El amanecer comenzaba aparecer sobre los campos elíseos, junto con una suave brisa que soplaba con tal tranquilidad alrededor de los bosquejos verdes y el de un hermoso jardín de flores que rodeaban un gran árbol en lo alto de una colina.
Su sombra no solo permitía el descanso de una siesta, sino que también protegía con su inmensidad el cuerpo del gran patriarca quien se encontraba descansando con tranquilidad a los pies del gran árbol.
- Puedo sentir el aroma de las flores... – respondió en voz baja, tratando de conciliar el descanso nuevamente, sin embargo los pequeños rayos solares que caían sobre sus ojos, lo obligaron en despertar lentamente –
- Sage – respondió con tranquilidad, mientras colocaba la cabeza de Sage sobre su regazo y comenzaba a repartir pequeñas carisias sobre sus cabellos –
Sorprendido ante la nueva voz que escuchaba a su costado, Sage abrió con rapidez sus ojos, tratando de visualizar con precisión a la persona que parecía estar dispuesta a protegerlo.
- ¿Señorita Athena?... – preocupado, Sage trato de levantarse en busca de algunas heridas que pudiese presentar su diosa, sin embargo su cuerpo no se lo permitió ya que aún se encontraba demasiado débil como para poder levantarse – ¿dónde nos encontramos? – cansado, inspecciono su alrededor buscando el campo de batalla o algún rastro de sus compañeros – este lugar...
- Son los campos elíseos – a pesar de encontrarse sonriendo, Sasha no pudo evitar derramar un par de lágrimas sobre sus mejillas al sentir la inmensa culpa en no haber protegido mejor a sus caballeros – Sage... lo siento mucho.
Continuo acariciando los cabellos del patriarca, mientras derramaba unas lágrimas sobre su rostro.
Sabía que al confesar todo lo ocurrido en su enfrentamiento final contra el dios del inframundo, probablemente haría sentirlo más culpable, el solo pensar que pudo haber hecho más para salvar a sus compañeros, le partía el corazón.
- Perdimos esta guerra santa – con la voz rota, Sasha continuo con sus palabras – no pude protegerlos a todos ante la maldición de hades, todos mis caballeros terminaron convertidos en piedra – cerro sus ojos al sentirse avergonzada en confesar su más grande fracaso, al ser que considero un padre para ella - perdí a mi familia en esta guerra santa.
- Athena ...
A pesar de su inmenso dolor, Sasha sabía que no era el momento de volverse débil ante la persona que tendría la tarea en proteger el bienestar y felicidad de su santuario.
Con rapidez limpio el rastro de sus lágrimas con sus propias manos, para después ayudar a Sage a ponerse de pie.
- No tengo demasiado tiempo – tomo ambas manos del patriarca para verlo directamente a los ojos – logre hacer un trato con hades, el prometió devolverles la vida a todos en el santuario si a cambio le entregaba mi vida como un sacrifico –
- Pero... pero eso no era necesario señorita Athena, nosotros sabíamos el sacrificio que conllevaba el pelear a su lado – asustado por sus palabras, Sage se hinco de rodillas frente a su diosa en señal de arrepentimiento y perdón – lo lamento... debí hacer más por usted.
- No Sage – de igual forma, Sasha se hinco sobre el suelo para abrazar con fuerza el cuerpo del patriarca – fue decisión mía hacer el sacrificio, todos fueron muy valientes al seguirme en este camino tan peligroso – oculto su mirada sobre sus hombros – sobre todo tu... has hecho tanto por mi desde que llegue al santuario
El viento a su alrededor comenzó a soplar con más fuerza levantando la cabellera de ambos, pero eso no era ningún impedimento en desear liberar su abrazo.
- recuerdo que al llegar al santuario estaba demasiado asustada y tenía muchos problemas en conocer alguien para hacer una conversación, cuando finalmente usted me presento ante el santuario todos se alejaron de mi al enterarse que era la rencarnación de la diosa de la guerra, susurraban a mis espaldas temiendo de mis poderes y de mi insolencia por aparecer como una niña ante su presencia... temiendo que tal vez era alguien indigna en poder proteger a la tierra – sonrió levemente al recordar su infancia con el patriarca Sage y los santos dorados– pero su amor y paciencia me hiso sentir en casa con tanta rapidez, el poder jugar con Kardia y Manigoldo, aprender de la sabiduría de Degel junto con Sísifo y Cid, poder entender el dolor y sufrimiento que pasaban Asmita y Albafica... comprender el alcance de mi poder con la ayuda de Shion, Aldebarán y Dohko...me hiso muy feliz...todos ustedes me hicieron pertenecer a una familia – soltó una risa divertida continuando con su abrazo – son lo más importante para mi... más que la salvación de la humanidad o mi propia vida –
- Sasha... realmente tu eres la Athena más fuerte que he conocido en toda mi vida – a pesar de su dolor, Sage comprendía que su sufrimiento no era nada comparado con el dolor de su pequeña aprendiz – lamento no haber podido ofrecerte más.
En pocos segundos, el cuerpo de Sage fue rodeado por pequeños destellos que comenzaron a desaparecer su cuerpo frente a los de Athena.
- Es hora de volver con los demás – con rapidez, Sasha retiro su propia pulsera de flores para entregarla en manos de Sage – debe prometerme que tratara de protegerlos a todos – le dedico su última sonrisa soltando con lentitud su propio cuerpo – guíelos a una vida mejor...
SANTUARIO DE ATHENA – CAMPO DE ENTRENAMIENTO
Un ruido ensordecedor acompañado de un potente destello de luz, hiso retumbar los alrededores del santuario de Athena haciendo que todos los habitantes de las aldeas cercanas quedaran asustados por un posible enfrentamiento.
Al disiparse el resplandor que rodeaba el santuario de Athena, La mayoría de los guerreros miraban con demasiada confusión a su alrededor tratando de reconocer el nuevo escenario que ya hacia frente a sus ojos.
Muchos de ellos se mostraban sorprendidos al enterarse que habían regresado al campo de entrenamiento, incluso las heridas mortales de sus cuerpos habían sanado por completo dejando solo el rastro de sus armaduras dañadas.
- ¿Qué está pasando? – Yato corría alrededor del campo de entrenamiento buscando algún rastro de Tenma o Yusuriha – ¡¿oigan alguno de ustedes ha visto a Tenma?! – al recibir la negación de sus compañeros, Yato decidió correr hacia las escaleras principales de las 12 casas zodiacales en busca de la presencia de Athena o sus amigos.
- ¡Yato! – tomo su brazo con fuerza, impidiendo que avanzara más al camino del zodiaco – no podemos subir al templo – sin perder tiempo Yusuriha abrazo con gran necesidad la espalda de Yato al sentir la impotencia de su pareja – no podemos por ahora... debemos esperar la orden del patriarca.
- ¡Pero no puedo sentir la presencia de Tenma o el de la diosa Athena... tal vez necesitan nuestra ayuda en el templo del patriarca! – aferro sus manos a los brazos de Yusuriha, tratando de calmar la ira e impotencia que sentía en esos momentos – ¿porque ellos no regresaron?
- No lose – sin poder contenerse más, Yusuriha derramo unas lágrimas al pensar en la posible derrota de Athena contra el dios del inframundo.
SANTUARIO DE ATHENA – SALA DEL PATRIARCA
En las afueras del templo del patriarca, todos los santos dorados se encontraban reunidos mirando con gran confusión el estado de cada uno de sus compañeros.
Sin perder tiempo, Shion empujo con rapidez el hombro de Aldebarán para correr al lado de Dohko y abrazarlo con gran fuerza, saber que su pareja destinada había sobrevivido al enfrentamiento en el palacio de hades lo hacía sentirse tranquilo.
De igual forma, Degel se acercó a Kardia para tomar con firmeza sus manos y brindarle la tranquilidad que necesitaba.
Mientras tanto, Sísifo inspeccionaba con sumo detalle el cuerpo de Cid buscando alguna de las heridas mortales de su cuerpo, saber que se había enfrentado el solo con los 4 semi dioses del sueño lo hacía sentirse demasiado ansioso.
- Estoy bien, mis heridas sanaron por completo – tomo con firmeza las manos de Sísifo para llevarlas a su rostro – tú me preocupas más – en un rápido movimiento elimino la distancia entre ambos para besar de forma lenta los labios de Sísifo.
- Lamento no haber podido ayudarte más –
Al separarse del beso Sísifo abrazo con gran fuerza el cuerpo de cid impidiendo que se alejara demasiado, sin embargo a espalda de ellos Deuteros observaba la escena con inmenso dolor y tristeza, la cual trataba de disimular en desviar la mirada hacia sus demás compañeros, pero sus sentimientos no pasaron desapercibidos para Aspros y Asmita.
- ¿Qué ha pasado aquí?, ¿Por qué regresamos todos al santuario de Athena? – respondió Régulos con fuerza mientras era calmado por su maestro Sísifo – las armaduras fueron reparadas en su totalidad y nuestras heridas desaparecieron por completo.
- Tampoco podemos sentir la presencia del ejército de hades o del mismo dios – respondió Aldebarán tranquilidad mientras golpeaba levemente la cabeza de Régulos – sin contar la ausencia de la señorita Athena.
- Es extraño, el cosmos de Tenma parece haber desaparecido por completo –
Hablo con simpleza el caballero de virgo, mientras desviaba su atención hacia el maestro Hakurei quien parecía estar distraído con sus propios pensamientos.
- Recuerdo haber muerto en batalla... – observo sus propias manos verificando la sanación de su propio cuerpo – solo existe un dios que tiene el poder de devolver la vida a los seres humanos... algo malo le ocurrió a la señorita Athena.
En pocos segundos todos los santos dorados comenzaron una discusión en tratar de averiguar quién de ellos fue el último sobreviviente en apoyar a la diosa de la guerra.
Manigoldo quien se había mantenido al margen de la discusión, decidió ignorar a sus compañeros al saber que su conversación no los llevaría a ninguna parte, sin embargo antes de mencionar alguna palabra, decidió correr a toda prisa hacia la entrada del templo del patriarca al sentir de nuevo el cosmos de su maestro.
Todos sus compañeros decidieron seguir sus pasos para adentrarse al tempo del Athena, observando el cuerpo de Sage de pie frente al trono del patriarca mientras sujetaba con fuerza su casco dorado.
- Escúchenme, necesito informarles todo lo ocurrido en esta guerra santa – con seriedad se colocó el casco del patriarca para voltear a encarar a sus compañeros y responder con total franqueza – perdimos la guerra contra el dios hades, tanto Tenma como la señorita Athena no pudieron enfrentarse solos ante el dios del inframundo y su secuaz pandora... sin embargo antes de morir Athena logro hacer un trato con hades – Sage tomo con fuerza la pulsera de flores de Sasha tratando de parecer fuerte ante su hermano y los santos dorados - ellos se quedarían con la victoria, impidieron recuperar las vidas de los inocentes que fallecieron en esta guerra santa junto con el sacrificio de la diosa Athena y el caballero de Pegaso... a cambio hades nos resucitaría de la muerte prometiendo que la tierra volvería a estar segura durante los siguientes 200 años más.
Al escuchar las palabras de su hermano Hakurei trato de reprimir un grito de frustración, saber que sin importar el uso de sus estrategias no pudieron detener los malvados planes de hades.
- ¡¿Entonces tenma falleció?! – asustado por su respuesta, Dohko trato de acercarse mas al patriarca Sage para obtener más respuestas sobre la muerte de su querido estudiante – se supone que su armadura fue bendecida con la sangre de Athena, el no pudo perder ante el poder del dios hades –
Al intentar tomar la túnica del patriarca, Dohko fue alejado con rapidez ante la inmensa fuerza de Manigoldo, quien molesto por su actitud infantil no dudo en golpear con fuerza su cuerpo impidiendo que se acercara mas a su maestro.
- Cálmate un poco Dohko, no eres el único que sufrió una perdida en esta guerra santa – al ver sus intenciones en tratar de contratacar a su maestro, Manigoldo hiso una señal hacia Shion en tratar de calmar a su pareja destinada – si vuelves a intentar a tacar a mi maestro frente a mí, te prometo que te dejare sin tu preciosa alma.
Ante sus palabras amenazantes y la demostración de su poder, la mayoría de sus compañeros solo miraron con seriedad la derrota de Dohko ante la fuerza de Manigoldo.
- Suficiente manigoldo – Hakurei tomo el hombro de Manigoldo impidiendo que volviera atacar al su compañero – por ahora nuestro trabajo será hacer una exploración alrededor del santuario de Athena en busca de algún rastro de los espectros, los dividiremos en equipos para realizarlo con más rapidez – al no escuchar palabras de su hermano menor, Hakurei decidió continuar con las ordenes – asegúrense del estado de todos los caballeros de bronce y plata, si alguno de ellos no se encuentra en el santuario deberán informarlo cuanto antes.
- Cuando terminen su misión de reconocimiento todos deberán volver al templo principal
Al estar a punto de dar la orden de retirada, Sage interrumpió de forma abrupta las palabras de su hermano.
- Ha llegado el momento de elegir al nuevo patriarca quien se encargara de proteger el santuario de Athena – miro con decisión los ojos de su hermano, dando a entender que era el momento justo de poner en marcha el plan de escoger al nuevo sucesor de Sage – hace mucho teníamos planeado esta decisión y creo que es hora que alguien más tome el cargo de patriarca.
Sage suspiro levemente al recordar las palabras de Athena en tratar de ofrecerles una vida más tranquila y plena a todos los santos dorados.
- Aquellos que serán mencionados darán un paso al frente y esperaran con nosotros a próximas órdenes, en cuanto a los demás deberán retirarse cuanto antes.
- Le prometo que este será un nuevo inicio para todos señorita Sasha – pensó para si mismo, mientras levantaba la mirada para dirigir un semblante de seriedad a todos los santos dorados – Sísifo de Sagitario.
Al escuchar su nombre, Sísifo soltó las manos de cid para caminar delante de todos sus compañeros.
- Aspros de Géminis – menciono con seriedad Hakurei, haciendo que aspros caminara con decisión frente a sus camaradas.
A pesar de su actitud tranquila, Sage temía sobre la elección de su hermano Hakurei, sabía que Aspros había sido perdonado por la misma Athena sobre sus antiguos pecados en contra del santuario y de su misma persona, pero a pesar de eso, aun lo hacía sentirse intranquilo al recodar su batalla en contra de Deuteros y Asmita.
- Manigoldo de Cáncer – Sage miro con decisión hacia el rostro de su estudiante esperando que manigoldo tomara la iniciativa de caminar enfrente de los demás, sin embargo al ver que parecía estar molesto por su decisión decidió terminar la reunión – todos los demás pueden retirarse.