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Physical por jotaceh

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Marcelo VII:

 

Tuve que aceptar las condiciones de Paulo, debo fingir ser su novio porque de lo contrario le dirá la verdad a Tomás. Le contará que Enrique también fingió quererlo, aunque por petición de su propia madre.

Pensarán que soy débil, que no debería caer en una treta tan baja como ésta, tan solo que lo amo demasiado y no puedo poner su estabilidad en riesgo. Ha colapsado después de enterarse de mi plan con Celeste, no quiero imaginar cómo podría terminar de saber que fue Patricia quien le acercó a Lira, y que, por ende, ella es indirectamente responsable del abuso que cometieron en su contra. Lo ha rechazado y evitado toda la vida, sería desastroso que se enterara ahora que también le ha puesto en peligro.

Era evidente que le afectaría verme con Paulo en Physical, tan solo que esperaba que ese golpe fuera menos dañino que enterarse de toda la verdad.

-No llegó a casa y no contesta el teléfono. Tengo miedo, ¿le habrá sucedido algo? –

Celeste estaba muy preocupada por Tomás. Llegó corriendo al gimnasio para contarme lo sucedido. Estaba a punto de llorar.

-No se preocupen, está en mi departamento –apareció de pronto Enrique para darnos una respuesta.

-¿Y por qué está contigo? No se te ocurra tocarle ni siquiera un pelo, hijo de perra, porque de lo contrario voy y te corto el cogote ¿entiendes? –la pequeña volvió a demostrar su ira.

-Lo encontré llorando y atracándose con comida en medio del parque, muy de noche. Además, no le he hecho nada. Al contrario, solo le he ayudado… ayudado a superar algo que ustedes mismos le hicieron –

-No vuelvas a hablarnos de eso. Sabes perfectamente que no lo hicimos con malas intenciones –reaccioné.

-Lo importante es que no quiere verlos y que está bien en mi casa –

-¿Y podemos confiar en ti ahora? Después de todas las mierdas que has hecho, malnacido – braveó Celeste.

-Me he dado cuenta de todo el daño que he hecho y quiero remediarlo, aunque no te lo tengo que demostrar a ti, sino que a él –

Sin más, el rubio se marchó, ya había cumplido con informarnos.

-¿Confías en ese pedazo de mierda? –

-No nos queda de otra. Si Tomás fue hasta su departamento, debe ser porque ahora es de fiar ¿no? –

-Me da miedo que vuelva a caer en sus mentiras –

-¿Me quieres decir que como terminó conmigo va a ir corriendo a los brazos de su ex? – es lo que comprendí de sus palabras.

-Mi amigo es débil, más ahora que se siente defraudado. Va a buscar cariño donde sea, aunque sepa de lo que Enrique es capaz, puede que le vea como un consuelo –

-Entonces debemos estar alerta y vigilarlo, para que no lo dañen otra vez –

-Claro, eso significa que yo tendré que espiarlos, porque como me contaste por teléfono anoche, ahora tienes que fingir ser el novio de ese saco de caca de Paulo –

-Ni me lo recuerdes, solo de pensarlo me hierve la sangre –

Ese día hice mis clases normalmente, y cuando terminé la última, recibí la visita que esperaba con desagrado.

-Hola cariño, ¿cómo estás hoy? –la celebridad entró muy feliz al salón, y me besó en frente de todos mis alumnos. Evidentemente, se sorprendieron al ver que había cambiado de pareja de manera tan rápida.

-Bien –

-Pero qué serio. Te vengo a buscar, porque me invitaron a la inauguración de un restorán y quiero que vayamos juntos, para mostrarte en sociedad como mi nuevo novio –

-O sea, que me llevas como tu trofeo –

-Ay cariño, los trofeos son premios valiosos, deberías sentirte honrado de completar mi lista de romances ¿no crees? Además, no vas a comparar el sexo que tenías con ese gordo con el que yo te daré –

Me llegué a atorar con sus palabras. ¿Quién se creía? ¿Acaso imagina que me voy a dejar? Lo tomé del hombro y lo llevé hasta una esquina, necesitaba estar alejado de los oídos de quienes seguían impactados por nuestra relación.

-¿Quién crees que soy? ¿Tu prostituto personal? –

-Dije que fueras mi novio, y eso trae consigo el sexo ¿no crees? ¿Cuántos años tienes? ¿Cinco? Eso es evidente –

-No me voy a acostar contigo. ¡Jamás! –

-Si no lo haces, ya sabes de qué se va a enterar el gordo ése. ¿Te vas a arriesgar a seguir dañándolo? –

No pude responderle nada y es que me moría de la rabia, no podía creer que me tenía preso bajo sus deseos.

-Ya veo que eres sensato. Arréglate y te espero a la salida –

Me mandaba como si fuera su mascota, como si mi vida pendiera de sus decisiones y eso me frustró de tal manera que me desquité con la pared, la que golpeé con fuerza para no hacer lo mismo con el rostro de ese hijo de puta. No puedo creer que tendré que aguantarle, con lo desagradable que es.

Tuve que ir hasta la fiesta que me había comentado, fingir que me agradaba estar rodeado de toda esa gente superficial, que nos sacaran fotografías paras las revistas de farándula y soportar que nos entrevistaran para la que sería la noticia de la semana, aquello de lo cual todos hablarían.

Sonríe más…

Dame un beso…

Abrázame…

Ríete ahora…

Son algunas de las órdenes que solía darme durante toda la noche, intentando convencer a todos y ocultar mi evidente malestar. ¿Qué pensarían los periodistas si ven a su novio tan malhumorado? Probablemente, crearían chismes e intentarían destruir su fama.

La velada acabó y tuve que conducir hasta su departamento. No hablamos en todo el trayecto. El trato era fingir ser su novio, no serlo realmente, por lo que, en cualquier momento, buscaba desligarme de él, así fuera solo fingiendo no escuchar sus preguntas.

-Ahora tienes que subir para que podamos follar –se burlaba en mi cara.

-No lo haré, no soy tu prostituto –

-¿Me estás desafiando? ¿Acaso no sabes lo que sucederá si me haces enojar? –

-¿Y tú sabes lo que yo podría hacer? –

-Te recuerdo que la integridad de tu querido obeso está en juego, no creo que le siente bien enterarse que fue engañado por su exnovio y su madre –

-Y no le contarás nada porque seguiré fingiendo ser tu novio –

-Sí, y eso implica que te acuestes conmigo –se había alterado.

-¿Sabes cuál es uno de los principios del judo? El equilibrio, hay que encontrar la equidad entre tu fuerza y la de tu oponente. Yo finjo ser tu novio para que no le cuentes ese secreto a Tomás, pero yo decido no contarle a la prensa que nuestra relación es falsa y que me estás chantajeando, para así no tener que tocar tu asqueroso cuerpo huesudo. Tú no hablas, y yo tampoco lo haré, seguiremos con esta farsa porque es la única manera de cerrar tu boca y también de tener algo con qué pueda chantajearte. ¿Comprendes? –

No iba a permitir que se saliera con la suya. He debido lidiar con personas mucho más inteligentes que Paulo y he salido victorioso, esta vez no sería la excepción.

El rubio no dijo nada más y solo salió del coche hecho una fiera, cerrando tan fuerte la puerta que movió el auto por completo. Ahora solo debo esperar hasta encontrar otra manera de controlarlo, y así mover la balanza a mi favor, utilizar sus debilidades en su contra para poder ganarle. Pienso en la integridad de Tomás, pero tampoco voy a dejar que me alejen de él para siempre. Me desharé de este inconveniente y luego, buscaré al gordito para poder sanar todo el daño que le he provacado.

 

 


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