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73. Navidad con los Moon (34) por dayanstyle

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—¿Cuántas veces te he dicho que esto va en la papelera de reciclaje? —Sanghoon sacó la lata vacía de refresco de la papelera detrás del mostrador y la echó en la papelera de reciclaje que había creado en el pasillo que conduce a la o ficina.

—Amigo, tú eres la única persona que se preocupa. — Fletcher eructó y luego se inclinó sobre el mostrador, hojeando el periódico de la mañana que había tomado de la pila que acababa de ser entregada.

—No lastima tratar de mantener el planeta limpio y usable para las generaciones futuras. —Los labios de Sanghoon bajaron y su nariz se arrugó con disgusto cuando Fletcher se escarbo la nariz y luego se limpió el dedo en sus jeans.

—Lo tendré en cuenta.

 

—La próxima vez —Sanghoon terminó por él—. Eso dijiste la última vez, y la vez anterior a esa, y la anterior. —Enderezó el bastidor que contenía las bolsas de papitas, agarró una barra de pan que habían dejado en la parte superior, y lo acomodó de nuevo en su lugar apropiado. Sacudió el polvo de los estantes mientras sus caderas se movían con la música de Navidad en la radio, preguntándose qué regalos compraría para sus hermanos. Chanyong y Changbum no eran difíciles, pero Ryeowook era una historia totalmente diferente.

¿Quizás medio kilo de café? Ryeowook parecía amar eso.

 

—Amigo, deja de insistir en mis hábitos de reciclaje. Si quisiera escuchar a alguien quejarse iría a casa y escucharía a mi madre. —Fletcher se lamió el pulgar y pasó la página.

«Tengo que recordar quemar ese periódico».

 

Fletcher cerró el periódico y luego señaló con su dedo la primera página. —Hey, aquí dice que una pequeña compañía de cine independiente va a hacer una película en la Villa Kim.

Dejando el plumero a un lado, Sanghoon corrió hacia el mostrador.

—¿Dónde? —Iba a tomar el periódico pero se contuvo. Él no quería tocar nada que esos buscadores de tesoros hubieran tocado.

Tomando otro periódico de la pila, Sanghoon lo desdobló.

 

Leyó la primera página y la emoción zumbó a través de él. La pequeña productora quería a algunos de los lugareños para hacer el filme más auténtico. Estaban buscando a hombres y mujeres entre los quince y dieciocho años. —¡Sí!

Bueno, él tenía ciento quince. Pero se veía lo bastante joven como para pasar por un adolescente.

—¿Y para qué parte vas a probar, el tonto del pueblo?

 

Fletcher arqueó una ceja y luego resopló ante su propia broma antes de caminar hacia el refrigerador y tomar otro refresco. Sanghoon normalmente le decía algo sobre que tomara las latas de Coca-Cola de la pequeña tiendita en la gasolinera en la que trabajaban, pero estaba demasiado entusiasmado con la noticia de la primera plana.

El artículo afirmaba que las audiciones se celebrarían la próxima semana en el Centro de recreación local. «Oh, mierda». Sanghoon lanzó el periódico a un lado cuando leyó que las audiciones serían a las dos de la tarde. No había manera de que pudiera audicionar.

 

—Oye, ¿por qué no ensayas tu papel como el hombre de la basura y sacas la basura? —Fletcher se escarbó la oreja y luego sacó la suciedad de su dedo. Los hombros de Sanghoon cayeron mientras obedientemente vaciaba la basura de alrededor de la tienda, se puso el abrigo, y luego empujó la puerta para salir.

Debería haber sabido que no podía tener esperanzas. La emoción le había agarrado y no había pensado en el hecho de que la película se rodaría durante las horas del día. Pero Dios, sería bueno ser parte de algo grande. No es que quisiera mudarse a Hollywood y convertirse en famoso.

Después de lanzar las bolsas en el contenedor de basura, comenzó a vaciar los contenedores de la gasolinera. Quizás trabajar con el Sucio Ned era todo lo que estaba destinado a hacer. ¿Cuándo trabajos emocionantes llegaban a la Villa Kim? Nunca. Así era. Esta era una oportunidad única en-la- vida y Sanghoon tenía que dejarla pasar.

—Hey. —Fletcher asomó la cabeza por la puerta—. No te olvides de limpiar el lote.

Hacía más frío que la mierda por aquí y ¿quería que caminara por ahí recogiendo la basura dispersa? Echando un vistazo a la gran ventana, vio al Sucio Ned oler sus dedos después de rascarse la axila.

«Y el hombre se pregunta por qué las mujeres lo rechazan a diestro y siniestro».

Agarrando las bolsas, Sanghoon se dirigió de nuevo hacia el contenedor de basura. Él quería lanzar también a Fletcher allí. El tipo era tan útil como un condón usado. Lo único que hacía era quedarse detrás de la barra toda la noche, delegando el trabajo a Sanghoon.

 

 

Pero Sanghoon mantuvo la boca cerrada porque el trabajo lo mantenía ocupado. Odiaba estar inactivo. Además, creía en dar el cien por cien en todo lo que hacía.

Levantando las bolsas, las dejó caer en el contenedor de basura.

Tap-tap-tap

 

Un frío ártico le cubrió. Sólo había una cosa que sonaba como Satanás llamando a la puerta de alguien.

—Qué digno. Sacando la basura. Siempre supe que aspirabas a grandes cosas.

Sanghoon cerró los ojos, encogiéndose cuando oyó al protagonista de sus pesadillas. La sensación de ser un niño pequeño se apoderó de él mientras esperaba que esto fuera una alucinación. Pero nada podría ser tan horrible como el hombre de pie detrás de él. No, no se trataba de una alucinación.

Era su padre.

 

—Date la vuelta cuando te estoy hablando.

 

Por pura fuerza de voluntad, Sanghoon no cayó de rodillas y suplicó misericordia a su padre. En cambio, abrió los ojos, sintiendo un nudo en la garganta cuando se giró para enfrentar a Kim Sang Kyung  Constantinople y el temido bastón que sostenía firmemente en su mano enguantada.

Sus piernas temblaron al ver el palo que lo reducía a un desastroso lloriqueo. Cuando era niño, Sanghoon había perfeccionado la habilidad de oír la punta de ese palo de endrino golpear el piso de madera en su casa. El bastón era negro, el mango era la cabeza de un dragón gruñendo con colmillos.  El  largo  de  un  metro  le  recordaba     muchos momentos dolorosos que había tenido durante años a causa de la maldita cosa.

Como siempre, su padre se veía impecable y majestuoso en su traje de tres piezas y gabardina cara mientras miraba con desprecio sobre su nariz aguileña a Sanghoon.

—Si hubiera sabido que te gustaba sacar la basura, te hubiera mantenido en la casa y te hubiera dado un trabajo con los sirvientes. —Sanghoon se estremeció cuando su padre levantó el bastón, con la punta levantó el dobladillo del delantal de Sanghoon—. Definitivamente estás vestido para el papel.

Los ojos de Sanghoon fueron al suelo y su corazón latió tan fuerte que temió que se le saldría.

Cuando él y sus hermanos habían llegado a la Villa Kim, Sanghoon pensó que finalmente se había librado del hombre. Se había acostumbrado a los osos Moon y su amabilidad. Estar cerca de ellos le había mostrado que no todos los hombres imponentes eran crueles. Pero su padre regresaba. Esta no era la primera vez que había aparecido para degradar a Sanghoon.

Sang Kyung escaneó con su mirada la gasolinera y su labio se encrespó. Sanghoon comenzó a imaginar a su padre en uno de los uniformes, de pie detrás del mostrador mientras sonreía a los clientes. Le ayudó a aliviar la tensión el imaginar tan ridículo escenario.

Hasta que los ojos del hombre se volvieron hacia él...

 

Tap-tap-tap

 

Apoyó ambas manos en el bastón ahora. —Así que dime, Hoonie. ¿Es esto lo que aspiras de tu vida?

—No, señor.

 

Sanghoon gritó, casi orinándose cuando el bastón lo golpeó en la pierna varias veces. La boca de su padre en una línea, con desapasionada autoridad. —Contesta.

 

.

—¡No, señor! — No llores. No te atrevas a soltar un maldito grito

 

Sang Kyung parecía complacerse con la angustia de Sanghoon.

—¿Y qué piensas hacer con tu vida?

 

Sanghoon soltó lo primero que le vino a la mente. —Hay una compañía de cine independiente que llega a la ciudad.

—¿Una estrella de cine? —Sang Kyung se rio, el sonido lleno de desprecio—. No tienes las bolas para ser quien quieres ser. Eres patético, Sanghoon. Siempre lo has sido. Siempre necesitas que gente como yo te diga qué hacer. Seguías a tus hermanos en lugar de convertirte en un verdadero Kim-Constantinople.

¿Qué lo hacía convertirse en un verdadero Kim-Constantinople? ¿Ser un autoritario, pomposo idiota como su padre? Prefería trabajar por un salario mínimo que convertirse en algo parecido al hombre. Infierno, él prefiere comer comida para perros y vivir en una caja de cartón que ser como Sang Kyung.

Su padre se inclinó y apoyó la mano en el bastón y eso provocó que se sintiera como si el aire alrededor de Sanghoon bajara diez grados. —Y cuando falles en esa película de estrella, volveré, Sanghoon. Volveré para llevarte a casa.

Sang Kyung se giró, su larga gabardina abanicando detrás de él mientras caminaba en la oscuridad detrás del edificio.

Apoyándose en el contenedor, Sanghoon se deslizó al suelo, envolviendo sus brazos alrededor de sus piernas mientras su cuerpo temblaba. Si fracasaba, si Sanghoon no hacía la película, la pesadilla que había experimentado toda su vida volvería con toda su fuerza.

No tenía más remedio que lograr ser una estrella, porque si fallaba, caería en picada a los abismos del infierno.

  

 

—Mira este lugar. — Moon Lee Joon abrió los brazos.

 

—Hasta los árboles están iluminados. Me encanta el invierno. El ver la nieve me hace querer tener una bola de nieve.

—No hay ni siquiera un centímetro y medio en el suelo. — A Sanghoon también le gusta el invierno, pero por otras razones. El sol se ponía mucho antes y podía salir de la casa antes de que las tiendas cerraran.

—¡Oh, mira!

 

Sanghoon corrió hacia uno de los escaparates que mostraban coloridas decoraciones de Navidad. Nunca se habían celebrado las fiestas en su casa cuando crecía, y la tradición lo había dejado perplejo cuando llegó por primera vez a la Villa Kim. Pero cuanto más tiempo vivía con los osos, más comenzaba a ver la alegría en las pequeñas cosas que lo rodeaban.

—Eres como un niño en una tienda de dulces. —La mano de Lee Joon descendió en su hombro—. Maldición,  bonito, ¿no?

 

El pequeño tren en el aparador estaba encima de una mesa cubierta con un mantel blanco. Sanghoon supuso que estaban tratando de duplicar nieve. El tren corría por la pista, pasando por delante de él varias veces mientras veía el gran árbol decorado con colores maravillosos.

Había muñecos cascanueces en la ventana y cajas falsas de regalo envueltas con papel brillante y cintas bonitas.

—Sí, lo es.

 

La mano de Lee Joon le apretó el hombro. —Ah, vamos. Suficiente de aparadores. Tenemos regalos que comprar.

 

Dando al aparador una última mirada anhelante, Sanghoon se metió las manos en los bolsillos de su abrigo y siguió a Lee Joon por la festiva calle. —¿Has oído acerca de la  compañía de películas que viene al pueblo?

Acabándose el café, Lee Joon arrojó la taza  en un cubo de basura cercano. —Sí. Todo el mundo está hablando de ello. No puedo creer que Jongin lo permitiera. Es muy extraño que deje a un extraño entrar aquí para hacer cine en este lugar.

—No es una gran compañía —Sanghoon dijo mientras bordeaba unos compradores bulliciosos—. Es una compañía de cine independiente. Por lo que leí, lo que quieren es hacer una película sobre niños sin hogar y escogieron la Villa Kim como su ubicación.

Abriendo la puerta a la nueva tienda de juguetes, Lee Joon y Sanghoon entraron al caos. Había niños corriendo alrededor, padres viéndose agotados, y más juguetes de los que Sanghoon había visto en su vida.

Lee Joon se detuvo frente a un estante que parecía tener un suministro interminable de muñecas. —Ahora, ¿cómo se supone que tengo que elegir sólo una para mi sobrina?

—Estoy seguro de que a tu sobrina le va a gustar cualquier muñeca que elijas. —Sanghoon vio lo que la tienda ofrecía y sabía que no sería capaz de conseguir algo para sus hermanos en esta tienda.

Mientras Lee Joon miraba las muñecas que podían caminar, hablar, hacer caca, beber de una botella, y con más accesorios que los que un niño podría soñar con tener, Sanghoon se acercó al tren. No era tan grande como el que había visto en la otra tienda, pero se le acercaba bastante.

Tenía la máquina, cuatro furgones y el furgón de cola a lo largo de una pista en un círculo aparentemente interminable. Empezó a sentirse como si el tren fuera su vida.

Se sorprendió al darse cuenta de qué era lo que lo atraía hacia el tren. Subía una pequeña colina, atravesaba un túnel, y cruzaba un falso arroyo. Pero era la misma colina, el mismo túnel, y el mismo falso arroyo cada vez. Nada cambiaba.

Nada cambiaba.

 

La voz burlona de su padre se repitió en su mente. “No tienes las bolas para ser quien quieres ser. Eres patético, Sanghoon”.

Extendiendo la mano, Sanghoon empujó el pequeño tren de su mente antes de girar sobre sus talones y salir de la tienda. Se apoyó contra la pared de ladrillo y esperó a Lee Joon, observando a los aldeanos correr alrededor con bolsas en las manos y una sonrisa en la cara. Metió las manos en su abrigo,

Sanghoon dio una patada a la fina capa de nieve. ¿Qué había logrado con su vida? Vivía en una habitación de la  casa de Moon, trabajaba, y..., y...

Joder, su vida era patética. No, no sentiría lástima de sí mismo, pero era difícil ser optimista en una vida donde el optimismo le era jodidamente arrancado.

 

 “Siempre necesitas que gente como yo que te diga qué hacer”.

Sanghoon apretó los dientes, curvando los dedos en puños mientras soplaba el viento. Hacía frío afuera, pero no podía lidiar con ver ese tren por un segundo más. Si se hubiera quedado más tiempo, podría haber aplastado ese furgón de cola en mil pedazos.

Aspiró el aire frío, tratando de despejar la cabeza de las cortantes palabras de su padre. La amargura empezó a construirse dentro de él al contemplar la ciudad festivamente decorada. Había grandes coronas de flores en cada puerta, luces colgadas entre los árboles, y un trineo de Santa con luces brillantes en la plaza del pueblo. La noche se llenó de personas que estaban bebiendo chocolate caliente, niños charlando animadamente mientras que vestían ropa gruesa de invierno, y algunos residentes incluso llevaban sombreros de Santa.

Sin embargo, Sanghoon no era capaz de entrar en la alegría de la Navidad.

«Deja de sentir lástima por ti mismo y anímate. Sólo porque tengas una vida de mierda, no significa que estas personas merecen tu mal humor».

Levantó la vista cuando la campana sobre la puerta sonó.

—Me preguntaba a dónde te habías ido —Lee Joon dijo mientras salía de la tienda. Él llevaba tres bolsas llenas—. Creo que le va a gustar a mi sobrina su muñeca.

Sanghoon se apartó de la pared y comenzó a caminar junto a Lee Joon.

—¿Muñeca?

 

 

Los labios de Lee Joon se curvaron hacia arriba. —No pude evitar dejarme llevar.

Cuando pasaron un poste de teléfono que tenía un letrero que anunciaba las audiciones grapado en la madera, Sanghoon se detuvo.

—¿Piensas hacer la audición? —Lee Joon preguntó mientras se unía a Sanghoon.

—No estoy seguro —respondió Sanghoon. Quería demostrarle a su padre que estaba equivocado, mostrarle al hombre que él era digno, pero comenzó a dudar.

—Es una gran idea —dijo Lee Joon—. Pero estoy muy seguro de que trabajarán en las horas del día. Estarás frito y crujiente para la primera escena.

Sanghoon leyó más abajo y sintió que se le aceleraba el pulso. —¡Estarán filmando por la noche!

—Bueno, ahí lo tienes —Lee Joon se rio—. Simplemente no te olvides de mí cuando te conviertas en famoso.

Sanghoon se apartó del camino cuando un carro salpicó por un charco cerca de la acera, casi mojándolos a ambos.

—¡Hijo de puta! —Lee Joon gritó al conductor. Sanghoon miró el carro y vio a Fletcher en la calle, hablando con alguna mujer fuera de la cafetería. Esperaba como el infierno que no estuviera interesada en el Sucio Ned.

“¿Y para qué parte vas a probar para, el tonto del pueblo?

 

No sólo las palabras de Fletcher regresaban a él, sino que Sanghoon pensaban acerca de la amenaza de su padre de llevarlo a casa, y su determinación de hacer una prueba para  las audiciones se fortaleció.

 

 

Sólo había un problema. —Las audiciones se llevan a cabo a las dos de la tarde. ¿Cómo puedo ir?

Una traviesa sonrisa cruzó los labios del gran oso mientras sus ojos grises brillaban con picardía. —Déjame eso a mí.

¿Por qué Sanghoon no confiaba en esa sonrisa?

 

Continuara...

 


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