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Poké-school por Cat_Game

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Notas del capitulo:

Si estáis interesado/a en meter a vuestros Pokémon al instituto, no esperéis más. La Poké-School acepta a todos los Pokémon de todo el mundo, y os regalará un lugar especial para ellos y un montón de drama y aventura.

En este fic todos los Pokémon se representan como humanos, estudiantes de un instituto, pero parte de una familia con sus entrenadores.

Pareja: Snorlax (M) Felix X Charizard (M) Chad

Temática: Yaoi, Lemon, romántico

Advertencia: Para mayores de 16 años (alto contenido sexual)

Resumen:

Chad es un Pokémon de Fuego y perteneciente al gremio Charizard, así que goza de muchos privilegios en el instituto; pues no sólo es parte de una familia de entrenadores prestigiosos, también cree que tiene el poder de cuestionarlo todo. Por este motivo, Chad cuestiona una y otra vez la razón por la que la administración de la escuela ha aceptado a un Pokémon sin ninguna conexión con entrenadores famosos, y, peor aún, uno que ha sido becado. Sin embargo, Chad se obsesiona con el nuevo estudiante y su deseo lo ha llevado a espiar y seguir como una sombra a Felix, el becado. ¿A qué se debe esa obsesión que Chad presenta?, ¿es simplemente conocer a Felix o convertirse en parte de la vida de ese alumno becado?

¿Día 49? ¡Ah! No lo recuerdo; tengo casi una semana sin saber cuántos días han pasado desde que entró a la escuela el becado. Además, no es que tuviera mucho qué hacer al estar espiando su rutina; pero no sé en qué momento se convirtió en mi rutina. Estarlo siguiendo, contemplarlo por la ventana, escucharlo dormir en clase, ¡dormir en clase! Uno no se puede dar el lujo de dormir en clase cuando eres un becado, pero creo que para él no hay remedio.

 

A diferencia de mí, él es un Pokémon tipo Normal del gremio Snorlax, de esos Pokémon gordos que suelen dormir mucho y que lo único que hacen es comer y…¿dormir? No tengo idea de qué más hace ese tipo de Pokémon. Creo que no pelean…¿o sí? Supongo que sí, ya que una vez mi entrenador y yo encontramos uno de esos en medio de la calle, así, plácidamente dormido, como si los sonidos de la gente al pasar, los autos, todo fuera como imposible para ese Pokémon de percibir. Creo que para el becado es igual. Como decía, yo soy un tipo Fuego y, mejor aún, del gremio Charizard. No hay muchos como yo en la escuela, y la mayoría somos de algún entrenador reconocido en el mundo. El becado, por otra parte, ni siquiera dijo el nombre de su entrenador; y eso me hace creer que realmente proviene de una familia sin renombre. ¿Y cómo entró aquí? Ha sido una de las preguntas que he intentado resolver durante los pasados…¿49 días?, bueno durante casi un mes y medio, supongo. Pero nada. No encuentro una pista que pueda explicar por qué alguien como él está aquí.

 

Y hoy es otro de esos días donde vuelvo a perder mi tiempo con él. El becado está sentado junto a mí, en la fila de atrás del salón; aunque como es muy gordo…y tal vez esponjoso…pues ocupa casi toda el espacio de la mesa con su brazos inmensos. Tiene el cabello entre negro con verdoso, un poco corto y con un par de pinzas como orejas, su rostro es plácido y sus ojos casi siempre están cerrados, pero sé que son de un tono azul oscuro; su tez es como entre un amarillo pálido y sin ninguna marca de pelea. Bueno, es que como yo sí estoy acostumbrado a la pelea, tengo cicatrices notorias de algunas batallas épicas que he peleado junto a mi entrenador. Él es más alto que yo, casi por unos veinte o treinta centímetros; pero yo tampoco soy tan enano, mi estatura es un poco mayor al promedio. Yo uso mi cabello largo, rojo y estilizado en una media coleta, mis ojos son de un azul claro y mi tez es rosada con unas cuantas pecas en la cara; pero, como ya dije, tengo algunas cicatrices notorias, como en la barbilla, en el cuello, en los brazos, en el abdomen marcado por el ejercicio…¡ah!, sí, uno no puede dejar atrás el cuerpo cuando debe enfrentar a otros en combate directo, así que mi cuerpo está trabajado, aunque no estoy hinchado como otros que sólo pasan su tiempo en el gimnasio.

 

¿Espera…de qué hablábamos? Ah, sí, del becado. Bueno, pues ya tenéis la diferencia entre él y yo. Además de que el uniforme de él es de talla super gigante, y que nadie en el salón le habla…y creo que no habla con nadie fuera de clase. Nosotros estamos en el salón de tercer grado, el salón A3, y aunque la clase está compuesta de muchos que vienen de entrenadores de renombre, también tenemos unos cuantos de otros que no son tan conocidos…y claro, el becado. Durante estos pasados días, descubrí que el becado es demasiado silencioso, supongo que para dormir en clase tuvo que dejar los ronquidos en casa; cuando las clases terminan, él va a la cafetería, se sirve la comida y se sienta en una de las mesas blancas que hay en el comedor estudiantil, pero siempre lo hace solo. Si tenemos que estudiar, el becado parece no existir en la biblioteca; al inicio creía que no estudiaba para nada, o tal vez no lo hace…porque cuando lo busqué en la biblioteca, lo encontré detrás de las estantes de filosofía Pokémon y otras chorradas de esas, en la esquina donde hay unas mesas de estudio más privadas…pero claro, él estaba dormido.

 

Ya sé, parece que todo el tiempo estoy obsesionado con el becado, pero es que no puedo comprenderlo. Y hoy, un día antes del festival de competencia, otra vez me estoy pasando el día en él, mirando lo que hace en clase, que es casi nada, buscándolo entre los pasillos de la escuela…y te digo, ¿cómo alguien como el becado, así de gordito, se puede escabullir tan fácilmente y perderse de vista? Creo que tiene una especie de habilidad inusual más allá de comer y dormir, también creo que puede desvanecerse para dormir en algún lugar sin ser molestado. Y mi día se desperdicia así, con la cabeza llena de preguntas sobre el becado. ¡Ah! Pero no creas que no tengo algo de información extra de él; además de su tipo y gremio, sé que el becado se llama Felix y le gusta mucho las frutillas de cualquier tipo como snacks durante en clase… Pero…no tengo idea de nada más de él. Por eso, hoy, un día antes del festival, he decidido seguirlo con más sigilo y buscar el momento para hablar con él.

 

Durante casi quince minutos de estar caminando por los pasillos, no encuentro nada cerca de nuestros salones de clase normal, paso por los casilleros del tercer piso, luego tomo hacia la derecha para llegar al área de estudio que es como una especie de aula grande y redondeada…y…¡lo veo! Felix está sentado en uno de los sillones que da hacia los ventanales, tiene un libro en la mano y parece leer…¿o dormir? Da igual. Camino con casualidad y mi aire de chico guapo, paso los estantes próximos a la entrada, y así voy hasta llegar a los sillones. Creo que Felix no me ha visto, así aclaro la garganta en señal de que existo. Pero nada…¿qué le pasa a este gordito? ¿Es ciego? ¿O de plano está perdido en una especie de submundo imposible de entrar?

 

—Hola, Chad —la voz del becado suena; y aunque la he escuchado de vez en cuando en clase, ha sido para decir monosílabos y no mi nombre. Por eso, me sorprendo y me quedo como idiota sin poder moverme—. ¿Vienes a ver el juego de Fire-Ball desde aquí?

 

¡El juego! Lo había olvidado por completo. Hoy es el último juego de las eliminatorias, y mi equipo ya tiene pase para el campeonato regional. Pero había olvidado que hoy juegan los chicos de segundo año, con el equipo de A-B contra los de C-D. Entonces, me siento junto a él y contemplo la ventana. Es una vista magnífica, desde ese edificio podemos ver el patio dónde están las canchas de Fire-Ball, las dos piscinas que se usan para el Waterpolo y otros deportes acuáticos que no me interesan.

 

—N-No… —respondo la pregunta de Felix—, la verdad no me acordaba que hoy es el juego —intento sonar como si fuera un chico popular y cool.

 

—Ah, ya —Felix dice al cerrar el libro que porta en la mano. Hasta ese momento noto que el título del libro es sobre los Pokémon tipo Fuego…¿por qué mierda está leyendo eso?

 

Casi por unos cinco minutos hay un silencio extraño; más que incómodo, peculiar. Porque no me molesta el silencio junto a Felix, estoy acostumbrado a él de estar siempre juntos en clase; sí, sé que no hablamos, pero es como si no necesitáramos hablar. Luego, Felix se pone de pie y camina hacia el estante detrás de los sillones para regresar el libro, camina hacia otro cubículo privado, de esos que se usan para estudio de exámenes y entra. Yo, como un idiota, lo sigo; así que entro junto a él y veo que está parado en la entrada.

 

Sin previo aviso, las cosas dejan de ser como siempre y algo extraño ocurre. Felix es más grande que yo, y hasta ese momento me doy cuenta que es más fuerte que yo físicamente. Felix me jala hacia adentro del brazo, luego cierra la puerta con seguro y baja las persianas de las ventanas internas que dan hacia el área de estudios común; por fin termina con las persianas y se acerca a mí. Yo lo único que hago es sujetar la correa de mi mochila y mirar el rostro de Felix; sus ojos están abiertos y me contempla de una manera que desconozco.

 

—¿F-Felix? —pregunto con titubeo—, ¿estás bien?

 

—Yo sí. Pero un poco cansado —Felix dice al tomar la correa de mi mochila y despojarme de ella—, muy cansado, de hecho. No puedo dormir a gusto con un mocoso como tú mirándome todo el tiempo.

 

—¿Mocoso? Somos de la edad —recrimino sin comprender la situación en la que me he metido.

 

—¿Qué quieres de mi, Chad? Me sigues como una sombra, todo el tiempo estás alerta para ver si hago un sonido, o si como, o si duermo, o si estudio, o si leo…¿bueno, y a ti qué te importa? ¿Te molesta tanto que sea un becado?

 

—N-No… yo…

 

Y de pronto, siento mi cuerpo ser estampado contra la pared; mi espalda choca y he quedado encerrado por Felix y la pared. Felix retira mi blazer escolar y comienza a desabotonar mi camisa. Su mano pasa por mi cuello y percibo que usa sus uñas para rozar las cicatrices notorias; luego baja hacia mi clavícula y hace lo mismo para llegar hasta mi pecho y pinchar un pezón.

 

—¡Oye! —intento gritar, pero Felix cubre mi boca con la mano.

 

—¿No es lo que querías, Chad? —Felix susurra cerca de mi oído al inclinarse un poco—, ¿por qué otra razón me seguirías tan atentamente? Si tanto te gusto, pudiste haberme mandado una carta, decírmelo de frente o yo qué sé…pero deja de seguirme así.

 

Coloco mi mano sobre la mano de Felix para tomar un poco de aire, pero no lo consigo. Además, su otra mano todavía me toca y baja por mi abdomen hasta llegar a mi ingle. Abro los ojos con susto y clavo mi mirada en Felix; pero me quedo sorprendido. No sé, uno piensa que cuando alguien así te quiere hacer algo de eso…pues encuentras como que el rostro de un pervertido, ¿no? Pero no encuentro nada de eso en Felix. Felix tiene la cara tranquila, con las mejillas sonrojadas y con una mirada un poco de tristeza.

 

Siento su mano retirarse de mi boca y nariz, porque puede cubrir casi todo mi rostro con esa mano, y Felix da un paso hacia atrás. ¿Por qué se detuvo? No lo comprendo.

 

—¿F-Felix? —me atrevo a dudar—, ¿e-eh…estás bien?

 

—Déjame en paz, ¿quieres? O la próxima vez no me voy a detener. Pero no quiero hacerte daño, Chad. Tú sí me gustas a mí, y pensaba que tú también estabas interesado en mí, porque me sigues todo el tiempo. Pero hace unos días te vi hablando con otros chicos y tomaste de la mano a una chica… Soy un iluso al creer que te gusto. Vete…

 

—F-Felix… Yo…

 

—Dije que te fueras.

 

Agacho la mirada y hasta ese momento percibo mi corazón latir con fuerza. ¿Estoy asustado o excitado o qué mierda? Regreso la mirada hacia Felix y acepto que me he obsesionado con él. ¿Por qué? No lo puedo comprender. Pero… Pero sí puedo descubrirlo.

 

—Felix —me acerco a Felix y toco su mano; incluso me doy cuenta de que su aroma es dulce, un tanto agradable; entre tierra mojada y algo dulce…¿por qué hasta ahora me quedo prendido de su aroma? Y continúo—: no lo sabía. Lo siento, de verdad. No quise hacerte sentir mal, ni mucho menos causarte incomodidad. Es sólo que…eres un becado y casi no hay gente como tú aquí en el cole. La mayoría son de familias que pueden pagar por el instituto o que tienen conexión con el Comité General, los que se encargan de que la escuela siga corriendo como hasta ahora. Pero… No sé… Tú eres distinto. Además, eres muy serio y…bueno, eres muy agradable. Hay algo de ti que parece tierno.

 

—¿Tierno? —Felix pregunta con incredulidad notoria—. Pero tú eres el tierno, Chad. Eres un chico mono y encima muy sexy.

 

—¿S-Sexy? —no es que no estuviera acostumbrado a escuchar esa palabra provenir de otros hacia mi persona; pero…¿Felix piensa eso de mí? Sonrío como un bobo y siento que mis mejillas se acaloran—, g-gracias.

 

—Entonces, ¿te irás?

 

—N-No —niego con la cabeza a toda prisa.

 

Y Felix actúa con rapidez. Vuelve a empujar mi cuerpo, aunque ahora con menos brutalidad, y me besa. ¡Me besa! Siento su lengua entrar a mi boca y sus manos continuar con los mimos en mi pecho y abdomen; y unos segundos después, Felix desabrocha mi pantalón y mete su mano debajo de mi ropa interior.

 

—¿F-Felix? —yo logro preguntar de entre el beso.

 

Pero Felix no se detiene. Sigue besándome, como si de ello dependiera nuestras vidas. Aunque ahora hay otra sensación que lanza espasmos eléctricos por mi espalda y mi torso; Felix toca mi pene, y lo hace con una especie de técnica que me hace gemir con la garganta de placer. Hasta ese instante me percato de que mis ojos están cerrados y que uso las manos para sostenerme del cuello de Felix. ¡Ah! El momento es completamente extraño, pero genial. No puedo negar que me gusta que Felix toque mi miembro así, y que lleve su mano hacia atrás, hacia mis glúteos y use su fuerza para apretar uno de mis glúteos y…¡¿eh?!

 

Con rapidez, intento romper el beso y moverme, pero estoy atrapado y no puedo hacer mucho. Felix toca mi entrada, entre mis nalgas, y hace un movimiento de arriba-abajo y yo pierdo fuerzas. Estoy un poco asustado, pues nunca he tenido un encuentro así…ni siquiera con una chica. Lo sé, ¿cómo es posible que un tipo como yo, del gremio Charizard, no tenga nada de experiencia sexual? Bueno, es que mi entrenador me ha criado para mantener la prudencia y para buscar el amor; no como el resto de los chicos locos de la clase que lo único que hacen es hablar de tetas, culos y sexo como si fuera tan fácil. Para mí no lo es. Y creo que Felix se da cuenta porque mi cuerpo tiembla un poco.

 

—¿Chad, estás bien? —Felix me pregunta al romper el beso por completo.

 

Puedo escuchar mi respiración ahogada y pesada, y sé que mi rostro está completamente rojo. Paso saliva y asiento con la cabeza, pero luego abrazo con fuerza a Felix y no dejo que me vea así, como si yo fuera una especie de rarito que nunca ha tenido sexo.

 

—Chad…¿eres virgen?

 

El calor se va hasta mis orejas y la vergüenza me consume. Separo mi cuerpo un poco y contemplo a Felix a los ojos. ¿Debo mentir? ¿Qué debo decirle? Incluso Felix parece experimentado…

 

—Chad, no tiene nada de malo —Felix prosigue—, no me voy a reír de ti, ni tampoco voy a hacerte sentir mal. Si quieres podemos parar; no quiero que te sientas abrumado por algo así.

 

—N-No —consigo decir—, e-está bien… Pero… ¿No te molesta?

 

—¿Por qué me molestaría? No has hecho nada malo, y no hay nada de malo con la experiencia sexual. Cada uno de nosotros vive en mundos diferentes, tiene diferentes vidas, a veces buenas a veces no tan buenas; pero cada uno de nosotros tiene la experiencia que corresponde a sus vivencias, al ambiente que nos rodea. Así que, no le des muchas vueltas, ¿vale? Y déjate llevar un poco.

 

—¿U-Un poco?

 

Felix no responde, simplemente vuelve a besarme y continúa con sus movimientos. Otra vez la atención regresa a mi pene y entrada; y Felix esta vez presiona con más fuerza. Ahora percibo un dedo en mi interior que se mueve de afuera hacia adentro; y Felix no deja de plantar besos en mi cuello y succionar mi piel. Entonces, yo percibo mi voz salir como gemidos suaves.

 

—F-Felix…ah…e-espera…mmm… ¡Ah!

 

Un estruendo inunda mi cuerpo; Felix ha bajado mi pantalón entero y me ha dejado caer al suelo con sumo cuidado. Mis piernas están elevadas sobre los brazos de Felix, y él ha introducido otro dedo y presiona una y otra vez un bulto que me hace perder la fuerza y que lleva mi sangre hasta mi pene.

 

—¡Ah! F-Felix…¡no! ¿Q-Qué e-está…ah…ahh…pa…pasando? —intento cubrir mi boca pero mis gemidos todavía son notorios.

 

No consigo entender todas las sensaciones que se apoderan de mí. Algo electrifica mi cuerpo y me despoja de mi fuerza, algo empuja el calor en mi pene y quiero venirme, quiero eyacular, pero Felix lo impide. Su mano está sobre mi miembro y aprieta la punta y no deja que salga nada; pero todavía presiona, una y otra vez, con más fuerza y cierro los ojos. Pero aunque cierre los ojos todavía estoy imposibilitado por el placer. Y no puedo más.

 

Retiro mis manos de mi boca para sostener mi cuerpo y mi voz sale. Y sé que hay una contracción en todo mi abdomen y es como si me viniera y como si no pudiera dejar de eyacular, pero no hay nada. No sale nada. A pesar de que Felix ha retirado su mano de mi pene, no puedo explotar; pero siento como si lo estuviera haciendo. Es tan intenso y creo que voy a desmayarme. Pero no pasa, porque Felix ha sacado sus dedos de mi ano y por fin puedo respirar un poco más y me vengo encima de mi estómago.

 

—Chad —la voz de Felix me hace recordar que existen palabras—, Chad, ¿estás bien? Es sólo un orgasmo seco… Se siente bien, ¿verdad?

 

Respondo con un movimiento afirmativo de mi cabeza, porque mi respiración es tan pesada y mi saliva pasa y me impide articular palabra alguna. Abro mis ojos y veo que Felix está sonrosado y me contempla con una sonrisa en el rostro. Intento moverme, pero comprendo que Felix no se ha corrido…

 

—¿N-No vas a…? —sé lo que quiero preguntar, porque he leído sobre la sexualidad y cosas así…sé que entre dos varones hay penetración anal… Pero, no estoy seguro de lo que Felix quiere.

 

—¿Estás seguro? —Felix arrebata la pregunta.

 

—S-Sí… —acepto que deseo más.

 

Al haber afirmado, Felix baja su pantalón y descubro que está más que excitado; su miembro es grande y tiene un poco de eyaculación previa por contener su orgasmo. Entonces, acomoda mis piernas y coloca su pene en mi entrada; de poco en poco Felix empuja y consigue entrar en mí por completo. La sensación es pesada, pues hay algo duro y grande dentro de mí, y se mueve, se mueve de afuera hacia adentro; primero con lentitud y luego con rapidez y con fuerza. A veces empuja ese punto que me había llevado al límite unos minutos atrás y disfruto el placer.

 

—F-Felix… ¡Ah! ¡Ahhh! —pronuncio su nombre entre gemidos de placer.

 

—Chad —Felix acerca su rostro a mí y me besa con pasión.

 

El placer continúa por unos minutos, tal vez cinco o diez, ni siquiera puedo contabilizar, o analizar o pensar claro. Lo único que deseo es que Felix no se detenga y que el momento prosiga como si nada más existiera a nuestro alrededor. Pero el orgasmo me alcanza y vuelvo a correrme sin cuidado y siento el líquido caer hacia mi abdomen; y sé que Felix está cerca, porque dentro de mí se ha puesto más duro y grande. Efectivamente, Felix se corre y gime de placer al decir mi nombre una y otra vez.

 

Los dos conseguimos alcanzar nuestra respiración, y Felix se retira de mi interior. Ahora nos sentamos juntos y esperamos como si algo más debiera pasar. Felix toma mi mano y la besa con sumo cuidado.

 

—¿Entonces…? —Felix habla con cierta tranquilidad a pesar de que todavía escucho su respiración—, ¿somos novios?

 

—S-Sí —acepto al sonreír y mirarlo—, sí… Me gustas…Felix… Y lamento haberte seguido así…

 

—Descuida, eres muy tierno y lindo, y que lo hicieras me pareció agradable. Claro, pensé que te detendrías…y por lo menos las cosas salieron bien.

 

Al escuchar sus palabras, acorto la distancia y abrazo a Felix; siento su corazón latir con rapidez y me acurruco en su hombro.

 

—¿Quieres venir conmigo mañana al festival?

 

—Sí —replico con seguridad y gusto. 

 

¿Pero…y qué le voy a decir a mi entrenador? No es que sea difícil hablar de la vida con él; el problema radica en que casi nunca hablamos de temas como estos. Y, hasta ese instante, me pregunto más sobre Felix, ¿me contará sobre su entrenador? ¿Sobre la clase de vida que tiene con él? ¿Por qué fue admitido como un becado? Bueno, sé que tendremos tiempo de sobra para conocernos más y descubrir el misterio de su beca.

 

 

Notas finales:

Si deseas inscribir a tu Pokémon, por favor, puedes hacerlo de la siguiente manera:

En un comentario, deja el tipo, sexo, nivel, gremio y apodo de tu Pokémon; si quieres puedes especificar el juego donde lo conociste. Debes especificar el nombre de entrenador y sexo del mismo. Una vez con esto, puedes agregar una sugerencia de qué tipo de aventura te gustaría que tu Pokémon pasara en la Poké-School.

Recuerda que se le asignará un salón y grado dependiendo de su gremio y nivel. De lo contrario, no podrá ingresar al instituto y convivir con los Pokémon que ya son parte del curso. También, del mismo modo, si especificas que no cuentas con una cantidad alta de dinero (en el juego o de manera ficticia) se le puede otorgar una beca; esto podrá repercutir en la manera de interacción con otros Pokémon, ya que Poké-School es un instituto prestigioso y que tiene muy marcada las clases de élite. Pero, descuida, esto podría agregar más sabor a la historia de tu Pokémon.

Cuando se publique un fic con tu Pokémon se especificará en las notas iniciales su origen, el nombre de su entrenador y el tipo de aventura que estará por vivir.

¡Recuerda, tu Pokémon podrá ser parte del instituto! 

 


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