Muchas personas dicen que los gatos negros atraen la mala suerte, aunque otros aseguran que son puras supersticiones.
Cuando la mera verdad, soy yo el que a llevado la mala suerte consigo...
Mi nombre es Tony stark y soy un hombre, mitad humano, mitad gato, soy algo así como un híbrido.
Fui originalmente un experimento del gobierno, lo que era una inyección para curar enfermedades, se convirtió en una mutación y mal formación del cuerpo humano para convertirme en un hombre gato.
Una aberración para la sociedad, algo que no debería ser y ni existir, pero aun servible para ser una rata de laboratorio, con la cual experimentar.
En fin, la cosa no va ahí, mi mala suerte empezó, cuando conocí a la familia stark, aquella familia que me dio en un principio todo lo que algún dia quise y me lo quitó tan rápido como me lo dio.
La familia stark aquella, que había contado con la desgracia de perder a su hijo al nacer y sustituido con un pequeño de 10 años que encontraron en un dia lluvioso en el jardín de su casa, desolado, llenó de lodo e inconsciente.
Ellos me dieron un hogar, una habitación, comida y amor, todo aquello que se podía dar a un niño huérfano como a él, pero sobre todo le dieron un nombre Tony stark...
En un principio todo iba bien, convivía con sus padres adoptivos eran muy atentos con él y me sobre protegían demasiado, eran buenas personas a los cuales amaba demaciado.
Pero una vez que la señora stark se enteró que estaba embarazada, que podía concebir, a pesar de que muchos médicos le habían dado la malas noticia, que ya no podía tener hijos, al parecer un milagro surgió porque ahora podia engendrar en su interior.
Felices los futuros padres, al tener una segunda oportunidad de tener un hijo de sangre, se olvidaron de él, muy apesar de que estaba feliz por el embarazo, tendría un hermanito con quien jugar y proteger.
Pero no todo lo que pinta es oro, me descuidaron y se dedicaron mas a tener todo listo para la llegada del bebé y siendo muy cuidadosos con la futura madre por el embarazo de alto riesgo.
Los meses pasaron y con ello su llegada, me emocione tanto y no me importo lo que había pasado, al ver que llegaron del hospital me acerque a mi madre, quién al verme puso una cara de espanto y horror, escondiendo al bebé entre sus brazos, no entendía nada y mas porque no dejaban que viera a mi hermanito.
Al ver a mi padre entrar y al vernos, rápidamente se acerco a mi jalandome del brazo, tirando muy fuerte, que dolía, recuerdo que me encerró en una habitación y dandome una advertencia de no salir, salio dando un fuerte portazo.
Me cohibi en mi lugar y refugie mi rostro entre mis rodillas, abrazando muy fuerte mis piernas.
No comprendía nada, era algo pequeño para entenderlo.
Con el paso del tiempo lo entendí, conformé iba creciendo.
Pase la mayor parte de mi infancia encerrado en esa habitación, no sabia que era peor, mi antigua carcel ó esta, que estaba viviendo, encerrado y con una cadena en el cuello y tobillo para no tratar de escapar, gracias a la ayuda de Jarvis pude adquirir un conocimiento e educación, mediante libros y sus enseñanzas.
Aunque me sentía vacío e infeliz sin nada mas que tener, mi único consuelo era jarvis mi mayordomo.
A pesar de ver por la pequeña rendija de la puerta, una verdadera familia feliz conviviendo.
Dolía, queria ser parte de ellos pero no podía, era una aberración a sus ojos.
Muchas veces pensé si ya no me necesitaban en sus vidas, por que seguía aquí en este lugar.
Porque no me matan.
Porque no me tiraban.
Porque no me regalan.
No se, cualquier otra cosa menos estar encerrado aqui y pasar todo el resto de mi vida, con este dolor y sufrimiento.
El tiempo pasó y llegue a la etapa de la adolescencia.
Si todavía seguia en ese mismo cuarto, llamado “mi encierro”, gracias a Jarvis que me ayudaba a no quedar en el olvido.
Un día común, todo cambio, el señor Stark llegó con un señor moreno y con un extraño parche en el ojo, se me figuro a esos piratas malvados que Jarvis solía narrar en los cuentos, cuando era niño.
Escuche como mantenían una conversación dirigida a mi, una vez que ingresaron por completo a la habitación.
—Este es el mocoso del que te hablé, ahora que llegó a la edad de la puvertad, te puede servir de algo, no?, no se conviertelo en una de tus putas ó en uno de tus agentes, yo que se, pero lo que quiero es: ya no tenerlo aquí, sería un mal ejemplo para mi hijo, aparte que es un fenómeno y ahora que mi hijo está creciendo, se va haciendo más curioso y no quiero que llegue el día que lo encuentre y quiera convivir con él.— decía Howard con desprecio mirándome con una cara de asco.
— no se Stark, no creo que alguien lo quiera así por su aspecto, al menos que sea con un hombre con fetiches raros, pero tal vez me pueda servir para hacer misiones de alto riesgo, ya sabes mis trabajos sucios, solamente es cuestión de entrenarlo y convertirlo en una de mis marionetas de matanza—decia pensativo el hombre del parche escaneandome, un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar la palabra matanza.
—lo que sea, pero ya te dije que no lo quiero aquí, si haces bien tu trabajo te daré lo que pides— sanjo la conversación Howard, saliendo de ahí dando un portaso.
Me quedé sólo con aquel hombre, él solamente me miró por un rato y tomo su teléfono, marco un número desconocido para mi, haciendo una llamada a saber a quién.
Pasaron unos minutos que para mí fueron horas y se dirigió a mi.
—Ok, mocoso estás de suerte, apartir de ahora eres propiedad de Shielf— me miró por última vez mientras colgaba su teléfono y salia de la habitación.
Ese mismo día por la tarde, unos hombres uniformados vinieron por mí, me extrañe al verlos entrar, Jarvis también entro a mi habitación con ellos, me miró triste y desató mis cadenas, yo lo mire con una mirada de confusión, hasta que entendí por la mirada de Jarvis, que está era la despedida, le sonreí, una sonrisa totalmente verdadera y de agradecimiento.
Después de ahí mi vida cambió totalmente del encarcelamiento al infierno, un total infierno.
Entrenar por dias, semanas y meses, sin descanso.
El manejo de un arma, defensa personal, manejo del cuchillo y más cosas que requería, que necesitaba.
Al principio fue difícil, los golpes iban y venían, fracturas, contusiones, heridas de balas entre otras cosas.
Pense que moriría con todo lo que me hacian, pero me termine de acostumbrar al dolor y hacer lo que me dijeran.
Poco a poco fui aprendiendo a curar, cada una de mis heridas.
Aguantar los cambios de clima para la misiones.
Y cumplir las primeras de ellas con éxito.
Sin bajas, cuando habían bajas era más trabajo para mi y más entrenamiento.
Me amoldie a como ellos deciavan y termine siendo lo que querían un arma de matanza.
Mi vida rutinaria cambio de pasar a estar encerrado a entrenando, terminando en misiones de alto riesgo.
Al final y muy aparte por lo que haya pasado, surgió algo bueno logré controlar mi forma híbrida, podía esconder mis orejas y cola y eso sirvió en las misiones.
Las primeras veces que lo logre brinque de la felicidad y por primera vez me sentí normal, lastimas que al principio duraba por corto tiempo, después de ahí me enfoque en prácticar, hasta que logre con éxito manteniéndolo controlado.
Cuando logré salir de las instalaciones por primera vez, con un chip de rastreo por si me escapaba (cortesía del señor Stark), decidí dar un tour por la cuidad, al conocer y ver muchas cosas grandiosas, nuncas antes vistas en personas pero si en fotografía e revistas, vi algo que captó totalmente mi atención y eso fue ver un gran edificio con muchos chicos de mi edad, con libros en la mano y mochilas, conviviendo alegremente, un total ambiente estudiantil era mejor de lo que me había contado Jarvis, quería estar ahí ser como los chicos de mi edad estudiar tener una carrera, salir con alguien y tener amigos...
La primera vez que rete y le pedí algo al hombre del parche de nombre fury, fue estudiar, estar en esa universidad, que había captado mi atención y vivir una vida casi normal, eso sí a cambio de seguir haciendo lo que ellos querían.
Suplique mucho, aunque aún así, no se veía muy convencido de dejarme ir, lo hablo con alguien, pero al final aceptaron para distraerme un rato de que no hubieran misiones, eso sí me pusieron un examen midiendo mi coeficiente intelectual, para así poder hacer el papeleo y decidir si podía ir directamente a la universidad puesto no tenía los otros estudios académicos realizados como tal, afortunadamente salí bien gracias a Jarvis y la educación que me enseñó, aparte de los libros que me obsequiaron para mi aprendizaje.
Decir que mi etapa a la universidad no estuvo mal, conocí a buenas personas como a pepper, Janet, Rodhey y Bruce.
íbamos en cursos diferentes pero los conocí por algunos talleres, aunque ellos no sabían mi secreto por miedo a que me rechazaran.
También me enamoré, si lo hice, fue mi primer amor y mi peor perdición.
Nunca te enamores si no está preparado para caer, una vez que estás en las nubes.
Lo conocí cuando apenas ingresé, amor a primera vista, si se podría decir, al principio y por nervios era el más serio de mi clase, por lo cual fui molestado y mis compañeros solían molestarme, menos él, se comportaba de una forma tan caballerosa y humilde, nos hicimos amigos, no fue de inmediato pero conforme nos fuimos conociéndo, bueno el incistiendo en conocerme mejor y yo terminando por caer en sus redes, le hice uno más de mis amigos, convivíamos en los recesos debajo de un bonito y gran árbol, platicando de cosas cotidianas y gustos en común, me fui enamorando cada día más, queriendo que esto nunca terminará jamás.
Un dia mientras conversábamos, las cosas se fueron dando y nos besamos por primera vez, al principio pensé que se alejaría de mi y me aborreceria pero no lo hizo, me miró apenado tomando mis manos, se me declaro en ese entonces fui la persona más feliz de la vida y una calidez albergó mí corazón, una vez más.
Mantuvimos una relación en secreto por parte de él, quien me dijo que lo mantuvieramos así, le pregunté porque?, Simplemente me dijo que no era bien visto, que dos hombres se amaran y mantuvieran una relación.
Lo acepte no muy convencido, pero lo hice porque en verdad lo amaba.
No miento los días que pasábamos juntos eran de lo más divertido, que cuando iba a misiones y salia herido cualquier dolor no importaba, con tal de llegar de nuevo a él y estar entre sus brazos, besarnos y seguir conviviendo, hablando de cosas triviales.
Días de universidad que faltaba por cuestiones, que iba a misiones largas y que trataba de acortarlas.
Días sin verlo, me dolía y sentía una opresión en mi pecho, era por eso que me esforzaba más para volver a verlo, solo por él.
Un día acostados en aquél frondoso árbol, hablamos de nuestros sueños e ilusiones, su sueño era ser un gran policía como lo fue su padre y el mío en sí no le supe responder correctamente, solamente le dije que aún no lo tenía bien pensado pero que me lo pensaría, el solamente me sonrió pensando que era un completo despistado, bromeábamos y nos tomábamos de las manos.
Desde ese día me puse a pensar sobre mi sueño y mi meta en la vida.
Pero siendo sinceros no tenía futuro alguno, puesto que no era dueño exactamente de mi propia vida.
El día que tuvimos nuestra primera vez fue en primavera en un almacén, donde solían guardar el material deportivo, lo limpiamos y lo decoramos para mejor estancia y hacerlo especial, ya en la noche nos pusimos de acuerdo para vernos y pasar la noche.
Gracias al taller de electrónica pude quitarme mi chip de rastreo e ir a su encuentro.
Esa noche fue especial y para mí punto de vista, algo lleno de amor verdadero, dónde me entregué a él en cuerpo y alma, pasamos una velada espectacular, una noche de en sueño, donde el descubrió mi verdadero ser, aquel que le escondí a los demás, menos a él.
Mi primera vez se lo di a él y no me arrepiento.
Pero a la mañana siguiente, lo que terminó siendo un sueño, se convirtió en una pesadilla.
Desperté en la colcha con sábanas robadas de la enfermería, solo y sin él a mi lado, lo busque con la mirada para ver si seguía ahí pero no había ninguna rastro ó prenda del que me indicará que estaba ahí, pensé que a lo mejor se había ido a clases porque le surgió algo urgente, aunque me decepcionó, que no estuviera conmigo a mi lado, alejé mi deprimente estado de humor y sonreí como un completo idiota enamorado, me acurruque un poco más entre las sábanas ronroneando de felicidad.
Me alisté, ocultando mis orejas y cola, sin quitar mi sonrisa y seguir con mi buen humor, valió la pena quitarme el chip de rastreo, ya luego haría algo para remediar ese acto de rebeldía, que había cometido, guarde todo lo que habíamos utilizado para esa noche en una caja para después cerrar aquel lugar y salir de ahí, dirigiéndome al campus.
Iba feliz buscando a mi novio, pero no había señales de él.
En el camino me encontré a mis amigos, que me saludaron y platique con ellos un rato para después continuar mi búsqueda, se suponía que a esta hora estábamos en receso, así que no podía estar lejos, lo busque por todas partes, hasta que lo encontré detrás del campus, platicando con sus amigos y con dos chicas muy de cerca para su gusto, camine en dirección a él para conversar pero me detuve, al ver que la rubia desabrida lo había besado, quise ir a golpearla y demostrarle todos los movimientos de lucha que había aprendido pero me tranquilize y camine de lo más casual, completamente relajado, tratando de sonreír y recuperar mi buen humor, que tenía minutos atrás.
Llame su atención al hablarle y se voltio con esas dos sanguijuelas que no se despegaban de él, me sonrió nervioso, mientras sus amigos me volteaban a ver y se reían de mi, como si hubiera ido a contarles un chiste muy gracioso.
—Así que entonces es verdad eso, siempre si te acostaste con este desviado amigo y mira que yo no me hubiera atrevido a tanto, mira que hacerlo solo por una apuesta de dinero— decía burlándose, uno de los amigos de mi novio.
—Si, eres todo un tipo malo— lo segundo el otro riendose a carcajadas.
No comprendía nada, pero me daba mal espina, que hasta se me borró la sonrisa de la cara.
— Y mira que tambien ser muy cruel para contarnos su secreto, que terrible eres cariño— mis ojos se abrieron de sobre manera, al escuchar aquella declaración de la boca de aquella rubia desabrida.
“¿Que?”pensé en shock.
—No solamente eres un desviado, si no un bastardo raro— decía otro tipo acercándose a mi apuntandome con su dedo, el pecho, cada toque era una apuñalada a mi corazón, que estaba empezando a quebrarse.
Negué repetidas veces no creyendo, lo que oía, esto no me podía pasar no de nuevo...
—amor como debería actuar ante esto, eres un completo Infiel— decía una castaña hablándole, melosamente al oido, sonriendo, él no decía nada, ni negaba nada, antes las acusaciones, solamente agachó la cabeza.
Entonces todo lo que él decía ó sentía era falso, una total mentira, algo que solamente yo sentía.
Agache la cabeza y apreté fuertemente los puños hasta encajar mis uñas.
No, no iba a llorar, no le daría el gusto de verme débil.
—¡Oye te estoy hablando!— exclamó el tipo, que estaba enfrente de mi, me tomo de los cabellos para llamar mi atención para después darme un golpe en la mejilla.
Primer error que no hubieran hecho, me limpie la sangre que empezaba salir de la comisura de mi labio y lo mire furioso.
Lo tome de la camisa del uniforme y le di un golpe, que lo dejo en el suelo.
Mire a los demás que se pusieron a la defensiva y las chicas se pusieron atrás de él.
Él simplemente me miró sorprendido y yo lo mire con furia y tristeza en mis ojos.
“Que idiota había sido” sonreí afligido.
—Solamente quiero que me digas una cosa, algo que mate completamente mi ilusión ó que aumenten mis esperanzas, en algún momento sentiste algo por mí?— comenté con voz entrecortada pero firmé.
El simplemente no respondió y bajo la cabeza por segunda vez.
Sonreí agriamente, al no escuchar su respuesta.
El silencio vale más que mil palabras.
—ok entiendo, entonces te puedes ir mucho a la mierda, pedazo de basura— le dije molesto como decepcionado, me acerque a él y como le hice al otro chico, lo tome de las solapas del uniforme y lo hacer que a mí— espero y estés feliz optuvistes lo que quisistes de mi, ahora te puede ir a burlar con tus amigos e noviesitas, maldita basura, perdón no te mereces que te llame basura, ya que la basura que da mejor a lado de ti.
Lo solté, no sin antes acentarle un buen golpe en uno de sus bonitos ojos, que esperaba que le doliera, como a mí me había roto el corazón.
La chicas gritaron y fueron a auxiliarlos, los amigos de él se acercaron a ayudarlo.
Yo simplemente me voltie sacudiendo mi uniforme, para dirigirme adentro del campus e ir por mis cosas y salir de ahí.
El chico que había dejado en el suelo tomo mi tobillo deteniéndo mi paso.
—Eres un maldito monstruo— me dijo con desprecio, sobando su zona afectada, mirándome con una cara de asco.
Yo solamente lo mire dejando salir mis orejas y cola.
—Si lose, no eres, ni serás el último, que me lo diga pero solamente te diré, que no dese ser asi porque así lo quisiera, si no porque el ser humano es codicioso y curioso, hay veces que hacen cosas que no deberían pero son seres que les encanta romper las reglas con tal de llenar su curiosidad.— le dije dejando de mirarlo para ver el cielo y volver a mi forma normal suspirando.—pero aún así, tú no lo entenderías — termine de decir para salir de ahí, ya que muchos empezaron a acercarse.
Muchas personas me dejaron pasar y me miraban con miedo, yo solamente los ignore y seguí, mis amigos me veía con confusion, no les diriji la palabra, pensando que era lo mejor y les agradecía enormemente que no me mirarán como los demás.
Seguí mi curso con voces de fondo de parte de mis compañeros, no me tomé la molestia de ir por mis cosas, ya para que, después de todo el revoltijo que había causado, fury ya no me dejaría entrar ahí y me pondría muchas mas misiones.
Una vez afuera en la jardinera casi cerca del portón de salida, suspiré dejando escapar todo el aire que deje retenido desde hace un rato, al mirar al frente me encontré con una visita no muy grata.
—Howard— dije mirándolo serio.
Él me miró con una cara de completo enojo, hirviendo en cólera, casi podía decir que le salían humo por las orejas.
Se me acercó con pasos agigantados y en cámara lenta me asentó una fuerte cachetada en la zona que ya tenía afectada por aquel puñetazo, por la fuerza de golpe, me volteo la cara, solamente me toque la zona afectada y lo mire furioso.
—Tú pedazo de idiota, tenías una sola oportunidad y la desaprovechaste, eres estúpido acaso, mira que desobedecer quitándote el localizador, aparte de mostrar tu forma a los demas, el director me marco asustado diciendo que eras un salvaje y que le estabas haciendo daño a sus alumnos, maldita seas, ahora esto ya se salió de mis manos, me las pagará fury después, pero por ahora pondré de una vez por todas fin al problema— lo que era una conversación con una sarta de maldiciones hacia su persona, se convirtió en una amenaza para el.
Howard chasqueo los dedos, mientras varios hombres con ropas muy conocidas para él, se acercaban sigilosamente hacia él, dió varios pasos hacia atrás asustado completamente, recordando momentos no muy gratos, no podía ser cierto.
—volverás al lugar donde siempre debiste estar, pedazo de experimento fallido— me detuve al escuchar sus palabras.
Él lo sabía, sabía lo que le habían hecho, entonces por qué?.
Los tipos lo tomaron de los brazos y lo arrastraron hacia una camioneta blanca.
Fue llevado a una área de experimentación avanzada, al parecer no era la única que había, pues ya había salido de una antes.
Forcejeo y lucho al ver una cama y a varios científicos con jeringas, tabletas a la mano y instrumentos de tortura.
“Todo menos ahi, preferiría la muerte antes de pasar de nuevo por eso” pensó asustado.
Reaccionó rápidamente, luchando contra aquello.
Al derrotar a las personas que estaban reteniendolo, se dirigió a la salida desesperado, pero un zumbido lo detuvo, algo había sido encajado en su cuello al quitarlo, vio que era una jeringa ya vacía, el contenido había sido vaciado en su sistema.
Callo de rodillas al suelo empezando a respirar entrecortadamente, trato de levantarse pero su cuerpo le falló, dejándolo débil por la sustancia.
Los pocos asistentes que habían quedado, lo sujetaron y lo llevaron esta vez sin recistencia a aquella camilla, fue amarrado de las piernas por un fuerte cinturón de cuero, cuado iban a amarrarlo de las muñecas, vio a Howard acercarse a la pared de cristal que los separaba de aquella habitación, estiró la mano para pedirle ayuda dejando su orgullo aún lado, no podía hablar pero gadeo lastimero, al saber que no podía articular palabra alguna, con la mirada de súplica lo miro pero él no se imuto, solamente lo miro con desprecio una última vez antes de irse y dejarlo completamente solo.
Cómo siempre había estado solo.
Al final simplemente dejo caer su mano, se dejó hacer mirando al frente, cerro los ojos esperando su sentencia en aquel lugar...
Tiempo después el lugar fue destruido, consumido por las llamas y muchos experimentos fuero consumidos por el fuego, convirtiéndolos en ceniza.
Un atentado terrorista fue lo que lo causó.
Pensé que sería mi final, el lugar donde moriría, mi propia tumba.
Acepte mi destino y cerré los ojos.
Estaba cansado por soportar tanta experimentación.
Pero cuando pense que al fin iba a morir.
Escuche una voz.
—Creo que encontré un lindo gatito— fueron las palabras de aquel extraño, quien sonreía abiertamente.
Una mano me fue extendida, una segunda ó tercera oportunidad tal vez, nose pero la tome.
Mi mundo volvió a girar otra vez.
No importaba ya lo que hicieran conmigo, solamente quería un lugar al cual pertenecer.
Después de todo soy un gato que lleva, la mala suerte consigo.
Una mala suerte que les llevaría a todo aquel que lo hizo sufrir.
Continuara...
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