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Segunda Generación por KaguraShan

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Notas del fanfic:

Hola!

Esta es mi primera historia del mundo de Harry Potter, debo decir que, los personajes no me pertenecen, solo las personalidades son de mi entera imaginación, no se basan en la realidad.

Esta historia se compone de 3 parejas, la primera historias es Albus x Scorpius y es la historia principal, luego desarrollé 2 capitulos con las historias que se bocetan dentro de esta primera historia, siendo el segundo capitulo el relato de la relación que componen Ted x James, para finalizar con la historia de Lorcan x Hugo.

Espero les guste, dependiendo de si les gusta esta primera fase podría desarrollar algún espcial con algo que quieran leer de alguna de estas parejas.

Gracias por leer!!

 

Los príncipes de Slytherin

[Albus x Scorpius]

Albus siempre fue un niño más bien introvertido y serio, muy diferente a sus extrovertidos hermanos, así cuando subió por primera vez en el expreso de Hogwarts y chocó con un chico rubio de resplandeciente cabellera se quedó un poco pasmado a lo que el otro al mirarlo se sonrojo levemente y pidiéndole disculpas se alejó junto a un moreno de un curso mayor que le paso el brazo por los hombros y le dijo algunas tonterías que hicieron al rubio mirarlo sonriendo. Ante esta situación Albus enarco una ceja algo confuso pero sin darle mayor importancia se fue al vagón en que lo esperaba su hermano James, Ted el ahijado de su padre, hijo de Remus y Tonks que habían fallecido por lo que era criado por su abuela Andrómeda, y sus primos Rose y Hugo, hijos de sus tíos Ron y Hermione, James y Rose cursarían ese año tercero, Ted cursaría su cuarto año, mientras que, para Hugo y él era su primer año.

Cuando el sombrero sin alcanzar a ser depositado sobre la cabeza de su primo Hugo canto Gryffindor esa mesa estalló en aplausos, y Albus supuso que para todos era obvio que un Weasley terminara el aquella casa, aun cuando su inteligente prima era una radiante Ravenclaw, nadie a criterio de Albus calzaba mejor en aquella casa, pero un tema diferente era su primo Hugo, el cual era un chico de lisos cabellos castaños con muchas pecas en su rostro y una mirada traviesa azul, igual a la de su padre, mientras que Rose era un blanca chiquilla con cabellera colorina y pequeñas ondas con una mirada castaña que daba la impresión de saber todo antes de que ocurriera.

Instantes después fue llamado aquel chico con el que había chocado en el expreso, y así Albus supo que se trataba de Scorpius Malfoy, el sombrero se posó sobre la cabeza del chico y pareció que conversada con el muchacho, se tardó unos minutos para finalmente enviarlo a Slytherin, donde lo recibieron con aplausos y vítores a lo que el chico sonrió un poco con su cara algo sonrojada pero la barbilla muy en alto para sentarse junto al moreno del expreso.

Cuando Albus subió al estrado se encontraba algo nervioso, y cuando el sombrero se posó sobre su cabeza escucho como este se río y le dijo “En este Potter no hay opción” para luego rugir Slytherin, el silencio que se hizo en el gran comedor lo dejo algo incomodo, si bien él había comentado con su padre esta opción que lo hacía sentir algo incomodo no pensó que fuera a materializarse, el sepulcral silencio del gran comedor fue roto cuando su hermano, James se paró desde su mesa en Gryffindor y exclamo “Al fin tendrán un buen jugador en esa casa” a lo que la mayoría de los jóvenes en el gran comedor se sonrió y un Slytherin mayor grito “Aquí lo arreglamos Potter” para que James mirara con simpatía al capitán del equipo de Quidditch de Slytherin Marcus Zabini, el cual era el moreno que Albus había visto con Scorpius en el expreso. Con esa intervención el ambiente se había relajado y el camino aun nervioso, pero a paso seguro y con una cara imperturbable, se sentó junto al moreno que lo llamaba mientras los integrantes de su casa, abandonando el estupor inicial habían estallado en aplausos y vítores, no todos los días se tenía a un Potter en Slytherin.

Ese primero año para Albus había sido muy extraño, se dio cuenta que la casa de Slytherin era muy agradable para él, era más bien tranquila no había gran alboroto, aun cuando se divertían era algo mesurado, lo cual lo hacía sentirse muy cómodo en ella, además hizo muy buenas migas con Zabini, el chico se encontraba en quinto y era capitán del equipo de Quidditch de su casa, este lo presento con Scorpius, el cual con una pose totalmente erguida pero con un leve sonrojo en su cara le había extendido la mano para saludarse, el no dudo en tomar su mano y estrecharla, ese chico era algo extraño para él, tenía una pose y andar que demostraba clase, elegancia y seguridad, pero cada vez que lo observaba y sus miradas chocaban un leve rubor cubría su rostro, por lo que Albus supuso era algo tímido. Así en su primer año se hizo amigo de Lorcan Scamander, un chico con cabello rubio, casi blanco y simpática sonrisa, pero de personalidad irónica en grande, por ello cada vez que se reunía con su hermano y primos y estos comenzaban con las peleas de casa Lorcan salía al paso con algún comentario que dejaba a Hugo descolocado y a James algo picado, mientras que sacaba a Rose una fuerte carcajada por bajar a esos Gryffindor de su nube, Ted siempre sonreía conciliador y apretaba el brazo a James para que lo dejara así, siendo la única forma de terminar esos encuentros, ya que su hermano solo apaciguaba su tozudez con el mayor de sus amigos. Ted era un Hufflepuff de renombre en la escuela, siempre destacando como un encarnecido luchador de gran corazón, era un metamorfomago al igual que su madre, de piel blanca, cabello y ojos miel, los cuales cambiaban a colores diversos cuando tenía alguna emoción fuerte, Albus conocía ya los tonos naranja cuando se divertía, verdes cuando estaba emocionado por una actividad que requería destreza y azules cuando estaba triste, había un color que hace un año había comenzado a aparecer que él no lograba interpretar, un morado muy profundo que aparecía en muy pocas ocasiones y Albus aún no lograba entender el porqué, pero este parecía algo intranquilo cuando ese color venía a él ya que se alejaba a encerrarse siempre que ello ocurría, James le había restado importancia y su padre le decía que con la edad iba a aprender a controlar esos arrebatos que su condición generaban en él.

Cuando Albus inició su tercer año, a sus 14, ya era conocido en la escuela como el “Potter distante”, tenía muchas admiradoras y admiradores y todos los desayunos recibía una o dos notas amorosas y algunas indecorosas, él no las respondía aunque las leía por cortesía ahí mismo, para que aquel o aquella que le hubiera enviado no pensara que las tiraba sin más, más de una vez se encontró con alguna nota algo subida de tono, las cuales guardaba rápidamente en su túnica avergonzado, si bien esto no se notaba en su rostro no le gustaba ese tipo de sorpresas, algunas chicas en los corredores le entregaban regalos los cuales rechazaba, ya le había advertido su hermano que había que tener cuidado con los filtros de amor con un gran sonrojo en su cara, Albus no sabía que había pasado en aquella ocasión, pero su aguda intuición se le decía que tenía algo que ver con Ted, ya que, este, que se encontraba en sexto año, ya no se acercaba mucho a su grupo y parecía algo distante, además su hermano se sonrojaba fuertemente cerca del adolescente que parecía compungido frente a esa reacción.

Algo interesante que pasó ese año es que, una tarde cuando volvió a su cuarto se encontró con una carta sobre su cama, un sobre blanco con detalles dorados por el contorno, cuando leyó la carta en su interior se sorprendió por el corto mensaje y el remitente, la carta ponía:

Estimado Albus:

Si bien no hemos hablado mucho quiero confesar que me agradas, Mucho.

Espero no te incomode mi sinceridad y pronta acción.

Se despide,

Scorpius Malfoy

Nada más, Albus enarco una ceja algo confundido, a él también le agrada Scorpius, de hecho, había trabajo juntos en pociones y herbología un par de veces, por lo que no entendía el motivo de la carta, el “Mucho” le quedó dando vuelta por la cabeza durante un tiempo, al igual que la siguiente frase ¿Qué acción?, ¿Por qué debería incomodarle?, como no entendía nada y ese año estaba próximo a terminar dejó de darle vueltas a la carta, pero hizo algo diferente y la guardo en su baúl con sus cosas, sin tirarla como todas las otras.

Al día siguiente pasó algo diferente, cuando se encontraba desayunando con Lorcan Scorpius se acercó a ellos, miró a Albus directamente a los ojos, lo saludo con una sonrisa sonrojada y se alejó, a Lorcan se le cayó la comida antes de entrar a su boca mientras observaba al rubio marcharse con su elegante caminar, Albus pudo asentir como respuesta con una ceja enarca mientras el chico se alejaba.

-       Oh Albus, el principito está colgado por ti – exclamó Lorcan en un susurro mientras limpiaba su boca luego de dejar caer la comida, si bien Albus era considerado el sex-symbol de Slytherin, Scorpius era el príncipe de su casa, atento, simpático e inalcanzable para muchos, el recibía aún más cartas que Albus pero el chico las respondía, se rumoreaba en la escuela que tenía un amor platónico y que por ello siempre rechazaba a sus pretendientes de manera cortes, lo que lejos de disminuirlos hacia aumentar al número de interesados.

-       Que tontería, no por que tu estés colgado por el Gryffindor más rebelde del momento significa que a todos los chicos les van los chicos, el príncipe tiene más chicas en torno a él que una edición de mi padre en “Corazón de bruja” – había dicho Albus como respuesta a su amigo.

-       Vamos, tú sabes que a ese león le gusto, solo no quiere aceptarlo por los prejuicios de su padre para nuestra casa, ya verás como cae tu primo este año – Finalizó Lorcan mirando directamente a unos ojos azules rodeados de pecas que lo observaban desde la mesa de los leones, y al chocar sus miradas le guiño un ojo, ante lo que Hugo se sonrojo notoriamente y bajo su mirada a su comida frunciendo su seño.

-       No puedo negar eso, es obvio que le gustas, ya deberías hacer un movimiento de verdad y dejar de solo ponerlo nervioso – decía Albus con una sonrisa torcida a su amigo y apuntándolo con un tenedor – actúa antes de que mi tío se entere o vas a ser castrado antes.

Así, entre risas y algunos comentarios sórdidos finalizaron el desayuno para ir a una clase de vuelo con Ravenclaw, donde se encontraron con Rose, la chica era guapa y tenía a varios chicos tras ella pero solo tenía ojos para el líder de quidditch de las serpientes, Zabini se encontraba en su último año en Hogwarts y había caído rendido ante la belleza y mente de Rose, quien en varias ocasiones de ese tercer año lo dejo sin poder replicar nada, hasta que a mediados de curso, en la fiesta de Halloween habían terminado besándose en medio de una rencilla en un pasillo, desde ahí Albus pensaba que Marcus debía ser un Hufflepuff, ya que trataba a su prima como si fuera una rosa literalmente, esta se fastidiaba un poco pero luego le daba un suave beso en los labios a su novio y le regalaba una cálida sonrisa como agradecimiento por sus atenciones del todo cursis.

Un tema aparte era su hermano James, ya en quinto año parecía distraído y totalmente desanimado, además se veía nervioso cuando Ted se acercaba ellos para saludarlos, ante lo cual el ojimiel se despedía rápidamente compungido y su hermano exhalaba un fuerte suspiro, Albus ya intuía que pasaba entre ellos, pero no sabía que podía hacer el para ayudarlo, así que un día palmeo la espalda de su hermano asustándolo un poco.

-       Hola Albus – lo saludo su hermano con un suspiro sentado a la orilla del lago de Hogwarts, mientras apoyaba su cara en sus rodillas sobre sus manos

-       ¿Qué pasa James? Hace un tiempo no te encuentras bien y no entiendo porque prefieres seguir así – Dijo Albus y notó como su hermano se tensaba ante su intervención

-       No sé de qué hablas, solo estoy cansado, este año tuvimos éxtasis de prueba y este otro serán los reales y no me siento nada preparado – le dijo como respuesta su hermano de 16 años fallando totalmente en su intento

-       Los leones mienten muy mal hermanito, ahora deja el drama y ve a por Ted, no sé qué esperas si es obvio que eres correspondido – soltó Albus sonriéndole para que James lo mirara con los ojos muy abiertos mientras abría y cerraba la boca intentando decir algo, para luego enterrar su cabeza entre sus rodillas y brazos

-       No sabes lo que dices, es mi culpa yo hice una tontería y ahora él se siente incómodo con nosotros, maldito filtro– escucho Albus a su hermano hablando de forma ahogada contra sus rodillas

-       Al final será cierto que son unos necios los leones, James, Ted está colgado por ti hace tiempo, creo que él no lo aceptaba por la cercanía que siempre han tenido, pero ahora se ve en sus ojos que solo son para ti anda, haz gala de la valentía Gryffindor y plántate ante el con toda la pachorra Potter y no me avergüences hermano, este próximo año es el último de Teddy en Hogwarts y se marchará a la academia de aurores, por lo que o lo aprovechas o te vas a quedar con las ganas por mucho tiempo – le dijo Albus mientras le guiñaba un ojo y palmeaba su espalda como apoyo, vio los ojos verdes de su hermano brillar bajo esa pelirroja cabellera y una sonrisa de decisión en su rostro

-       Creo que eres un pedante sabelotodo niño – le dijo mientras se paraba con firmeza y revolvía el cabello de su hermano menor para salir corriendo del lago

Albus siempre pensaba que ellos nacieron al revés en sus edades, mientras miraba con una sonrisa a su hermano correr hacia un Ted Lupin sentado de espaldas a ellos en el tronco de un árbol algo lejos con un libro en sus manos que fue a parar al pasto cuando su hermano se plantó frente a el mayor y con las mejillas sonrojadas le planto un beso que los hizo caer de espaldas al paso enredando las menos al cuello del mayor mientras este apresaba la cintura de su hermano, eso pintaba a predestinado y pudo ver como ambos se sonreían para volver a besarse mientras las puntas del cabello de Ted se volvían moradas avanzando poco a poco, ante lo cual Albus chasqueo los dedos, ahora parecía entender algunas cosas nuevas respecto a su amigo.

Ese año finalizó con una melosa pareja de jóvenes que ya no se les veía por ningún lado en los recesos de clases y con un Albus totalmente confundido, ya que, cierto rubio muy guapo se cruzaba constantemente en su campo de visión y cada vez que sus miradas coincidían le sonreía sonrojándose haciendo que el estómago de Albus hiciera unos movimientos extraños, su hermana Lily ya le había comentado que Scorpius era muy popular entre las Gryffindor de primero y que ellas los hacían muy guapos juntos, ya que, el también resonada como un Slytherin atractivo para sus compañeras.

Durante el verano su hermana se encargó de pulular a su alrededor hablando de Scorpius y de lo bien que se verían juntos, le mostraba dibujos que sus compañeras hacían con magia los cuales recreaban a ellos dos besándose de forma apasionada y la chica reía nerviosa porque decía que sería genial si fuera real, Albus no entendía la obsesión de su hermana, pero ciertamente esto estaba haciendo mella en él, ya que había soñado un par de veces con que el rubio luego de sonreír lo besaba de forma apasionada despertando muy agitado, ya a sus 15 años era una bomba de hormonas y estaba claro que le iban los chicos, ya se había besado con algunos por los pasillos ocultos de Hogwarts para experimentar, casi todos de su misma casa aunque había pasado por un Gryffindor que se le hacía guapo y con el que se había juntado un par de veces más sin quedar en nada y ambos se habían distanciado de buena manera.

-       Lily se te va a atrofiar el cerebro con ese tipo de cosas, deberían estar dibujando a Hugo y Lorcan que ya está por ser verdad – le había dicho Albus para distraerla de él y que le dejara descansar

-       Hermanito evidentemente tengo material de ellos, pero no sabía que te interesaba verlo, no me molestaría enseñártelo – respondió Lily con una sonrisa pícara para que Albus la mirara con una mueca de desagrado

Con la vuelta a Hogwarts y su cuarto año Albus se sentía algo nervioso, no le había hecho nada bien ese verano rodeado por Lily, con su hermano perdido constantemente con Ted, Rose saliendo formalmente con Marcus aun ante las caras de angustia de su padre, solo se divertía conversando con Hugo y probando las bromas de sortilegios Weasley que les regalaban para ser conejillos de india, sin embargo, ahora ad portas de cruzar el portal al andén 9 ¾ su primo se veía nervioso mordiendo levemente la esquina derecha de su labio inferior, lo cual no lo ayudaba a disipar su propia incomodidad, no quería toparse con cierto rubio de ojos azules que había ocupado gran parte de sus primeras fantasías sexuales durante ese verano, todo gracias a una sonriente Lily que le guiñaba un ojo para desaparecer por el portal. Ya habiéndose despedido de sus padres dentro de su vagón el expreso partió mientras Albus se sentía algo intranquilo, ya que, no se había encontrado aún con el rubio, pero eso lejos de tranquilizarlo lo puso ansioso, además de que Lorcan había desaparecido casi al subir diciendo que debía hacer algo, lo que lo dejo con una Rose sonriendo constantemente a su móvil, un James y Ted acurrucados que hablaban con la mirada más que con palabras y Hugo perdido por algún lado, aburrido de esa situación se decidió a ir al baño, al salir y encaminarse al fondo del pasillo, pasando varios vagones cerrados un brusco movimiento tras la cortina de un vagón cerrado llamo su atención dejándolo helado y mirando boquiabierto a aquel vagón cerrado

-       Mierda León no me esperaba eso – la voz de Lorcan cargada de lujuria y Albus vislumbro la cabellera rubia platina contra la ventana

-       Solo cállate – escuchó la voz de Hugo y la sombra de unas ansiosas manos enredándose en el cuello de su amigo para luego escuchar claramente besos y jadeos, Albus sabía lo que estaba ocurriendo ahí y sabía que debía moverse, pero estaba congelado, hasta que un hechizo silenciador evito que siguiera escuchando lo que pasaba ahí dentro.

Sacudió su cabeza aun atónito, bueno, su amigo lo había conseguido avanzó hasta el fondo del vagón y justo cuando la puerta se abrió el tren hizo un brusco movimiento  haciéndolo caer hacia adelante, quedando en el suelo, entre el baño y el pasillo, sobre un rubio de ojos azul que lo miraba sorprendido mientras sus mejillas se sonrojaban, Albus se disculpó por inercia hasta que fijo su vista en ese rubio de ojos brillantes que lo miraba con anhelo, su corazón comenzó a latir fuertemente en su pecho, el chico frente a él se veía mayor que el año anterior, su cabello en una melena dorada que se había desatado y se encontraba desparramada en torno a su cabeza en el suelo no pudo evitar que su mirada se prendara de los labios que habían ocupado varios de sus sueños ese verano, de pronto esos labios sonrieron.

-       Hola Albus, que grata manera de reencontrarnos – le dijo con una voz melodiosa el radio mirándolo con intensidad.

-       L-lo siento, hola – dijo Albus levantándose y tendiendo la mano al chico que la cogió feliz, luego de levantarse Albus pudo notar que el cabello de Scorpius le llegaba  la barbilla y no estaba liso y con gel ordenado como lo llevaba siempre, sino que se veían pequeñas ondas doradas y sedosas, de pronto la curiosidad de cómo se sentiría su cabello en sus manos fue más fuerte que la conciencia del moreno de ojos verdes, por lo que, cuando Scorpius se agacho a recoger la cinta y se levantó se encontró con la mano de Albus quien sumergido en un extraño transe tomó un mechón de cabello y lo acaricio con la yema de sus dedos – es muy suave… - murmuro el castaño más para sí mismo.

-       Gracias, ¿puedo tocar el tuyo también? – pregunto Scorpius con una sonrisa mientras su cara rozaba la mano de Albus, el cual ante la corriente eléctrica que recorrió su brazo soltó rápidamente el cabello y alejo la mano.

-       Disculpa no sé qué me paso, no quise molestarte – dijo Albus atropelladamente para aclararse la voz.

-       Oh no, no me ha molestado, pero creo que es justo que yo toque tu cabello también – dijo el rubio con una sonrisa.

-       Bueno, no tiene nada de especial, pero si quieres – le respondió Albus lo más tranquilo que pudo intentando contener su estómago que parecía tuviese un nudo, Scorpius le sonrió.

-       Lo esperaré con ansias, nos vemos Albus – le dijo el rubio alejándose.

Albus quedó algo confundido, pero cuando vio al rubio alejarse su estómago se normalizó, eso había sido muy extraño, ¿Por qué había tocado el cabello de Scorpius? De repente sintió el impulso y no pudo contenerse, extraño, Lily había calado muy fuerte en su mente ese verano, necesitaba despejarse. Cuando el viaje concluyó Lorcan se unió a él con una sonrisa de oreja a oreja, la ropa mal arreglada y una pequeña herida en el costado izquierdo de su labio inferior, todo en el gritaba sexo pasional y le dirigió una mirada cómplice a Albus el cual se golpeó el hombro con un “deberías disimular un poco”, a los que su amigo soltó una carcajada y le paso un brazo sobre los hombros, definitivamente estaba muy feliz.

Al cabo de un mes todo estaba muy revuelto, Lorcan había perdido todo el brillo de aquella llegada al castillo, Hugo los evitaba olímpicamente, y su amigo parecía alma en pena, al parecer su primo no quería repetir lo que había pasado en el tren y su amigo estaba muy afectado, antes al menos tenían sus peleas, ahora nada más Lorcan aparecía Hugo se esfumaba y Rose rodaba los ojos, ser una chica en medio de hormonas alocadas y sin su novio cerca no estaba haciendo ningún bien en el ánimo de su prima. No es que Albus estuviera en condiciones de ayudar a su amiga, el mismo había descubierto una insana obsesión con cierto rubio de ojos azules que parecía tener un chip de rastreo, ya que Albus era capaz de verlo en cualquier sitio, y se estaba cabreando, ya que el rubio no lo orbitaba como el año anterior ni sus miradas se encontraban a cada minuto, parecía que Albus había desaparecido del radar del rubio y eso lo tenía muy cabreado, se traía un humor del demonio.

-       Ya basta Lorcan, hoy te enseñaré las bondades del mundo Muggle, los dos lo necesitamos – dijo Albus decidido una noche de viernes sacando de su baúl dos botellas de tequila dorado.

Al cabo de 2 horas, con una botella de tequila vacía y la segunda por la mitad, Lorcan se encontraba llorando y balbuceando incoherencias sobre su león de ojos azules y que era un idiota que no sabía que había hecho mal pero segura era culpa suya porque su león era perfecto, cosas que Albus ignoraba ya que se encontraba mirando el mapa del merodeador totalmente borracho, le pareció muy buena idea ayudar a su amigo, lo sacudió de los hombros para que le pusiera atención.

-       Amigo esto se acaba hoy, ahora vas a salir de aquí directo a la guarida de leones y vas a hablar con Hugo – le dijo Albus con un dedo acusador sobre el pecho de su amigo.

-       ¡Pero no quiere verme! – exclamo el Slytherin frustrado tomándose la cabeza con ambas manos.

-       Bueno, va saliendo del baño de perfectos en la quinta planta y debe llegar a la segunda, si eres rápido llegas antes que el – apenas terminó la frase su amigo se levantó de un salto para salir corriendo de la habitación chocando con todas las paredes hasta una caída escuchó Albus y luego silencio, ahora podía seguir en lo suyo, cierto rubio se encontraba hace un rato en la torre de astronomía y esto lo tenía intrigado.

El nivel de alcohol hizo una excelente idea el ir a su encuentro, estaba muy cabreado con el rubio y obviamente era culpa suya, después de seguirlo durante un año no podía simplemente dejar de mirarlo, como si no existiera, dejo el mapa tirado y salió con paso decidido mientras armaba su solido argumento para hablar con el chico Malfoy, cuando llego a la puerta de la torre entro aún más cabreado por lo que al dar un portazo el rubio salto asustado mirando hacia atrás, cuando vio al moreno pareció tranquilizarse, lo cual enojó aún más a Albus quien se siguió acercando decidido.

-       Eras tú, que susto, ¿Qué pasa? – preguntó el rubio levantándose de su sitio y avanzando hacia el castaño.

-       Eso debería preguntarlo yo – pregunto Albus con una voz ronca y cargada de enojo, esto descoloco a Scorpius un poco, haciendo sonrojar sus mejillas levemente, ese tono de voz acompañado de esa mirada verde profunda y brillante lo habían puesto muy nervioso.

-       N-no entiendo – dijo Scorpius quedándose quieto mientras Albus se acercaba muy decidido.

-       ¿te parezco un chiste acaso? – soltó Albus tomando con fuerza a Scorpius del brazo acercándolo hacia él, a lo que el rubio soltó un quejido más de sorpresa, no se esperaba esa brusca acción, y menos aún la cercanía del castaño, lo cual lo hizo temblar levemente, con esa actitud no podía pensar muy bien – responde, ¿acaso soy un chiste para ti? – repitió Albus esta ves mirándolo fijamente a los ojos y susurrando cerca de sus labios la pregunta.

-       ¿Albus? No entiendo… y-yo no … no creo que seas un chiste – dijo como pudo el rubio, Albus sintió su propio corazón latir desbocado ante la mirada compungida y avergonzada del rubio, el cual desvió la mirada hacia abajo.

-       ¿A no?, entonces por que pareciera que no existo para ti, no sé de qué vas, pero no estoy para juegos – dijo Albus mirando fijamente a sus labios, que se le hacían muy apetecibles, su cerebro y su cuerpo coordinaron en gritarle que lo besara y no atino a nada más, con algo de brusquedad acortó la distancia y apreso los labios y la cintura de Scorpius, sintió un jadeo dentro del beso y lo intensificó, al cabo de segundos sintió las manos del rubio apretando la tela de su camisa sobre su pecho y como respondía al beso.

De alguna forma logró apoyar al chico más bajo contra una pared separándose lo necesario para respirar, mientras sus manos se paseaban de la cintura a la cadera del más bajo, lo sentía temblar ante su toque lo que generaba que su beso se volviera más desesperado, intentando abarcar cada espacio en la boca del otro, una de sus manos fue a la nuca del rubio soltando a cinta de su cabello para meter su mano entre las ebras doradas y sujetarlo con fuerza, haciendo jadear al rubio, evidentemente Albus sentía una obsesión con esa sedosa cabellera y el tirarlas levemente le envió una corriente a todo su cuerpo, la cual se concentró en su miembro bajo sus pantalones, rayos Scorpius era delicioso, nunca había sentido esas descargas al besar a nadie, se sentía totalmente nublado por las sensaciones de esa boca contra la suya, el choque de sus lenguas y la dedicación del rubio en ese encuentro, una mordida suave su labio inferior lo hizo soltar un gemido mientras se separó de la boca de Scorpius para respirar, abrió los ojos y se encontró con el otro y sus ojos cerrados mientras intentaba regular su respiración, el mismo se encontraba muy agitado.

-       Por… por favor… - jadeaba Scorpius para luego abalanzarse nuevamente sobre los labios de Albus con necesidad, Albus bebió gustoso de ellos mientras sentía las manos del rubio enroscarse en su cuello, lo que dejó sus cuerpos más juntos y pudo sentir la erección de Scorpius contra su pierna, sujetó con firmeza las caderas del más bajo y lo presiono contra la pared con su cuerpo – Ahhlbus – gimió Scorpius sobre sus labios mientras mordía con un poco más de fuerza su labio inferior.

-       Demonios… Scorp… mmm – gimió el castaño en respuesta, ese acto había hecho temblar todo su cuerpo, una de sus manos viajó al trasero del rubio levantándolo, este enredo sus piernas en las caderas del moreno rozando ambas erecciones ocasionando que el rubio se separara de la boca de Albus  con brusquedad para chocar su cabeza con la pared mientras un gemido totalmente erótico escapo de su garganta, Albus aprovechó para morder y succionar con ganas el cuello del rubio, el cual tenía sus manos en la cabeza del de ojos verdes tironeando su cabello entre gemidos que tenían a Albus extasiado.

-       Mmmm … Albus ahh… - el moreno había comenzado a mover el cuerpo del rubio y el suyo para generar roce entre sus erecciones mientras se dedicaba a lamer y succionar el cuello del otro al igual que la oreja derecha haciendo enloquecer al menor que sólo podía gemir – nnn no pares… oh Albus – gemía el rubio tirando del cabello del castaño.

-       Delicioso… - gimió el castaño contra el costado derecho del cuello del rubio pasando su nariz y luego su lengua por la yugular del rubio, lo sintió temblar con fuerza y el agarre sobre su enmarañada cabellera se volvió brusco haciéndolo separarse del cuello de Scorpius para quedar frente a la cara de este perdiéndose en la profundidad de esos ojos azules, pero cuando quiso devorar su boca nuevamente el rubio no lo dejo, siguió manteniéndolo frente a su cara y gimiendo sin dejar de mirarlo a los ojos, Albus se estaba volviendo loco, necesitaba besarlo – por mmm por favor Scorp… de-déjame acercarme… a tu boca – jadeo Albus intensificando la fricción de ambas erecciones con necesidad, lo sensual de sus labios hinchados por los besos, húmedos y soltando esos eróticos sonidos lo tenían al límite.

-       Nnn no… ne-necesito que me veas… Albus aahh... mírame… mírame solo a mi – gimió Scorpius descontrolando aún más a Albus de ser posible, no había nada ni nadie más que quisiera mirar, no entendía a que se refería el rubio.

-       Nadie más… no hay nadie más a quien quiera mirar o tocar – dijo el castaño con la voz ronca y cargada de pasión, esto menguo el agarre del rubio quien se abalanzo sobre la boca del moreno.

En medio de ese pasional beso el orgasmo los alcanzó, sin remedio, las piernas de Albus fallaron y termino de rodillas en el suelo, con las piernas del rubio a cada lado de las propias mientras este se apoyaba en la pared intentando regular su respiración y el miraba a Scorpius aun abrumado por lo que había pasado, el alcohol seguía presente en su organismo por lo que no lograba hilar muchos pensamientos, la cara de euforia del rubio y su intensa mirada lo tenían prendado.

-       ¿a qué vino todo eso? – le pregunto Scorpius un poco menos agitado estirando su mano y acariciando el cabello del castaño, el cual se inclinó de forma inconsciente para acercarse a la mano del otro.

-       No lo sé, pero guau fue… intenso – dijo Albus aun abrumado por todo sintiendo el calor de la mano del otro – o sea, estuvo bien, podríamos repetirlo… digo, si quieres – respondió por inercia el castaño, pero pudo ver apagarse un poco la mirada del rubio quien retiro su mano de su cabello.

-       No soy de revolcones “intensos” Potter – dijo el rubio levantándose molesto convocando un hechizo de limpieza sobre ambos, Albus se quedó helado, nunca había visto a Scorpius enfadado, no logró articular palabras ante la forma despectiva de nombrarlo del otro que se fue raudo del lugar y pudo ver un pequeño espasmo en la espalda del rubio cuando abandonó el lugar.

Volvió a su sala común muy mareado el alcohol lo había sobre afectado después de ese encuentro, se sentía muy mal, al llegar a su habitación fue directo al baño a vomitar. La mañana lo sorprendió abrazado del inodoro y una jaqueca terrible, busco una de las pociones para la resaca que le había dado su tío George junto con las botellas de tequila y se la bebió, se aseo y bajo a desayunar al comedor, era sábado y había salida Hogsmeade, pero no tenía ganas de salir, cuando iba camino a su sala común diviso en un pasillo oscuro a su amigo Lorcan arrinconado con su primo besándose con ganas, cuando se separaron notó que hablaban algo, su amigo sonrió y Hugo le dio un suave golpe en el pecho con las mejillas sonrojadas y el ceño fruncido para luego ser besado nuevamente por su amigo y relajar el gesto envolviendo el cuello del Slytherin con ganas. Albus tuvo suficiente de voyerista de parejitas melosas y fogosas, así que se alejó hacia su sala común cuando estuvo cerca su corazón se agito al ver a Scorpius salir con la cabeza algo gacha, apuro el paso y estando cerca lo llamo, pudo ver el pequeño salto del otro que levanto rápidamente su barbilla para saludarlo con un seco “Potter” y luego marcharse del lugar, Albus estaba desconcertado, no espero esa respuesta, su apellido sonaba a insulto en boca del rubio y eso apretó su estómago.

Lo siguiente del año fue su amigo baboso corriendo tras su primo para besuquearse y demás en cualquier rincón donde se encontraran a solas, su prima en citas todos los sábados con Marcus, su hermano y Ted ya no se unían a ellos desde que estaban con los exámenes ÉXTASIS y solo les quedaba tiempo para ellos mismos, así que habían salido de la ecuación, Albus se encontraba en una batalla poco sana y constante contra el mundo para llamar la atención del rubio, nunca lo había hecho antes, no le gustaba ser el centro de atención, pero no podía tolerar que el rubio no le hiciera caso y hubiera dejado de ser Albus para ser Potter ante él, eso no le gustaba ni un poco, ya estaba claro que el rubio lo ponía muy caliente, solo con verlo se le secaba la garganta y tenía instintos casi animales cerca de él, se sentía perdido y muy abrumado, una tarde que se encontraba sentado cerca del lago revolviendo su cabello con desesperación por su constante rubia obsesión su hermana Lily se acercó a él.

-       Ya vas a ser calvo si sigues así Albus – soltó la pelirroja.

-       No molestes Lily no estoy de ánimo – soltó cabreado, todo era culpa de su hermana para partir, ese verano había trastocado a Albus.

-       Puedo ver que no, pero eso te pasa por idiota, explícame “intenso” ¿qué vas a hacer respecto al príncipe de Slytherin? – dijo Lily sentándose a su lado con una mirada compasiva en su rostro que dejaba entrever mucha astucia

-       No sé de qué hablas – soltó Albus mirándola confundido, no podía haber sido tan obvio ¿o sí?

-       Vamos hermanito, señor mesura y misterio pasa a ser un derroche de presencia y notoriedad, no fue muy discreto pasearte por el patio sin camiseta después del entrenamiento de Quidditch justo frente a Scorpius – le dijo su hermana rodando los ojos, Albus pensó que se parecía mucho a su madre en ese momento – a otro lado con ese cuento Albus, sólo quiero ayudar – dijo la colorina ante la mirada consternada de su hermano.

-       Soy un idiota Lily, no sé qué estoy haciendo – dijo resignado volviendo a refregar su cabello.

-       Jaja al fin coincidimos en algo – dijo la colorina con una risa burlesca obteniendo un gruñido de Albus – no seas el rey de los estúpidos y sincérate con el – aconsejo poniendo una mano en su hombro.

-       No quiere saber nada de mí, creo que jodi todo y hasta el fondo – dijo el castaño con pesadumbre.

-       Oh vamos, no eres así de estúpido, es obvio que está dolido contigo, seguro que tu declaración apestó a hormonas y no tuvo ni un poco de sentimientos – lo regaño Lily gesticulando como si hablara con un niño pequeño, Albus quedó pensativo con la mirada fija en un punto en el suelo un momento – rayos ¿aún no has pensado en que sientes por él? – pregunto Lily un poco angustiada ante la reacción de su hermano, “va a resultar que si es idiota” pensó la colorina.

-       ¿Qué siento… por él? – se preguntó Albus, Lily puso los ojos en blanco, al final va a tener que ayudar aún más a su torpe hermano.

-       Responde, ¿Qué piensas cuando lo ves y no te mira?

-       Angustia y una punzada en el estómago – respondió de forma autómata

-       ¿Cuándo no lo ves?

-       Mmm incertidumbre, no sé, necesito saber dónde está – responde levantando la mirada hacia el lago.

-       Ok y ¿Qué pasa cuando si te mira, cuando te sonríe?

-       Es extraño, parece brillar, parece que sólo queda el en el mundo durante unos segundos, es como mirar el sol directamente, te enceguece pero necesitas mirar de nuevo, irradia calor y me cabrea que no sonría hacia mí, me enoja que dedique esas sonrisas a cualquier otra cosa, más aún cuando esa sonrisa está cargada de vergüenza, Scorpius sólo debería sonreír sonrojado hacia mí – sentenció con intensidad Albus dejando a su hermana alucinada, su hermanito sí que era intenso.

-       Ya vale, ve a buscarlo y dile esto mismo antes de besarlo con intensidad, seguro que no se resiste – de dice Lily aplaudiendo emocionada, Albus se para con fuerza murmurando gracias y sale corriendo - ¡Está cerca de la cabaña de Hagrid! – grita viendo a su hermano girar bruscamente su carrera – sip, es idiota, pero uno enamorado – dice sonriendo emocionada mientras ve a su hermano correr, ahora sólo debía esperar que el rubio la esperará donde le dijo y estaba todo listo.

Albus corría con todas sus fuerzas, al fin entendía la intensidad de lo que había vivido desde el año anterior, siempre se jacto de ser inteligente y resultó ser un negado a los sentimientos, cuando divisó al rubio a lo lejos parado frente a una columna apretó la carrera y cuando estuvo frente a este se inclinó con las manos en sus rodillas recuperando el aire, noto la tensión en el rubio quien lo saludo con su habitual “Potter” que lo hizo estremecer, no se acobardaría ahora, al levantar la mirada y fijarla en los ojos azules del rbio vio recriminación.

-       Scorpius necesitamos hablar – dijo acercándose a lo que el otro retrocedió hasta chocar con el pilar que estaba tras suyo.

-       No te acerques, podemos hablar a esta distancia – soltó el rubio con voz temblorosa, esto detuvo a Albus, quizá lo estaba asustando – no necesito tu “intensidad” para hablar – dijo el rubio mirando hacia el lado haciendo comillas con sus manos, Albus se golpeó la frente ante el entendimiento que le llego como una marejada, recordó aquel único encuentro intimo con el rubio y como había soltado esa palabra, entendió el dolor en la mirad azul que recibió aquella noche en la torre de astronomía, sonrió para sus adentros pensando en que su hermana tenía razón, era un idiota, con una sonrisa en sus labios retomo el acercamiento al rubio notando como este se tensaba.

-       No tiene por qué ser mala la intensidad – dijo acorralando al rubio entre su cuerpo y el pilar con ambas manos al lado de la cara del otro que mordía nervioso su labio y miraba hacia al lado – menos aun cuando esta solo crece cerca de ti – dijo levantando con su mano en la barbilla del rubio la cara de este hacia la suya – Scorp fui un idiota, de hecho lo sigo siendo – susurro acercándose peligrosamente a la boca del otro sin llegar a alcanzarlo, a un par de centímetros de distancia, sentía como el rubio tembló ligeramente ante la cercanía y no levantaba su vista – perdóname por favor, estoy totalmente loco por ti, me gustas tanto que no puedo verbalizarlo, me desespera que no me mires, que no me hables, que no me sonrías, no sé cómo ni cuándo, pero estoy enamorado de ti – soltó el castaño haciendo temblar al rubio que conecto su mirada con la de ojos verdes, las manos del rubio estaban sobre el pecho de Albus, extendidas y temblaban ligeramente, el castaño sostuvo una de ellas y la acerco a su boca para besar la palma de ella, haciendo que Scorpius suspirara y tuviera una pequeña convulsión – ¿me disculpas? – preguntó posando ahora su mano en la mejilla del rubio en cual inclinó inconscientemente su cara ante el roce cerrando los ojos y suspirando.

-       No es justo – murmuró el rubio abriendo los ojos – si me miras así y me hablas esas cosas no puedo dejar de decir ni hacer nada que me pidas, no es justo – dijo Scorpius con una leve sonrisa acompañada de un sonrojo que se le hizo totalmente hermosa a Albus.

-       Entonces dime que me perdonas y que puedo besarte, porque ahora mismo me muero por hacerlo, pero no haré nada que no quieras – dijo el castaño acariciando con su pulgar la mejilla sonrojada del rubio.

-       Me muero porque me beses, pero no Potter, no es tan fácil – susurro mordiendo su labio inferior el rubio y mirando los labios y ojos de Albus de forma intermitente, algo en el interior del castaño se comprimió y la mueca de dolor llegó hasta sus ojos y rostro quedándose paralizado, sintió como un frio lo envolvía – no puedes pretender que después de tratarme como un buen polvo, como un cualquiera yo acepte así sin más los sentimientos que dices tener, como puedo creerlo siquiera – decía el rubio mientras temblaba cada ciertas frases - ¡Soy Scorpius Malfoy! ¡No un cualquiera más para tus encontrones! – dijo casi gritando mientras alejaba con brusquedad las manos de Albus con rabia mal contenida y la mirada brillante, Albus se quedó quieto mientras observaba al otro hiperventilar levemente, un calor abrasante se instaló en su pecho, chasqueando la lengua tomó con fuerza la mano de Scorpius poniéndola sobre su pecho, justo donde está su corazón

-       No me digas que siquiera crees que eres un cualquiera para mí – hablo con voz grave y el ceño fruncido – acaso no puedes notar como me descontrolas, ¿sientes eso? Es mi corazón y late así por ti, solo por tu cercanía, esa noche en la torre de astronomía no podía apenas respirar, solo verte aceleró mi pulso y al sentir tu aroma ya no fui consiente de mí, ¿fui un idiota? ¡¡TOTALMENTE!! Como no pude notar que ya estaba enamorado de ti… y dije una sarta de tonterías… que solo hicieron que ahora dudes de mi – decía Albus para soltar la mano de Scorpius y sostener su propia cabeza con frustración, siempre fue pésimo para expresarse, siendo introvertido no era bueno con los sentimientos y ahora sentía que necesitaba palabras que no venían a su vocabulario, se encontraba total y absolutamente frustrado - ¡¡Aagg!! ¡¡No tengo palabras que puedan convencerte de que te amo!! Y-yo no sé cómo… esto… nunca… - podía sentir su respiración agitada, estaba temblando, nunca había sentido tal nivel de desventaja ante nada, siempre se consideró una persona contenida y madura, siempre sabía cómo reaccionar sin perder el control, y ahí estaba, quizá en el momento más significativo de su corta vida, descontrolado y sin ninguna luz que lo ayudara a controlarse, sentía su cuerpo tenso, su respiración muy agitada, sus ojos dolían de lo abiertos que los tenía, perdidos en el suelo, no podía escuchar nada más que su respiración, sentía frío por todo su cuerpo y su cabeza estaba comenzando a dar vueltas, hasta que lo sintió, las manos finas y suaves de Scorpius sobre las suyas, lo que hizo que aflojara el agarre de su propio cabello.

-       Shh tranquilo, mírame, Albus – susurro el rubio logrando que la mirada de Albus se fijara en sus ojos azules, entonces el castaño vio que este lloraba y lo miraba con una dulce sonrisa, poco a poco comenzó a tranquilizarse sintió como volvía a tener control sobre su cuerpo – ya basta… no sufras, yo te creo ¿bien? – dijo besando superficialmente sus labios – llevo enamorado de ti casi toda mi vida no podría soñar algo mejor que tu declarándote, perdóname si, yo… yo necesitaba estar seguro – decía el rubio mientras lagrimas caían por su rostro y acariciaba con devoción la cara del moreno, Albus se sintió como nunca antes, sintió que podía ser débil y abierto con Scorpius, sintió la dimensión de las emociones del rubio en cada palabra y el frio de su cuerpo fue reemplazado con una calidez diferente.

-       Perdóname Scorp, no sabía… no quise hacerte daño – se apuró en decir Albus abrazando con suavidad al rubio que ahora lloraba contra su pecho – te amo, te amo tanto que no lo entiendo, siempre he entendido de forma racional las emociones y ahora no lo entiendo, no entiendo porque reaccioné así, discúlpame tu – le decía mientras acariciaba su espalda y besaba su cabeza sintió al otro relajarse y dejó de escuchar sus sollozos, el rubio levanto la vista y lo miró, con ojos aun brillantes y una sonrisa en sus labios.

-       Eso fue un ataque de pánico, me asustaste mucho, te hablaba y no reaccionabas, como si no pudieras escucharme, estabas tan lejos de mí que dolía y yo no sabía si debía acercarme o no, no pude contenerme, me alegro que haya resultado – le decía el rubio sonriendo feliz, Albus no recordaba que el otro le hubiese hablado, pero no podía importarle menos, su vista no podía alejarse de los ojos azules brillantes que lo envolvían, no quería herir a Scorpius por lo que solo se concentró en acariciar con una de sus manos su cara, enmarcándola con cariño – ya basta Potter, ahora bésame ¿quieres? – le dijo el rubio haciendo un mohín aniñado mordiendo su labio inferior y sonrojándose por su propio atrevimiento, Albus sonrió y acorto lentamente la distancia entre sus labios, cuando los alcanzo sintió los brazos de Scorpius enredarse en su cuello, mientras sus propias manos estaban en la nuca y cintura del otro.

Scorpius se entregó totalmente a ese beso, dejando a Albus ansioso y excitado de sobremanera, haciendo uso de todo su autocontrol para no mostrar señas de su necesidad física de contacto con el rubio, le seguía el ritmo demandando levemente más de esa boca, estaba perdido en las sensaciones que le provocaba y no quería asustar a Scorpius con la intensidad que sentía brotar por cada poro de su piel, se dejó hacer lo más dócil que pudo dejando que el rubio manejara los ritmos respondiendo con todo el ímpetu que el momento ameritaba, de pronto Scorpius lo alejo con el ceño fruncido y lo empujo un poco, alejándolo de su cuerpo, agitado.

-       Siéntate – le ordeno el rubio, a lo que Albus algo descolocado se sentó sobre el pasto, el lugar en que se encontraba era una llanura hundida que apenas era visible desde el pasillo, por lo que, al sentarse quedaban ocultos a cualquiera que pudiera pasar, Albus estaba nervioso y se quedó en silencio, expectante a ese rubio agitado que lo miraba con las pupilas dilatadas, grande fue su sorpresa cuando Scorpius se sentó a horcajadas sobre su regazo apresando su cara y volviendo a besarlo de forma desesperada, sus manos fueron directamente a la nuca y cadera del rubio, haciendo movimientos circulares sobre el hueso derecho de esta mientras el rubio se acercaba con mayor necesidad pegando sus cuerpos – no… juegues… te necesito – gimió Scorpius en medio del beso mordisqueando los labios del otro separándose y mirándolo con los ojos cargados de deseo.

-       Mmm tu mandas… no… no haré nada que no me digas – respondió Albus mirándolo con intensidad notando como el otro jadeaba ante su frase y la presión sobre su cadera, con la otra mano Albus había desatado el cabello rubio y su mano se enredaba y desenredaba de las ebras de este, acerco su boca a la oreja derecha del rubio absorbiendo su aroma y repartiendo “castos” besos mientras avanzaba, a lo que el otro soltaba suspiros cargados de deseo – dime Scorp… que quieres que haga y lo haré – susurro con voz grave sobre la oreja del chico que tembló ante la cálida respiración del otro.

-       Mm n-no sé – gimió el rubio ante las suaves caricias en su cuello y los leves tirones en su cabello.

-       ¿quieres que pare? – pregunto deteniendo todos sus movimientos a lo que el otro gruño suavemente, Albus soltó una riza grave volviendo a repartir besos ahora en la mandíbula del otro - ¿sólo debería besarte de esta forma? – cuestionó con urgencia, ya podía sentir la dura excitación del rubio en su abdomen, la suya propia estaba totalmente despierta y agradecía el peso de Scorpius sobre ella

-       N-no… Por favor… no, no me hagas decirlo – gimió el rubio frotando su erección contra el abdomen del castaño muy sonrojado, Albus bajó su mano del cuello del rubio frotando todo el pecho en el camino y abriendo los botones de su camisa, cuando abrió completamente la camisa su boca bajo besando por todos lados mientras su mano abría el pantalón del otro, haciéndolo gemir con anticipación, entretuvo su boca mordiendo suavemente el pecho del chico sintiendo los gemidos de este.

-       ¿te gusta así? – pregunto lamiendo y mordisqueando lascivamente una tetilla del rubio que jadeo fuerte y asintió como respuesta, enredando sus manos en el cabello castaño de Albus

Albus continuo su tarea de forma lenta y tortuosa mientras desabrochaba el pantalón de Scorpius y rozando la erección de este solo con la punta de su dedo por sobre el calzoncillo sin dejar de lamer, mordisquear y besar el pecho y abdomen del rubio a su alcance, con parsimoniosa lentitud, deleitándose con los sonidos y reacciones del otro, estaba tan ensimismado que cuando fue empujado con fuerza contra el suelo se sorprendió soltando el aire de golpe, la mano de Scorpius contra su pecho y el ceño fruncido de este fue lo que se encontró en frente.

-       Se acabó el juego Potter – susurro Scorpius con voz autoritaria, haciendo que la excitación aumentara aún más en Albus, le encantó esa nueva cara del rubio – ya está bueno de juegos – dijo tomando su varita con firmeza lanzando un hechizo de ocultamiento que evitaba que fueran vistos y oídos en el lugar en que se encontraban, un según hechizo desapareció toda la ropa de Albus y la suya, arrojo la varita al suelo muy cabreado – ahora vas a follarme, tan fuerte que no pueda caminar después – demandó el rubio apoyando una mano junto a la cara de Albus que jadeo con fuerza ante la intensidad en la mirada del rubio, podía sentir la magia descontrolada de este y eso sólo lo hacía estremecerse de anticipación - ¿Quedó claro? – habló sujetando la mandíbula de Albus con la otra mano, el castaño asintió sin poder formular palabras.

Lo siguiente fue la boca de Scorpius devorando la suya con ímpetu y rudeza, Albus estaba deleitándose con esa faceta ruda del rubio, nunca espero que fuera a reaccionar así y no podía estar más feliz al respecto, movió sus manos por el torso desnudo del rubio y las dirigió rápidamente hasta la hombría del otro, que ante el contacto de las manos de Albus gimió complacido alejando su boca de la del castaño, bajando a succionar y besa cada centímetro del cuello del castaño a su alcance, Albus masturbaba con una mano al rubio mientras las otra se encargaba de amasar su trasero, acercando sus dedos a la entrada del otro sin decidirse a entrar, escucho otro gruñido por parte de Scorpius que le dio a entender que no estaba para esperar, una mueca de una sonrisa se dibujó en su cara y quito la mano para acercarla a su propia boca, metió 3 dedos y comenzó a lamerlos para lubricarlos, cuando Scorpius separó su cara del cuello del castaño ante el abandono de la mano de su trasero vio a Albus mirándolo con profundidad mientras lamía sus dedos, sintió un escalofrió recorrer su espina y arqueo inconscientemente su cuerpo sobre Albus mientras soltaba un gemido gutural, aprisionando su propia erección entre sus cuerpos y cargando todo su peso sobre el moreno, con urgencia quitó los dedos de Albus de su boca para besarlo y dirigir la mano del moreno a su entrada, el castaño podía notar que Scorpius estaba en su límite, por lo que sin dejar de bombear el miembro erecto del otro introdujo uno a uno los dedos en el rubio, el cual solo gemía y temblaba, Albus sintió un remezón en su propio y desatendido miembro que se encontraba muy despierto.

-       Nnnn… Albus para… me voy a correr aaahh – gemía el rubio sujetando la mano del castaño sobre su miembro para detenerlo, Albus en un ágil movimiento invirtió las posiciones, sujetó ambas manos del rubio sobre su cabeza y continúo masajeando el miembro del otro.

-       Quiero que te corras para mí – dijo Albus con voz ronca de lujuria haciendo estremecer al rubio que con un espasmo se vino sin remedio gimiendo con fuerza el nombre del castaño, el cual siguió masajeando el miembro del otro con delicadeza mientras el rubio intentaba calmar su respiración.

Albus soltó las manos del rubio que quedaron laxas en la misma posición, apoyó su mano a un costado de Scorpius y sin detener los suaves bombeos sobe el miembro del rubio comenzó a rozar con su nariz las mejillas y el cuello del rubio, respirando pesadamente, haciendo al otro estremecerse por el contacto, comenzaba a sentir nuevamente excitación, aún después del arrollador orgasmo que había sentido. Albus sintió como el miembro del chico bajo el comenzaba a despertar de nuevo y las manos de Scorpius se enrollaron en su cuello atrayéndolo hacia sí mismo, anulando cualquier distancia.

-       Tómame completamente, Albus – le dijo con voz rasposa directamente sobre los labios haciendo temblar al castaño, más aún cuando con sus cortas uñas comenzó a acariciar la espalda del otro generando descargas eléctricas por toda su columna. Con todo su autocontrol perdido tomo su propio miembro dirigiéndolo a la entrada del rubio y dejándolo sobre esta sin llegar a entrar intentando regular sus latidos para no acabar tan pronto, Scorpius jadeo expectante mirándolo fijamente a los ojos, tomando con sus dientes el labio inferior de Albus, a lo que el castaño levantando levemente las piernas del rubio entro de una sola estocada logrando que los ojos azules del más bajo se pusieran blancos mientras soltaba un gemido ahogado arqueando su cuerpo contra el propio.

-       ¡¡Ohhhnn Scorp!! – gimió Albus con fuerza sintiendo como era apresado y succionado por el rubio, sólo con eso podría venirse, por lo que necesito de todo el autocontrol que morder su labio hasta sangrar le dio, podía sentir la excitación del rubio en el miembro de este, ya que se encontraba totalmente hinchado entre sus cuerpos y sentía la humedad de su anterior orgasmo y el nuevo líquido pre seminal – Mmm ya … ya estas duro… de nuevo… - gemía Albus gratamente asombrado de las reacciones del rubio que convulsionó levemente moviendo sus caderas, arrancándole un gruñido a Albus.

-       M-muévete… - murmuro entre un gemido Scorpius, algo que Albus prefirió ignorar considerando lo brusco que había entrado y que estaba sumido en su propio autocontrol para disfrutar al máximo de ese momento – demonios Albus mueve o te castro – ordeno Scorpius enrollando sus piernas en las caderas del castaño haciéndolo caer sobre su cuerpo enterrándose aún más dentro de su cuerpo - ¡¡OH SIII!! – gimió en un grito Scorpius mientras Albus gruñía con fuerza, nublándose su razón y comenzando un fuerte vaivén de estocadas profundas y certeras que hacían delirar al rubio que se encontraba extasiado gimiendo incoherencias.

Albus estaba frenético, no podía dejar de moverse embelesado por las lascivas expresiones del rubio y las uñas de este en su espalda lo hacían un panorama desquiciante, en un giro nuevo Scorpius fue volteado boca abajo sobre el pasto, sosteniendo su peso con sus rodillas y manos, mientras las manos de Albus se encontraban en ganchadas a las caderas del rubio marcando un ritmo acelerado que, hacia temblar las rodillas de este, que apenas lograba sostenerse con sus manos. Albus sentía cerca su final y con una mano comenzó a masajear frenéticamente el sensible miembro del rubio que sin más fuerza cedió el apoyo de sus brazos quedando apoyado en sus codos, con sus caderas más inclinadas, entonces sintió en su interior el calor de la semilla de Albus, el cual gimió con fuerza apretando deliciosamente su sensible miembro que comenzó a arrojar su propia semilla sobre el pasto arrancándole un gemido ahogado mientras negaba con su cabeza ante las múltiples sensaciones que un segundo y potente orgasmo generaban en el más bajo, al cabo de unos segundos Albus se dejó caer al costado de Scorpius atrayendo su cuerpo y recostándolo sobre él, uniendo sus acelerados corazones mientras acariciaba la espalda del rubio.

-       Mngh – se quejó levemente Scorpius cuando la semilla de Albus escurrió desde su entrada.

-       Accio varita – murmuro Albus y con su varita en mano conjuro un hechizo de limpieza y las ropas de ambos, Scorpius suspiro acomodándose sobre el cuerpo del moreno, su relajada respiración le hizo notar que estaba dormido sorprendiendo a Albus.

Se encontraban cómodamente acurrucados, Scorpius había puesto ambas manos sobre el pecho de Albus aferrándose a su camisa mientras el castaño lo envolvía protectoramente con una mano y con la otra acariciaba su cabello con devoción, estaba totalmente embobado con la belleza del rubio, no podía dejar de mirarlo, inclinándose para darle besos en la coronilla o en el cabello cada cierto tiempo, cuando noto que estaba atardeciendo se decidió, a regañadientes, a despertar al rubio.

-       Scorp… despierta, va a anochecer – dijo con un tono cariñoso mientras lo movía suavemente, a lo que el rubio apretó su agarre sobre su cuello murmurando incoherencia, esto saco una sonrisa de Albus, quien, enternecido volvió a intentar – bello durmiente hay que volver – susurro cerca de su oído besando la frente del rubio, quien acerco su boca de forma inconsciente besándolo con pereza.
-       No quiero moverme – reclamo Scorpius de forma infantil separándose de los labios del castaño, Albus rodo quedando sobre Scorpius apoyado sobre sus brazos y con los brazos de este aun enrollados en su cuello.
-       No me molestaría seguir aquí, pero no son besos todo lo que quiero – le dijo con un tono de voz bajo, mirándolo con intención, a lo que el rubio se sonrojo furiosamente.
-       E-eres un pervertido… no puedo mover las piernas aún – dijo Scorpius mirando hacia un costado.
-       Entonces seguí bien tus ordenes – dijo Albus besando la mejilla que estaba frente a él con una sonrisa desvergonzada y llena de confianza, haciendo que hasta las orejas del rubio se pusieran coloradas y logrando que este se cubriera la cara con sus manos.
-       Oh que vergüenza, no sé cómo pude decir eso – gimoteo el rubio escondido tras sus manos.
-       A mí me pareció lo más erótico que he visto y oído en mi vida – dijo Albus apartando las manos de Scorpius que se negaba a mirarlo a los ojos – anda mírame y pide lo que quieras ahora y siempre, estaré gustoso de cumplir tus ordenes – dijo de forma sensual el moreno con una media sonrisa.
-       L-lo estas disfrutando… n-no es divertido – dijo Scorpius mirando intermitentemente a Albus a los ojos.
-       Te amo – sentencio el castaño con total ligereza, haciendo que Scorpius sonriera menguando su sonrojo y mirándolo directamente.
-       Yo también te amo – respondió dándole un beso superficial a lo que Albus lo abrazo protectoramente.
-       No sé qué tienes Scorp, pero o nos vamos o te voy a follar de nuevo aquí mismo – dijo Albus levantándose de golpe para despabilar y refrescar sus ideas, el rubio olía a sexo y ahora descansado su mente revivía emociones eléctricas, se volvió hacia el rubio sonrojado que se sentaba con cuidado sobre el pasto, tendió su mano para levantarlo, cuando este estuvo de pie sus piernas no podían sostenerlo, cayendo directamente sobre los brazos de Albus que lo mantuvo erguido.
-       No tengo fuerza en las piernas – murmuró avergonzado Scorpius, Albus con todo el arranque se energía que la cara sonrojada del rubio le produjo lo levanto sin ningún esfuerzo, tomándolo como novia sobre sus brazos a lo que Scorpius sujetó sorprendido el cuello del castaño - ¡¿qué haces?! No vamos a entrar así al castillo – exclamo avergonzado y horrorizado el rubio.
-       No voy a dejar que entres a rastras, además es hora de la cena estarán todos en el gran comedor – dijo Albus comenzando a avanzar hacia el castillo – por otro lado, me hace mucha ilusión que todos puedan ver que eres mío – dijo el castaño encogiéndose de hombro.
-       Como si no lo supieran ya – murmuro Scorpius avergonzado a lo que Albus soltó una carcajada – ya veo, te parece divertido, te quedas sin follar hasta que se olviden de esto cada persona que nos vea – amenazó el rubio con seriedad, Albus detuvo su andar en seco, sosteniendo aun la espalda del rubio bajo sus piernas que seguían sin responder, ante la sorpresa del rubio, sacó su varita.
-       Accio capa de invisibilidad – al cabo de unos segundos la capa estaba en manos de Albus, quien se aseguró de cubrirlos a ambos para luego levantar nuevamente a Scorpius – con esto me gane el derecho a follarte sin compasión esta misma noche y todo el día de mañana – decía el castaño muy orgulloso ante un muy sonrojado rubio.
-       Pervertido – murmuro escondiendo su cara en el cuello de Albus dibujando una sonrisa en su rostro.

Definitivamente el castaño era muy intenso, Scorpius sentía la felicidad desbordando por su cuerpo, debía darle las gracias a la linda Lily que le había aconsejado durante esos dos años como conseguir la atención que quería de su hermano, sin equivocarse ni un poco.

Esa noche la habitación privada de Scorpius fue escenario de la pasión desbordante de Albus y la entrega demandante de Scorpius, pero eso… es harina de otro costal y de una nueva historia de la segunda Generación de Hogwarts.

Fin~

Notas finales:

Espero les haya gustado este capitulo, es la historia principal y ojala les guste, espero sugieran que escenas creen que van a exponer los siguientes dos capitulos.

Saludos y hasta el proximo!


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