Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Draco's Plan por JennVilla

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Harry y él caminaban juntos por el Bosque Prohibido tomados de la mano. Draco llevaba la luz para iluminar su camino en pos de la sangre de un unicornio.

Estaban en su primer año, en un castigo con el guardabosque. Eran mejores amigos y ambos estaban en Slytherin y una de sus constantes travesuras les había merecido ese castigo.

Draco estaba indignado y a la vez asustado, pero Harry estaba emocionado y apretaba su mano confortándolo y diciéndole que esa sería otra de sus aventuras.

No existía Voldemort, Harry era feliz, Draco también lo era.

Lo del unicornio se debía a una estúpida rebelión de las acromántulas. Ellas sólo querían hacer escándalo, pues aún no se atrevían a matar a unicornios.

Draco, a pesar de todo, se sentía seguro en compañía de Harry. Lo quería mucho, y seguramente que Harry a él también. Habían compartido muchos momentos y Draco sólo quería crecer y ser más guapo para poder invitar a salir a Harry. Él sabía que así tenían que ser las cosas, que ellos dos estaban destinados a estar juntos por siempre.

Harry se giró hacia él con una sonrisa y sus hermosos ojos verdes brillando. Le acarició la mejilla a Draco y empezó a decir...

Un peso en su estómago lo dejó sin aire. Despertó asustado sólo para ver a Pansy encima de él y mirándole con unos escrutadores ojos marrones. Su cabello negro le hacía cosquillas en el cuello.

— ¡Pansy! ¡Quítate de encima! —gritó Draco como pudo.

— ¡Deja de gritar, Draco! —Blaise despertó también, y de haber sido posible, Draco habría caído fulminado por su mirada.

— ¡Tú a mí no me gritas, Blaise! —Draco le respondió también a gritos, mientras trataba de quitarse a Pansy de encima.

— ¡Tú a mi menos! —el italiano no se quedó atrás.

Pansy empezó a reírse como una posesa, mientras Draco y Blaise se fulminaban con la mirada desde sus camas.

Draco aún lamentaba haber aceptado compartir dormitorio con Blaise, pues así Pansy se consideraba con derecho absoluto a entrar cuando se le diera la gana.

—Oh Drake, ¿con quién soñabas? Cuéntanos. —dijo Pansy con voz dulzona.

—A ti te lo voy a decir. —ironizó el rubio.

Blaise bufó enojado y se ocultó entre sus cobijas y cubriéndose la cabeza con la almohada.

— ¿Soñabas con Potty? —insistió la chica.

—Vete, Pansy.

— ¿Acaso estaban haciendo cositas sucias en el Bosque Prohibido? —su sonrisa era enorme. Pansy no se iba a rendir.

— ¿Bosque Prohibido? —repitió Draco asustado.

—Ajá, eso decías.

—Yo no hablo en sueños, Pansy. Ahora hazme el favor de irte, y cuando tengas nuevamente la bondad de visitarnos, que sea a una hora adecuada y no encima de mí. Gracias y adiós. —Draco trató de regresar a su posición anterior, pero obviamente, fue imposible.

—Draco, ¿no nos vas a contar lo que pasó con Potter ayer? —dijo Pansy ignorándolo.

Blaise al parecer estaba despierto, porque salió de su escondite y se acomodó para oír el chisme.

—Se los diré luego... —Draco pidió paciencia a cualquier divinidad— Pansy, por lo que más quieras, déjame dormir.

— ¿Quieres seguir teniendo sueños húmedos con Potter? —se burló ella.

Draco se apresuró a mirarse la entrepierna pero vio que todo estaba normal. Su sueño había sido algo muy diferente.

—Pues ya ves que no. Y si así fuera, ¿qué?

— ¿Qué? Pues que me tienes que contar, Draco.

— ¡Jamás! Blaise, sé buen amigo y saca a esta chismosa de la habitación. Tendrás mi eterna gratitud de Malfoy, ya verás. —rogó Draco a su amigo.

Pero Blaise, como el gran cabrón que era, bostezó indiferente y volvió a cubrirse con sus mantas. Pansy rio al ver el desespero en la cara del rubio, y decidió retirarse por su propia cuenta.


Después del desayuno, Pansy y Blaise ya se sabían al derecho y al revés todo lo que había pasado con Harry el día anterior. En realidad, la información había salido de Draco por culpa de amenazas dignas de un Slytherin. Ahora, cuando iban camino a su Sala Común para adelantar tareas, se encontraron con Harry y Granger.

— ¡Eh, Potter! —Draco sonrió animado por la mirada cálida en el Gryffindor. Así que decidió bromear un poco— ¿Acaso en tu habitación no hay un espejo? ¿Cómo es que no viste ese nido de pájaros que tienes en la cabeza?

—Hola Draco, ¿cómo estás? —los ojos verdes brillaban por el desafío— Pues tú deberías dejar de usar gomina, ¿no crees? Lo digo porque te hace ver más hurón que de costumbre.

Granger los miró a ambos para luego poner los ojos en blanco.

—Ustedes dos son el uno para el otro. —dijo.

—Ya lo creo que sí, Granger. —intervino Pansy con intención.

—Vámonos, Harry. —dijo Granger halando de él y mirando extrañamente a Pansy.

Harry le dio una última sonrisa al rubio y se dejó llevar por la chica. Draco rio y siguió adelante.

—Sinceramente, Draco, el día en yo pueda entender cómo es tu modus operandi…

—Ni te esfuerces Blaise —Draco desestimó las paalras de su amigo—, a pesar de que él me guste, o que seamos amigos, no podré dejar de ser así con él. Así es como funcionamos.

—Bah, déjalo cariño. Draco es raro. —dictaminó Pansy.


La semana pasó y con ella, más encuentros con Harry. Cada día, la confianza y camaradería crecía entre ellos.

Harry se animaba a contarle sus cosas y se ponía muy nervioso cada que Draco le coqueteaba directamente. El rubio quería creer que Harry era consciente que lo que Draco decía, iba en serio, pero eso era algo imposible con el despistado chico.

Todo hasta que un día, el Niño que Vivió, le sorprendió.

Habían estado hablando en un receso de clases y Draco, como acostumbraba, empezó a molestarle luego de que Harry le hablara sobre las próximas pruebas del Torneo.

—Estoy muy nervioso por la primera prueba —se había quejado Harry—. De verdad que no quiero hacer el ridículo ante todos. ¿Y qué tal que me termine metiendo en más problemas de los que ya tengo? Todo el mundo piensa que quiero quitarle protagonismo a Cedric, y Ron no deja de molestarme con esas tonterías de entrevistas y fotografías. ¿Te acuerdas de lo que me pasó con Skeeter? —Draco asintió y Harry continuó: — Pues ha publicado tanta basura en El Profeta desde entonces, y Ron es tan... tan...

—Imbécil.

— ¡No! Bueno, sí. Se lo cree todo. ¡Y él me conoce bien, por Merlín! No sé qué más hacer, ni cómo siquiera hacer algo decente en la primera prueba. Sirius me dice que me tranquilice pero yo estoy seguro de que me quemaré el culo sin haber siquiera agarrado mi varita.

—Es una pena, Harry, que tengas que sacrificar tu culo. Un verdadero desperdicio. —había bromeado Draco en tono jocoso y lastimero.

La mirada de Harry había dejado de estar en la lejanía, para pasar en toda la persona de Draco.

—Eh, Draco... yo he querido preguntarte algo.

— ¿Hmm?

—Tú... bueno, es algo diferente a lo que estábamos hablando. Eh… pues, yo me preguntaba si tú… bueno, tú-

— ¡Escúpelo, Potter! Me estresas —Draco había tenido que urgirle a hablar, porque de otro modo, no hubiera podido soportar la tentación de ver esos deliciosos labios moviéndose.

— ¿Tú eres gay? —soltó Harry de sopetón.

Draco no pudo controlarse antes de mostrarse en evidencia y abrir su boca y sus ojos a lo más que podía. Le miró de hito en hito.

— ¿Po-por qué lo preguntas?

—Es que... las cosas que dices, ¿sabes? —Harry se había sonrojado— No lo sé... Discúlpame, no debí preguntarte eso.

— ¿Hay algún problema en que yo lo sea? —Draco tenía que saber en qué se estaba metiendo.

— ¿Seas qué?

—Gay.

—Ah —Harry había lucido incómodo—. Bueno, creo que no… ¡No! No lo hay. Es decir, Hermione me ha dicho que en el Mundo Mágico no hay problema con eso.

— ¿Tú lo eres? —había preguntado Draco estúpidamente.

— ¿Eh? ¡No! Draco, no —Harry había reído—. No creo que lo sea.

Draco tragando saliva y obligándose a parecer sereno, había decidido bromear:

— ¡Pues qué lástima!

— ¿Entonces si eres gay? —Harry había preguntado en voz más alta.

— ¿Quisieras por favor hablar más alto? No te entendí.

—Ah, lo siento. —Harry se había sonrojado.

—No soy gay, Harry —Draco había hablado en voz baja, atrayendo más la atención de Harry—. Más bien, bisexual. Aún puedo mirar con gusto un buen par de piernas en las chicas de sexto y séptimo. Además, el hecho de que bromee con esas cosas no me hace gay.

—Ah. —había dicho Harry simplemente.

— ¿Y? ¿Estás decepcionado? Potter, cuando quieras sólo me dices y lo intentamos tú y yo.

— ¡Merlín! ¡Contigo definitivamente no se puede, Draco! —Harry le había dado la espalda.

Después de eso, Harry se comportaba un poco cohibido con Draco. Este temía haberle espantado, pero después, asesorado por Pansy, se dio a la tarea de tener paciencia con el insufrible Gryffindor.

Pero días después, Harry le preguntó, nuevamente de sopetón, si a Draco le parecía atractivo Cedric Diggory.

Draco sintió un pequeño tic en la vena de su sien y le preguntó:

— ¿Te gusta Diggory?

— ¡No! Sólo te estoy preguntando.

Draco, hábilmente y sin querer pensar más en ello, cambió de tema.

Más tarde, en la soledad de su dormitorio, las preguntas vinieron a su cabeza con mayor fuerza. ¿Por qué tanto interés en ese Hufflepuff? ¿Acaso Harry le veía algún atractivo a ese y no a Draco?

No, eso no podía ser. Harry era suyo. Con ese pensamiento bien claro en su mente, se dispuso a dormir. Ya tendría que pensar en algo, si es que no quería perder a Harry.

Luego, un recuerdo se le vino en ese momento. ¿Cómo había estado tan ciego?

¡En el Mundial de Quidditch! Él había visto a Harry muy cerca de Diggory. ¡Y Diggory le sonreía como un imbécil! ¡Inaceptable!

No, no, no, no. Primero hechizaba con una imperdonable a Diggory antes que permitir que él le quitara lo que le pertenecía. Claro, tendría que vigilarlos. Como decía el andrajoso de Moody. ¡Alerta Permanente! -o algo así.

Moody... pensó Draco antes de dormirse ¡No he averiguado nada nuevo sobre él!

Su padre lo iba a matar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).