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por aisaka-san

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La afirmación de la señora Aoi lo dejó en shock, no entendía si era cierto o solo una broma pero lo segundo era imposible viniendo de ella. No noto cuando por accidente finalizó la llamada pues en ese momento Valt lo vio y caminó hacia el.

 

—Hola Shu —dijo en un tono alegre pero a la vez tímido, se quedó por un rato mirándolo sin responder nada hasta que noto la cara de confusión del menor.

 

—Ah, hola Valt —saludo rápidamente sin querer verlo a la cara, sabía que eso no iba a funcionar así que decidió mirarlo directamente notando algo muy particular— ¡¿E..Eso de ahí es labial?!

 

Las manos del menor cubrieron lo más rápido la boca de Shu.

 

—Lo sé pero no lo grites —susurro alarmado— Ya sabes que no permiten el maquillaje en la escuela, vas a meterme en problemas.

 

“¿Entonces para que te lo pones?” pensó el mayor irritado, Valt lo soltó para luego mirar a otro lado, notoriamente avergonzado.

 

—Quería probar algo diferente ¿ok? 

 

El albino no quiso preguntar más así que no le dijo nada, se limitó a sentarse en su asiento y antes de decirle a Valt que hiciera lo mismo un grupo de chicos se le acercaron.

 

—Vaya Valt… te ves “genial” —dijo uno de ellos sarcástico, luego fue seguido de otro.

 

—Si, seguro mi hermana moriría por tener esas lindas coletas.

 

—¿En serio? Gracias, me tarde un poco en hacerlas —respondió contento el menor sin darse cuenta que se estaban burlando, Shu quien lo miraba todo estuvo a punto de darles varios puntapiés a esos niños molestos de no ser porque la profesora entró al aula.

 

—Ya siéntense en sus lugares —dijo seria mientras colocaba sus cosas en el escritorio. Comenzó a dar sus clases y nunca se dio cuenta acerca del aspecto particular de Valt durante ese día por lo que las clases continuaron con su ritmo normal.

 

La hora del almuerzo llegó, Shu intentó pensar en la mejor manera de decirle a los chicos acerca de la situación actual de Valt para que lo tomaran en serio y no como una tonta broma que su amigo de seguro haría. Antes de que algo se le ocurriera vio al menor que salió disparado en dirección a la azotea, el lugar donde siempre solían comer. Corrió tras él en un intento inútil de alcanzarlo, para cuando llegó ya todos lo estaban contemplando como un bicho raro.

 

—Valt… ¿qué pasó? —preguntó Wakiya sin poder creer lo que veía.

 

—¿Qué pasó con qué? Ya es la hora de almorzar ¿no? —respondió confundido, los demás se miraron unos a los otros.

 

Shu entró corriendo ganándose la atención de todos incluido Valt, este miro al menor y le dio un poco de dinero.

 

—Valt ¿podrías comprar unos chocolates para todos por favor? —preguntó amable, el chico se sonrojo un poco, alejandose a la máquina de dulces a tan solo pocos metros de distancia a cumplir su petición.

 

—Shu ¿qué sucede? ¿Es otra broma suya como la de las arañas y serpientes de plástico del otro día? —pregunto Rantaro mientras se abrazaba a sí mismo intentando calmar los escalofríos que el recuerdo le traían, el albino negó.

 

—Me gustaría que fuera una broma pero no. La mamá de Valt me llamó para decirme que él piensa que es una chica.

 

—¡¿Qué?! —gritaron todos al unísono, Shu los silencio.

 

—Cállense o los oirá —dijo lo más bajo que pudo.

 

—Pero ¿cómo? ¿porqué? —preguntó Daigo incrédulo, el albino se alzó de hombros.

 

—La mamá de Valt no me lo dijo, pero yo pienso que debe ser por el golpe del otro día.

 

El menor de cabellos azules regreso cargando los chocolates con ambos brazos, comenzó a repartirlos felizmente entre todos sin darse cuenta de la enorme tensión acumulada en el ambiente. Wakiya comenzó a ponerse rojo y señaló a Rantaro con su chocolate.

 

—¡Esto es tú culpa Audaz! —dijo enfadado, Rantaro lo miró incrédulo.

 

—¡¿Yo?! Pero si él fue el que se me puso atrás —Se excusó el rubio más alto.

 

—¡Si pero si no hubieras intentando hacer tú estúpido lanzamiento nada de eso estaría pasando!

 

—¿Quieren callarse? —dijo Ken usando a Keru para parecer más intimidante, pero no funcionó pues el par seguía mirandose con enojo.

 

Shu se palmeó la cara por la poca discreción del grupo, Valt miró confundido la situación pero creyó descubrir el problema.

 

—Oh, es verdad Wakiya. Había olvidado que no te gustan las nueces.

 

Tomó el chocolate de las manos de Wakiya y lo intercambio con el de Rantaro.

 

—¡Listo! Todos contentos ¿no? —dijo el menor con felicidad sin recibir una respuesta a cambio, solo miradas incómodas de parte de Daigo y Ken mientras Wakiya y Rantaro seguían matándose con la mirada— ¿Qué? ¿Tengo algo en los dientes?

 

—No, para nada Valt —respondió Shu detrás suyo.

 

—¡Es cierto! ¿Porque no combatimos un rato? —preguntó Daigo sacando su bey y su lanzador, Valt lo miró con ojos destellantes y afirmó con energía.

 

El resto del almuerzo así como al finalizar las clases se la pasaron conviviendo como siempre, solo que con la incomodidad de por medio al tener que actuar con Valt como si nada estuviera ocurriendo. Un claxon llamó su atención y miraron desde la azotea que afuera de la escuela estaba la camioneta de la mamá de Valt.

 

—Creo que vinieron por ti —dijo Daigo a un lado del menor, este asintió.

 

El grupo bajó a acompañarlo además para saber más acerca de su condición, acordaron rápidamente que Ken y Wakiya distraerian al menor antes de llegar con la señora Aoi mientras todos los demás se acercaban con ella para saber qué sucedía.

 

—Hola chicos, lamento las molestias que puede ocasionarles Valt —dijo Chiharu al verlos.

 

—No, cuidar a Valt no fue molestia pero…

 

—Quieren saber que pasa ¿verdad? —preguntó recibiendo el asentimiento de los chicos, soltó un largo suspiro antes de continuar— Me di cuenta ayer en la tarde cuando regresamos del hospital, Valt dijo que quería buscar la ropa que se pondría para ver a… —Se detuvo un momento posando su mirada en el albino, rápido rectificó su frase— para el día siguiente. Se me hizo raro ya que Valt nunca ha sido tan atento con su… aspecto, pero no le di importancia. Lo raro fue cuando me pregunto donde estaban sus shorts y como saben, Valt jamás ha usado shorts, luego me preguntó por sus pulseras pero el tampoco tiene. Estaba tan triste y desesperado que tuve que salir a comprarle ropa y cuando regrese ya se estaba haciendo peinados con las cuencas de Nika. Supe que algo estaba mal y le pregunte porque el cambio de imagen, me miró como si estuviera loca y me dijo que siempre se vestía así; insistí en que ahora parecía una chica y me contestó muy seguro de sí mismo “soy una chica”.

 

Los oyentes se impresionaron por la historia de la mamá de Valt.

 

—Llame al doctor, fue a nuestra casa y revisó a Valt. Me dijo que no había nada grave con él y que era una secuela del golpe que recibió.

 

—¿Está segura? ¿No se trata acerca de un nuevo cambio en Valt? —preguntó Daigo, ella negó.

 

—Tenía la misma duda pero el doctor dijo que cuando se trataba de algo así las personas reconocían que pasaban por una transición, Valt simplemente no reconoce que antes era un chico o siquiera que tiene el cuerpo de uno. Se trata de un producto del golpe, el doctor dijo que duraría pocos días y que después regresaria a la normalidad. Por eso les pido que lo cuiden mucho, no debe cansarse demasiado hasta que se recupere.

 

—¿Y cómo sabemos que ya se recuperó? —pregunto Shu preocupado, Chiharu dudo un poco en su respuesta.

 

—Tengo que ir dentro de una semana con Valt a visitar al doctor, él dará su diagnóstico pero supongo que lo hará cuando se de cuenta que su cuerpo es de un chico.

 

—¿No sería cuando Valt deje de pensar que es una chica? —preguntó Rantaro confundido por la respuesta de la mayor, ella sonrió ligeramente.

 

—Sí después de que Valt admita que su cuerpo es de un chico y que el doctor nos diga que todo está bien y aún así continúa queriendo ser una chica, por mi no hay ningún problema.

 

Su respuesta los dejó mudos, un grito de alegría se dejó escuchar delatando la presencia de Valt.

 

—¡Mamá, hola! —gritó saludando a su progenitora, luego se despidió de sus amigos y subió a la camioneta que poco tiempo tardó en partir.

 

Ken y Wakiya se acercaron para saber que paso y les contaron lo que Chiharu dijo, Shu se retiro más temprano que los demás, aun asimilando la información.

 

Camino hacia su casa con lentitud, siempre mirando al suelo pensando en lo último que dijo la mamá de Valt.

 

—Si Valt quiere ser una chica no hay problema ¿eh?

 

Susurró bajo sin ser escuchado por nadie más que el viento.

 

—Claro que hay problema, Valt es un chico y es mi mejor amigo —dijo molesto con nadie en particular— Los chicos son chicos y las chicas son chicas, ¿porque Valt querría cambiar de la nada? Él no tiene nada de malo como es…

 

Miró hacia el cielo, admirando el naranja, amarillo y violeta del atardecer. Más confundido que nunca busco una respuesta que quizás nunca llegaría.

 

“De verdad no lo entiendo…”

 

Pensó mientras miraba a los chicos convivir como siempre en la azotea, parecían tan felices y contentos a pesar de que el día anterior la madre de Valt les dejo caer tremenda bomba de información.

 

Si fuera por él estaría encerrado en su habitación o entrenando en el parque como siempre solía hacer sin embargo le había prometido a Chiharu que cuidaría de Valt mientras se recuperaba, por lo que tenía que estar ahí muy al pendiente de esa tormenta de cabello azul.

 

—Oye Shu, ven a jugar —gritó Ken a lo lejos invitando al albino, este poco entusiasmado aceptó la invitación acercándose al grupo.

 

Valt repentinamente se posicionó detrás de Rantaro quien era la persona más cercana, este lo miro extrañado.

 

—¿Porque no combates con Shu? Hace tiempo que no lo hacen —comentó el rubio al menor, este se sonrojo por la propuesta.

 

—¡Ah! ¿yo… ? Es que… olvide que… ¡Olvide mi mochila en el salón! —dijo alarmado, salió corriendo por sus pertenencias bajo la mirada atenta del club.

 

—Vaya, Valt es un descuidado pero nunca había llegado a este nivel —comentó Wakiya siendo escuchado por Nika al lado suyo.

 

—Creo que eso tiene una explicación —dijo llamando su atención, Wakiya la miró confundido. La pequeña le hizo señales para que se acercara más a escuchar sus sospechas.

 

El resto no le dio tanta importancia al asunto de Valt, continuaron con las batallas pero un grito los distrajo.

 

—¡¡¿Qué?!! —Miraron a Wakiya cuya expresión incrédula hablaba por el. Rápidamente Murasaki se dio cuenta de la atención que había llamado así que se acercó a Nika para susurrar— No le cuentes a nadie más de esto, hablaremos en otro lugar más privado.

 

La pequeña asintió, los demás aun continuaban mirándolos.

 

—Por eso, te regañare yo al salir de aquí ahora que Valt está indispuesto… —improviso con rapidez, la menor lo miro confundido.

 

—Ahh, claro… 

 

—¿Podrías dejar de ser menos gritón Wakiya? Arruinas las batallas —comentó Rantaro molesto, el de ojos azules se puso rojo del enfado.

 

—¡¿Qué dices?! ¡Yo no soy ningún gritón!

 

Así fue como nuevamente ambos ya estaban discutiendo, los demás miraron la escena con una gotita en la frente.

 

—Ay no, peleando otra vez —Valt regresó con la mochila al hombro encontrándose con la ya clásica escena.

 

—Sí, creo que es mejor que ya nos vayamos —comentó Ken pues la discusión parecía ir para largo.

 

Shu tomó su mochila y se acercó al menor de cabello azul.

 

—Te acompaño —dijo sin más retirándose, Valt ni siquiera le contestó pero le siguió despidiéndose rápido de sus amigos.

 

El camino a casa de Valt era tranquilo de cierta manera, no se hablaban mucho pero no sentían la necesidad de hacerlo, Shu caminaba en frente y Valt le seguía inusualmente callado para ser Valt. Repentinamente se detuvo, cosa que el albino pudo notar al no escuchar más sus pasos; volteo a mirar si algo estaba mal encontrándose con Valt quien miraba hacia el suelo.

 

—Yo… no puedo más… —susurró casi inaudible, Shu cuando iba a preguntar qué fue lo que dijo se vio sorprendido por un acto del menor.

 

Pues caminó rápidamente hacia él y de un solo movimiento le plantó los labios en la mejilla.

 

Muy confundido lo apartó tomándolo de los hombros, luego llevó una de sus manos a la mejilla que había sido besada.

 

—¿Qué..? Valt, ¿por qué tú…? —Antes de poder finalizar su pregunta fue interrumpido de nueva cuenta por el menor.

 

—Me gustas —dijo con voz baja, un sonrojo apareció en su rostro pero miro directamente al albino— Me gustas mucho Shu, desde hace tiempo…

 

El albino no pudo reaccionar de alguna manera a sus palabras, creyó entenderlas después de un rato.

 

—Yo… Valt, también me agradas.

 

—¡No me refiero a eso! —grito avergonzado, Shu lo miro confundido— ¡Como pareja, tú me gustas!

 

Gritó antes de salir corriendo, Shu quedó impactado por su declaración y no lo siguió. Un largo rato se quedó mirando a la dirección a la que Valt escapó, sin poder borrar esas palabras de su mente.

 

—No…

 


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