despertar al bebé en el suelo —Se lo diré a Gloria cuando venga— segundos después, Faux ya estaba dormida


 




~ * ~ * ~ Chewing-gum ~ * ~ * ~


 




—¡Faux! ¡Faux!— la mujer de cabello rojo giró sobre su lugar, mirando a quien la llamaba




—¿Qué pasa Ian?— preguntó mirando al adolescente. Su cabello era rubio y su piel tostada, sus ojos castaños desbordaban miedo




—Es Gloria, los forenses están en su casa— Faux tembló. Apretó la carga en sus brazos. Los hombres de blanco siempre le daban miedo




—¿Dónde?— Ian comenzó a correr, Faux lo siguió con dificultad, cargando en sus brazos a Chewing-gum. 




La niña todavía estaba dormida cuando Faux pensó en llevarla con Fire para que le dijera que comía, ayer casi se ahogaba, y seguramente no querría comer pollo otra vez. Unos minutos y calles después llegaron a la casa donde Gloria habitaba. Una camioneta blanca con letras negras estaba estacionada afuera, Faux vio a Fire llorando con un Bers en brazos. Soap también estaba junto con Happy y Orange. 




—Háganse a un lado, mendigos, dejen trabajar—gritó un hombre con uniforme azul. Lo que le faltaba a Faux, hombres de la ley




—¿Qué pasó?— giró detrás de ella para ver a Rose, un joven más viejo que Ian




—Una mujer fue atacada por uno de los suyos. Ella tuvo que matarlo para sobrevivir— Faux vio entonces los demás autos, uno azul oscuro, con luces rojas y azules. Otra camioneta, un poco más alejada, blanca con rayas rojas, la parte trasera abierta para mostrar a una mujer ser atendida por gente de blanco




—¡Gloria no sería capaz!— defendió Ian acercándose al hombre de la ley 




—¡Lo es! ¿No es lo que ustedes hacen? ¿Robar, matar y mentir para sobrevivir?— provocó el hombre, Faux se encogió de miedo, abrazando a Chewing-gum con fuerza. Ian estaba por contestar, pero unos hombres salieron de la casa, con una camilla siguiendolos de cerca, un cuerpo cubierto por una manta




—¡Gloria!—gritó Fire donde estaba, llorando con fuerza. Faux sintió sus propios ojos arder, hace mucho que no perdían a alguien así, no desde Walter. Orange y Soap detuvieron a Bers en un abrazo mientras Happy se ocupaba de Fire.




—No se metan, vagabundos. Tiene suerte de estar muerto, pasaría muchos años en la cárcel si estuviera vivo. Atacar a una mujer indefensa...— Faux miró la camioneta blanca, la mujer miraba como se llevaban el cuerpo con una sonrisa sardonica en sus labios, no le parecía en absoluto indefensa




—Esa maldita lo mató ¡Gloria es incapaz de algo tan horrible!— alegó Rose al hombre de la ley. 




—Déjate de ñoñerías, la mujer ya testificó. Él trató de violarla para poder quitarle su dinero, ella se defendió y lo empujó, él cayó y se golpeó la cabeza. Eso es todo, esto es caso cerrado— contradijo 




—¿Si él trató de violarla, por qué estaba en su casa? ¿Por qué una mujer decente estaría aquí?— Ian apuntó al pecho del hombre, Faux cerró los ojos cuando esté recibió un golpe en la cara que lo mandó al suelo




—Quítame tus manos sucias de encima— ordenó el hombre de la ley sacudiendose la ropa. Chewing comenzó a moverse en los brazos de Faux 




—Ya, ya, Chewing, shh, shh— tranquilizó meciendo a la niña




—Malditos indeseados. Todos deberían de matarse. Evadiendo impuestos, robando, son la porquería de la ciudad— el hombre veía con detenimiento a Faux, más aún, la niña en sus brazos —Tal vez podamos encontrarle un buen hogar— estiró los brazos en su dirección. Faux gritó




—Es su hija, déjala en paz— intervinó Rose poniéndose frente a Faux para cubrirla, Ian se puso a su lado, con un corte en la mejilla




—Puedo decir que ella no la cuida adecuadamente, la enviaran a una casa de acogida, tendrá una familia y comida— Faux miró a la niña en sus brazos, unos ojos verdes la miraron de vuelta




—¡NOVATO! Deja de jugar y vámonos, el papeleo no se hace solo— el hombre chasqueó la lengua, le dio una mirada de asco a todos antes de seguir al otro hombre de la ley. 




La camioneta blanca con rojo fue la primera en partir seguida de la camioneta negra, al último el auto de luces rojas y azules se fue sonando la sirena. Faux abrazó a Chewing-gum con fuerza. Ahora ya no tenían a Gloria




—Maldita gente decente— murmuró Ian escupiendo al suelo. Una mancha roja quedó en el pavimento como evidencia. Fire seguía llorando en brazos de Happy cuando el grupo se acerco, Orange cargaba a Bers en sus brazos, Soap bajo la cabeza e hizo movimientos raros al pasar por el frente de la casa




—Tenemos que irnos. La policía no tardará en hacer una limpia, avisen a los demás. Ian ayuda a Fire y Bers— todos asintieron a lo dicho por Rose, era algo lógico lo que decía, ya los habían visto aquí, vendrían por ellos. Siempre pasaba —Faux, te ayudo— 




—No te preocupes Rose, Chewing no tenía nada y yo solo tengo trapos, los faroles me pueden decir a donde ir para estar a salvo— tranquilizó caminando a su casa, sin embargo el hombre la siguió




—¿Chewing? Así le pusiste— preguntó mirando a la niña en los brazos de la mujer. Tenía el cabello igual de pelirrojo, su piel blanca delataba su niñez, unos ojos verdes brillantes lo miraban debajo de las pestañas rojas




—Si, es tranformable, como el chicle— aclaró Faux. Rose giró los ojos, pensando en lo idiota que era por tratar de darle sentido a lo que la loca mujer hacía




—¿De dónde la sacaste?— preguntó cambiando ligeramente el tema




—Ella ya estaba en el contenedor de la basura donde ceno habitualmente, Gloria dijó que podía quedarmela— Rose sintió una pequeña agitación en el corazón. Gloria era uno de los mendigos más reconocidos por su tiempo en las calles, había escapado de una casa llena de abusos solo para meterse aquí. Rose lo conocía de muchos años, tantos como a Faux, así que sabía de sobra que el chico no dejaría a una niña con ella de buena gana




—¿En serio eso dijo?— el tono burlón no afectó en lo más mínimo a la mujer




—También dijo que se vería con un cliente hoy— repuso mirando la casa donde había dejado sus cosas. Rose tropezó.




Ninguno de los dos dijo más. Entraron a la casa, Faux no mentía al decir que solo tenía trapos, recogieron sus cosas y salieron tan rápido como llegaron. Rose le había armado una bolsa con nudos a la mujer para que pudiera cargar sus cosas al mismo tiempo que la niña




—Ten cuidado Faux, es muy pequeña, recuerda que pueden llevársela— advirtió el hombre 




—Chewing es mía, yo la voy a cuidar— Rose sonrió con algo de ironía, estaba seguro de que Faux no podría mantener a la bebé, pero él no podía llevársela, estaba metido en problemas tan graves que solo conseguiría que mataran a la niña




—Nos veremos luego, cuidate Faux— se despidió. La mujer solo movió la cabeza antes de irse caminando. 




Rose esperaba que alguien le ayudará con la niña pronto.



 



~ * ~ * ~ Chewing-gum ~ * ~ * ~



 



Faux tuvo que seguir las instrucciones de los faroles por horas. Ellos habían dicho que entre más lejos se fuera mejor, así que la enviaron al centro de la ciudad, donde la gente decente tenía sus tiendas y comercios. Y lo peor para Faux, no había casas donde quedarse, pero estaría a salvo de los hombres de la ley.




Ya era de noche cuando decidió dejar de caminar, Chewing se detuvo cerca de ella, la niña se había tranformado en un niño de cabello castaño y ojos azules cuando no quiso más ser cargada e hizo que la bajara para que la acompañara en su caminata de pie




—Amá, tio, tio— además de volverse muy conversador. Faux asintió mirando a Chewing agitarse como los muñequitos de plástico con resortes.




—¿Tienes frío, no?— preguntó mirando los ojos azules, el niño comenzó a reírse mientras movía la cabeza diciendo si. Faux sacó de la mochila improvisada la cobijita del niño. Chewing se cubrió con ella antes de sentarse en el suelo, Faux dio una mirada aldedor. Estaban en un callejón, justo en medio de dos edificios que vendían comida y con salidas a dos calles frecuentadas. Si alguien pasaba por ahí, Faux tendría la oportunidad de comenzar a pedir limosna. O si no, revisar la basura.



Perfecto para quedarse al menos un par de días.



Se sentó a un lado del niño y comenzó a mirar la calle más cercana que era la izquierda. Había adornos brillantes en los aparadores de las tiendas, señalando que Navidad estaba cerca, Faux estaba preocupada del tiempo frío que se acercaba, y ella sin casa. Los hombres de la ley estarían buscando por un par de semanas, tiempo en que no podía acercarse a una residencia sin levantar sospechas.




—Te... Ama... Abe, abe, qi, ele— Faux miró a Chewing, el niño apuntaba a su estómago, la mujer se acercó y levantó el sueter, los moratones que Gloria había visto antes seguían ahí pero en un color mucho más oscuro, al parecer la transformacion de Chewing estaba descompuesta o no podía desaparecer las marcas




—Los medicamentos si van a hacer falta— murmuró tocando la piel delicadamente, Chewing se agitó pero no se aparto del toque. Con cuidado la mujer frotó el área con un par de dedos —¿Sabías que un moreton solo es sangre muerta?— Chewing miró con sus ojitos a Faux sin entender, ella se sintió renovada de saber que su niño le ponía atención como los faroles —Si, sangre, sang, dilo, sang— deletreo




—Ag— trato el castaño sin notar que Faux seguía acariciando los moratones con cuidado, la mujer sonrió




—No Chewing, sang— repitió moviendo con lentitud los labios para permitir al bebé captar el movimiento




—ang— trató Chewing nuevamente




—Peor que todo es nada— declaró Faux continuando con el masaje —en fin, como es sangre muerta—




—¡Ang!— interrumpió Chewing, feliz de saber una palabra




—si, ang, entonces tienes que ayudarla a desaparecer, así, masajeando con cuidado por que duele ¿verdad?— miró comprensiva a Chewing que agitó la cabeza en afirmación—si, duele mucho, más si te pegan con un cinturón....— murmuró mirando las manchas en el estómago del niño hasta que se dio cuenta de sus palabras, nuevamente la sensación de olvidar algo picando en su cabeza



Je suis un menteur, faux et je suis fou.*


Faux et je suis fou.


Faux...



—amá— Faux parpadeó




—Ja, no sabía que sabía eso— sonrió mientras bajaba el suéter y cubría la piel del niño, sacudiendo la cabeza tratando de sacarse la vocecita francesa de su cabeza, Chewing mostró un poco de decepción por no ser masajeado en los moratones pero no dijo nada —De hecho, tampoco sabía como cargarte— comentó mirando al menor con atención, verdadera atención.


Ya no se parecía en nada al niño de ayer, de ojos verdes y cabello negro, no era solo el color de ambos rasgos, su nariz era más pronunciada, y sus ojos más pequeños. De verdad la tecnología había avanzado mucho durante su estadía en las calles si ahora los niños podían transformar su cuerpo.




—¿Te parece un trato, Chewing?— preguntó de repente, el niño la miró con atención, como si entendiera lo serio del asunto




—Yo te cuido, y tu me enseñas cosas que ya sabía—ofreció mirando los ojitos azules




—amá—respondió Chewing




—¿Eso es un si?—



Faux miró al niño con emoción. A lo mejor así podría recordar incluso su nombre decente....


Si, era una mejor perspectiva que estar en un callejón, con el invierno cerca y sin un techo al que correr.

Notas finales:

Fecha: 15 de Febrero de 2020



Palabras: 4360 palabras


* Soy una mentirosa, falsa y estoy loca.


¡Buenas tardes!


Bueno, ahora descubrimos que paso con Harry, que ahora se llama chicle. Y de ahora en adelante, será llamado así ¿Volverá a ser llamado Harry más adelante? Quien sabe.


¿Faux podrá cuidar del niño chicle? Esperemos que si porque si ella no puede ¿Entonces que le pasará a Chewing? ¿Terminará en la calle solo, morirá,  en un orfanato, alguien lo recogerá? ¿Otro muggle o un mago?


Faux será una pieza clave en la educación de Chewing, buena o mala, lo sabremos mas tarde. Hasta ahora lo único que sabes es que habla francés, esta loca, vivió en la calle mucho tiempo y no ve nada de raro en los cambios físicos de Chewing. ¿Se mantendrá así el resto de su aparición en el fic?


Eso es todo por ahora, espero publicar el próximo capitulo en una semana. Chao


-Al


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