Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Suave Error {YoonMin} por Kat-tururu

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, hace tiempo que definitivamente no publicaba nada. Traigo este nuevo FF que espero que les guste. También lo estoy subiendo en wattpad por si se topan con la historia ahí. 

En fin, esta historia tendrá capítulos ligeros, algunos clichés, nada demasiado pretensioso, pero espero les guste. 

También espero que durante este tiempo de Abril 2020, todos y todas estén sanos y salvos en casa debido a la cuarentena. Ánimo y fuerza para todos. <3

<<No importa hacia donde vaya, mientras no me quede en este lugar, podría tomar cualquier coche e irme. Ser libre…>>

Jimin suspiró con la melancolía que no caracterizaba su tímida sonrisa cada que un hombre en un coche conducía despacio, le daba una mirada y proseguía su camino.

Trató de abrigarse lo más que pudo con su cardigan, la prenda era muy delgada como para cubrir su frágil cuerpo en aquel frío de la noche.

--Vamos, acabo de cumplir veinte años, sé que les gusto, no luzco tan viejo. –Se quejó para sí mismo cuando otro coche le pasó por alto.

Quizá es que efectivamente se estaba haciendo viejo. Aunque fuese ridículo pensarlo. O quizá no había escogido el atuendo correcto para esa noche, pero nada parecía tener efecto.

Esta vez había ido a un lugar distinto. Ese lado del parque era un tanto concurrido, era una zona segura para buscar clientela y era un poco más bonito que otros lugares, iluminado y con aceras cercadas hacia el parque con arbustos bien cuidados y bancas en las que se podía sentar y descansar un momento.

Por esos rumbos olía a alfas y omegas de todo tipo; hormonas de alfas apareándose o de omegas con celos químicos para llamar la atención de más clientes.

Personalmente le daban miedo los celos de cualquiera, podría atraer problemas y lo último que deseaba era problemas.

Bufó pesado, tratando de verse lindo y no frustrado. La blusa blanca escotada en V, dejaba ver sus clavículas y su nívea piel de su pecho, por encima de la fina tela sus pezones duros por el frío sobresalían.

Quizá lo único que no lo hacía interesante era el collar de seguridad en su cuello. No se arriesgaría nunca a que ningún alfa pudiera morder su cuello y de paso joderle la vida más de lo que ya la tenía, así que siempre usaba aquella banda de cuero negro gruesa alrededor de su cuello.

Los pantaloncillos de mezclilla que llevaba se apretaban en sus muslos, carecientes de inocencia, más bien hechos para despertar los bajos instintos en cualquier cliente que necesitara desfogar sus fantasías.

Dio un par de pequeños pasos para no congelarse ahí de pie y trató de tararear algo, mientras miraba sus tenis rojos y daba un pequeño saltito para tratar de que el movimiento le hiciera entrar en calor.

Jimin era un omega de veinte años, con el cuerpo de un chico de 17, no era muy alto, era más bien de una complexión bien proporcionada, cintura delgada, cadera no muy ancha, solo lo suficiente, piernas largas y muslos gruesos. Sus proporciones eran las de un omega en toda la extensión de la palabra, sus facciones juveniles las acompañaban un par de gruesos labios granates que acentuaba con una tinta de labios y mejillas suavecitas que pinchaba con sus dedos para hacerlas rojizas. Sus ojos de color miel daban la ilusión de una mirada felina y atrayente, que lograba adornar con un poco de maquillaje. Las pecas de su rostro tan solo acentuaban sus detalles infantiles y atrayentes y su cabello rubio le daba un aspecto pulcro y limpio, casi elegante por la manera en la que lo estilizaba.

Su cuerpo se contorneaba como la más fina escultura de mármol y lo sabía, sabía que era atrayente, que olía a frutos rojos, que su cuerpo podía cumplir fantasías de cualquier alfa retorcido y por eso vendía su cuerpo, acostumbrado a desaires, malas palabras y miradas que le juzgaban, bajo cuchicheos y una mala reputación que lo caracterizó desde siempre.

Se encogió de hombros mientras un McLaren negro se acercó con intenciones de detenerse justo cerca de él, así que puso su mejor sonrisa y se acercó cuando bajaron la ventanilla del copiloto.

--Hola, guapo. ¿Quieres sacarme de aquí?

***

YoonGi salió de su casa luego de haberse gritado con su esposo Cheng, o a quien de cariño llamaba Winwin. Hacía tiempo que no le llamaba de esa manera, todo lo que hacían últimamente era pelear. Su esposo era un beta, lo que significaba que lo único que los unía era una marca de promesa que Cheng tenía en la nuca y que hacía tiempo que YoonGi no reavivaba. Los dos años de matrimonio que tenían habían sido insufribles. Los primeros meses aquel matrimonio arreglado no los hizo sufrir demasiado, encontraron un balance ya que habían tenido citas y tiempo para conocerse y lograron establecer sentimientos el uno por el otro. Cheng era listo, lindo, era agradable estar con él, tenía una mentalidad muy abierta y agradaba a propios y extraños y YoonGi había podido enamorarse de él, aunque no a una extensión que durara tanto.

Ahora, dos años después de eso, Cheng había cambiado y YoonGi también lo había hecho.

Todo había comenzado cuando el dulce y tierno Winwin había decidido invitar a su ex para follárselo en la cama donde dormía con YoonGi. Como si los esfuerzos del alfa por mantener ese matrimonio hubiesen pasado desapercibidos por su malagradecido esposo.

El alfa lo supo, se sintió traicionado porque pese a que su relación no fuese perfecta y no le amase lo suficiente, había respetado a su esposo en todos los aspectos y lo tenía en alta estima y valor, pero todo eso lo tiró por el balcón de su casa y algo se quebró sin mucha opción de repararse.

Así que Min YoonGi, un alfa de sangre pura, que pudo haber escogido a cualquier omega de una buena familia, dueño de una empresa comercial que le permitía una vida cómoda y ostentosa, hizo lo que su instinto y su lobo quisieron hacer desde un principio: Desfogar todo el deseo reprimido que su lobo no saciaba con aquel beta con el que se había casado.

Cheng salió de la casa, lágrimas en los ojos y una expresión compungida que arruinaba sus bonitas facciones, fue tras su esposo mientras YoonGi buscaba la llave de su auto en su bolsillo, el McLaren lujoso de color negro mate que recientemente había adquirido estaba aparcado en el estacionamiento de la casa.

--Por favor, YoonGi. ¡Escúchame! –Exclamó desesperado el beta, sujetándose el vientre como si tuviese algo ahí. –Podemos hacerlo, podemos… si solo me escucharas. Un hijo resolvería esto.

--¡Cállate! ¡Te he dicho que no! –Gruñó YoonGi, molesto por escuchar nuevamente esa tontería ilógica.

Cheng era un sub beta, su gen recesivo tenía genética omega, lo que significaba que existía una posibilidad de que pudiera quedar preñado o ser fertilizado con procedimientos médicos, no aseguraba un bebé y el proceso era más bien riesgoso, pero Cheng deseaba intentarlo, deseaba reparar las cosas con YoonGi, hacer eso bien y devolverle a su matrimonio lo que antes había sido, pero el alfa se negaba, rotundamente.

YoonGi se metió al auto, desdeñó las lágrimas de su esposo y se fue de ahí, conduciendo sin mirar atrás.

Últimamente esa era su costumbre o rutina, llegar a casa, refrescarse, discutir con su esposo por algo, vestirse y salir de ahí. Omitiendo muchas veces la parte de regresar a casa por las noches, siendo que las veces que lo hacía venía prensado de perfumes y aromas que Cheng podía percibir, porque era un aroma que revelaba las actividades nocturnas de su esposo.

Se lo había ganado, él se había buscado eso.

***

No. Un bebé no solucionaría las cosas. Se negaba a creer que esa patraña fuese a solucionar algo.

Para empezar: No quería un bebé. Más importante: No quería un bebé con Cheng.

Era definitivo.

Su estilo de vida reciente no era sano y lo reconocía, pero saciaba sus instintos y deseos y de cierta manera llenaba el vacío que muchas veces se instalaba en su interior.

Sabía que como empresario corría riesgos al seguir con aquello, pero no había nada que el dinero no pudiera comprar así que seguía sin preocuparse.

Los gustos que tenía eran variados aunque siempre elegía omegas, era lo que su lobo necesitaba. No todos eran buenos, no todos lograban compaginar con sus gustos o saciaban del todo a su instinto. No aceptaba a nadie en celo porque era tedioso, complicado y riesgoso, de cualquier manera no había omega que estando en celo le atrajera del todo, su lobo los repelía la mayor parte del tiempo y aunque nunca había entendido por qué, simplemente se limitaba a saciar lo que sentía o necesitaba.

YoonGi era un alfa de casta pura, lo que significaba que su lobo tenía predilección por ciertas cosas y no se mezclaba con cualquier tipo de omega. Hubo un tiempo, cuando había sido más joven, que el idealismo platónico de una alma gemela que compartiera el mismo pensamiento que él, le había entusiasmado e ilusionado, siempre pensó que lo encontraría, pero eventualmente ese tipo de sueños desaparecieron de su mente y dieron paso a las responsabilidades que como persona de sociedad e hijo de una familia con cierto prestigio, debía llenar.

Condujo hasta bajar la velocidad considerablemente, mientras sus pensamientos divagaban en la situación con Cheng y como más temprano que tarde necesitaría llenar una orden de divorcio, ya que sus vidas y su matrimonio estaban más allá de lo irreparable.

Al enfilarse hacia la acera, miró a los chicos y chicas que se paseaban en pasos aletargados, esperando una mirada sugerente, un asentimiento y una oferta.

Había un chico que no había visto antes, claramente omega por el collar de seguridad que tenía en el cuello y aquel cuerpo que llamó su atención de inmediato.

Bajó la ventanilla del auto y observó aquellos labios pomposos que se movían con una aperlada sonrisa.

---Hola, guapo. ¿Quieres sacarme de aquí?

--Depende, dime… ¿cuánto por la noche? –Preguntó sin rodeos, especificando lo que quería. Le gustaba usar a los omegas hasta cansarse, por eso los pedía toda la noche.

-- Uhmmm… ¿Toda la noche? Te cobraré dos cincuenta**, por la noche.

--Bien, sube…- YoonGi quitó el seguro del auto y el chico subió de inmediato. Dentro del auto pudo admirar sus piernas mucho mejor y el aroma a frutos rojos que despedía el omega le agradó instantáneamente.

--Si quieres que lo hagamos en el coche, tendré que cobrarte más. –Dijo de repente el chico y YoonGi enarcó una ceja.

--¿Acaso quieres aprovecharte de mí, niño?

--¿Yo? Para nada… sólo me di cuenta que tienes un auto muy bonito. –Le guiñó un ojo y sonrió coqueto, haciendo un puchero después.

--¿Crees que puedes chantajearme? Podría buscar cualquier otro que quiera pasarla conmigo esta noche. –Advirtió, aunque tenía que admitir que estaba hasta entretenido por el teatro que el chico se estaba montando.

--Bien… si no quieres, me bajo. –El omega se encogió de hombros lo que hizo lucir sus bonitas clavículas y se quitó con mucha pereza el cinturón de seguridad, haciendo un camino muy largo para bajarse, pero YoonGi soltó una risa y terminó poniéndole el seguro a la puerta y arrancando con el omega dentro.

--De cualquiera manera planeaba llevarte a un hotel y tengo dinero de sobra así que no importa, pero no quieras jugar mal conmigo, jovencito.

El omega relamió sus labios y volvió a colocarse el cinturón, sonriendo victorioso.

--Para nada, verás que juego muy lindo.

--¿Cuál es tu nombre? –Preguntó el mayor, dando un vistazo mientras conducía, pero volviendo su vista al frente de inmediato.

--Jimin, y por si te lo preguntas, tengo veinte años… aunque ya sé que parezco menor, no te preocupes, tengo identificación y soy perfectamente legal.

--No hasta los veintiuno, niño. –Aclaró YoonGi, porque aunque a los 18 ya se les consideraba mayores, la legalidad completa la adquirían hasta los 21.

--Cómo sea… -Jimin torció los ojos. --¿Y tú? ¿Cómo debería llamarte?

---No sé… alfa, amo, papi… YoonGi. –Dijo con algo de sorna y escuchó a Jimin reírse como si hubiese dicho algo muy gracioso.

--Vale, te va lo fetichista. Me agrada. Podría llamarte de la manera que tú quisieras, aunque ya sé que a muchos les gusta que les diga alfa cuando me están follando. Tú dime, YoonGi. Yo seré lo que tú quieras esta noche.

--Jimin, creo que tú y yo nos vamos a divertir bastante esta noche.

YoonGi le dio una mirada, con una sonrisa complacida que Jimin también devolvió.

 

Notas finales:

**Jimin menciona que cobrará "dos, cincuenta". No quise poner una cifra que no concordara, pero según el cambio de moneda, 2 mil dólares sería un equivalente más o menos a 2 millones 50 mil wons, según Google. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).