Tomás III
¿Saben algo? Creo que he tomado la mejor decisión de mi vida al venirme a la capital, porque me ha sucedido algo que jamás imaginé pudiera ocurrir: le gusto a un chico. Y no se trata de cualquiera. Está bien, pensarán que estoy loco cuando se los cuente, imaginarán que es imposible, pero no es así, todo lo que les voy a narrar es verdad.
Mi mamá quiere que adelgace, por lo que me ha apuntado a las clases de máquinas con Enrique, aunque andie sabe que soy su hijo, para todo el mundo soy el sobrino de Berna. Desde el primer día que le vi quedé embobado con su sonrisa perfecta, y con ese cuerpo de los dioses que tanto muestra. Por dios, es que es un adonis. Sus hombros son muy anchos y sus brazos son grandes, de ese tipo que se hinchan cuando hacen fuerza y pareciera que se convirtiera en una bestia. Y lo mejor, es que marca paquete como prostituto africano. Ay, es que intento no ver cómo se le menean sus cositas cuando levanta pesas, pero no puedo, es imposible.
Al principio me daba vergüenza, pensaba que se iba a enojar, tan solo que después me di cuenta que le gusto. Sí, como lo oyen, Enrique Lira se ha enamorado de mí, de este bebote rechonchito. ¡En un milagro! Es la primera vez que le gusto a alguien, y justo es un ser de otro mundo, un guapo espécimen que me hace explotar la cabeza con todas las fantasías que me imagino.
-Oh no, por favor Enrique, hazlo más lento... Amor, soy virgen, ten compasión de mí –diría entre jadeos, cuando en realidad lo único que querré es que siga con más fuerzas.
Y lo que les digo no es por conclusiones a las que he llegado. No señor, porque tengo pruebas para comprobar lo que les digo.
-Hola Tomasito, ¿cómo dormiste? ¿Acaso soñaste conmigo? –me dijo el otro día cuando le saludé.
-¿Te hiciste algo? Te ves más guapo de lo normal –dijo después.
G-U-A-P-O Eso es lo que dijo, con cada una de sus letras. ¡Me encuentra guapo! Esa deidad del sexo encuentra que soy lindo, y yo prefiero confiar, porque ¿por qué mentiría? No tiene ningún motivo. Él siendo tan atractivo, no gana nada en decirle a un bebote como yo que está bonito ¿verdad? Si lo hace es porque en realidad lo piensa.
Por fin podré compartir mi cunita con alguien, y sacarnos el pañal para revisarnos. Ya saben a lo que me refiero. Pilín con pilín.
Como estaba tan emocionado, decidí llamar a Celeste. Mi mejor amiga tenía que saber lo que me sucedía.
-¿Estás seguro que te dijo eso? Es que he visto fotos de él, y bueno... no se ve del tipo de chicos que le podrías atraer –
-¿A qué tipo de chicos podría gustarle? –
-Bueno, que él... se ve superficial ¿no? –
-Las apariencias engañan, Celeste. Y él me ha demostrado eso. ¿Tan raro es que se fije en alguien como yo? –
-No, no es imposible, pero... me llama mucho la atención. Creo que deberías tener cuidado. ¿Y si es un sicópata que quiere cortarte en mil pedacitos? –
-Ay, se nota que eres una pueblerina. La gente en la ciudad es mucho más directa –
Me enfadé un poco con lo que dijo mi amiga, y es que pensé que se alegraría porque he sacado novio. Porque es eso lo que me ha sucedido ¿no? De hecho, ya estoy comenzando a planificar la boda. Quiero que todos nos vistamos de blanco, que sea a orillas del mar, irnos a vivir a la casa de mi papá y que nos haga el desayuno a ambos, que nos pague el internet y nos compre los juguetes que más no guste. Una Barbie para mí y un autito para Enrique.
-Hola, Tomasito, ¿soñaste conmigo anoche? –me saludó galán el otro día al llegar a Physical.
-Sí, soñé que caminábamos por el parque tomados de las manos...-era mentira, había soñado con Pinkie Pie, pero era para coquetear.
-Eso sería genial –
-Sí, para que... nos demos nuestro primer beso –creo que fui un poquito osado.
El rubio abrió sus grandes ojos azules, creo que le impresionó saber que era correspondido, darse cuenta que yo también siento lo mismo debió alegrarle mucho, porque vi un par de lágrimas. ¡Sé emocionó!
-Ay Tomasito, yo... sería el hombre más feliz al besarte, pero... no podemos hacerlo acá en Physical. ¿Qué sucedería si Patricia se entera? Ella nos prohíbe a los profesores involucrarnos con sus alumnos, y mucho menos me dejará hacerlo con su propio hijo. Ya sabes cómo es... Creo que será mejor que seamos amantes secretos en un principio –
-¿Amantes? ¿Entonces habrá sexo? –me sorprendió su propuesta, aunque creo que él se impactó más, porque se atragantó con su propia saliva y casi se asfixia. –Ay tontín, aunque no lo creas, soy bastante liberal, no me avergüenza que quieras follarme –le susurré para que no tuviera miedo de proponerme lo que él quisiera.
-Es que... bueno... -se puso tan nervioso que sudaba a chorros y se rascaba constantemente el cuello.
-Yo... soy virgen, pero... me gustaría perder la flor contigo. Es ideal ¿no? Que mi primera vez sea con el hombre a quien amo –
-¿Amas? ¿Estás enamorado? Pero si nos conocemos hace dos semanas –
-Fue amor a primera vista, ¿no te ocurrió lo mismo? –le veía azul de lo nervioso que estaba.
-Sí, claro Tomasito, yo también te amo... y por eso, quiero hacer las cosas bien ¿ok? Quiero que esto sea mágico, que nuestro primer beso sea de ensueño y que el sexo sea en una ocasión maravillosa. No te preocupes, yo me encargaré de todo... ¿me puedes esperar? –
Si es tan lindo, es detallista y romántico. No puedo creer que haya encontrado a mi príncipe azul a mi edad. Obvio que le respondí que sí, que iba a esperar a que arreglara todo para que fuera especial, aunque no me pude aguantar y sigilosamente le besé en la boca. El pobre se emocionó tanto que después de eso salió corriendo al baño. ¡Si es tan tierno!
Y así fue como di primer beso, con el hombre más mágnifico que he conocido y que, al igual que yo, está perdidamente enamorado. ¿No es bella la vida?