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Tero Davinder por Avela

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Notas del fanfic:

Hola!

Vuelvo con otra historia que tenía guardada hace un tiempo. Junto con Mer Adal es de lo último que escribí, y también como muchas historias, la escribía en el celular en mis tiempos de ocio. 

Es la primera historia escolar que traigo, y esta llena de cosas nanais y de las estupideces que recuerdo haber hecho en esa epoca. (;O; la juventu) 

Espero les guste. 

 

 

*Mer Adal también es escolar, pero tiene fantasía en la historia, así que, esta es como más good old school yaoi

Notas del capitulo:

Bueno aquí está el primer capítulo. Lleno de primeras impresiones y roces. 

 

Es el primero que me digné a editar por word, así que esta todo corregido. Muy pulcro xD

 

 

-----*-----

 

Tal como lo recuerdo es un poco borroso. Se perfectamente bien que no lo había conocido antes. Quizás aparte de verlo en la sala y corretear por ahí y por allá en gimnasia no tenía ninguna interacción con él. Sabía que no tenía muchos amigos, en realidad no me importaba lo suficiente para poner atención de quien se juntaba realmente con él, pero sabía que por su aislación y por su falta de higiene nadie lo quería cerca. Solo había estado en el curso durante un año y de repente faltaba porque sí. No parecía estar enfermo. Quizás solo era tímido. Pero no me daba buena espina. Y por mi respuesta natural a seguir con la masa me enoje cuando quede con el como compañero de banco.

En ese entonces yo era alto y tenía que quedar al fondo y como los iba ordenando por estatura, quede al final y solo.

"Ah, pero tero falto hoy. "Uh, cierto, cierto. Ahí quedaste con compañero Gonzalo"

A la misma profesora se le había olvidado que había faltado a clases. Y lo dejo conmigo como satisfecha por la conveniencia. "Ni siquiera es alto", pensé, muy encabronado, pero como era fin de semana largo, mi rabia se pasó ligerito.

La incomodidad me golpeo cuando lo vi el lunes. Era un bulto con esa parka gigante que traía y tenía un gorro y la capucha puesta, en su boca un cuello de polar negro que no le dejaba ver nada de la cara. Parecía pordiosero. Al menos olía como uno. Quede con el cuello irremediablemente adolorido tanto mirar hacia al lado opuesto a él.

Yo a pesar de que era alto tenía problemas para ver la pizarra. Elevaba el cuello y lo movía hacia los lados a ver si la cabeza me daba para ver lo que decía en la parte más baja. El al lado mío no hacía ni esfuerzo por copiar nada.

 "Además es porro"

Cuando me sentaba con mis amigos mis notas bajaban bastante. Pase tantas rabias con mi madre para subirlas que después me cambiaron con una compañera en la banca. Y a pesar de que estuve incomodo un tiempo al final mis notas subieron y yo me lleve bien con ella. Ahora después de tanto, quedaba con un raro que ni escribía. Estaba solo. Llevaba toda la clase de historia hincado en la silla para ver la parte baja de la pizarra. Por lo baja que era la profe no podía escribir más arriba. Se me habían dormido hasta las piernas.

Oye que dice abajo de "alianza".

Además, tenía el puesto de la ventana, que daba El que además se había apoderado del asiento que da a la ventana tenía la posibilidad de ver más. La gente que se sentaba junto a la pared siempre era más alta, por lo que los asientos de adelante dejaban de ver sin problemas de ese angulo. Del mío veía las cabezas de los de la fila de al lado cada vez que la letra bajaba más. Aparte podía ver hacia el gimnasio y los comedores del primer piso, para distraerse en algo… ver a las chicas de media cuando hacen gimnasia.

Me sacudió la cabeza y siguió garabateando el cuaderno de turno con dibujos y cosas raras. Apegaba la cabeza abajo.  - ¿Que no qué? - La forma despectiva en que me había negado me saco de quicio. Me trataba como si yo fuera la molestia. Negó de nuevo y volteo la cara dándome la espalda y siguió garabateando.

Oye te estoy preguntando que dice en la pizarra.

Dice "tratado comercial entre .."

Una compañera se volteo y me mostro su cuaderno mientras la profesora estaba explicando. Leí y memoricé lo que decía y me puse a escribir mientras lo miraba muy furioso. De verdad quería puro cambiarme de puesto.

Él es así, no sacas nada con rabear. Me senté con el todo el segundo semestre del año pasado. Era como estar sola.

A ella tampoco la conocía mucho, no había entablado muchas conversaciones con ella, pero no creía que fuera mala ni nada. Cuando dijo eso en voz alta me sentí un poco mal por él, pero ni se inmuto mientras seguía dibujando. Eso me dejo un sabor más amargo que antes.

Cuando tenía compañeros a los cuales molestaban, me sentía mal por ellos. Trataba de ver el otro lado, si se veían tristes o algo. Este era una esfinge que tiraba desprecio a todos lados. No me daba pena. Pero si no le hablaba, si, era como estar solo. Al final terminaba haciendo tareas con las compañeras que tenía delante. O conversando con la fila de al lado. Mis días pasaron sin gran novedad. Hasta que tuvo que tocar. El día en que una profesora muy odiosa no me permitió ser con nadie más que con mi compañero de banco.

"Por eso los sientan de a dos, ¿no? No seas negativo. Tienes que aprender a ser sociable con todos."

Yo no era el problema. Yo incluso había tratado hasta siendo amable. Era él el que ni me miraba.

Nos quedamos en silencio harto rato mientras yo hacía todo solo. Era un proyecto de tecnología. Un ramo tan challa, pero con un proyecto que valía tres notas. Había que hacer un objeto tecnológico. Media novedad. Hacer una tele era bastante fácil, así que pensé en ello. En el peor de los casos podría traer una caja y dibujarle una pantalla.

 "¿Que eligieron?" Ella como un ave de rapiña se acercaba de vez en cuando para ver como avanzábamos. Me quedo mirando con cara de "Eso no es trabajo en equipo" y yo la miraba con cara de "Mírelo, ni siquiera la está pescando a usted me va a pescar a mí".

 Sino me presenta un trabajo en donde ambos hayan aportado, no lo voy a evaluar. Así de simple.

Arrugue terriblemente frustrado la hoja en donde estaba la ficha del "objeto tecnológico" y por más que me quise cargar la cabeza pensé en que la fecha de entrega estaba bien lejos así que tendría tiempo. Cada semana volvía con el tema la profesora, como si fuéramos el único grupo que no hacía nada. Y cuando era la última clase antes de la entrega ella nos retó tan fuerte que todo el curso escucho. Me sentí tan humillado, sobre todo porque yo tenía la ficha con todos los diagnósticos hechos, pero ella no me los recibía porque los había escrito todos yo. Me dio tanta rabia que me quede callado como mudo hasta que fue recreo y todos salieron. Él nunca salía de la sala así que sabía que íbamos a tener privacidad.

Me hartaste. Esto ya fue el colmo. ¡No tienes ni un poco de empatía para poner algo de tu parte! ¡No voy a sacarme un uno por tu culpa!

Estaba tan enojado que le grite todo en la cara. Y el cómo siempre bajo la cabeza al banco y comenzó a garabatear en su cuaderno.

¡¡Te estoy hablando!! Le baje la capucha de golpe y le quite el gorro. Tenía el pelo medio largo y todo enmarañado entre rulos y caspa. Por primera vez vi una respuesta inmediata y se levantó con toda la intención de quitármelo, pero yo que era más alto lo levanté lejos de su alcance. Tenía todas las mechas en los ojos. Era desagradable.

Devuélvemelo, es mío.

Trabaja en equipo, como la gente normal y veré si te lo devuelvo.

Tienes que devolvérmelo, es mío.

Y tú tienes que trabajar. - Abrió la boca como queriendo replicarme algo, pero lo detuve antes. - No me importa nada de lo que vayas a decir. Si quieres acusarme, acúsame. Lo más probable es que me den la razón a mí, porque eres un cabro amargado que no es capaz de hacer un trabajo en pareja. No me voy a sacar 3 1 por tu culpa. Vas a hacer este trabajo conmigo te guste o no, y lo haremos hoy. Nos encontramos en la biblioteca después de clases y ahí te devuelvo tu estúpido gorro.

Lo guarde bien metido en el bolsillo interno de mi capa. Perecía que tuviera una teta, pero no me importaba. La mostraba con orgullo porque me sentí tan bien en sacar toda esa incomodidad que tenía guardada desde que el proyecto de tecnología había empezado. Al fin iba a poder entregar la cuestión tranquilo.

Se puso la capucha de un polerón negro que siempre traía sobre la capa para suplir su falta de gorro. No había caso. No me hablo en todas las clases restantes. No emitió ni un solo ruido. Cosa que era poco común, a menudo hablaba solo y despacio mientras dibujaba, eso de él me tenía harto también.

Al momento de la campana me aliste rápido y tome el gorro en la mano sacudiéndolo como un premio.

Dámelo.

Cuando terminemos el trabajo. -  Salió a toda marcha caminando rápido y no paro hasta que llego a la biblioteca. Yo no tenía ganas de apurarme tanto, estaba disfrutando esto. Cuando llegue lo encontré afuera de la puerta mirando al piso.

Está cerrado.

¡¿Que?!  - Quede frente a la puerta. La biblioteca había estado cerrada toda la semana. De haber ido otro día antes, lo hubiera sabido. Me lleve la mano a la frente y me aprete el pelo frustradísimo. Yo era fácil de irritar, cuando era chico berrinchaba mucho por rabia y a medida que iba creciendo mi tolerancia al fracaso no iba mejorando. - Aaaaarg. - Aprete mi chasquilla con fuerza, tanto que quedo parada luego de eso. Justo cuando vi un movimiento fugaz y alcance a sacar la mano de mi pelo para tomar el gorro que tenía en el bolsillo. Intento ágilmente quitármelo.

¡Aaaah!

Si no vamos a trabajar, devuélvemelo.

Vamos a trabajar, vamos. Y juntos. No confió en que hagas tus fichas en la casa. Quizás hasta faltes mañana. - Se puso a mirar el piso enojadísimo. Era muy serio siempre, pero más que parecer duro parecía que cazaba moscas. Esta era la primera vez que lo veía fruncir las cejas así. Quizás esta era la primera vez que hablábamos tanto.

 ¿Dónde?

 ¿Que? - Guarde el gorro dentro de mi mochila. Cuando la cerré, más frunció su cara y marco la voz, enojado.

Que donde vamos a trabajar. Si no es aquí donde.

Aaaah - Me quede pensando. La sala ya debía estar cerrada. Las extraprogramáticas no corrían los jueves y el viernes era el último plazo que tenía para entregar todas las fichas a la profesora. Mi casa quedaba muy lejos como para invitarlo y que después se pudiera ir. - Podemoos, ir a la biblioteca del municipio.

Donde queda eso.

En... Una plaza. La que está cerca del cine, por ahí, ¿no?. Creo que podemos tomar una micro...o creo. Bueno. Podemos preguntar a alguien en la calle.

No tienes idea de cómo llegar.

No soy de esta ciudad. Vengo a la escuela solamente. Tu eres de aquí, tu deberías saber. - Apenas deje de hablar se puso a caminar sin detenerse. Paro solamente cuando llego al paradero y ahí sin más tomo una micro. Por un momento realmente creí que se estaba yendo a su casa, hasta que me busco con la mirada antes de subir. Era la micro para ir a la biblioteca. Corrí como nunca aprovechando que más gente se subía, hasta que la alcancé. Cuando subí estaba llena. Él estaba sentado atrás. Cada cosa que tenía que pasar con el me irritaba más que la anterior. Cuando llegamos quede gratamente sorprendido. Nunca había acudido a algo como una biblioteca municipal para estudiar o hacer trabajos. Pero para mi sorpresa era un edificio grande, muy organizado y olía rico.

No. - Me tomo la manga de la chaqueta y me tironeo al lado de él apuntando a otra sala. - No entremos ahí. Acá.

¿Por qué?

Porque tengo una multa como de 20k y no la he pagado.

¿Que? - Lo quede mirando muy sorprendido. Pero en cada interacción real que lográbamos el bajaba la cabeza fijo al piso. Era efectivamente una persona muy incómoda. - Como puedes deber 20k en una biblioteca.

Pedí un libro y se me olvido devolverlo. Cuando lo devolví me dijeron que tenía que pagar eso o sino no podía volver.

Pero estas aquí

Si, pero ellos no saben. - Se encogió de hombros y escondió más su cara en el cuello y en la capucha. Dudo que alguien pudiera reconocerlo. Desde un principio. Dudo que haya mostrado su cara para empezar si vivía oculto siempre con la misma ropa. O tenía muchos cuellos y gorros iguales u ocupaba todos los días los mismos. Y por el olfateo que le había pegado al gorro que tenía, parecía lo segundo. Nos sentamos en una mesa redonda rodeados de otras personas atareadas. Era una sección que se ocupaba para buscar recortes de periódicos antiguos. Parecíamos los únicos en otra cosa. Saque las fichas de inmediato y le pase unas hojas en blanco.

Lo único que tienes que hacer es copiar lo de aquí, a acá. - Moví mi mano de hoja en hoja, para que quedara perfectamente claro, pero apenas termine de hablar tomo todas las fichas que tenía y las leyó. Al tiempo las bajo y me dijo peros. Muchos peros. No eran peros al aire, tenían fundamento, pero me hizo hervir la mierda que viniera a criticar mi trabajo cuando él no había hecho nada. Al final escribió su parte. Yo arregle parte de la mía y nos pudimos ir en una hora. No tomo mucho. Al contrario de lo que creí no era un cabeza hueca. "Hay que verlo con matemáticas" pensé. Esa profesora si era un dolor de cabeza.

Chao. - Dije fuerte y claro. Creí que no haría nada o que me asentiría mirando al piso como siempre, así que seguí mi camino, pero me tomo de la manga de nuevo y me tironeo de vuelta.

Mi gorro. "El gorro, cierto." Se veía muy perturbado como para no devolvérselo. Habían varias veces en donde pensaba que tal vez se volvería violento. Así que se lo pase y se lo coloco de inmediato. El pelo lo tenía aplastado y apelmazado, me dio un poco de asco. Apenas se termino de acomodar el gorro me dijo chao mirándome a la cara. Los ojos se me abrieron sorprendidos y al instante bajo su cara la piso y se fue caminando rápido hacia el paradero más cercano. Cuando le vi el rostro noté que tenía un ojo claro. Lo encontré muy raro. Y me quede pensando. Pensando por mucho tiempo si había visto mal. O si era medio raro y se compraba de esos lentes de contacto blancos o cosas así. O si quizás, era ciego de un ojo. Pero por más que me preocupe de mirarlo a la cara al día siguiente, no logre nada.

Tome. De su letra y mía.

¿Y dónde esta Tero?

Aaah, en la sala supongo. No sé qué hace en los recreos.

¿Y tengo que tomar a cuenta que Tero trabajo contigo?

Ahí están sus fichas, es su letra. - Me miro como con sospecha. Estuve a punto de tirarle un garabato en un arrebato, pero ella hablo antes. Diciendo que seriamos los primeros en presentar el objeto la próxima semana, por el atraso. Le asentí, aunque por dentro solo quería aplastarle el cuello y me fui caminando de vuelta.

Notas finales:

Muuuchas gracias por leer ;)

Nos vemos!


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