Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Physical por jotaceh

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Tomás X

 

Había pensado en ir a Physical con la camiseta de Cassiopeia, pero Celeste me dijo que sería muy evidente que era su fan y que sería un tanto extraño, por lo que me vestí normal.

-¡Celeste! ¡Ven! ¡Corre! –grité esa mañana después de vestirme.

-¡¿Qué sucede?! –llegó corriendo mi amiga, con una navaja en su mano.

-¿Por qué vienes con ese arma? –

-¡Gritaste! Pensé que te había ocurrido algo malo –

-No, no era de terror, sino que de emoción. Mira, me queda suelto el pantalón. ¿Te das cuenta? Estoy más delgado –y comencé a saltar de la emoción. Tomé a mi amiga y ambos celebramos mi victoria.

Creo que hace muchos años que no lograba bajar de peso, lo usual era que la ropa me quedara cada vez más pequeña porque mis laditos se hacían más rollizos. Supongo que algo bueno vino después de tanta tragedia. Este... este es el primer paso para convertirme en alguien hermoso. ¡Lo prometo!

Decidido y feliz por lo que he logrado, salí del departamento rumbo a Physical. Todo me parecía más radiante, el sol brillaba como nunca, los árboles eran tan verdes y radiantes como esmeraldas, la gente hasta parecía agradable y ya no les temía tanto. Solo quería llegar al gimnasio y no solo por el grupo que me gusta, sino que también porque ahí estaría Marcelo.

Entré por detrás, por donde ingresa la gente que ahí trabaja. Todos en Physical creen que soy sobrino de Berna, así que puedo pasear por ahí, pero tenían razón y la entrada estaba llena de periodistas. ¿Qué pasa si me veían? ¿Y si alguien era tan inteligente como para darse cuenta que en realidad soy hijo de la famosa Patricia? No, ¿a quién engaño? Con lo feo que soy jamás se darían cuenta. No entré por la puerta principal porque me dio mucha vergüenza. Suelo evadir los grupos grandes de personas, porque muchas veces me ha ocurrido que como están en manada siempre se burlan de lo raro que hay alrededor y eso raro suelo ser yo.

-¿Disculpa? ¿Sabes dónde está el salón de judo? –me preguntó un alumno. Me quedé mudo cuando vi su cabellera celeste. ¡Qué era Martín de Cassiopeia!

-Am...está ahí –es todo lo que pude decir, antes de apuntar el lugar y ver cómo se marchaba.

Me sentí pésimo porque era el momento para hablar con uno de mis ídolos. Estoy seguro que, de todos los integrantes, Arístegui es el más guapo, y el más talentoso porque canta como los dioses. Me odié por no entablar conversación, tan solo que a mí también me tocaba clases de judo con mi amorcito. Así que fui hasta el baño para cambiarme de ropa. Sí, el baño, ni loco me meto a un camarín para que me vean desnudito. No me saco los pañales ante cualquier bebé.

Ya preparado, caminé hasta la sala decidido a acercarme al cantante. Ingresé y saludé desde lejos a Marcelo, porque es el profesor. Somos novios, tan solo que Enrique me contó que a mi mamá no le gusta que los entrenadores tengan relaciones con los alumnos, así es que, para no meter en apuros a mi nueva pareja, preferí ignorarlo y entrar como cualquier otro. Tan solo que...

-Hola amor – fue él quien se acercó a mí y me dio un besito en la boca.

-¿Qué haces? Patricia te puede regañar si sabe de esto –

-¿Tú crees? Dudo que se arriesgue, porque podemos contar toda la verdad que ella está ocultando. Si se interpone en nuestra relación, podemos chantajearla con decir que eres su verdadero hijo –es tan guapo y maquiavélico al mismo tiempo. ¡Lo amo!

-Y...bueno... ¿no te da vergüenza que te vean conmigo? - ¡tonto! ¡tonto! Sabía que no tenía que hacer esa pregunta.

-No pienses así. Trata de quererte más, nadie siente vergüenza de la persona que ama. ¿Entiendes? –

¿Por qué es tan perfecto? Me fui a mi lugar de la fila sonriendo como niño con caramelo. Es la primera vez que alguien demostraba ante todos que tenía una relación conmigo. Enrique, él... solo me ocultaba.

-¿Eres novio del profe? –y nuevamente, fue Martín quien me habló.

¡POR DIOS! Que una celebridad, alguien precioso, hermoso, divino, me estaba hablando a mí, a esta masa amorfa de carne y grasa. ¿Podía ser eso posible? ¿Que sus ojos celestiales miraran a este terrenal?

-Am... yo... sí, somos pareja -¡contrólate Tomás! Tienes que parecer normal si quieres ser su amigo.

-Qué cool, se ven muy lindos juntos –sonrió tan tierno, tan perfecto. ¡Por dios! Que era hermoso y simpático al mismo tiempo.

-Gra-gracias –

-Solo digo lo que veo. Me llamo...- intentó presentarse.

-Martín Arísteguí Molyneux, cantante y modelo de Cassiopeia. Escorpiano, atento, talentoso, tu color preferido es el celeste, te encanta llevar el pelo de ese color. Tu novio se llama Mateo y es un futbolista bastante conocidos. Se conocen desde que son niños, en una entrevista del pasado 24 de febrero ambos contaron cómo se conocieron. Me encantó ese programa, en el minuto 15:45 mencionas que te gustaría casarte y tener muchos hijos.... Y eso se entiende porque eres adorable, simpático, y serías un padre genial.... –y bueno, de no hablar nada pasé a contarle en su cara toda su vida. Si yo creo que hasta sé más de él que él mismo.

-Ah... qué lindo... -se horrorizó ante mi imprudencia.

-Es que soy tu fan, pero no vayas a creer que te voy a secuestrar y encerrar en un sótano para siempre. Lo pensé, pero vivo en un departamento, así que no tengo un sótano... Ay, que era broma, jamás podría hacer... ¿o sí? Ok, ya mejor me callo – no sabía qué decir e hice el ridículo.

Luego comenzó la clase y en cada segundo de ella me arrepentí por lo tarado que fui. Era obvio que ya no querría volver a conversar conmigo. "Ahora debe pensar que soy un psicópata": Pensaba a cada rato.

-¿Estás bien? –me preguntó mi novio cuando me vio salir del salón un tanto cabizbajo.

-Sí, no te preocupes, solo estoy muy cansado por tu clase. Me gustó mucho, es la primera vez que asisto con tus otros alumnos y eso me hizo muy feliz –habíamos llegado a esa decisión y es que antes entrenábamos solos. Era un gran paso para nuestra relación, por lo que no quería arruinarlo contándole de mis estupideces.

Caminé hasta el baño para poder lavarme el sudor y cambiarme de ropa. Entré sin percatarme que estaba usado y quien estaba allí adentro gritó espantado.

-Lo siento, la puerta no tenía seguro y...-me quedé pasmado al ver que la persona que había gritado era Martín.

-Se me olvidó ponerlo –dijo apenado y es que estaba casi desnudo.

No dije nada más y cerré la puerta. Me quedé afuera pegándome en la cabeza por ser un bebote tan tontito, si hasta por error empeoro más las cosas.

-Ya terminé, si quieres puedes usar el baño ahora –seguía apenado al salir.

-Gracias –

Estaba convencido que ahora sí el cantante pensaría que soy un psicópata, tal vez imaginaría que entré al baño solo para verle desnudo. Cuando eso es mentira, si quisiera ver a alguien sin ropa sería a su novio, que está bastante ricolino con esos pantaloncitos de fútbol. ¡Concéntrate Tomás! Dejé de pensar en eso para poder asearme y colocarme mi ropa.

Salí de ahí y me encontré con el de cabellera celeste esperándome.

-Toma, te compré un té helado –me pasó la botella fría. ¿Y esto? ¿Está intentando ser mi amigo?

-Gracias, pero... ¿no te caigo mal? –estaba sorprendido.

-¿Qué? ¿Y por qué debería? – se rio ante mi rareza.

-Es que te puse incómodo en la clase y ahora te abrí la puerta del baño –

-Está bien, no te preocupes, entiendo que te colocaste nervioso. Me pasó lo mismo cuando entré al grupo y conocí a otros famosos. Hubieras visto lo torpe que fui cuando conocí a Antonio Palmer, no podía creer que cenaría con la persona más poderosa del país – y así comenzó a hablarme mientras caminábamos por los pasillos.

-Yo que pensaba que al ser todos ustedes famosos, no tenían vergüenza de nada –

-Somos seres humanos, igual que tú. Además, siempre he sido bastante tímido y supongo que tú también, por eso me encantó que fueras novio del profesor. Creo que me vi reflejado en ustedes, cuando comencé a salir con Mateo, también sentía mucha vergüenza de demostrar nuestro amor en público –

-Si eres tan tierno, y ahora me caes mucho mejor porque me di cuenta que eres igual de raro que yo. ¿Por eso te aseas en el baño también? A mí me cargan los camarines, prefiero algo más íntimo, para que no me vean –

-¡Pienso igual! –sonrió ante mi comentario, y así seguimos hablando por largo rato.

¡Fue hermoso! ¡Glorioso! Sin siquiera buscarlo, le caí bien a mi artista favorito. En realidad, todo estaba mejorando en mi vida.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).