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ORFANDAD (Lésbico, Época Victoriana) por Bessekai

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Notas del capitulo:

Hola! finalmente decido actualizar acá también, espero les guste mi nueva historia, estoy trabajando muy bien en ella y cualquier crítica la reciviré con gusto, gracias. 

Este capítulo está disponible en Wattpad: https://www.wattpad.com/862700626-orfandad-cap%C3%ADtulo-1-la-noche-de-la-libertad

 

Agradecería tu apoyo ahí, gracias.

 

Las botas sobre la nieve se sentían con gran fuerza, Mirabelle lideraba el trote y sujetaba con firmeza la mano de Glory quien le seguía nerviosa, sin embargo, dentro de ella sentía emoción de librarse de ese espantoso lugar.

La niebla les favorecía, la noche de 1875 parecía imperturbablemente serena, todo lo que se alejaba de ellas parecía desaparecer y dejar de existir. La farola que Mirabelle llevaba en mano les permitía ver entre el confuso camino.

Con tan sólo 14 años no tenían siquiera un plan para vivir fuera de allí. Pero en sus mentes sólo estaba la palabra "huir", nada más les importaba.

Belle espera, estoy cansada... —reveló Glory con complejidad mientras intentaba respirar, el frío no le ayudaba en nada, se sentía aún más asfixiada y ya hasta tenía sus blancas piernas enrojecidas.

Glory, ¡no podemos esperar! ellos ya nos están buscando seguramente... debes de seguirme el ritmo. —exclamó nerviosa y tiró con más fuerza de Glory, Mirabelle no podía detenerse en ese instante, no tenían mucho tiempo. No podía permitir que las encontraran y que los abusos continuaran.

Mirabelle, siempre más despierta, sabía que Glory podía quedar embarazada y eso la condenaría, quién sabe lo que harían con ella. Agradecía a Dios que aún no le había llegado su primera regla a Glory... a diferencia de ella, que le había llegado 2 meses atrás. Sabía que luego de eso una mujer podía quedar embarazada, lo había escuchado de monjas que siempre hablaban entre ellas casi susurrando sobre cosas así y también de otras chicas ya mayores del orfanato. Así que, por su parte, tenía una básica noción de lo que era. Glory en cambio, era más inocente y no entendía nada de eso. Mirabelle sabía que en su momento deberían de hablar de eso. Y que ella debería a su vez enseñarle. Pero todo eso siempre y cuando lograsen salir vivas de allí.

¡Por allá!, ¡al parecer vi dos sombras! —gritó una voz femenina desde la lejanía.

Las dos jóvenes se giraron hacia atrás llenas de miedo, alertas. Pudieron ver entre la neblina invernal las sombras de adultos y sus farolas moverse de acá para allá, despistados, intentando encontrarlas. Esa imagen lucía endemoniada. Salida de novelas de Terror. Mirabelle apretó la mano de Glory con fuerza, y, de un coraje sacado desde quién sabe dónde comenzaron a correr. Huyeron como si nunca antes lo hubiesen hecho y llegaron con prisa hasta la reja principal. No sabían si ya las habían visto y estaban cerca de ellas. Sólo les importaba intentarlo. Mirabelle con movimientos rápidos apagó la farola de un soplo. Se acomodó el abrigo y Glory le hizo un hincapié con dificultad así que ésta fue la primera en saltar el muro. Luego allí arriba se acomodó junto al ligero equipaje y se afirmó bien, tomó de los brazos a Glory quien con un gran impulso y con la ayuda de Mirabelle logró saltar. Bajaron de golpe, algo adoloridas por supuesto. Podían escuchar los gritos lejanos de los adultos comunicándose, aún las buscaban. Pero ya no importaba. Ese ya no era su mundo. Miraron las rejas del orfanato Grace of God como despidiéndose... lucía algo nostálgico y hasta parecía triste, pero ahora era lejano. Ese había sido su hogar por años. Pero ya era parte del pasado, acostumbradas desde niñas al abandono y al desapego... lo dejaron ir. Así era la vida y así había sido la vida con ellas.

Una vez del otro lado continuaron corriendo y se olvidaron de quienes las seguían, ahora corrían hacia la libertad y unas sonrisas algo increíbles se dibujaban en sus rostros, sentían la adrenalina correr por sus jóvenes cuerpos, era la liberación... sentían que habían nacido de nuevo, por las oscuras calles desiertas, ¡sólo la luz de la luna las acompañaba! Pero... ¿a quién le importa? Siempre habían estado solas. No. Solas no. Juntas. Y seguían estándolo, desde ahora, para siempre. Eso era todo lo que importaba.

Sus largos abrigos las protegían, su pequeño equipaje improvisado en una manta también. Tenían poco dinero y eran indefensas. Pero tenían algo a su favor, la astucia. 

 


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