Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ties por Moochi Hz

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aclaración

 

Por favor, leé antes de 

comenzar con el fic.

 

¡Hola! Para aclarar y que no haya confusiones futuras, cabe aclarar que no me ví completamente Boruto hasta donde va, ni pienso hacerlo. ¿La razón? Me aburrió, incluso me dormí en la mitad del primer capítulo. Por lo que para este fic, solo me ví cachos de algunos capítulos para comprender las personalidades de 'la nueva generación'. Así como más o menos darme una idea de qué había pasado con Sasuke y Naruto.

 

Por lo tanto, lamento si hay cosas que no concuerdan, ni van. Pero no me voy a basar en la historia del anime/manga, más sin embargo, cito de nueva cuenta mi texto, tomé como base, el capítulo 19 de Boruto: Nueva generación, para comenzar este fic. Y sí, seguiré tomando bases de algunos capítulos, así como personajes, pero no le serán fieles al anime/manga, porque repito, este fic no se basa en la historia del anime, será producto de mi imaginación.

 

 

Notas del capitulo:

Leean el inicio para entender y aclarar dudas.

¿Habían pasado ya cuántos años? Tal vez más de nueve, tal vez menos. Realmente no se acordaba con cierta exactitud el ahora séptimo Hokage de la aldea de la hoja. Pero ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que se vio con Uchiha Sasuke. 
 
Resultó, que después de que el Uchiha emprendiera su viaje, de manera casual regresaba a la Aldea. Y aunque no eran demasiadas ocasiones, en una de estas, tanto Naruto, como él, se dejaron llevar por el momento y terminaron teniendo sexo. No hubo razón, motivo o derivado. Simplemente tuvieron sexo, y después de esa noche, jamás se volvieron a ver de nuevo a solas.
 
Poco después, Naruto se enteraría del embarazo de Haruno Sakura, dónde el padre era Sasuke. Aquello si bien, le había agarrado por sorpresa, pero también le ayudó a caer en cuenta que ya todos estaban haciendo sus vidas, excepto él.
 
Fue entonces que tuvo dos pequeños hijos junto a Hyuga Hinata: Uzumaki Boruto, de actualmente doce años y Uzumaki Himawari, de diez años. 
 
Tomando en cuenta que también se le otorgó el título de séptimo Hokage y con ello, el peso de ser tanto susodicho, como padre. Ya ni siquiera tenía tiempo para entrenar, cosa que le llegaba a frustrar pues chakra tenía de sobra. 
 
—¿Séptimo? 
 
Aquella voz saco de sus pensamientos a Naruto.
 
—Ah. Perdón, Sarada, ¿qué me habías preguntado? 
 
—Sobre mi papá. 
 
Era cierto. Naruto había recapitulado todo. Sarada había llegado a visitarlo sin avisar a su oficina, cosa que se le hizo extraño, puesto que no era mucho de verla o si quiera haber tenido la oportunidad de entablar una conversación. Si bien, la pequeña Uchiha solo le había visitado para preguntarle una cosa.
 
—¿Dónde está mi papá?
 
—Hahaha. —se rascó la mejilla—. ¿Eso no es algo que Sakura-chan te deba responder?
 
—Mamá se puso muy mal después de que discutimos por lo mismo. —admitió con culpa—. Y... En una fotografía ví a papá con otros tres chicos, uno de ellos era una mujer muy linda. Se parecía mucho a mí. 
 
«Karin.» Pensó automáticamente Naruto.
 
—Quisiera preguntarle varias cosas a él... Pero desde que nací, jamás lo he visto o a venido. Shizune-san me dijo que si quería saber algo de papá, recurriera a usted. Yo creí que usted sabría dónde él... —guardó silencio. Se sentía estúpida. Venir a dónde el Séptimo, solo para preguntarle sobre su padre.
 
Naruto soltó un leve suspiro, ¿quién diría que le tocaría estar en esa situación?
 
—Tu papá está bien. —afirmó—. Sasuke sabe cómo cuidarse. A pesar de que hace mucho tiempo no viene a Konoha, tú cómo su hija, no debes perder la esperanza de que regresará. 
 
Sarada hizo un puño ambas manos y las apretó contra sus rodillas, aquella pequeña acción la pudo ver Naruto.
 
—Entonces tampoco sabe nada... —río—. Nadie sabe nada. 
 
—Sarada...
 
—¡¿Cómo puede llamarse papá alguien como él?! ¡Lo odió! —afirmó a la par de salir de ahí corriendo.
 
Naruto pensó en detenerla, incluso se levantó de su silla y camino hacia la puerta, pero antes de dar paso fuera, algo llamó su atención.
 
—¿El halcón de Sasuke?—preguntó acercándose a la ventana, abriendo la misma para que la pequeña ave entrara.
 
—¿Él todavía vive en la era analógica? —preguntó una voz masculina. Era Shikamaru, consejero de Naruto, quién entró a la oficina.
 
—Sus misiones lo obligan a pasar mucho tiempo sin cobertura. No lo culpes. —dijo tomando el pequeño papelito que el halcón tenía en su pata izquierda, metida en un tubito negro. 
 
A pesar de que ambos no se veían desde hace años, Sasuke comenzó a enviar a un halcón a Naruto, el cuál traía y enviaba notas. Solo informando sobre sus misiones o derivado.
 
Entonces, Naruto leyó la nota, inmediatamente su expresión cambió a una preocupada.
 
—Esto es...
 
—¿Uh? ¿Qué sucede? 
 
—Tendré que hablar con él personalmente. Me voy a reunir con Sasuke. Dejaré un clon aquí e iré a verlo en persona. 
 
—¿No crees que es un poco innecesario? —preguntó Shikamaru.
 
«Tal vez.» Pensó Naruto.
 
—Además. ¿Cómo darás con él?
 
—El halcón me llevará a Sasuke. —respondió a la par de que el halcón se colocó en su hombro.
 
—Solucionalo rápido.
 
—Sí. —dijo mientras salía de la oficina. Y detrás de una pequeña pared, se encontraba Sarada, quién había escuchado todo.
 
Lo seguiría.
 
Shikamaru acompañó a Naruto hasta la entrada principal de la Aldea.
 
—Dejo la Aldea en tus manos.
 
—Sí. 
 
—Bueno, me voy.—se despidió comenzando a correr lejos de ahí.
 
Sarada quién yacía en un arbusto escondida junto a su mejor amiga, Chocho, la tomó de la mano y comenzó a seguir a Naruto.
 
Si bien, Naruto era despistado aún. Por lo que al pensar en otras cosas, no pudo percibir si alguien le seguía.
 
Tomó menos de un día el llegar hasta el paso de Shikoro, torre donde se encontraría con Sasuke, torre donde él vivía sólo. 
 
Dejó de correr apenas llegó hasta la gran puerta dividida en dos, verde, principal de la torre, entonces dudó en tocar. Trago en seco. ¿Y si no se encontraba dentro? Era un cincuenta, cincuenta.
 
Al colocar su mano sobre una de las partes de la puerta, está se abrió automáticamente. «Vaya, sin seguro.» Pensó.
 
Se introdujo dentro de la torre donde en medio de esta, había un gran círculo que crecía hasta arriba. Naruto le observo, entonces una voz le hizo dar un pequeño brinco.
 
—Tadaste.
 
Era Sasuke, quién yacía detrás de él. 
 
—Lo siento. —se disculpó dándose la vuelta para verlo. 
 
Sasuke seguía manteniendo ese ceño fruncido que le era difícil desvanecer. Su cabello había crecido, y sus ropas habían cambiado. Vaya que Naruto había creído hasta entonces, que su ex compañero no había cambiado, se equivocó completamente.
 
Por otro lado, Sasuke, aunque se mantenía a temple, sin mostrar alguna expresión más de la que molesto, por dentro se hallaba analizando a Naruto. Inmediatamente se dió cuenta que había cambiado. Ya no era aquel rubio flacucho sin porte de la última vez, no. Ahora, Naruto mostraba autoridad, madurez, y un ‘algo’, que te hacia sentir calma y no el sacarte de quicio. A comparación de él, Naruto tenía una musculatura mejor, y su altura era más de la que este. 
 
Ambos se quedaron viendo el uno al otro. Ninguno sabía qué decir o si quiera qué hacer. Había pasado tanto desde su último encuentro, el cuál no fue solo una charla, no. Sus cuerpos se había encontrado por primera vez aquella noche al tener sexo, ninguno podría olvidarlo, ni mucho menos querían.
 
—¿Vas a seguir mirándome como estúpido? —preguntó el Uchiha.
 
Naruto dió un brinquito al escucharle.
 
—¡Ah! No, lo siento. Yo... Es solo que... Te vez muy diferente a cuando de jóvenes.
 
Sasuke frunció más el ceño a lo que Naruto instintivamente alzó ambas manos a manera de paz.
 
—N-no te enojes, no lo decía para mal. —bajó sus manos obsevando hacia el suelo—. Te extrañé. —admitió volviendo la vista al Uchiha.
 
Sasuke había sentido un cosquilleo en el estómago por aquellas dos palabras. «‘Te extrañé.’» Repitió en su mente. Vaya, después de todo, aquellas emociones por Naruto, no habían cambiado.
 
Sasuke iba a decirle algo, pero el sonido de la puerta le interrumpió. Entonces, ambos hombres observaron a quiénes iban entrando. Eran Sarada y Chocho.
 
—¿Chocho? ¿Sarada? —preguntó Naruto sorprendido.
 
«¿Sarada?» Se preguntó mentalmente Sasuke.
 
—¿Naruto, qué significa esto? —preguntó Sasuke con cierta molestia obsevandolo—: ¿Por qué trajiste a las niñas? 
 
—Pero ni yo sabía que me habían seguido... —respondió bajando su voz mientras más hablaba.
 
Sasuke iba a hablar, pero nuevamente fue interrumpido, ahora bien, por una voz.
 
—¡Papá, vine...! ¡Papá, vine a verte! Cuando supe que el Séptimo venía a verte, lo seguí. Porque quiero preguntarte algo.
 
—¿Preguntarme algo?
 
—Sí, yo... ¿Mi mamá de verdad es mi mamá? 
 
Todo se quedó en silencio, tan fue así que Sarada reaccionó mal.
 
—¡Respóndeme! ¡¿Es mi verdadera mamá?!
 
—¿Sucedió algo?
 
—¿Que si sucedió...? ¡Nunca estás en casa! —dijo a la par de despertar su Sharingan—. ¡¿Por qué nunca estás con mi mamá?! ¡¿Tan poco te importo que hasta olvidaste mi cara?! —mostró una fotografía—. ¡¿Quién esa chica con mis mismos lentes que está a tu lado?! ¡¿Crees que le podía preguntar eso a mi mamá?!
 
—Oye, esa foto... —dijo Naruto.
 
—Esto no me gusta nada. —dijo Chocho colocandose detrás de Naruto.
 
—Mi mamá no me dice nada y tú nunca estás. Ninguno de ustedes confía en mí. ¡Todo son problemas! ¿Dónde pasas el tiempo y qué hacés? ¿Por qué el Séptimo viene a visitarte y no mi mamá? ¿Por qué el Séptimo dijo que te extrañaba? —hizo una pregunta tras otra.
 
—No es de tu incumbencia.
 
Sarada sintió como un golpe no físico le dió justamente en el corazón. Ya no sabía si en ese momento pegarle o huir, eligió la segunda.
 
—¡Está bien! —dijo tras salir corriendo.
 
—¡Espera! —dijo Naruto.
 
—Le falta delicadeza. Pensé que podría ser mi papá, pero... No hay nada que hacer—dijo Chocho señalando a Sasuke a la par de salir a alcanzar a Sarada.
 
—¿No deberías hablar con Sarada? Decirle por qué no has vuelto a la Aldea.
 
—No es tu asunto. 
 
—Ya han pasado años desde que comenzaste tu viaje de expiación. Ya no hay nadie que te odie.
 
—Decirle haría que se preocupara innecesariamente. 
 
—Puede que ahora gracias a eso, te odie.
 
—Tendrá a Sakura, no necesitas preocuparte. 
 
Naruto le miro mal, no era correcto lo que Sasuke estaba haciéndole, por más que fuese indiferente. Sasuke se sintió regañado con la mirada a lo que se rindió.  Chasqueando la lengua salió de ahí rumbo a dónde se encontraba Sarada.
 
Aquella pequeña Uchiha se encontraba sentada sobre una roca, tan sola como siempre había estado.
 
—Vete. —pidió al sentir la presencia de su padre.
 
Sasuke no acato el pedido, al contrario, se acercó hasta colocarse frente a ella. Entonces le soltó su espada, dejándola caer. Sarada confusa levantó la mirada hacia su padre.
 
—¿Tan enojada estás? Toma la espada y hazme pagar por ese dolor. 
 
Sarada se asustó. ¿Realmente estaba escuchando bien?
 
—Hazlo. Toma la espada y-.
 
Entonces lo hizo. Antes de que Sasuke terminara sus palabras, Sarada había tomado la espada y le había apuntado al estómago, dónde logro atravesarlo.
 
Un silenció invadió el ambiente, solo se podía escuchar la rama a lo lejos quebrándose.
 
—¿S-séptimo? —preguntó Sarada aún sosteniendo la espada. Espada que se encontraba ahora incrustada a uno de los costados de Naruto.
 
Entonces, susodicho sujeto la espada por sobre el filo. Un pequeño hilo rojo se dejó ver sobre la esquina de sus labios.
 
—Sasuke puede ser poco sensible. Puede ser una persona poco empática, egocéntrica y no pensar en cómo sus palabras pueden herir a los demás. —dijo a la par de arrodillarse—. Pero... No cabe duda de que te ama, así como Sakura-chan. 
 
—S-séptimo. —nombró soltando la espada para caer de rodillas al suelo mientras trataba de tocar la herida que ella misma había provocado.
 
Sasuke solo observó la escena. Naruto sonrió.
 
—Estaré bien, me curare en seguida. —dijo para tranqilizar a la pequeaña. Se levantó y entonces retiró la espada de su costado.
 
—¡¿Q-qué?! —preguntó Sarada asustada. 
 
«Cuánto drama por tan poco.» Dijo Kurama dentro de Naruto. «Estás oxidado, es patético.»
 
—Mira quién habla... —dijo.
 
—¿C-cómo es...?
 
—Naruto tiene la capacidad de regenerarse. —respondió Sasuke.
 
Sarada le observo para después observar a Naruto y posteriormente ponerse a llorar.
 
Naruto sudo un poco al ver la situación.
 
[B]
 
[B]
 
[B]
 
[B]
 
[B]
 
Pasando el medio día faltante, pasó a hacerse de noche. Justo entonces, Naruto, Sasuke, Sarada y Chocho, habían regresado a la Aldea.
 
Inmediatamente fueron a visitar a Sakura al hospital, aunque solo Naruto, Sasuke y Sarada, puesto que Chocho se despidió.
 
El hospital de Konoha era grande y amplió. Con la más moderna tecnología. Ahí se encontraba Sakura abrazando a Sarada.
 
—Tonta, me espantaste. —admitió ya más relajada, aún estando semi-acostada sobre la cama.
 
—Lo siento mamá. —dijo Sarada con algo de culpa.
 
Sakura negó y entonces observó a Sasuke.
 
—Sarada, ¿quieres ir por ramen? —preguntó Naruto. Él sabía que la pareja presente, tenían mucho por qué hablar.
 
—¿Eh? Sí, Séptimo. —aceptó yéndose con susodicho.
 
Ya estando Sakura y Sasuke solos, hubo un silencio momentáneo.
 
—Lo siento, Sasuke. Yo iba a decirle a Sarada sobre nosotros, pero n-.
 
—No tienes porqué disculparte. Yo debí decirle lo de nosotros, tomarme un tiempo para regresar.
 
Sakura desvío su mirada hacia sus propias manos.
 
—¿No has cambiado de parecer? 
 
—Ya hablamos de eso, Sakura.
 
La pelirosa le observó.
 
—Lo nuestro fue un acuerdo. Nos casaríamos, tendríamos una hija, para posteriormente comenzar a rehacer mi clan. Nada más. 
 
—Lo sé. Pero si tan solo t-.
 
—Jamás sentí algún apreció por ti, más que nuestra semi-amistad. Eso había quedado claro, por ello el acuerdo. En nuestro viaje te lo dije, y tú aceptaste libremente. —dijo acercándose a la puerta de la habitación—. Buscaré a Sarada, haré el trabajo que tú no pudiste hacer. —finalizó abriendo la puerta y saliendo del lugar.
 
Para Sakura le era difícil aún asimilar aquello. Jamás fueron una pareja como tal si no hubiese sido por aquel papel que ambos firmaron. «Un estúpido acuerdo.» Pensó.
 
 
 
 
 
 
 
Sasuke había sido firme junto a sus palabras. No le iba a dar esperanzas a Sakura, esperanzas que no había. 
 
Buscó a Sarada hasta dar con ella. Se encontraba junto a Naruto comiendo ramen en: ‘Ichiraku Ramen’. Aquella escena se veía tan... ‘alegre’. Ver a Sarada sonreír de esa manera para Naruto. Casi parecían padre e hija, lo que él no había podido ser.
 
—¡Ah! ¡Papá! —llamó Sarada al verlo, saliendo del local para acercarse.
 
«Haré el trabajo que tú no pudiste hacer.» Recordó. Pero le era muy difícil, más viendo cómo hace apenas minutos atrás su hija sonreía. Pero aunque la verdad doliera, era mejor saberla.
 
—Sakura y yo, no estamos casados. 
 
—¿Eh? 
 
Naruto les veía a lo lejos. Sasuke se arrodilló frente a su hija.
 
—Sakura y yo, te tuvimos por medio de un acuerdo. Eso no quita que te amamos, pero entre ella y yo, no hay nada.
 
—Papá... —llamó llenando sus ojos de lágrimas.
 
—Lo siento, Sarada. 
 
La Uchiha negó.
 
—No, no. Yo... Yo apreció tú sinceridad, papá. La verdad es algo que ya sabía, pero quería una respuesta sincera. —se limpió la lágrima y le sonrió—. Muchas gracias.
 
Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).