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El amor de un inmortal por minima

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Notas del capitulo:

Algo simple y una vista de la vida de este par viviendo juntos.

 

 

Room Mate

Ser echado de tu hogar donde viviste por tantos siglos por tu furico padre, quien a su vez había enviado a arpías vengativas contra ti, no era una de las mejores cosas que le habían pasado a Storkules, pero a consecuencia de ello estaba viviendo una de las mejores experiencias de su inmortal vida.

¡Compartir vivienda con su amado mejor amigo Donald!

Las arpías le habían seguido hasta la ciudad de Donald, causaron algunos inconvenientes y él aún tenía dificultades en medir su fuerza con cosas de uso cotidiano como tubo de pasta de dientes y después de lidiar con el problema de las arpías tendría que buscar un nuevo apartamento según Donald, pero mientras tanto aun seguiría viviendo con su muy apreciado amigo.

Y aun si tenía que mudarse en un futuro próximo a un nuevo lugar aún seguiría muy cerca de donde vivía el pato.

Era como si las estrellas y planetas se alinearan en una serie de eventos muy afortunados.

Despertó temprano ese día para hacer algo de entrenamiento matutino, a pesar de su naturaleza divina que le proporcionaba una salud casi perfecta, procuraba todos los días trabajar en su cuerpo para mantenerse sano.

Pesas, trote, abdominales, lagartijas eran buen calentamiento para comenzar, ya cuando despertara Donald terminaría su carrera de ida y vuelta de encima de la alta colina en que se encontraba el hogar de Rico McDuck al comino que daba a la ciudad.

El susodicho pato Donald también despertaba relativamente temprano, no tanto como él, pero sí de la mayoría de los residentes de la mansión. Criar a tres polluelos hacia que tus jornadas comenzaran temprano para tener todo listo para sus sobrinos, hábito que aún no se había quitado a pesar que ya no dormían en el bote.

Cuando escucho los típicos sonidos que acompañaban al despertar de Donald, casi siempre un tropiezo o caída por tropezar con algo en el suelo de su habitación, Storkules ya se encontraba esperándolo en la cocina con una enorme sonrisa y un intento de café en una jarra; aun le costaba un poco acostumbrarse a esos aparatos modernos, como la estufa, el lavavajillas, o la cafetera, después de un pequeño incendio se le prohibió usar la estufa y alejarse de la vajilla de la cocina, como la cafetera solo se le tenía que apretar un botón y normalmente Donald dejaba preparaba el café molido en la noche y el agua, se le permitía usarla, aun así lograba que la bebida favorita de su amigo siempre terminara como algo espesó y fangoso.

-¡Buenos días Donald! Hoy es una hermosa mañana-

-Bue… dia..s- eran más gruñidos ininteligibles que un saludo pero Storkules entendía el mensaje, Donald no había despertado del todo y necesitaba su tasa de café.

-Aquí tienes querido amigo, tu bebida-

-Grr..a cis- tomando la bebida en su tasa favorita, la cual ya había sido quebrada innumerables veces y reparada de igual manera, procedió a tomar el preciado elixir de cafeína. Cierto era que de alguna manera Storkules lograba que el líquido fuera más espeso y de consistencia extraña cada vez que el dios lo preparaba, pero también lo hacía más potente lo cual a su manera Donald agradecía.

Además en su vida había probado cosas peores; sus sobrinos en sus primeros intentos de sobornarlo con un desayuno para que accediera a algo que ellos querían lo habían llegado a intoxicar… con un cereal, aun se preguntaba como rayos lo hicieron o como es que aún no perdió el estómago a lo largo de los años.

Cuando tenía suficiente cafeína en su cuerpo el pato procedía a preparar un desayuno para ellos dos, que viviera dentro de los terrenos de su tío asquerosamente rico no quería decir que quisiera vivir de nuevo bajo su propio techo por lo que prefería hacer la mayoría de sus comidas en su amado bote así como sus otras actividades, ya no estaba esa enemistad que los había separado durante tantos años especialmente al ver como el viejo cascarrabias podía llegar a ser un buen tío para sus más jóvenes sobrinos.

El odio se había enfriado, la ira y el enojo también, dolía aun la desaparición de su hermana, aun no podía decir que lo hubiera perdonado por completo, tal vez jamás lo haría, pero a fin de cuentas eran familia.

Pero no volvería a vivir en el mismo techo que ese hombre tacaño y cascarrabias, los niños podían dormir en la mansión ya que sabía que era más cómodo que su bote que aún seguía (constantemente) en reparación, pero no podía volver a convivir tan estrechamente con Rico McDuck, de por si le restregaba cada vez que podía lo inútil que era o fracasado según él.

Regresemos al presente, el desayuno, una cosa sencilla para el par de pato y cigüeña, unos cuantos huevos, tocino y algo de jugo de caja, nada como los banquetes que los dioses estaban acostumbrados, pero el dios del heroísmo siempre mostraba una sonrisa radiante y agradecida cuando terminaba de colocar los platos en la mesa.

Se sentía bien tener a alguien que agradeciera ese tipo de cosas, aun si era un desastre andante la mayoría de las veces, pero quien era para juzgar, después de todo era el pato con peor suerte en el mundo.

Mientras comen Donald toma el periódico que en su carrera Storkules trajo en su carrera matutina, y como siempre desde que el dios se mudó con él y el incidente de las arpías, busca ofertas de empleo y departamentos, aunque sus sobrinos ofrecieron ayudar en ese aspecto, después de las arpías decidió que mejor tomaría el problema con sus propias manos.

¿Qué clase de trabajo puede hacer un dios en la era moderna?

La fuerza parece ser su punto fuerte, pero ya fue testigo que la cigüeña puede romper fácilmente cualquier cosa con el mínimo esfuerzo, y aunque trabajos de construcción y albañilería podían adaptarse bien a él, puede ver lo riesgoso que puede ser para sus compañeros de trabajo o cualquier construcción que este cerca del dios; para su frustración, ha sido testigo del talento musical de Storkules tocando y cantando en las tardes que tiene libre, las cuales son todas actualmente, no es tan mal músico, pero no es el tipo de música que todo el mundo apreciaría, ha tenido que comprar un nuevo par de orejeras para tener algo de silencio en las tardes; fuerza y música no son los únicos talentos que puede poner en el corriculum de Storkules, pero la mayoría son cosas que solo le interesaría a gente de la antigua Grecia.

-¿Y cuáles son los planes para el día de hoy mi querido amigo Donald?-

-Ir al centro de la ciudad- dijo el pato con su característico tono inentendible para aquellos que no lo conocían.

-¡Fantástico!, que buena aventura nos espera este día-

-Claro, recuerda ponerte los pantalones y la camisa el día de hoy-

Ya habían tenido un par de incidentes debido a la vestimenta cotidiana del dios griego, no tenía ningún problema que fuera por ahí con su toga pero la prenda llamaba mucho la atención en la calle y eso que no era la ropa más extraña que había visto a alguien utilizar, y para una entrevista de trabajo andar con lo que era solo un pedazo de tela no parecía lo más apropiado para que aceptaran dar un trabajo.

-¿Ya te he dicho lo muy agradecido por darme estas nuevas prendas?-

-Como un millón de veces-

-Pues lo diré un millón de veces más e incluso ya estoy escribiendo una balada que hable de tu increíble generosidad-

-Sigue desayunando Storkules, hoy será un día largo-

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