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La mirada de un Vampiro (LawZoLaw) por C C

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Notas del capitulo:

Hola nuevamente.

El silencio reinaba junto a la salida del quirófano. El rubio se estaba cabreando al no obtener respuesta.

-¿Me está escuchando?- Volvió a querer llamar la atención del doctor.- ¡Ey!- Al fin lo miró.

-Lo siento.- Dijo firmemente.- Acompáñame.- Le dedicó una última mirada al peli-verde, dándole a entender que él no era bienvenido.

Sabo sin resistirse siguió al médico. Entraron en una pequeña oficina cerca del quirófano y al ingresar, el rubio cerró la puerta.

-Siéntate.- Le ordenó lo más amablemente que pudo, y el rubio así lo hizo. Un silencio un tanto incómodo los envolvió.- Lamento lo de tu hermano, por ahora él está bien pero no puedo garantizar nada todavía. Su cuerpo sufrió mucho daño, perdió demasiada sangre y algunos órganos fueron heridos.- Dijo el azabache mientas apoyaba los brazos sobre el escritorio y sus manos entrelazadas tapaban su boca. 

Otro silencio tenso volvió a reinar la habitación.

-Pero... él vivirá... ¿Verdad?- Preguntó en un susurro el dolorido hermano.

-No lo sé. Quisiera decir que si, pero no puedo darte esperanzas.

-Vale. ¿Cuándo lo podré ver?

-Si todo sale como queremos, mañana tal vez pueda hacerte el favor.

-Gracias doctor...

-Trafalgar, Trafalgar Law.- Respondió serio.

-Yo soy Sabo, le dejo mi número.- Dijo mientras le entregaba una tarjeta.- Cualquier cosa llámeme, por favor. Soy la única familia que tiene.

-Vale.- Recibió la tarjeta y la guardo en un cajón del escritorio.

-Ya que hasta mañana no hay novedades mejor me voy. Un placer doctor Trafalgar.

-Antes que se vaya, ¿Quién era el joven que lo acompañó?- Preguntó tratando de no escucharse desesperado o muy interesado.

-Oh, él es Zoro, el mejor amigo de mi hermano.

-Vale, entonces dile lo que te dije así no se preocupa por su amigo.

El joven rubio se retiró del lugar dejando a un Law bastante preocupado. El joven médico exhaló el suspiro más largo desde hacía mucho tiempo. Su mirada estaba clavada en la puerta donde el rubio se había retirado, sus ojos estaban entrecerrados mientras que volvía a colocar sus brazos sobre el escritorio. 

-Maldito Dhampir.- Susurró entre sus manos.

 

Sabo salió de la oficina y volvió con Zoro, donde el peli-verde lo increpó.

-¿Cómo estás? ¿Estás bien? ¿Te hizo algo?

-¿Eh? ¿Por qué lo haría? Cálmate Zoro, no me va a comer.- Dijo entre pequeñas risas.

Puede que sí, idiota. Pensó el más alto.

-Ya, dime que te dijo.

Mientras se retiraban del lugar el rubio le contó lo que había pasado allí dentro.

-No puede morir este idiota. Es muy persistente para eso.- Le respondió Zoro cuando terminó de escuchar.

-Eso espero, deseo que tengas razón. El doctor no me pudo asegurar nada, pero tengo la esperanza que va a salir todo bien.

-Yo también. Ahora debo irme, ya llego tarde.- Decía mientras se colocaba el casco y encendía su motocicleta.

-Gracias por hacerme compañía, no tenía a quien decirle.

-Gracias por avisarme. Llámame cualquier novedad. 

El peli-verde se había marchado del hospital, pero volvería, por supuesto que volvería y no por su amigo.

 

Caminaba en círculos dentro de su oficina con el teléfono en la mano derecha mientras apretaba fuertemente su izquierda. 

-Al fin atiendes, idiota.- Habló cuando escucho a su compañero del otro lado.

-Calma Law ¿Qué te tiene así?- Respondió una voz serena.

-Necesito que vengas a mi oficina del hospital, ahora.

-Ups, no puedo, lo siento.- Respondió en un tono infantil.

-Dije que ahora, es urgente.

-Tengo algo que hacer.- Dijo con voz de súplica.

-Esto es más importante, ¡ven ahora!- Y cortó.

Debería esperar al pelinegro de su compañero, y suplicaba que no se tarde tanto. Al parecer la guardia ahora estaba un poco tranquila, no necesitaban de su presencia y esperaba que no lo hicieran. Fue por un café en el comedor mientras hacía tiempo. 

-Doctor!- Escuchó una voz suave que lo llamaba.- Que bueno que lo encuentro. Quería hacerle una consulta.

-Vivi, te escucho.

-Por el paciente Monkey D. Luffy, cuando se acabe la sangre que se le está colocando ahora ¿Volvemos a hacerle otra transfusión? 

-Avísame cuando se termine la actual, yo mismo lo iré a ver.

-Oh, vale. Entonces luego lo busco.

Volvió a quedarse solo, una vez que terminó su café se dirigió a su oficina. Luego de unos pocos minutos su espera terminó.

-¡¿Qué rayos te pasa?! No puedes llamarme y mandarme así, no me hagas matarte.- Dijo el pelinegro que hizo acto de presencia.

-Eso quisiera comprobarlo. Pero no te llamé para enfrentarte. Ésto te va a interesar.

-Detesto los hospitales, no sé como puedes hacer con el olor a sangre que inunda este lugar, me da hambre.- Decía mientras sus ojos cambiaban a un rojo brillante.

-Déjate de tonterías, Ace.- Amenazó.

-Es la verdad. Pero volvamos a lo otro ¿Qué quieres?

-Tu amigo humano está aquí.

-¡¿EH?!- Gritó con asombro el más alto mientras sus ojos volvían a la normalidad. 

-Tuvo un accidente. Está grave y de ésta noche no pasa.

-No puede ser. Dime que me estas jodiendo.

-¿Con qué razón? Idiota.

-Luffy.- Susurró con dolor.

No pudieron seguir hablando ya que unos golpes en la puerta los interrumpieron.

-Adelante.- Dijo Law.

-Doctor, permiso.- Desde la puerta sin ingresar siguió hablando.- La transfusión de sangre ya se terminó.

-Vale, ahora voy a verlo.- La muchacha se retiró.- Vamos Ace.

El nombrado siguió a su compañero hasta una habitación la cual ingresaron. Había solo una camilla y máquinas haciendo algún sonido que indicaban cosas que él no entendía.

-Era cierto.- Soltó mientras le tomaba la mano al inconsciente chiquillo. 

-Ya te lo dije ¿Para qué rayos iba a mentirte?- Un suspiro salió de su boca.- Sabes para qué te llamé.

-No puedo condenarlo a eso.

-Entonces el chico se muere.

-No puede morirse, pero no quiero condenarlo así.

-Tiene dos salidas y una es la muerte.- Sentenció el doctor.

Ace dirigió la mirada a su amiguito. 

-¿Por qué me haces elegir a mi?.- Le preguntó al más bajo.

-Porque eres tú quien lo conoce. 

-Hazlo tú. Yo no sé, no puedo.

-No lo haré. No me gusta hacerlo y ya tengo una joven nueva que salvé la otra noche y ni siquiera comprendo el por qué.

-Porque eres idiota, yo la hubiera vaciado.- Dijo sin más.

-Cállate. Ahora decide, si quieres vacía al mocoso éste. Total se va a morir.

Ace soltó la mano de Luffy y agarró al médico del cuello mientras lo miraba con total enfado.

-Dí eso de nuevo y te mato.- Sentenció.

-Entonces dime ¿Qué estas esperando? No quieres que muera, pero tampoco quieres salvarlo por lo que veo.

-Lo haré.- Soltó al médico y volvió a mirar hacia la camilla.- Pero está inconsciente, así no puede beber.

-Arremángate.

Law buscó lo que iba a necesitar y una vez todo listo comenzó a sacarle algo de sangre a su compañero. No iba a necesitar mucho, solo le extrajo 100mL. Vertió el líquido rojo donde anteriormente le estaban transfiriendo sangre al menor.

-¿Listo?- Preguntó antes de abrir el pase.

-Si, quiero que viva.

-Vale, voy a necesitar que con éste bisturí te cortes un poco y le pongas algo de sangre en la boca cuando abra los ojos.

-¿No es suficiente con eso?- Preguntó confuso.

-¿Se saciaría tu sed si te hago una transfusión de sangre?

-Eh, no.

-Ahí tienes tu respuesta. Tu sangre a través de la transfusión lo va a despertar pero no lo va a saciar. Necesitará sentir un poco de gusto en su boca.

-Vale, comprendo. Entonces tú dime.

-Acabé de abrir el pase. Dale unos minutos hasta que haga efecto. 

El silencio se hizo presente. Ambos tenían sentimientos encontrados. Empezando por Law, no quería convertir a un humano pero odiaba verlos morir en su hospital. La mejor idea que se le ocurrió fue llamar a su compañero ya que él conocía a ese joven y así decidiría que hacer al respecto. 

Ace, por su parte no quería que Luffy muera, se llevaba muy bien con el pequeño y le había tomado cariño. Jamás había convertido a algún humano, no quería que dependan de él o enseñarles en nuevo mundo. Había secretos y cosas de la vida en los vampiros que iba a tener que explicarle cuando el pequeño despertara. 

El sonido de la respiración profunda de Luffy se escuchó mientras éste abría los ojos.

Notas finales:

Gracias por seguir la historia hasta aquí y a las personas que la están apoyando. 


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