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Physical por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

Espero que estén muy bien y que todos sus sueños se estén cumpliendo :D

 

Últimanente he tenido mucho trabajo y me he quedado con poco tiempo para escribir, lo siento si me he tardado en actualizar :( pero les aseguro que terminaré con esta historia!!

 

Aprovecho y le dejo mi nueva historia, por si quieres leerla un rato :P solo si quieren *-*   HOT AUSSIE BOYS

 

Muchas gracias!!!

Apolo II:

 

-¿Nunca pensaste en dedicarte al modelaje? -fue lo primero que me preguntó Patricia cuando nos reunimos en su oficina.

-Soy cantante, prefiero utilizar el don con el cual nací en vez de modelar ropa creyendo que es la gran cosa –

-También es un arte, y nacer bien parecido es un don con el cual muy poca gente nace… aunque claro, muchos otros pueden lograrlo en el camino. ¿Me equivoco? -me veía desde su asiento, magnánima, mientras se quitaba el cabello que le tapaba uno de sus hombres.

-¿Qué insinúas? ¿Que me he operado? –

-No he dicho eso, querido, creo que has venido con una muy mala disposición. No te voy a hacer daño, te lo prometo –

-¿Entonces? ¿Qué es lo que quieres conseguir? ¿Por qué me has llamado? –

-Me veo reflejada en ti, y por eso es por lo que quiero ayudarte. ¿Sabes? Te daré un consejo, aléjate cuanto antes de Sebastián. Puede ser alguien muy seductor, puede engatusarte con sus palabras, pero la verdad es que solo destruirá tu vida. No es quien parece… Puede que pienses que la malvada soy yo, pero si supieras toda la verdad, sabrías que él ha sido siempre el enemigo –

-No creo que te haya hecho lo que dijiste en televisión. Sé que es inocente… Sé que…-pero no me dejó continuar, porque con una pregunta me destruyó por completo.

-¿Cómo están tus padres? –

Su expresión era igual a la de un experto, alguien que conoce todo sobre la materia y te contempla inundado en la ignorancia.

-Viven en el campo, hace mucho que no los voy a ver… ¿por qué preguntas? –

-Porque me parece extraño toda tu historia… De pronto apareció un chico que cantaba muy bien, que era atractivo, representado por Sebastián y ¡voilà! Nace una estrella. ¿Sabes? Te investigué antes de que entraras a Physical y me pareció muy sospechoso que no hayas estudiado canto antes, que nadie en el medio te haya conocido antes de lanzar tu primer disco. Todos en Nueve te consideran un milagro, como si hubieras bajado desde el mismísimo cielo -se rio en mi cara, como si estuviera contando un chiste.

-A veces los milagros existen -no entendía qué quería lograr.

-Exacto, eres el mejor de los ejemplos –

-Qué fastidio, solo me llamaste para hacer perder mi tiempo. Será mejor que me marche…-

Di media vuelta para abrir la puerta de su despacho, cuando volvió a dirigirme la palabra.

-Anda al sur, a la ciudad donde está mi hijo con Pedro, para que te des cuenta por fin si debes confiar o no en Sebastián –

Me quedé helado. ¿Cómo es que sabía eso? ¿Cómo se enteró que el verdadero Tomás estaba bajo los cuidados de su padre? Según me habían contado, Sebastián llegó a un acuerdo con su padre para que no le dijera nada a Patricia, más que mal, ambos la odian y no fue difícil convencerlo. ¿Qué había ocurrido ahora? ¿Lo habían traicionado?

No quise comentar nada, no me convenía caer en las redes de esa mujer manipuladora, de seguro quería confundirme para hacerle daño al hombre que amo, pero no iba a caer. O eso pensé en un principio, porque la verdad es que no me pude sacar la idea de la cabeza, como tampoco pude ver nuevamente a la cara a Sebastián. Cuando nace la duda, cuesta mucho recobrar la confianza.

 

 

-¿Qué vamos a encontrar en esa ciudad? -me preguntó Miguel cuando ya nos habíamos subido al avión.

-Nada, no vamos a encontrar nada -es lo que quería creer, porque eso significaría que mi amado no me mintió y que todo fue una treta de Patricia.

Seguía conmocionado, aunque el pobre de mi amigo intentaba hablarme, era incapaz de continuar con la charla. A cada rato pensaba en las posibilidades que existían, en todas las formas en que la modelo podría haber tenido razón y que me encontraría con una razón de peso para dejar de idolatrar a aquel hombre. ¿Sería capaz?

Luego de dos horas de vuelo, llegamos a la pequeña ciudad del sur, allí donde el frío se acrecienta y donde ya de noche no podíamos ver ni siquiera las montañas que se imponían majestuosas en el horizonte.

Nos dirigimos al hotel, mientras a cada momento Miguel se alegraba por pequeños detalles que encontraba en el camino.

-¿Por qué te hace feliz cosas tan pequeñas? -le pregunté mientras le veía oler unas flores.

-Porque es la primera vez que salgo de la capital, nunca había estado de vacaciones –

-¿En serio? ¿Y por qué estás tan seguro? ¿Acaso ya recobraste todos tus recuerdos? –

-No lo sé, es extraño, muchas veces tengo ciertos presentimientos que terminan siendo realidad. Es como si en el fondo, todos mis recuerdos no se hubieran ido, aunque siguen escondidos, continúan guiándome. Sé que no había salido de la ciudad, y es obvio, porque mi familia no tiene dinero como para salir de vacaciones –

-Entiendo… tiene sentido -sonreí por primera vez en días. Me alegraba la inocencia del muchacho.

-¿Tú habías venido antes aquí?-

-Creo que una vez vine a dar un concierto, porque todo me parece extrañamente conocido, pero… he estado promocionando en tantos lugares del país, que ya confundo todo -y creo que ese comentario encendió una luz en Miguel, porque saltó alegre para consultarme sobre mi vida como un cantante. Se me había olvidado de que él solía ser mi fan.

-No solía, sigo siéndolo. Creo que eres la persona más genial que hay en este mundo –

Caminábamos por los pasillos del hotel donde había reservado suites, cuando sus palabras me detuvieron en seco. ¿La persona más genial del mundo? ¿Yo? No entendía por qué en los últimos días me he sentido tan triste, es como si desconfiar del hombre a quien amo me hubiera debilitado, como si el pilar de toda mi confianza se desmoronara y me quedara en el aire, sin protección.

-Ay no, ¿por qué estás llorando? –

-¿Llorando? -ni siquiera me había percatado.

-Lo siento si dije algo que te hizo poner triste… -

-No, al contrario… No sé que hubiera sido de mí si no te tuviera a mi lado. Gracias por confiar en mí y entregarme tu cariño, aun antes que nos conociéramos incluso –

No puedo entender cómo ni cuándo nos hicimos amigos, pero de lo que sí estoy seguro, es que ha sido lo mejor que me ha pasado en el último tiempo. Es alguien en quien puedo descargarme, con quien puedo compartir mis pensamientos y sé que no me juzgará. Aunque sigo sintiéndome mal por haberle hecho caso a Sebastián en utilizarlo para confundir a Patricia.

 

La noche transcurrió y a la mañana, muy temprano, decidimos salir rumbo a la casa de Pedro, a las afueras de la ciudad.

-¿Por qué nos despertamos tan temprano? Tengo mucho sueño -se quejaba Miguel.

-Por lo menos pudiste dormir. Yo estuve despierto toda la noche pensando en este momento. ¿Tú crees que podremos conocer a Tomás? –

-Ok, me acabas de quitar el sueño… Qué extraño sería eso, vería a la persona que supuestamente yo era –

-Lo siento -fue todo lo que pude decir.

No pasó mucho tiempo para llegar frente a la casa de los Sotomayor. Respiré hondo antes de tocar a su puerta. Estaba aterrado, como si fuera a conocer al mismísimo demonio, aunque más me aterraba no saber la verdad y seguir creyendo en una mentira.

-Buenos días, ¿usted es Pedro? -pregunté ante el rostro compungido del hombre.

No recibí respuesta, él simplemente me miraba fijo, analizándome. ¿Qué sucedía? ¿Acaso también era mi fan?

-Lo sé, es impresionante verlo ¿verdad? -comentó Miguel.

-¿Qué los trae por aquí?-dijo por fin.

-Bueno… nosotros… Venimos de parte de Sebastián, queremos ver a… Tomás –

-¿Esto es una broma? ¿Es una de esas cámaras ocultas de la televisión? ¿Por qué juegan con algo tan delicado? -Pedro se enfadó de pronto, tanto que su rostro se puso rojo.

-¿Qué? Claro que no es una broma, venimos muy en serio, queremos saber si Tomás está bien –

-¿Bien? ¿Cómo va a estar bien si murió hace dos años? –

-¿Qué?...-

No recuerdo nada más de ese momento, porque el mundo se me vino encima. Sebastián me había engañado todo este tiempo.

 

 

 

 


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