-En otras noticias, recordamos que hoy es el gran día de la Fiesta Anual de Caridad que se festeja con la intención de recaudar fondos para los orfanatos y hospitales en nuestra ciudad, que esta vez es dirigida por el gran empresario e inventor Anthony Edward Stark.
Loki miró el televisor desde la isla de su cocina con interés mientras desayunaba.
-Se rumorea que será la “Fiesta del Año”, pues Stark afirma que le dará un toque personal y en esta ocasión la fiesta tendrá como temática “Antifaces”. Mencionó que el motivo de esto era para que los que realmente quisieran ayudar de corazón, lo harían sin la luz del reflector. Algo muy…
Loki dejó de escuchar y caminó con paso decidido hacia su habitación para tomar el celular que se encontraba en su mesita de noche.
- ¿Hola? -preguntó una voz ronca y adormilada del otro lado de la línea.
-¿Antifaces? -preguntó Loki con tono ofendido- ¿En serio Stark?
-¿Cuernitos? -Loki giró los ojos con el apodo- Espera, espera, son las 7 de la mañana, ¿qué demonios haces despierto tan temprano en sábado?
-Esa no fue mi pregunta, ¿por qué no sabía que la Fiesta Anual era hoy?
-Vamos Loki, acabas de regresar de tu viaje en el extranjero, no te iba a atacar con una fiesta como esta y que te encontraras con todas las personas que saben que tu papá falló en “repararte”
-Con mayor razón me presentaré, por favor, dame una invitación.
-No puedo Cuernitos, tuve que invitar a nuestro Coleccionista favorito y probablemente lo acompañe su hermano, Jeff, tu Sugar Daddy y por quien terminaste en Europa, casi desheredado y con el corazón y cuerpo roto.
El silencio se presentó durante unos segundos hasta que Tony suspiró con cansancio.
-Esta bien, te enviaré la invitación con la Señorita Potts, pero más te vale usar el antifaz en toda la fiesta, soy el único que será el centro de atención, ¿me escuchas? -amenazó.
-Fuerte y claro, gracias, Tony, saluda a Rogers de mi parte.
-Seguro, ahora está en el gimnasio, ustedes los jóvenes tienen demasiada energía -y colgó con frustración.
Loki río por lo bajo y lanzó el celular a la cama para ir a su armario.
Después de tanto podría reintegrarse a la sociedad.
*
-Te lo digo Thor, tienes que llamar a Jane y pedirle que te acompañe -le repitió su mamá mientras almorzaban juntos- terminaron bien su relación, no le veo lo malo.
-Mamá, Jane me pidió el divorcio porque no soportaba a los periodistas encima de ella -contestó Thor con molestia- una cámara pudo más que nuestra relación, así que no sé de dónde sacaste que terminamos bien como para que la lleve a la fiesta.
-Hay que mantener las apariencias Thor -le dijo su padre con seriedad- nuestra empresa se basa en el cariño y apego que tenemos a nuestra familia.
-Lo mismo decían los Jotunheim y mira lo que paso con el hijo menor -comentó con veneno Hela mientras mordía un pan tostado.
-Pobre muchacho -Frigga reflejo la tristeza en su rostro- no quiero ni imaginar lo solo que se sintió cuando lo mandaron a escocia.
-Es el precio a pagar por sus errores -dijo Odín leyendo el periódico con tranquilidad.
-¿Errores? -preguntó Thor con ironía- Su único error fue confiar en la persona incorrecta.
Odín lo miró con seriedad y Hela hizo una sonrisa burlona, pero no se dijo nada más del tema.
-Bien, entonces los veo esta noche -dijo despidiéndose el rubio más joven.
-No tan rápido -lo detuvo su hermana y lo acompañó hasta la puerta mientras sacaba un papel de su bolsillo- llévale esto a Stark, sabes que no me llevo muy bien con tus amigos.
-¿En serio llevabas un cheque de 1 millón en tu bolsillo de bata? -preguntó Thor con asombro.
-Oh querido, un millón más, un millón menos -dijo la mujer restándole importancia y volvió al comedor.
A veces Hela era un poco extraña.
Thor salió de casa de sus padres y condujo hasta Beverly Hills.
Llegó hasta el edificio de Tony Stark y cuando el elevador estaba a punto de cerrar las puertas una maleta de gimnasio lo impidió.
-¿Qué tal Steve? -dijo Thor con una sonrisa mientras chocaba puños con el nombrado.
-Hola Thor, ¿qué tal la bolsa?
-Mejor de lo que me gustaría admitir, pero esas son charlas para Tony y mis padres.
-Tienes razón, escuché que abriste un centro de boxeo -dijo con autentica curiosidad Steve mientras ponía el código de acceso al último piso.
-Se inauguró hace dos semanas, me encantaría que un compañero del ejercito fuera a repartir unas clases, les encantaras al grupo femenil -ambos rieron con fuerza- y tal vez termines enamorando a alguna colegiala.
-¿Acaso quieres que Tony compre tu terreno y te eche por interponerte en nuestra relación?
-Anthony Stark -dijo Thor con lentitud- cuando me confesaste que eras gay no me impresione tanto como cuando me dijiste que comenzaste a salir con Tony, y tampoco me esperaba que te mudaras con él.
-Supongo que nadie se lo imaginaba -contestó Steve con un suspiro- ni siquiera Tony.
El elevador se detuvo y las puertas se abrieron. Ambos tuvieron que conversar en voz alta debido a la música rock que sonaba fuerte.
Steve tomó un comando y apagó el reproductor.
-¡Oye! -gritó alguien desde la cocina y Tony salió de ella con el ceño fruncido- ¡No toques mi reproductor Steve, te lo he dicho cientos de veces!
-Buenos días, Tony -saludó Thor con burla- supongo que hoy no es un buen día para nuestra diva.
-Pero miren nada más, Beach boy nos visita -dijo Tony saludando con la mano a Thor- ¿a qué se debe el honor?
-Mi hermana me ha mandado a darte esto -dijo tendiéndole el cheque- sabes que no le gustan las fiestas.
-Si, se nota -dijo mirando el papel con recelo- espera, odio que me den cosas que sé que voy a perder, ya sabes, un millón más, un millón menos. ¡Señorita Potts!
Un escalofrío recorrió la espalda de Thor por el excepcional parecido que tenía Tony con su hermana.
De la oficina salió una hermosa mujer, delgada y elegante y miro con seriedad a los presentes.
-Cheque -dijo Tony y señaló la mano de Thor.
-Muchas gracias Señor Borson, ¿gustaría quedarse a almorzar? -preguntó con amabilidad.
-No gracias, aún tengo recados por hacer, tal vez sea en otra ocasión.
-Bien chico, nos vemos esta noche entonces -despidió Tony.
-Te acompaño -le dijo Steve a Thor mientras se encaminaban de nuevo al elevador.
-Por cierto Srta. Potts, podría llevarle una invitación a Loki Jotunheim -le decía Tony a su secretaria.
-¿Loki? -preguntó Thor con sorpresa, regresando a donde estaba Tony- ¿Ya regresó?
-Yo tampoco lo sabía -dijo Steve- ¿Cuándo llegó?
-Ayer por la noche, me pidió ayuda con algunas cosas y lo invité a la fiesta para que se distrajera un poco.
-¿No te parece mala idea? -preguntó Steve con el ceño fruncido- Todo el mundo sabe el porqué de su viaje al extranjero.
-Se lo dije -Tony los miró con obviedad- pero oigan, ya ha pasado mucho tiempo fuera de casa, además le pedí que no se quitara su antifaz en toda la fiesta.
Thor y Steve se miraron con preocupación.
*
Se miró de nuevo el traje, de corte Slim fit de Armani, era oscuro y al reflejo de la luz destellaban tonalidades verde oliva, se puso sus Oxford negros y salió de su departamento hacia su Aston Martin negro.
-Hola bebé -dijo Loki casi saltando de emoción a su auto- te extrañé tanto.
La fiesta se celebraba en la torre Stark, lugar que se encontraba en la zona céntrica de Los Ángeles, varios pisos la conformaban pues era el lugar de trabajo del gran Tony Stark, en la torre había un gran salón en donde el dueño siempre hacía eventos de todo tipo.
Una alfombra azul había sido colocada en la entrada por donde gente reconocida pasaba y se dejaba tomar fotos, aunque era difícil reconocerlos por las máscaras y antifaces que llevaban puestos.
Solo una persona era capaz de revelar su identidad incluso con el antifaz rojo oscuro con detalles dorados puesto, lucía un smoking rojo a la medida, que hacía juego con el traje dorado de su compañero, quién llevaba una máscara completa del mismo color, pero con detalles rojos.
-¡Señor Stark! -gritaban todos los reporteros a la vez, haciendo preguntas.
“¿Él es su actual pareja?” “¿Qué pasó con Natasha Romanoff?” “¿Usted apoya a la comunidad LGBT?”
-Solo tengo esto para responder -dijo Tony antes de soltar la mano de su compañero y besarlo sobre la máscara.
Las fotografías no se hicieron esperar y mas preguntas inundaron el lugar. Tony solo sonrió y palmeó la mejilla de Steve.
-Vamos cariño.
Steve río por lo bajo. Tony siempre sabía cómo sobresalir.
Los reporteros tuvieron una noche difícil para reconocer a los invitados. Algunos usaban máscaras muy elaboradas y era muy complicado distinguirlos.
Un Aston Martin se paró en la entrada media hora más tarde y los reporteros se preguntaban con curiosidad quién podría ser.
Loki se acomodó bien se antifaz veneciano que le daba un toque misterioso y elegante, era negro con toques verdes decorados y una línea dorada enmarcaba el objeto.
Todos los reporteros estaban impresionados por el porte fino y elegante con el que el hombre caminaba, era delgado y amable, todos notaron al ver como agradecía al Valet y abotonando su traje comenzó a caminar por la alfombra.
Sonrió con arrogancia, ese era su lugar, rodeado de cámaras y admiración. Sabía que era atractivo, él había heredado la belleza de su familia, su porte y confianza ante un público lo había ganado en las pasarelas en las que había concursado casi toda su vida.
Entregó la invitación a la asistente que se encontraba en la entrada y pasó sabiendo que todo el mundo se preguntaba quién podría ser.
Entró al gran salón y un mesero le ofreció una copa.
Dudó un momento, no había bebido ni una sola gota de alcohol desde que se fue, y de eso ya dos años. Pero un poco de champán no contaba como volver a la adicción.
La fiesta era como su planeador, muy extravagante y llena de diversión. Los meseros iban vestidos de bufones, zanqueros bailaban y reían con las personas, era una explosión de colores extrañamente combinada de elegancia.
Un Arlequín se subió a la tarima que había detrás de la pista de baile y con risas y bromas invitó a todos a sentarse en sus lugares.
Loki buscó la mesa de Tony, pues ahí era en donde se encontraba su lugar.
-Buenas noches, Anthony, Steve -dijo el joven con una sonrisa reconociendo inmediatamente a su amigo pelinegro- me encantan los trajes a juego.
-Hola chico -dijo Steve con una sonrisa tras la máscara.
-Siéntate niño, ellos son el Dr. Bruce Banner y el Dr. Stephen Strenge -presentó Tony a dos atractivos hombres a la vista de Loki, usaban las máscaras del teatro, el primero la máscara triste y el segundo la sonriente- colegas míos, chicos, él es Loki Jotunheim.
-Mucho gusto -dijo el Dr. Bruce tendiendo su mano.
-El gusto es mío -respondió Loki elocuente. El otro hombre simplemente le hizo un asentimiento de saludo y él contestó igual.
Loki tomó asiento junto a Tony.
-¿Tus padres saben que vendrías? -preguntó Tony mirando dos mesas por su lado izquierdo en donde se encontraba la familia Jotunheim.
-Quiero suponer que no, no he hablado con ellos desde que tomé el avión de regreso a casa.
-Entonces, te pido de la manera más amable que no se te ocurra participar en la subasta, no compliques las cosas y mantente lejos del alcohol -le advirtió Tony en un susurro.
-Vamos viejo -le dijo Loki con una sonrisa- no tienes porqué desconfiar de mí, no soy la misma persona que antes, realmente me rehabilité, por eso me dejaron salir del hospital.
Tony lo miró con suspicacia, conocía esa sonrisa en su joven amigo, era la sonrisa que ponía cuando quería convencer a alguien, sin embargo, no dijo nada y le dio una corta sonrisa para mirar al Arlequín, quién hacía comentarios graciosos en lo que esperaba que la gente se sentara y rellenaran las copas de todos. Loki pidió un vaso de agua.
-Muy buenas noches, Señor Stark -dijo un hombre regordete con antifaz blanco y el resto de la cara maquillada, abusaba del rubor y el rojo en sus labios era muy llamativo- fue un placer ser invitado.
-No podía dejar de lado al gran Coleccionista en esta subasta -dijo Tony levantándose y cubriendo a la vez a Loki, quién se había puesto más pálido de lo que ya era- ¿Cómo estas Taneleer?
-Excelente, excelente -repitió con emoción- veo que estas muy bien acompañado.
-Así es, te los presentare a la hora del baile, por ahora ya comenzará la subasta y quiero que dejes a todos estos ricos sin nada en el bolsillo.
-Como usted ordene, vámonos Jeff -dijo el hombre detrás de él.
-¡Anthony Stark! -saludó el nombrado que llevaba una máscara azul de bordados dorados- Me alegra verte, hace mucho que no te pasas a mi amado Sakaar para una buena apuesta.
Loki quería vomitar, creía estar preparado para estar cerca de él, pero los recuerdos lo traicionaban.
-He estado ocupado, Gran Maestro, pero espero ir pronto.
-Perfecto, entonces nos retiramos a nuestros asientos con tu permiso.
Ambos ostentosos hermanos se fueron y se sentaron a unas mesas detrás de ellos.
Tony miró a Loki con preocupación, pero este le sonrió en respuesta. La sonrisa no le llegó a los ojos, pero por el antifaz no se dio cuenta.
El evento comenzó cuando el Arlequín pidió silencio en la sala.
-Bienvenidos a todos, agradecemos su presencia y antes de comenzar con la subasta quiero pedir un fuerte aplauso para su grandiosísima señoría: ¡el único e inigualable Tony Stark!
Todos aplaudieron con emoción y Tony se levantó de su silla para saludar a todos con la mano y lanzando besos con la otra, hizo un ademán con la mano y de nuevo volvió a hablar el Arlequín mientras explicaba el proceso del evento.
-Bien entonces comenzamos, pero no sin antes mencionar al gran Señor, quien siempre nos consigue aquello que mas buscamos, denle un aplauso al impresionante Taneleer Tivan o mejor conocido como ¡El Coleccionista!
Todos volvieron a aplaudir y el hombre regordete se levantó con dificultad e hizo una pequeña reverencia como saludo.
-¿Qué hace ese imbécil aquí? -preguntó Helblind Jotunheim, mirando hacia la mesa del Coleccionista en donde se encontraba Jeff.
-Ten más cuidado con lo que dices Helblind, hay oídos en todas partes -regañó su padre sin prestarle importancia.
-Sino fuera por él, Loki podría estar disfrutando esta noche con nosotros -musitó molesto Byleistr.
-Loki tomó las decisiones que tomó por gusto y placer, no merece que ustedes piensen en él cuando ni siquiera considero a su familia en ese tiempo -dijo Laufey con crueldad y dando por terminada la conversación.
Objeto tras objeto fueron presentados y subastados al mejor postor, relojes, collares, cuadros o esculturas que eran casi imposible de conseguir en otro lugar.
Loki miraba con aburrimiento los objetos, si su amigo Tony no le hubiera prohibido participar, se la estaría pasando en grande.
Presentaron un balón de futbol americano firmado por los Patriots y para curiosidad y extrañeza de Loki, muchos lo querían.
-20 mil dólares -gritó una voz ronca que atrajo toda la atención del pelinegro, voleo a ver al hombre que ofrecía tanto por un simple balón y sintió el corazón latir con fuerza.
Era Thor Borson.