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Síndrome de Abstinencia por Kumagoro2093

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Notas del fanfic:

Desde que empecé a ver Naruto hasta esta etapa de mi vida, jamás había visto juntos a hermanos. Creia tener la mente limpia... pero ver a Itachi y a Sasuke amándose es para mi inevitable no querer ver más de ello;;.

No crei volver a Amor Yaoi, pero necesitaba subir esta historia y quitarme los deseos del Itasasu xD. 

Notas del capitulo:

¡Que tal! espero que haya gente emocionada leyendo aún aquí por estos lados<3 para saciar mi sed de Itasasu decidi crear una historia de amor sobre ellos. 
Quizas sus personalidades cambian un poco en esta historia. 

-Cuando Sasuke habla de "unirse", no se refiere al Sexo. Se refiere a sentir sus cuerpos juntos. Algo así como un abrazo... más profundo que ello. 

Existe una antigua historia que mi abuela nos contaban a mi hermano y a mi cuando éramos niños. La de dos personas que se amaban más que a su propia existencia, y al no ser aceptadas por su pueblo, se suicidaron con la esperanza de volver a encontrarse en alguna otra vida. 

 

—Cuando crezcan, tengo la esperanza de que encontrarán a esa persona que amarán más a que nadie. Pasarán por dolor y sufrimiento al punto de desear dejarlo todo y escapar; pero se que serán fuertes. Que soportarán el sufrimiento, solucionarán las disputas y vivirán su vida con quien les de felicidad. —Decía ella acariciando nuestros cabellos, con una pequeña y débil sonrisa. 

 

Con mi hermano mayor tomamos nuestras manos y nos bajamos de la cama donde ella se encontraba. Nuestra abuela estaba enferma, y nuestros padres nos traían con ella tanto como podían. Supongo que entendían que a ella no le quedaba mucho tiempo. 

 

—Itachi, Sasuke. —Dijo comenzando a cerrar sus ojos. —Mis pequeños nietos... busquen aquella felicidad, no sigan lo que es correcto... o pasarán su vida amargados, solos... y tristes como yo. 

 

Mi hermano y yo nos miramos para entender entre nosotros las palabras de la mujer mayor, pero al hacerlo un sonido largo y agudo provino desde una de las máquinas que estaba conectada a ella. 

De golpe entraron varios doctores y nos obligaron a salir de ahí. Nuestros padres se acercaron a nosotros, y mientras mi madre lloraba, mi padre le intentaba consolar con todas sus fuerzas. 

Nuestra abuela había muerto. 

 

Lamentablemente la vida sigue aún después de la muerte de alguien que tanto quieres, y así comienzan a pasar los años. Años tranquilos, y lentos. 

 

Con Itachi teniendo 20 años y yo teniendo 18, ya éramos lo suficientemente mayores como para tener ciertas libertades que de niños no se nos permitían. 

Cada uno con su respectiva pareja, pasábamos a veces el día entero en la habitación claramente no jugando a las escondidas. Había olvidado las últimas palabras de mi abuela creyendo que no era importante. Después de todo, sin creerlo, aún era solo un niño. 

 

Era una vida bastante monótona, y no me quejaba por eso. Me despertaba temprano, iba a la universidad, volvía, cenaba e iba a dormir. Los fines de semana se me escapaban de las manos solo teniendo sexo con Sakura, en la casa de ella, la mía, o algún motel. Sin embargo, si en mi semana me sobraban algunas horas, ya sea porque cancelaron alguna clase, o bien, simplemente no quería ir; pasaba ese tiempo con Itachi. Veíamos una película o salíamos a algún lado, solo porque si. Para pasar algo de tiempo con mi hermano. 

 

—Itachi, ¿a donde rayos me estás llevando? —Hace varios minutos salimos a caminar, e Itachi me pidió que le acompañase. Ambos no teníamos ninguna clase ese día, así que decidimos no decirle a Sakura o a Izumi para pasar el día viendo alguna película saliéndonos de nuestro papel de parejas ideales. Y es que en la universidad éramos conocidos por ello, por ser tratados como príncipes. Cosa absolutamente falsa, pues solo era un papel que teníamos allá para burlarnos entre nosotros... que quizás se fue un poco de nuestras manos. 

 

—Maldita sea, Sasuke. Desde que salimos te he dicho que iremos a arrendar alguna película, y de vuelta compraremos algo que se nos antoje para comer mientras la vemos. —Dijo buscando el local que supongo creyó haber visto en algún momento. 

 

—Llevamos caminando más de media hora, y estoy seguro de que ya pasamos por aquí. Apuesto que te perdiste otra vez. 

 

Con un bufido me miró con un falso rostro de molestia. —Ya vamos a llegar... es solo, un tipo de camino secreto. O algo por el estilo. 

 

Itachi buscaba la manera de salirse con la suya siempre, y admitía que aquello me causaba gracia. 

Finalmente luego de unos minutos logramos encontrar el pequeño local que creí que había cerrado hace ya varios años. Entramos y comenzamos a buscar cuál sería la película que veríamos toda la tarde. 

Aquí comenzó una nueva discusión. 

 

—Sasuke, pidamos esta. —Me dijo mostrándome una película de acción. Le miré y me negué vehemente. 

 

—Debes estar loco. Vimos esa película la semana pasada. Busquemos algo nuevo... algo de suspenso. ¿Que tal sobre detectives? 

 

—Me estresan esas películas. Me niego, busquemos otra. Pero que sea de acción. Ver que tienen la respuesta delante de sus narices no me permite seguir viéndola.

 

— Siempre eliges el mismo tipo de película de acción, también me niego a ello. —Me di la vuelta buscando algo nuevo, que no hayamos visto. Por lo general vemos películas en Netflix, no entiendo su gusto por usar cosas viejas como estas películas. Pasee por el último pasillo, y encontré algo que no habíamos visto. —¿Que tal alguna de romance?

 

Itachi se acercó y miró curioso los títulos. —Quien diría que Sasuke Uchiha tuviese interés en películas de romance y llantos por amor. —Dijo burlesco. 

 

—Cualquier cosa es mejor que tus películas de acción. 

 

Por fin habíamos decidido una película y pasamos a comprar bebidas, papas fritas, un poco de sushi, chocolate y palomitas para comenzar nuestra adorada tarde de películas. Dejamos las cosas en mi escritorio y mientras Itachi ponía la película, yo acomodaba mi cama para que quedase frente al televisor. Cerré la puerta y cortina para que estuviese oscuro, y deje la comida alrededor para que se nos fuese fácil sacarla  y comer desde ahí. 

 

Ambos nos sentamos, y comenzó. En este momento comienzan las extrañas costumbres que tenían los hermanos Uchiha solo cuando se encontraban ellos y nadie más. 

Antes de acomodarnos, y mientras se daba el intro de la película ambos comenzamos a desnudarnos. Pantalón, calcetas, polera e incluso ropa interior. 

Quedando completamente desnudos, Itachi se acostaba encima de la cama apoyando su espalda en el respaldo de esta, y luego me acostaba yo encima de él, para después tapar con la sabana hasta nuestra intimidad. Solo así estábamos ya listos para comenzar a ver la película. 

 

Quizás suena bastante extraña esta rutina antes de comenzar una película. Pero hay algo dentro de nosotros, algo extraño, desconocido, que nos impide mantenernos separados. Es algo que exige a nuestros cuerpos unirse. 

Es que simplemente necesito tener a Itachi alrededor mío, y el me necesita alrededor de él. 

 

Hubo un tiempo en donde ambos nos negábamos a ello, por ser hombres y hermanos. Pero al no unirnos desnudos durante un tiempo, terminamos con terribles crisis de pánico. En mi caso lloraba sin razón alguna, estando en clases o en mi casa, cualquiera sea el lugar, comenzaba a llorar. 

 

E Itachi, por lo que escuché de su boca y sus compañeros, sufría de crisis de pánico, y un ánimo antipático e insoportable para todos en su clase. 

 

Esos síntomas nos dio a entender que no podemos vivir el uno sin el otro. Simplemente necesitaba el calor de Itachi en mi, y el necesitaba la mía. Solo así podíamos estar completamente tranquilos. 

 

—Sasuke, acércame el sushi. —Dijo Itachi mientras usaba sus brazos para abrazar mi cintura. 

Me queje un poco antes de moverme. La verdad es que si bien había comida deliciosa, estaba tan cómodo que el moverme era un castigo horrible. 

 

—No te separes de mi. —Dije en voz baja, dejando que Itachi soltase una pequeña risa. Me agaché un poco para sacar el cartón que tenía sushi, y un par de palillos para que pudiese comerlo. Me volví a unir a su cuerpo con rapidez y me acomode para seguir viendo la película. 

 

Con los palillos, Itachi comenzó a comer y a darme de vez en cuando algunas piezas que aceptaba sin problemas. 

Era tan cómodo, tan suave y tan cálido. Tener su pecho en mi espalda, su cadera con la mía, y nuestras piernas enredadas hacía que mi corazón saltase y mi cuerpo se sintiese cálido desde dentro. 

 

Lo único que era un problema era... mi deseo por hacer más que eso. Por sentir más que su espalda, brazos, cadera y piernas alrededor y bajo mío. 

En las noches admitía que a veces soñaba con sus besos, con sus caricias más allá de esos abrazos que no bajaban más de mi cintura, que... que hacíamos el amor. 

 

Era para mi inevitable no pensar en eso, no desearlo. Era doloroso para mi mente pensar en que no seria capaz de hacerlo en realidad porque ambos teníamos nuestras parejas. 

Y no es que no quiera a Sakura, pero debo admitir que es un sentimiento distinto. Es más que deseo lo que yo siento por Itachi, en comparación a lo que siento por ella. Un anhelo inexplicable que aprieta desde mi boca, garganta hasta mi estomago y parte baja. 

 

Pensando en aquello me di cuenta que la película ya estaba cerca de su final, y que ni siquiera le presté atención. 

Suspiré, y me intenté separar un poco de Itachi para agarrar un vaso con bebida que había dejado antes de comenzar a ver la película. Sin embargo, al momento de separarme siquiera un centímetro de Itachi, este apretó su abrazo hacia mi y puso su mentón sobre mi hombro. 

 

—¿Donde crees que vas? —Preguntó con molestia. 

 

—Quiero mi vaso con bebida, me dio sed y sueño... está un poco aburrida. —Mentí. Ni siquiera estaba viendo la película. 

 

—Avísame cuando te separes de mi. Y admito también que esta aburrida. ¿Deseas dormir? Aún faltan varias horas para que vuelvan nuestros padres. —Preguntó tomando los controles remotos que por suerte estaban a nuestro lado, simulando que comenzaría a apagar todos los aparatos. 

Pensándolo un poco asentí y cerré mis ojos para que Itachi apagase los aparatos y dejase la comida lejos. Sin separarnos mucho se acomodó acostándose por completo, y me acomodé encima de él, abrazándome cual Koala dejando mi rostro en su pecho y mis manos alrededor de su cintura. Mientras el hacía lo mismo con las suyas alrededor de mi cuerpo. Rápidamente me quedé dormido, al igual que el. 

Definitivamente esto era algo que no podía ser mencionado ni a nuestros padres, ni a nuestras parejas.

Notas finales:

Veamos que tanto pueden estar separados uno del otro:0


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