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Draco's Plan por JennVilla

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Harry y Draco iban camino al castillo.

El encuentro con Diggory fue algo muy incómodo. Harry había dicho todo lo que tenía que decir a base de balbuceos pues al parecer estaba nervioso y por supuesto, Draco estaba furioso por ello, así que él mismo se había encargado de aclararle todo al Hufflepuff y luego a arrastrar a Harry con él. Diggory les había gritado desde lejos en agradecimiento, y Draco giró para hacerle algún gesto con la cabeza y descubrió que Diggory miraba a la parte trasera de Harry sin ningún reparo, para luego caer en cuenta de la fría mirada de Draco y mirarle extrañamente. Lo último que pudo ver Draco de ese chico fue una sonrisa y un encogimiento de hombros.

Bueno, por lo menos alguien había captado el mensaje.

—Bueno, tengo que dejarte... tengo que ir a reunirme con... bueno sí, tengo una cita. —empezó Draco, intentando que su voz sonara temblorosa. De su actuación dependía el éxito de su plan.

— ¿Una cita? —dijo Harry sorprendido— Una cita... Sí, claro.

— ¿No te he contado? Theo y yo hemos estado hablando, y bueno... él es muy atractivo, ¿no crees?

— ¿Nott? Pff —Harry bufó—. Si tú lo dices...

— ¿Qué te pasa? Draco le miró con inocencia.

—Nada... —Harry miró a otro lado y pareció mascullar algo inaudible para sí mismo— Eh bueno, Draco. Ya me contarás que tal todo, ¿no? Yo... sí, yo tengo que irme.

Y sin decir más, Harry se alejó a zancadas. Draco no supo cómo interpretar eso. Con el Gryffindor todo se podía prestar para cualquier cosa.


—Muy tu problema lo que hagas o dejes de hacer con Nott… ¡Accio libro! —el libro salió disparado de las estanterías, dándole un fuerte golpe en el pecho a Harry.

—Tienes que mejorar el movimiento con tu varita —dijo Draco con voz monótona—. Como te decía, el padre de Theo ha conseguido que Viktor Krum nos firme las escobas a Theo y a mí, ¿puedes creerlo? Bueno... si tú quieres, puedes darme tu Saeta y te conseguiré un autógrafo también -no, no, levanta más tu brazo y concéntrate en el objeto-. Como te iba diciendo, Theo es genial, ¿sabes? Me ha dicho que en vacaciones pedirá permiso a nuestros padres para que vayamos a Italia. Claro que tendríamos que ir con nuestras madres -Potter por Merlín, no te estás concentrando, ¡haz un movimiento firme!- ¿En qué iba? Ah, allá en su mansión hay muchas cosas, y no te imaginas lo que-

— ¡Cállate! —gritó el azabache exasperado— No me interesa lo que hagan ustedes dos. ¡Cállate!

Draco enmudeció enseguida pero sonrió internamente.

—Bueno, somos amigos, ¿no? —dijo con voz inocente— Creí que te podía contar todo.

Harry suspiró y le dio una extraña mirada.

¿Estaría funcionando?

—Lo sé Draco, y lo siento, ¿vale? Es que estoy muy nervioso por la prueba y todo eso. Tu idea ha sido genial, ¿sabes? Pero no sé si pueda hacerlo bien. Y un dragón... ¡Merlín, Draco! Un dragón y yo siendo un inepto para hacer un accio...

—No lo eres, Harry —Draco sonrió—. Sólo te falta más práctica. Por lo menos las cosas van hacia ti.

—Sí... por lo menos. —Harry le miró fijamente. Draco decidió no responder a eso, y mejor continuó con lo de Theo.

— ¿Has visto como Theo me-?

—Draco, tú... es decir, ¿tú le quieres? —le interrumpió Harry.

Draco volvió a enmudecer.

—Bueno, estamos saliendo apenas... Me gusta, sí.

—Yo me refiero a que... bueno, no importa —y acercándose a Draco, dijo con voz suave: —. Me alegro mucho por ti. Ya quisiera yo estar pensando en novias y no en Torneos, pero me alegra que por lo menos tú disfrutes tu tiempo —dicho esto, Harry levantó su brazo. Draco creyó que le iba a tocar la cara, pero todo lo que el otro hizo fue dirigirla a su cabeza y alborotarle el pelo—. Tu pelo es muy suavecito —dijo riéndose—, seguro que le cuidas más que a ti mismo.

—Hay personas que si sabemos sobre presentación personal. En cambio tú... —Draco levantó también su brazo y lo llevó al salvaje pelo negro— Tú tienes un nido de ratas.

—Y así te gusto. —chanceó Harry.

—Sí... —suspiró Draco.

Los dos se sumieron en un silencio incómodo.

—Bueno, ya es hora de dormir. Gracias, Draco… Por tu ayuda, quiero decir. Espero no hacer el ridículo mañana. Ni quemarme el culo, tampoco. —Harry terminó riendo después de un rato.

—No se puede esperar mayor cosa de ti. —dijo Draco dándole un codazo amistoso.

— ¿Irás a dormir ya?

—Sí. Ven, camina conmigo, dulce damisela. No quiero que te pase nada malo en los oscuros pasillos de Hogwarts. —Draco le ofreció el brazo y Harry le empujó a la salida con su propio cuerpo. Pero los dos chocaron con un tercero.

Weasley.

—Mira nada más. ¿Quieres unirte a la fiesta, Weasley? —Draco arrastró las palabras— A Harry y a mí nos gusta experimentar, ¿sabes? Un pelirrojo para el menú, no estaría mal. Claro que tendré que prestarte mi colonia, pues no quiero que tu olor a Comadreja me-

—Para ya, Draco —regañó Harry—. ¿Qué haces aquí, Ronald?

— ¿Qué hace Malfoy aquí? —preguntó Weasley a su vez.

—Ya te dije, Weasley. Estábamos muy entretenidos aquí dentro y-

—Lo que haga o no haga con Draco, no te incumbe —siseó Harry—. ¿Vienes a echarme la bronca de nuevo? Lamento decepcionarte, pero hoy no tengo ganas de escucharte.

Un ligero carraspeo se escuchó desde detrás de una armadura que estaba a la vuelta del pasillo.

—Eh... No, no, no es eso —Weasley se apresuró a hablar—. Hermione sólo quería —otro carraspeo—. Yo quería pedirte disculpas por todo lo que pasó, Harry. De verdad que... Malfoy, ¿puedes hacer el favor de irte?

Draco y Harry dijeron al tiempo:

—Yo me quedo.

—Él se queda.

Nuevamente el estúpido carraspeo, y más alto. ¿Pero qué demonios?

—Harry... —gimió Weasley, dándole una mirada de soslayo a Draco. El carraspeo ahora se sentía un poco más cerca. Draco se estaba desesperando.

— ¿Qué tienes que decirme? —dijo Harry con tranquilidad.

Weasley tomó aire.

—Compañero... Harry. Hemos sido como hermanos, y no quiero perderte por una tontería. Lamento de verdad lo que te he dicho pero es que... la envidia me cegó.

— ¡Ajá! —se burló Draco— Hasta que al fin lo admites —otro carraspeo—. ¡Quien sea que esté haciendo ese molesto ruido, se puede ir a la mierda! —dijo en voz más alta.

— ¡Cállate Malfoy! ¡Algún prefecto nos pillará! —le dijo Weasley— Y mucho cuidado con lo que dices —otro carraspeo—. ¡Hermione para ya con eso! Me tienes nervioso.

Granger salió detrás de la armadura, alzó el mentón y se apoyó en la pared.

— ¡Apresúrense! Tenemos que ir a dormir. —dijo desde su lugar.

Harry sólo miraba a Weasley con un gesto de infinita paciencia. Draco lo admiraba, ¡mira que aguantar a un Weasley es de expertos!

—Bueno, Harry. Ya escuchaste todo. Yo de verdad nunca creí que tú metieras tu nombre en ese Cáliz. Sólo que el hecho de que tú lograras salir en ese Torneo y yo no, y menos los gemelos cuando lo intentaron, me descompuso.

— ¿Y crees que estoy muy contento con eso? —preguntó Harry— ¡Ron! ¡Mañana tengo que competir con Dragones! ¡Dragones! —dijo alterado y con pánico, gesticulando con los brazos.

Granger, ya junto a ellos, gritó para cubrirse rápidamente la boca después. Weasley palideció.

—Demonios... ¡Harry! ¡Y es mañana! ¿Qué vas a hacer?

—No lo sé. Estaré muy nervioso... ¡Estoy muy nervioso!

Estaban ignorando a Draco y él se estaba enojando.

—Harry, ¿por qué no me dijiste antes? ¡Pudimos haber encontrado alguna forma de enfrentarlos en los libros de la biblioteca! —exclamó Granger.

Draco sonrió burlón.

—Tú todo lo solucionas en la biblioteca, Granger.

—Draco, por favor... —Harry le miró con hastío— Miren, es hora de que todos vayamos a dormir. No quiero dormirme en mitad de la prueba mañana. Vámonos.

Weasley bostezó como un salvaje y dio la vuelta para irse, pero Granger lo detuvo con una significativa mirada.

—Ah... —Weasley tartamudeó— Harry, yo-

—Tranquilo hombre —dijo Harry con una sonrisa. Draco bufó—. Todo está bien —agregó pasándole un brazo por los hombros. Draco ya hervía de la rabia—. Draco, muchas gracias por lo de hoy. Me servirá de mucho... bueno, espero que yo sepa aprovecharlo. —dijo Harry avergonzado.

—No hay de que —dijo secamente—. Buenas noches. —y se dirigió a las mazmorras sin mirar atrás.


Cuando ya estaba acostado, todo cuadró en su mente. Lo de su supuesto noviazgo con Theo no había servido de nada. Harry no había reaccionado como él quería y todo resultó ser una estupidez, pues Harry no estaba interesado en él de esa forma... posiblemente nunca lo estaría.

Draco pudo sentir cómo un hueco se abría en su pecho. Ahora Harry ya ni le vería como un amigo. Ya estaba todo arreglado con Weasley y su Harry se olvidaría de Draco. Eso si no lo podría soportar.

Recordó cómo su padre le había advertido sobre esos enamoramientos adolescentes estúpidos -según él- y cómo hacían perder tiempo valioso. También el cómo debilitaban y hacían que la persona se idiotizara.

Draco no le había hecho caso. Él pensaba que todo sería diferente con Harry.

Sus planes habían fallado.


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