P.V Asami.
- hay gente tan podrida como tú y todos los que te rodean que ningún castigo se puede aplicar, felicidades no haré nada en su contra… más que sentir lastima.
Las frías palabras de Takaba me hicieron dar cuenta lo importante que se volvió para mí lo que pensara… ¿en qué momento? No logro descifrarlo, hace un mes era solo un obstáculo que impedía mi matrimonio con Jin Mi que ahora es en una obligación.
Sentí tanta impotencia de no haber estado para impedir que le azotaran, o retenerlo cuando dejó la habitación queria se quedara hasta que sus heridas sanaran… nunca fingió no interesarse en mí, en realidad simplemente no le importo en lo absoluto.
Mi madre se enteró rápidamente lo sucedido en el jardín cuando dijo que debía responsabilizarme de ese descuido al igual que Jin Mi y Morgana, pero que mi padre no asignaría castigo si yo no estaba de acuerdo de recibirlo.
Al dirigirnos a la corte notamos estatuas de piedra céntricas, era la guardia real y mi padre… una risa nos hizo estremecer era Takaba Akihito.
-voy a redecorar el palacio si no les importa- Aviso sentado en el trono del rey con una sonrisa perversa.
-¿Por qué?- exigí un motivo ante la evidente culpabilidad y cinismo que irradiaba.
-bueno, es simple, su majestad no era adecuado para el puesto de Rey, en cambio yo sí lo soy y lo seré a partir de hoy.
-¿Por qué?- sollozo mi madre mientras él se ponía de pie con la intención de acercarse, no lo pensé dos veces en levantar mi espada en su contra… ¿Cómo podía haber sido capaz? A pesar de ello no quería enfrentarlo, pero…- mi hijo tiene derecho por sobre ti- Enuncio interrumpida por su carcajada.
-no lo creo Aratani, a él le falta visión, decisión y responsabilidad, se comporta como niño- giro su palma levemente hacia arriba cerrándola en un puño al instante que siento faltar el aire como si presionaran mi pecho, caído de rodillas, mi madre me sostiene tomándome de la mano que veo reducirse- ¿Cómo gobernaras ahora Ryuichi si eres un bebé?
poseía el cuerpo de un niño entre 8-9 años, sin pensarlo le enfrente recibiendo un puñetazo que me hizo caer perdiendo la conciencia.
Mientras continuaba resonando una incógnita- ¿Por qué?... decepcionado de lo que nunca llegamos a ser.
…
Con la mejilla entumecida y dolor de cabeza logro despertar distinguiendo una fogata.
-¿Dónde estoy?- incluso mi timbre de voz suena igual al de mi infancia.
-estamos a las afueras del palacio intente alejarnos lo más posible, pero, aunque seas un niño eres bastante pesado, me alegra que estés despierto. - de inmediato me levanto y pongo distancia, ¿Qué es lo que pretende?, acaso quiere matarme fuera del castillo. ¿Cómo puede actuar como si no hubiera pasado nada?
Tomo un cercano cuchillo cerca de la fogata donde al parecer cocina algo - ¿Dónde está mi madre contesta? - exijo amenazándolo. El baja la mirada mientras entrelaza sus manos para evitar tiemblen-¿ACASO LA…? ¿QUÉ LE HICISTE CONTESTA?
-¡YO NO LE HICE NADA!, tu madre me pidió que te ayudara para que recuperaras tu forma normal… ella debe- ¿Cómo pudiste traicionarnos?, maldito, nunca lo perdonare.
-no confío en ti, iré a búscala- doy vuelta para marcharme, pero de inmediato soy sostenido, lleno de rabia no lo pienso dos veces haciendo uso de la daga corto su mano-no te me acerques, ¿Cres que no soy estúpido? Dijiste que …su majestad no era adecuado para el puesto de Rey, en cambio tu sí lo eras y lo serias a partir de hoy.
-no fui yo, cuando encontré a tu madre estaba siendo atacada por ti, supe que no eras tu hasta que ella dijo que te protegiera. Aunque se quien es el responsable. Lo siento.
-¿lo sientes?... no te creo nada, todo esto es tu culpa y no necesito de tu protección solo revierte lo que hiciste y ¡YA!- el se queda callado mientras la sangre de su herida escurre goteando al suelo.
No pienso quedarme con él, solo se eso, me marcho de regreso al palacio, seguramente después de los daños causados finge y su propósito era llevarme de rehén a su imperio para después invadirnos, no lo permitiré. Me giro lejos, él no me sigue…
-Príncipe Asami, ¿se encuentra bien? – a poco de llegar al palacio kuroda aparece de la nada llenándome de alivio pero…¿Cómo sabe que soy yo si me he vuelto 27 años menor-¿en dónde está su alteza Takaba?... Responde- ordenafurioso.
- ¿Quién eres? ¿Dónde está kuroda?-acaso es un cómplice de Takaba.
Sonríe mientras su rostro se distorsiona a un hombre moreno de cabello plateado y ojos azules es Chen Gu -su alteza logro escapar contigo, pensé que si te encontraba lo hallaría a el, que decepción verte sin solo, quizas lo mejor será matarte aquí, después de todo ahora soy el rey – vuelve a cambiar su forma transformándose en mi.
Se aproxima a mi tomándome del cuello fuertemente levantándome del suelo- no quiero morir, maldita sea.
PV.TAKABA.
No importa su aspecto, sigue siendo el mismo príncipe engreído y loco, aunque no lo culpo por desconfiar de mí, después de todo en parte me siento responsable por no haberme ido antes de que la realeza se volviera tan salvaje como para latigarme.
Vierto agua sobre la herida provocada por el junior, pienso en dejarlo a su suerte, pero… no puedo, debo ayudarlo para salvar a los que dejamos atrás…por Kiyoco. Apago el fuego y lo sigo de lejos en silencio hasta la entrada del palacio, no me puedo permitir dejarlo entrar, si lo capturan el sacrificio de su madre y Kiyoco habrá sido en vano.
Pero antes de poder evitarlo un guardia se presenta, y de la nada toma el cuello de Asami, es Chen.
Ese mocoso se llevó mi única navaja, tomo una roca del suelo para acertar un golpe en la cabeza de ahora Asami adulto que solo consigue afloje sutilmente el cuello del niño.
-“no crees que deberías ponerte con uno de tu tamaño”- estoy completamente desarmado pero eso el no lo sabe, así que mas vale encuadrarme en un personaje seguro de sí que no vacile o nos costara la vida.
-sabia que estaba cerca su alteza, ahora por favor regrese conmigo, se que posiblemente se ha enamorado del príncipe, no soy nadie para cuestionarlo, al contrario, me ofrezco a ocupar su lugar y justos acompañarlo a gobernar…-parlotea entre otras cosas que admito dan miedo. Pero al mismo tiempo confirman dos cosas.
- Chen suelta al príncipe- ordeno, el nada gustoso lo libera lanzándolo cerca de mí, ayudo a ponerse de en pie con la respiración entre cortada.
-¿estas bien?- el asiente, de inmediato ubico el mango de la daga y se la quito, no sé si este plan funcione pero no tengo otro.
-Chen- llamo de nuevo- estas loco y se que, aunque te pidiera que lo olvides no lo harás, así que mas vale que me dejes ir con Asami o – acerco el cuchillo a mi cuello rezando porque funcione dando realismo corto la piel dejando resbalar sangre.
-ALTO, su alteza no lo haga –“funciono”
- no me dejas opciones, déjanos ir o…
-esta bien mi querida alteza, si quiere irse pude hacerlo porque yo lo encontrare, volverá tarde o temprano junto a mi – los ojos característicos del original cambian de dorados a celestes.
No me quedo a agradecerle, tomo de la mano Asami y corro entre los árboles, corro tan rápido como las piernas me lo permiten se que el nos esta siguiendo, casi puedo sentirlo o es que la paranoia de su obsesiva mirada me está consumiendo.
Llegamos a un acantilado con río corriente abajo, suelto Asami y doy un paso atrás sin poder respirar, miro de vuelta como presintiendo que en cualquier momento Chen saldrá de los árboles y nos atacará. ¿Qué hago?
-no moriremos si saltamos de esta altura, además lo perderemos-dice Asami cogiendo mi mano de nuevo, sabe que tengo miedo, pero más importante- confío en ti, hagámoslo.
…yo llegué aquí porque me dispararon y caí por un acantilado al mar, no quiero volver a morir… pero si no lo hago- veo mi reflejo aterrado en los ojos de Asami- Libero un suspiro y tomados de la mano saltamos, en el aire no puedo evitar abrazarlo, ahora su cuerpo es tan pequeño que temo se lastime.
Si sobrevivo yo seré quien te proteja príncipe Asami.
continuará.