Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una historia diferente. por Luka Crosszeria

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Cuando su mirada se enfrentó a seis pares de ojos, cada uno de diferente color, que lo miraban de distintas maneras, que como lo temió, no sería nada fácil congeniar con estos niños prodigios.

Aomine y Murasakibara eran indiferentes a su presentación, uno comía dulces y el otro hacía girar el balón de básquet en su dedo índice mientras bostezaba; Midorima fue el más respetuoso y que no parecía tener ningún tipo de prejuicio solo por la manera en que lucía, Kise tenía una sonrisa en sus labios y una agradable aura de niño lindo pero, si eras la suficientemente observador podías ver que en esa sonrisa había un rastro de burla, por otra parte la mirada de Akashi, el capitán, fue de incredulidad, aunque supo esconderla bajo una sonrisa suave y un apretón de manos que lo hacía ver como un hombre de negocios engatusando a su nuevo socio.

Un par de ojos color azul celeste, sin embargo, fueron muy difíciles de descifrar.

—Así que él será su nuevo entrenador, mientras el entrenador se recupera o hasta su graduación. Entonces me retiro, entrenador son todos suyos. — La sonrisa del vice director se ensanchó más y sus ojos brillaron con algo parecido a la expectación, lo cual por supuesto es culpa suya.

Fue él quien pidió este trabajo, fue él quien lleno de promesas y dulces palabras a este hombre que, lejos de importarle que estos talentos innatos aún eran niños, se dejó seducir por palabras que él mismo, alguna vez anhelo.

Él dijo que podría llevarlos más allá de la perfección, prometió que seguirán ganando y ganando, sin importar qué, fue tan lejos como para incluso poner en riesgo su nuevo empleo, así un hombre de treinta y un años hizo una reverencia al vice director, en su mente sus propias palabras revoloteaban como una burla "si alguna vez perdemos, renunciaré inmediatamente".

—Vice director. — Los pasos pesados y desiguales del ambicioso vice director se perdieron en algún momento, cuando eso sucedió se dio media vuelta para encarar de nuevo a sus nuevos y singulares niños genios. — Supongo que ahora son todos míos. — Dijo, con una gran sonrisa que no pasó desapercibida para nadie, ni siquiera para Aomine.

El nuevo entrenador era... no algo que esperarían de un entrenador.

Kise alzó su mano, como si estuvieran en clases y quisiera preguntar por algo que no entendió.

— ¿Sí? — El niño rubio sonrió también cuando obtuvo la atención deseada.

—Aún no hemos escuchado su nombre entrenador. — Las palabras de Kise podían parecer tan dulces como los manju que Murasakibara comía, no obstante al darle una mordida podías notar el ligero sabor agridulce en ellas.

Este es Kise, el último de los niños milagro.

—Furihata. — Dijo, deliberadamente no dando un nombre.

Y todos lo notaron.

Los labios de Kise se abrieron nuevamente, su mirada decidida y una sonrisa como la del gato Cheshire, burlona y presumida.

—Es nuestro primer día... — Furihata interrumpió las palabras no dichas por Kise, quien simplemente se alzó de hombros y guardó silencio. —He escuchado de ustedes, pero creo en no tener ningún tipo de expectativa hasta no verlo con mis propios ojos, de ese modo...

El sonido del balón entrando al aro hizo que todas las miradas, incluso la de Furihata se desviaran a la esquina contraria, Aomine tenía la mano alzada, una mirada perezosa y una sonrisa aburrida.

— ¡Dai-chan! — Momoi gritó y se apresuró a correr hacia su amigo, preocupada porque el nuevo entrenador no fuera tan paciente con Aomine como lo fue el anterior, pero al As de Teiko no parecía importarle en lo más mínimo si alguien sabía que él había lanzado el balón, él había tenido el tiempo suficiente para bajar su mano y pretender que no sabía nada, Furihata se dio cuenta entonces que fue intencional.

—Alguien me dijo que no tenía por qué venir más a las prácticas, mientras siguiera ganando por mí mismo. — Momoi quiso volver a llamar al otro, sin embargo, fue Furihata quien dijo algo.

—Está bien, después de hoy no tendrás que venir a las prácticas si quieres, pero al menos ¿puedes quedarte solo por hoy?

Aomine asintió, dándose la vuelta para evitar que ese niño bonito se diera cuenta de la decepción en su mirada, alzo su mano y sujetó con fuerza la tela que cubría su pecho, donde desde hace un tiempo hay un vacío doloroso, que se había calma gracias a la expectación de un nuevo entrenador, un adulto que quizás podría ver a través de él, que quizás podría darle un camino a seguir y no un atajo.


 

__________________

 

 

 

Akashi se limpió el sudor de la frente y bebió un sorbo de agua, luego, su mirada viajó a los vestidores donde su nuevo entrenador ha desaparecido desde hace cinco minutos.

Aomine, Murasakibara, Kise, Midorima y Kuroko se acercaron a él.

— ¿Qué piensas Akashicchi?

Akashi se mantuvo en silencio, durante una hora completa el entrenador Furihata se mantuvo en silencio, solo mirando sus juegos, ni una sola vez les dio indicaciones y los dejó jugar como ellos quisieran, casi se olvidaba que el hombre castaño estaba ahí y cada vez que lo recordaba Furihata estaría en un lugar distinto de la cancha, pero siempre observando, nada más.

—Es demasiado pronto para tener una idea general de su desempeño como entrenador. — Admitió, luego su mirada regresó a Aomine y la manera suave en que el entrenador Furihata manejo la situación del peli azul. Y aunque dijo que era demasiado pronto para evaluar su desempeño, desde que dijo lo que le dijo a Aomine, para Akashi fue un entrenador sin valor alguno.

— ¡Pero si puedes evaluar su cara! ¡Es tan lindo y luce muy joven!

—Y su cabello luce suave y esponjoso como una nube de chocolate dulce, me gusta. — Y eso se reflejó en que no se quejó cuando el castaño los hizo tener varios juegos de práctica entre ellos o con el segundo equipo.

—Ciertamente no es lo que esperarías de un entrenador. — Porque es pequeño, delicado y parece ser bastante frágil, como si pudiera ser levantado con la más pequeña brisa de una tarde de verano, Midorima tiene que admitirlo.

— ¡Tks! — Aomine chasqueo su lengua, esto solo era otra práctica más, pero el entrenador ya lo había dicho, si quería podía no venir más luego del día de hoy y Aomine ya había tomado una decisión, ¿después de todo para que poner esfuerzo en algo que no llena su alma? ¿Para qué seguir mejorando si no hay nadie que pueda poner a prueba su talento? Si no había nadie para caminar a su lado...

— ¿Qué opinas tú Kurokocchi?

—Es extraño. — Dijo finalmente, alzando su mirada azul celeste. — El entrenador Furihata ni siquiera preguntó nuestros nombres, pero él los sabía.

"Akashi, Murasakibara, Midorima, Aomine, Kise, Kuroko... es suficiente, tomen un descanso de diez minutos."  Y luego el castaño desapareció detrás de la puerta de los vestidores.

— ¿Quizás pregunto a los otros, cuando no veíamos? — Propuso Kise, intentando encontrar una explicación a lo dicho por el más pequeño del grupo, ciertamente el entrenador Furihata era un poco extraño pero si pensaban las cosas claramente, todo podía tener una razón.

Akashi asintió, sus nombres no eran un secreto nacional, de todos modos y está seguro que incluso han salido en las revistas de deportes locales.

— ¿Por qué Mine-chin puede faltar a la práctica y yo no? ¡Eso no es justo Aka-chin!

Aomine giraba su dedo dentro de su oído, un poco más lejos de ellos, cuando termino de hurgar dentro de su oído, sopló la punta de su dedo y miró directamente a Akashi, casi como si intentara desafiarlo.

—Murasakibara...

— ¿Por qué debería venir también? — Esa fue la primera vez que el gigante púrpura desafío a Akashi.

Es justamente de esa manera que el castaño los encuentra, Murasakibara al frente de Akashi, desafiando con la mirada y Akashi siendo Akashi, sin retroceder ni un solo milímetro.

Él suspiro.

No se supone que existan este tipo de problemas en un equipo de secundaría, pero una vez más se recuerda Furihata, este equipo no es como todos los demás, en donde otros niños asisten a un club para pasar el rato y divertirse, estos niños lo toman como una verdad absoluta, a estos niños que nunca se les enseñó a perder, siempre a ganar.

¿Y que es un niño que no sabe perder?

La frialdad de un par de ojos heterocromáticos se incrusta en su corazón, mandando un escalofrío a todo su cuerpo.

— ¡Furihatacchi! — Kise es el primero en notarlo. — ¿Qué es ese atuendo? ¿Vas a entrenar con nosotros? — Kise revoloteo como una pequeña polilla alrededor de la luz titilante de una veladora. Sinceramente si no estuviera acostumbrado a los niños, encontraría a Kise muy molesto. Pero cada vez que mira a los ojos amarillos del niño, no puede molestarse con él porque le recuerdan a los ojos de una de sus pequeñas alumnas sosteniendo un balón de básquet y con esa mirada decidida a aprender para que su papá se sienta feliz y la llene de mimos.

Así que en lugar de molestarse, Furihata le sonrió cálidamente.

—Sí, entrenare con ustedes.— El castaño asintió y siguió dándole ese tono conciliador a Kise, incluso acarició suavemente la cabeza de rubio, haciendo que el niño que siempre coqueteo con las chicas y que siempre estuvo del lado que hacía sonrojar a una niña, ahora se encontrará completamente rojo— pero hoy es un poco diferente... Aomine, Murasakibara. — Akashi pudo detectar el cambio en la mirada del entrenador, así como su voz, un tono más severo.

El entrenador Furihata hizo a Kise a un lado suavemente, lo que no le gustó demasiado al niño escandaloso, pero se contuvo porque el entrenador lucia diferente, había algo en su mirada, en la forma que caminaba, ¿de dónde había sacado ese tipo de seguridad que incluso el modelo con más experiencia no tenía?

Furihata se veía extremadamente confiable, como si toda su fragilidad se hubiera ido con la corbata, el saco y los zapatos relucientes, ahora en pantalones cortos, una camiseta holgada y tenis viejos pero relucientes, Akashi pudo detallar los músculos, suaves pero definidos (también el tono dorado de su piel, el fino cuello y los delgados hombros, su cintura delgada y sus largas piernas).

Inmediatamente Akashi sacude esos pensamientos cuando el entrenador habla de nuevo.

—Y todos en general, —pero su mirada los ve a ellos: Aomine, Murasakibara, Kise, Midorima y él, Akashi Seijuro. Furihata recoge un balón de básquet y al igual que Aomine lo hace girar en su dedo índice derecho, y ahí, vestido de esa manera y con esa cara de niño, nadie creería que ese tipo es su entrenador y no otro integrante del equipo. —Si logran vencerme, entonces tendrán todo el derecho de no asistir a las prácticas. — Luego de tan ostentosa declaración enmarcada por una sonrisa demasiado inocente, prosiguió el silencio, que cinco segundos más tarde se rompió por los murmullos de los otros jugadores.

¿Quién era este tipo y por qué está haciendo estas declaraciones tan descabelladas?

¿Acaso no conoce lo buenos que son estos prodigios del básquet?

— ¡Furihatac...!

— ¡Acepto! — La voz de Aomine se alzó sobre la escandalosa de Kise, casi inmediatamente Momoi estaba a su lado, Furihata tuvo que compadecerse de esa niña, más tarde hablaría con Aomine sobre cómo tratar a las mujeres, especialmente a las que se preocupan por él. Especialmente Momoi.

Akashi fingió toser cuando notó la mirada cariñosa que el entrenador le dio a la niña peli rosa.

Furihata solo sonrió cuando sus miradas se encontraron.



__________________

 

 

Akashi quiere saber a dónde se fue el pequeño, lindo y frágil entrenador que conocieron hace más de una hora.

Él perdió.

Por primera vez desde que nació, Akashi Seijuro prueba la sensación de la derrota.

Su mirada se alza y puede ver la sorpresa en la mirada de sus compañeros, es la misma que tuvo él cuando los vio perder, uno por uno, Aomine, Murasakibara, Midorima, Kise y ahora, él. Akashi Seijuro, capitán de la generación de los milagros, El emperador, ni siquiera con esos ojos, pudo derrotar al entrenador Furihata.

Una mano se extiende frente a él, luce un poco más grande que la de él, pero sigue siendo pequeña en comparación con la mano de Murasakibara o Aomine, luce frágil y suave, no es la mano de Kise, ni la de Midorima... y definitivamente no es la mano de Kuroko, cuando su mirada se topa con un par de ojos color chocolate, Akashi puede ver el momento exacto en que el color naranja vuelve a ser rojo en su ojo izquierdo.

Furihata se rio suavemente, extendió su mano y sujetó la mano de Akashi.

—No hay vergüenza ni miedo en la derrota. — Furihata habló, Akashi se puso de pie cuando el entrenador lo jalo, con la diferencia de quince centímetros que había entre ellos, tuvo que mirar hacia arriba para ver al hombre hablar, para ver la hermosa sonrisa y sus ojos color chocolate, de cualquier otra persona, Akashi habría tomado esas palabras como un insulto, pero viniendo de Furihata, quien acababa de vencerlo, no sonaban como palabras vacías y dichas al azar. — Yo he vivido toda mi vida perdiendo una y otra vez. Aun así, estoy aquí, sigo viviendo, respirando y existiendo; solo perdí como cualquier humano, a veces, la derrota es necesaria para alcanzar el triunfo.

Furihata soltó su mano, Akashi tuvo que reprimir el impulso de tomarla de nuevo, porque las manos de su entrenador son cálidas y temblorosas, nota Akashi. Y eso es un gran contraste con el Furihata que se vio tan genial cuando logró derribarlo sin problema alguno, incluso cuando poseía el ojo del Emperador, aun así seguía siendo genial.

Algo en su pecho se removió cuando Furihata lo miro nuevamente y sonrió, luego el castaño hablo, nunca despegando su vista de él:

—Hay derrotas que son mucho más importantes y dignas que una victoria.





__________________

 

 

— ¡¿Furihatacchi estuvo en la banca durante su primer año en el club de básquet?! — Kise gritó, logrando que por primera vez en la historia, Midorima fallara un tiro de tres. Oha-Asa tenía razón sobre mantenerse alejado de Géminis el día de hoy.

Lanzó un suspiro y acomodo sus gafas.

Sin embargo, como todos los demás, Midorima también se acercó al entrenador para saber más. 

— ¿Es eso cierto entrenador? — Kuroko se limpió el sudor de la frente y bebió del agua que el castaño le dio.

Furihata asintió.

—Es cierto, salí como en dos o tres juegos por algunos minutos, pero estuve en la banca la mayoría de ellos. — Kise vio la suave sonrisa del castaño y frunció su ceño, ¿Por qué estaría feliz de recordar eso? Él definitivamente querría salir en los partidos, no soportaría quedarse en la banca. — Yo no era un buen jugador.

Esa tuvo que ser la revelación más difícil de creer que Aomine haya tenido, ¿Este tipo no era un buen jugador? ¿Él que los venció a todos? ¡Dale un respiro!

—Acababa de empezar ese año. — Furihata se alzó de hombros, sin darle mucha importancia, él se ríe al recordar. — Mis senpais eran buenos, pero definitivamente nuestro As era mejor y saben que ¡era de primer año como yo! Él y su compañero, fueron la mejor combinación que mi equipo podría tener, juntos fueron invencibles. — Hay una mirada de añoranza en el entrenador que Murasakibara puede ver perfectamente.

—Tu equipo se escucha fantástico.

— ¡Lo era! — Poco a poco, más y más personas se juntan alrededor del castaño, al que por supuesto no le importa. — Ellos eran como Aomine y Kuroko, eran la luz y la sombra. —Furihata cerró sus ojos por un instante y luego los abrió, con una sonrisa el recodo—: "Yo soy una sombra. Pero entre más fuerte sea la luz más oscura será la sombra, y más acentuará el brillo de la luz. Yo seré la sombra de tu luz y te hare el mejor jugador de Japón." Y durante la Winter Cup de ese año, lo lograron. Mi equipo fue campeón.

Kuroko escucho, maravillado sobre los antiguos compañeros y buenos amigos del entrenador Furihata, al mismo tiempo su vista busco un par de veces a Aomine, si Kuroko era la sombra, entonces su luz era Aomine, pero algo no se sentía bien.

—Entonces la entrenadora me mandó a mí. — Midorima incluso ha sonreído levemente, porque según el mismo entrenador, en ese tiempo era una masa de nervios andante, ni siquiera podía recordar su propio nombre cuando se le ordenó marcar al capitán del equipo que enfrentaron en la semifinal de la Winter Cup, es demasiado gracioso cuando lo piensas de esa manera. —Aunque no fue tan aterradora como mi participación en la final.

Si Furihata pudiera describirlo, lo haría como la peor experiencia que haya vivido en su vida, de acuerdo, la peor experiencia en su vida fue su primer encuentro con ese capitán obsesionado con la victoria.

El ceño de Akashi se frunció suavemente, a pesar de que Furihata cataloga su primer encuentro con ese "capitán obsesionado con la victoria" como una experiencia aterradora, en su mirada hay un brillo demasiado hermoso como para considerarse miedo.

Y todos lo notan, no solo él.

Pero nadie dice nada, ni siquiera Kise, porque no quieren hacer enojar a su capitán y su enamoramiento con el entrenador Furihata.

Akashi está celoso de la sombra de alguien en los recuerdos del entrenador Furihata.



__________________

 

 

Ellos ganan y ganan y gana todos los juegos oficiales y los juegos amistosos, pero siguen perdiendo cuando se trata de Furihata.

— ¿Kuroko? — Kuroko miró inexpresivo a su entrenador cuando abrió la puerta del salón de clases, Furihata era el maestro de biología, además de ser su entrenador, hoy era 14 de febrero y las manos del profesor estaban llenas de chocolates y flores.

Eso fue probablemente la razón de que Akashi se la pasan murmurando maldiciones durante la práctica matutina, por qué ni siquiera él pudo evitar que su entrenador recibiera esos detalles, es decir, los alumnos eran un blanco fácil, las profesoras (y algunos maestros) no.

— ¿No se supone que hoy no había prácticas? Es muy tarde ¿qué haces en la escuela?

— ¿Puedo hablar con usted, entrenador Furihata? — Kuroko dio un paso al frente y cerró la puerta cuando el castaño sonrió cálidamente y le dio la bienvenida.

— ¿Qué sucede?

Kuroko juega con sus dedos, y hay un rastro de duda en su mirada cuando finalmente después de un tiempo, el niño se atreve a verlos a los ojos, esa es la primera vez que ve a Kuroko de esa manera y aunque puede pensar que sabe la razón, Furihata no es un hombre que saca conclusiones apresuradas, se sienta y espera pacientemente a que Kuroko esté listo para decirlo.

—Creo que estaba enamorado de Aomine-kun.

Furihata sonríe.

— ¿Por qué hablas en pasado?

—Yo... cuando él me hizo a un lado, cuando dejó de recibir mis pases... intente no odiarlo, para que todo el amor que tenía hacia él no se convirtiera en resentimiento, sin embargo... cuando escuche sobre sus compañeros de equipo, la luz y la sombra... yo, los envidie, yo quise tener algo parecido a eso... un compañero que no te deje atrás, que te impulse a salir adelante como esa luz de la que nos habló.

"Él no lo estaba dejando atrás, estaba buscando la manera de avanzar juntos."

—Está bien. — Furihata alzó la mano y acarició gentilmente la cabeza del más pequeño. Kuroko se topó con los ojos de su entrenador y los vio cerrarse en medias lunas cuando sonrió. — Vas a encontrar a tu luz y ambos serán los mejores de Japón.

—Sí. —Kuroko confío en su entrenador, porque el hombre más alto hizo que todos sus deseos se hicieran realidad, él deseó un equipo, él deseó que todos volvieran a sonreír como en el pasado, él deseó ver a Aomine sonreír de nuevo, deseó que todos fueran felices y el entrenador Furihata los cumplió todos. — Solo una cosa más. — El peli celeste secó sus lágrimas antes de sonreír suavemente.

— ¿Umh, qué es?

— ¿Cuándo lo encuentre puedo usar la frase de la luz y sombra?

Furihata se rio y solo por eso Akashi quien escuchaba detrás de la puerta esperando a que Kuroko y Furihata terminaran de hablar, sonrió también.

— ¡Por supuesto!

Es tuya, de todos modos.




__________________

 

 

Una noche, Akashi tiene la cena más extraña que ha tenido en años, y la razón principal es porque su padre está en casa, y está cenando con él, en la mesa.

Incluso le preguntó cómo le fue en la escuela, en su club ¿su padre sabía que estaba en el club de básquet? Es decir, el mismo Akashi se lo dijo, pero no esperaba que aún lo recordara.

—Lo siento, Seijuro.

Luego su padre le da un abrazo y promete pasar más tiempo con él, le dice que lo ama y que nunca tuvo la intención de lastimarlo, que sabía que su forma de crianza no era la adecuada, pero era la única que conocía, la única que él tuvo.

—Tu entrenador, es una persona interesante. — Masaomi dice, con la sonrisa más divertida que Seijuro ha visto en años.

Y Seijuro sonríe.

Porque su padre tiene toda la razón.

Solo su entrenador es capaz de hacer este tipo de milagros.



__________________

 

 

Midorima Shintaro conoce a Takao Kazunari durante su juego.

El pelinegro es Escorpio (lo descubre luego, en una de sus tantas reuniones). Es escandaloso, pero es amable.

El equipo de Takao pierde, pero aun así sonríe cuando es el momento de alinearse, específicamente le sonríe a él.

Luego, Midorima regresa a su banca y se esconde tras el entrenador, como un pollito buscando la protección de su madre gallina.

Y Takao se ríe más, entonces como el niño audaz que es, se acerca a la banca del equipo contrario y se hace amigo del entrenador, porque hombre, es un tipo lindo y cariñoso y amable. A Takao le gusta, además es el único que ha vencido a toda la generación de los milagros y entonces Takao los siente más humanos, más niños de secundaria y no una máquina de logros.

—Deberías pedirle su número. — Furihata empuja la espalda de Midorima, esa será la única vez que puede presumir ser más alto que Midorima, Kise y Akashi.

Midorima acomoda sus gafas y asiente cuando ve la sonrisa de su entrenador.

Entonces, esta clase se sentimientos no están mal. Midorima se arriesga, se enfoca en las mariposas en su estómago cuando Takao le sonrió antes.

 

__________________

 

 

—Conocerás a personas increíbles a lo largo de tu vida Aomine.

—Como tú por ejemplo. — Aomine se queda hasta tarde, después de la práctica.

—Mucho más increíble.

— ¡Uno vs Uno, entrenador! — Aomine se ríe cuando Furihata sube las mangas de su camisa y deshace el nudo de la corbata.

¡Finalmente, puede divertirse! ¡Finalmente puede creer en las palabras que este hombre le dice, porque este hombre es increíble, mucho más que él! Aomine no puede esperar para conocerlas a todas ellas.

Y por eso debe esforzarse, debe practicar para disfrutarlo con una sonrisa.

Él quiere ser mucho mejor.

—Dai-chan... — Momoi se limpió las lágrimas que silenciosas caían sobre sus mejillas, la sonrisa de Aomine es tan parecida a la que vio en el pasado, cuando su amigo se enfrentaba a grandes retos. — Muchas gracias entrenador.



__________________

 

—Lo he admirado desde entonces. — Kise mira al niño que corre en la cancha, recibiendo el pase de Kuroko y hacer el mejor enceste.

—No tiene nada de malo admirar a alguien, Kise.

—Sí, porque Aominecchi es mejor que yo. — Kise aún sigue insistiendo con sus encuentros uno a uno con Aomine, pero la mayoría del tiempo Aomine insiste en sus encuentros uno a uno con su entrenador. — A veces, me gustaría ser Furihatacchi.

Furihata palmea su cabeza un par de veces.

—Habrá un día en que tendrás que enfrentarte a esa admiración, Kise... pero estoy seguro que todo saldrá bien, porque ustedes seguirán siendo amigos, caminaran lado al lado. Y cada uno es especial a su manera, y ¿no has visto su estilo? ¡Es un desastre!

Kise se ríe y sus reflejos son buenos cuando atrapa el balón antes de que golpe su cara.

— ¡Kise! ¡Uno a uno!

El niño resplandece y sonríe, es fascinante la forma en que su ánimo cambia, Kise le sonríe a Furihata y corre hacia la cancha.

—Esa admiración, un día te impulsará a mejorar.




__________________

 

 

—Es cansado jugar básquet, Furi-chin.

—Sí, muy cansado y fastidioso y hace que sudes y apestes. — Murasakibara asintió a cada una. –Yo prefería jugar videojuegos antes que realizar la rutina de ejercicios que mi entrenadora nos daba.

—A veces, me gustaría dejarlo. — Murasakibara espero un tiempo, pero su entrenador no dijo ni una sola palabra, tampoco se veía molesto como cuando se lo mencionaba a sus compañeros de equipo, pero realmente Murasakibara encontraba fastidioso todo lo que no tuviera que comer dulce y últimamente estaban siendo mucho más fastidiosos con el "juego en equipo", es más complicado recordar que debe pasar cuando puede fácilmente derribar al equipo contrario y encestar.

—No puedo decirte que no lo dejes, porque yo renuncie a algo importante en mi vida.

El gigante púrpura guardó silencio.

—Y me arrepentí por ello, me arrepentiré por el resto de mi vida. Entonces, Murasakibara ¿tú no te arrepentirás si dejas el equipo?

Murasakibara quiso decir no, porque el mismo Furihata lo había dicho: es cansado jugar básquet, cansado y fastidioso y hace que sudes y apestes. Lo único bueno son los limones dulces que Furihata prepara, gracias al cielo.

Pero...

También es agradable cuando están todos.

Cuando el entrenador los invita a comer y están todos sus compañeros en la mesa y un colado (Takao), todo es más divertido y la comida sabe mucho mejor.

Esta Kuroko y su silenciosa presencia, Midorima y su inquietud por usar bien los palillos, Kise, Takao y Aomine que son más escandalosos y competitivos (sin embargo, siempre gana Murasakibara, incluso si al principio no está incluido en ver quién come más), Akashi y su eterna insistencia en sentarse siempre cerca del entrenador.

Todos ellos son divertidos...

Regresar a casa solo... no sería divertido.

— ¿Qué es lo que Furi-chin dejo ir?

A mi alma gemela.

Furihata no dice nada, solo sonríe y esa es la sonrisa más triste y rota que Murasakibara ha visto.



__________________

 

 

Ellos ganan, siguen ganando. Pero nunca podrían ganarle a Furihata.

Ellos juegan su último juego y ganan.

La graduación está cerca, y la fiesta que Kise planea para todos se acerca, para celebrar junto a el entrenador, porque aunque se gradúen, el entrenador siempre tendrá un espacio especial en su corazón.

La graduación está cerca y con ella, finalmente Akashi Seijuro le dirá al entrenador que lo ama.

Ellos ganaran, seguirán ganando...

Pero nunca podrán ganarle a Furihata.

Porque un día antes de la graduación, el entrenador Furihata simplemente desapareció.

"Mi tiempo con ustedes, se terminó. Lo disfrute muchísimo. Gracias a todos.

Furihata K."

 

Notas finales:

Por favor no pregunten, ni siquiera su autora sabe que escribió.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).