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Cookies and cream por Yoshita

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Notas del fanfic:

Sí, la loca del UshiSuga a vuelto con más vainitas por ahí, dado que parece que soy la única loca del UshiSuga y no puedo soportar que estos dos bebés no tenga la atención que merecen, además encontré una página que me genera writing promps para las OTP y estoy infinitamente agradecida del material UshiSuga que puedo obtener de allí.

Amo escribir y amo a estos dos, así que no me pueden detener, solo disfruten.

 

VAMOS AMIGUITOS, DEJAR COMENTARIOS ES GRATISSSSSSSSS, NO ME HAGAN PARIR PIÑAS ADIVINANDO QUÉ TAL LES PARECIÓ ESTO

Notas del capitulo:

Este viene siguiendo la línea del manga actual, sin generar singún spoiler de este, estonces realmente no hay peligro.

Disfruten.

Ushijima y Sugawara habían pasado por muchos momentos juntos: partidos de secundaria donde eran oponentes, entrenamientos de verano, unos cuantos encuentros casuales en la ciudad y también en los coliseos cuando iba a ver algún partido de los Adlers. No era que hubiesen interactuado mucho, pero para el chico refrescante de Karasuno, la calma de la que Wakatoshi hacía gala le generaba la impresión de que era el chico de Shiratorizawa quien debería llevar ese apodo y le causaba curiosidad que no fuera así.

Fue luego del partido de los Adlers con BJ que Sugawara pudo compartir más de un calentamiento o un partido con Ushijima, porque habían terminado comiendo en un restaurante de ramen lo suficientemente grande para que cupieran todos los comensales: Hinata y Kageyama, obviamente, compitiendo por ver quién era el que mejor puesto obtenía; Atsumu, que no pensaba dejar que Kageyama le robara su recién adquirido rematador; Bokuto, porque simplemente era Bokuto Kotaro y nadie iba a detenerlo, ni siquiera Akaashi, que lo seguía de cerca con un rostro de resignación; Kourai, que hablaba sin parar con Daichi; y Suga al final, con Ushijima, en un cómodo silencio.

- Fue un juego genial, Ushijima-kun, has mejorado mucho desde la última vez que te vi.

- Gracias- fue la sincera, pero escueta, respuesta del muchacho.

Suga ya no sabía cómo seguir la conversación, pero quería saber más acerca del entrenamiento que siguió el excapitán de Shiratorizawa.

- ¿Cuánto tiempo llevas jugando con los Adlers?

- Dos años y medio.

- Vaya, es bastante tiempo, ¿cómo ha sido tu trabajo con Kageyama?

- Es un buen jugador, dedicado y decidido, sus colocaciones son perfectas, es un gran compañero de equipo.

Eran más palabras de las que Suga había esperado conseguir, pero le pareció que Ushijima no había tenido problemas con dárselas.

- Eso es muy cierto- rio Suga ante el comentario del moreno- todo lo que sabe se lo enseñé yo.

Wakatoshi lo miró con una extraña expresión.

- ¡Es obvio que es una broma! –se defendió – aunque Kageyama aprendió de mí, siento que aprendió más de los demás… aunque fui un buen senpai para él… pero es que no había manera de que yo intentara moldear a un monstruo como Kageyama. Me devoraría vivo.

- Eso es porque no eres un monstruo.

Ushijima tenía razón, él no era un monstruo, era un chico normal que se dedicaba a enseñar a niños pequeños en una escuela del país.

- Pero no por eso eres menos que Kageyama.

- Bueno, yo nunca dije eso, Ushijima-kun.

Cuando llegaron al restaurante, parecía que hubiera una fiesta dentro por el ruido y desorden que los jugadores lograban hacer, era agotador con solo verlos, pero a Suga se le subió la emoción a la cabeza y saltó justó cuando Hinata le gritó para saludarle. Corrió hasta la mesa, chocó las palmas con Hinata y golpeó a Kageyama en la cabeza.

- ¡Eso estuvo increíble, Hinata! ¡Esos saltos fueron algo fuera de este mundo! ¡Y tú, Kageyama, colocaciones así me dan escalofríos! ¡Estoy tan orgulloso de ustedes, chicos!

- ¿Él es su madre? – murmuró Ushijima.

- Suga siempre ha sido el más… eh… no quiero decir “maternal”, pero es la única palabra que puedo encontrar- Daichi intentaba explicarle a Ushijima el trato del albino hacia los dos chicos.

Ushijima se quedó observando al chico del lunar mientras este elogiaba a sus adorados kouhai por su increíble desempeño y al mismo tiempo, les preguntaba por sus caminos, a Hinata por su paso por Brasil y a Kageyama por su experiencia como armador en el equipo nacional de las olimpiadas. Pudo, entre todo ese bullicio y desorden, detallar los brazos de Sugawara, aún se podían notar moretones en los antebrazos y sus dedos tenían cinta, probablemente porque había estado practicando.

- ¡Ushijima-kun, no te quedes de pie ahí, que no vas a crecer más! Espero… - gritó Sugawara mientras palmeaba la silla contigua a él- ven aquí, que te estamos esperando para ordenar.

Ushijima hizo lo que el muchacho le pidió y ordenó un plato de ramen sin picante y con extra de verduras. Y mientras esperaba, hablaba con Sugawara. De volleyball, de su trabajo como docente, de la universidad y de la vida. Suga no era realmente tranquilo como su apariencia mostraba, era enérgico y a veces explosivo, pero tenía una calma innata que llegaba cuando sonreía y era esa calma la que parecía haber captado la atención de Ushijima.

Luego de comer, cuando se estaban despidiendo para tomar sus propios rumbos, Ushijima se acercó a Sugawara con su teléfono en mano.

- Dame tu número de contacto, Sugawara Koushi.

Todos alrededor detuvieron lo que hacían para mirar como el enorme zurdo tecleaba los números que Suga le dictaba y luego, llamaba al antiguo armador para que guardase su contacto también.

- Estaré en contacto, Sugawara – dijo.

 

Luego de eso, Ushijima realmente hizo lo que había declarado y comenzó a escribirle a Sugawara. Primero eran mensajes escuetos pero con verdadero interés, donde le preguntaba qué hacía, cómo iba en su trabajo y si el clima era bueno. A su vez, Suga le contestaba con alegría, más de la usual, y le preguntaba por sus partidos, sus entrenamientos y los campeonatos por venir.

Mañana viajamos a Okinawa, escribió Ushijima una noche que había regresado temprano. Clasificamos a un torneo local allí.

¡Vaya! ¡Qué fabuloso es eso!, respondió mientras sonreía. ¿Qué me vas a traer de recuerdo?, bromeó.

¿Qué quieres?, respondió serio.

Era una broma, no tienes que traerme nada, agregó al mismo tiempo que se tomaba un sorbo del café que había preparado.

Compraré chinkuso para ti y te lo llevaré cuando vuelva de ganar el torneo, dijo de una manera que Sugawara interpretó como convicción. Suspiró, dijera lo que dijera, Ushijima no iba a cambiar de opinión.

 

Luego de ganar el primer partido en el campeonato de Okinawa, Sugawara recibió una video-llamada de Ushijima.

- Quién lo diría…- susurró con una sonrisa. Se sentó en su escritorio,  acomodó su teléfono para que la cámara lo captara de una mejor manera y contestó.

- Hola, Ushijima-kun, ¿qué tal el partido de hoy?

- Hola Sugawara. Estuvo bastante bien, aunque el equipo contrario no parecía tener tanto nivel, realmente dieron una buena pelea, pero era inevitable que ganáramos- sin ningún rastro de petulancia, Ushijima narró el partido de principio a fin. Suga lo vio en el balcón de lo que supuso era el sitio donde se estaban quedando, luego lo vio pasar por el comedor, donde pudo apreciar a Kageyama hablar por teléfono y no tenía que pensar mucho para saber con quién, si lo único que hacía era alternar entre sonrisas bobaliconas y “¡Shoyo boke, boke, boke!”, y luego de eso, vio a Ushijima entrar en la habitación que le correspondía, allí, el chico se acomodó sobre una mesa y apoyó el teléfono contra un pocillo vacío que había.

- Parece que estuvo duro – contestó Suga al otro lado de la línea mientras revolcaba su escritorio en busca de su cargador – espera, Ushijima-kun, la batería de mi celular morirá y ando buscando el cable.

-Toma tu tiempo- dijo e hizo lo mismo antes de que su propia batería muriera también.

Siguieron hablando y la noche comenzó a caerles encima. Nunca supieron cuál fue el primero en caer, si Suga abrazando una taza que había tenido té de hierbas, o Ushijima recostado sobre su chaqueta del equipo, pero lo que si supieron fue que nunca colgaron la llamada.

 

Kageyama fue el primero en levantarse a la mañana siguiente, el reloj apenas marcaba las 4:35. Lo primero que hizo fue chequear su teléfono y ahí, en su pantalla de inicio, aparte de un mensaje de buenos días de Hinata, había un mismo mensaje, pero dos grupos diferentes. Abrió primero el grupo de chat del equipo y había una foto que Hoshiumi había mandado con una sola leyenda. Rápidamente abrió luego el grupo de Karasuno y había una foto que Daichi había mandado, con la misma leyenda de la foto anterior. En la foto de Hoshiumi se podía ver a Ushijima durmiendo sobre la mesita de su habitación y en frente de él, su teléfono en una video-llamada con Sugawara, quien dormía también. En la foto de Daichi se apreciaba Suga, recostado sobre su escritorio y abrazando una taza y en frente de él su teléfono en una video-llamada con Ushijima.

Kageyama rio ante la interesante leyenda que habían elegido para la foto: “Ushijima y Sugawara durmiendo juntos”.

Notas finales:

Gracias por leer. Sus comentarios serán bien recibidos.


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