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- Ese!!!!!
Noriko miro con incredulidad al joven hiperactivo.- Estas seguro?....
- Si
- Pero si es rosa? -. Trato de hacerlo desistir.- Además ya estas viejo para los juguetes.
- Nori-chan…. -. Suplico con ojos brillantes.La mujer dejo caer sus brazos en la derrota.- Pero no creas que siempre será así -. Sentenció y refunfuñando entrego el dinero al hombre de la tienda.
Cuando estaban bajando el muñeco, se dio cuenta que detrás había uno exactamente igual pero de color azul.- Ey!! Ryu-chan, por que no mejor el azul?. El rosa es para las muchachas.
- Hhmmm -. El cantante parecía dudar sobre la propuesta de su amiga.
- Estos conejos son pareja, por que no se llevan los dos -. Sugirió el comerciante, queriendo obtener una mejor venta.
- No. Sólo comprare uno -. Dijo tajante.- Escoge.
Ryuichi frunció el entrecejo en la concentración. Durante un par de minutos examinó cuidadosamente una y otra vez a ambos peluches, parecía que se trataba de un asunto de vida o muerte. Cuando al fin tuvo clara su elección dijo.- El rosa. Dice que su nombre es Kumagoro y quiere que yo lo compre.
Noriko sonrió abiertamente por las palabras del castaño.- Kumagoro?. Ese es un nombre muy raro, más para un tipo que para un muñeco. Bien y que pasa con el otro, acaso tu conejito no tiene problema en dejarlo?!!!.
- Kuma-chan realmente ama a su compañero pero él dice que se encontraran de nuevo otra vez.
La mujer recogió el peluche azul y lo miró escépticamente.- Pero este no se parece a una chica en absoluto; definitivamente es un muchacho. No será que tu conejito es………
- No!!!! Na no da!!!!! -. El joven puso mala cara por las palabras de Noriko. Tenía el presentimiento de que ella sólo estaba molestándolo.
- Estas seguro que dijo que ama a su amigo? O Tal vez quiso decir Koibito?
La mujer se retorció de la risa al ver a Ryuichi ponerse rojo como un tomate. [- Se ve tan lindo cuando se ruboriza].
- Kumagoro dijo que ama a su amigo y… -. El chico obtuvo una coloración aún más roja.- Que quienlocompreserámiamantetambién.
La pelilila sabía que su camarada era algo peculiar pero aún así no dejaban de sorprenderle sus ocurrencias. Intento contener su risa sin mucho éxito, provocando que la gente le lanzara miradas de desaprobación, pero a ella no le importo, a fin de cuentas estaba divirtiéndose mucho.
Después de un rato de risas ahogadas, logro con dificultad controlar su voz y expuso.- Ryu-chan, estas intentando decirme que eres gay?!!!!!
-No!. Yo no soy!.- El joven hizo un gesto de disgusto.- Fue Kuma-chan!. Dijo que no me seguiría a casa si yo no lo decía!.
Noriko sonrió afectadamente y dio golpecitos a la cabeza de su amigo.- De acuerdo, yo te creo…… eso quiere decir que cuando los dos conejitos se reúnan, tú encontraras a alguien?!!!.......
-……
- Querido has estado leyendo demasiados cuentos de hadas.
El chico bajo la mirada decepcionado.
De algún modo se sintió culpable por herir los sentimientos de Ryu así que quiso enmendarlo.- Aunque pensándolo bien, quizá sea verdad, al fin y al cabo todos necesitamos a un compañero.
La luz volvió a brillar en esos ojos azules.
- Anda, vamos a que muestres tu Kumagoro a Tohma -. Exclamo con entusiasmo mientras abrazaba al cantante.
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La manera en que el aire jugaba con los cabellos de Ryuichi hizo sentir a Tatsuha envidia del viento. Pero era esa mirada nostálgica en la cara de su ídolo, lo que estaba causando mayor ansiedad al monje. Aunque se suponía que era una fiesta para celebrar el día de los enamorados, entre los miembros de NG Records, el hombre mayor había estado extraordinariamente distante y se había mantenido lejos de los otros tanto como le fue posible. Ni siquiera Shuichi había logrado sacarle una sonrisa, lo que significaba que el Apocalipsis estaba cerca.
Tatsuha tenía rato observándolo, intentando reunir el valor suficiente como para acercarse y hablar con él, pero los recuerdos desagradables controlaron a sus pies. La punzada de las espinas del ramo de rosas que le había regalado, el olor a palomitas de maíz del cine, la dulzura de sus labios, seguido por una palmada ardiente en su mejilla. Habían pasado 2 años desde su primera y única cita, y aunque el moretón desapareció pronto, no fue así con el dolor de su corazón roto. Y ahora estaba aquí, intentándolo otra vez, a pesar de saber que probablemente apostaba a una causa perdida. Exponiéndose nuevamente al rechazo.
Recordándose que era mejor arrepentirse de lo que fue que de lo que no, el moreno camino hacia el objeto de sus afectos.- Buenas noches!
- Eh, quien anda ahí?! -. El cantante pregunto al ver interrumpido su rato de meditación.
- Soy yo, Sakuma-san -. La imagen atractiva del hombre mayor provoco que el corazón del moreno se paralizara, tuvo que hacer acopio de toda su fuerza física para no desmayarse.- Es una noche hermosa! -. Comento de forma casual. Tratando de iniciar la plática.
La mirada cansada en la cara de Ryuichi no hizo mucho para enmascarar su irritación.- Tatsuha-kun, realmente me gustaría estar solo…
- Lo siento, no quise incomodarlo -. Dijo con voz apesadumbrada mientras se golpeaba mentalmente por ser semejante baka. – Por favor permítame acompañarlo, prometo que no lo perturbare.
- Esta bien -. Accedió, enfocando su vista hacia el frente y perdiéndose en sus pensamientos.
Pasaron 5 minutos y el hombre más joven sintió la necesidad de romper ese silencio que lo estaba matando.- Usted no esta disfrutando de la fiesta verdad? -. Expreso cautelosamente.
- Como lo sabes?.
- No ha estado charlando con Tohma, ni aferrándose a Noriko, ni siquiera ha jugado con Shuichi. Y eso es algo muy raro en Sakuma-san.
El castaño parpadeo.- Me miras demasiado.
- No puedo evitarlo.
- Pues deberías intentarlo.
- Que pasa Sakuma-san?. Dígame, no es bueno que uno se guarde las cosas.
Ryuichi pareció considéralo por unos segundos.- Es Kuma-chan.
Tatsuha se mantuvo atento y callado, él bien sabía que su ídolo utilizaba al conejo como un espejo de si mismo.
- Él siente que es demasiado viejo para que lo quieran.
Era verdad que el hombre mayor ya no era un jovencito pero no le restaba hermosura al contrario el moreno opinaba que esa madurez lo hacía verse más atractivo. El joven monje se obligo a dejar a un lado sus apreciaciones y enfocarse en la conversación.- Y si alguien hiciera?!
Una suave sonrisa se dibujo en su rostro. – Entonces él sería el conejo más feliz en el mundo, na no da!!!! -. Dijo extendiendo sus brazos hacia adelante, para bajarlos a continuación mientras su semblante se ensombrecía.- Pero después lo echaría a perder como todo lo demás en su vida.
- No tiene por que ser de ese modo -. Si había alguien que era un fracaso, era Tatsuha, el idiota había tirado por la borda su única oportunidad tiempo atrás.
- Y lo dices después de que fuiste uno de los afectados -. Era duro decir por que estaba más sorprendido el moreno si por lo que dijo Ryuichi o por el tono en que lo había dicho.
Aunque no era el momento más apropiado ni la forma, Tatsuha se acercó lentamente y puso un brazo alrededor del hombre mayor. - Pueden arreglarse los fracasos.
El castaño lo miro perplejo.
- Sólo tiene que darse otra oportunidad.
- Y si no funciona?! -. Pregunto aprensivo.
El joven monje se moría de ganas por tener otra oportunidad de modificar esa desastrosa cita, y si lo lograba se aseguraría que esta vez las cosas fueran diferentes. - Entonces habrá que darse una tercera -. Expreso convencido.
El rostro del cantante se ilumino.
- Sakuma-san es difícil darle todo lo que usted merece en este mundo, pero lo que yo pueda le daré -. Tatsuha saco un peluche de una bolsa que cargaba y lo puso frente a Kumagoro.- Hay una posibilidad de que le aceptes como tu compañero?!.
Los ojos del cantante se llenaron de lágrimas, el muñeco que el moreno sostenía era el mismo conejo azul que años atrás había visto en aquella tienda.
“Kumagoro dice que quien compre a su amigo será mi amante también”
Ryuichi tiró sus brazos alrededor del cuello del hombre más joven.-Tatsuha
La voz melodiosa rompió el hechizo ordenándole que contestara.- N-nani? -. Esforzándose guardar sus emociones alzó su cabeza despacio.
- Gracias…-.Exclamo emocionado. Las lágrimas fluían incesantemente bajo el rostro del castaño. Mientras un nudo se formaba en la garganta del joven monje.
- Lo siento, Yo sólo… -. Sus palabras fueron interrumpidas por un Ryuichi que acorto el espacio entre ellos y vacilante puso su boca encima de la de Tatsuha. El toque prolongado llevó a emociones que no podían explicarse, las palabras torpes se reemplazaron por un beso ligeramente salado por las lágrimas y todavía dulce por la promesa que encerraba.
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OWARI