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Ringoring por gonwaifu

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Notas del capitulo:

Continuación :'D perdonen la tardanza. 

Killua abrió en grande sus ojos ¿Estaba soñando, verdad? Con eso en mente se dio un pellisco muy fuerte esperando despertar en la cama donde ahora un avergonzado y rojo Gon se encontraba, intentando esconder su desnudez entre las sábanas con desespero.

 

El albino de repente cayó en cuenta de que lo que estaba sucediendo no era ni un sueño al ver que todo seguía intacto, realmente estaba sucediendo.

 

Sin querer, olisqueó la habitación sintiendo el olor a celo de Gon por todo el lugar, la cordura que tenía se había esfumado totalmente en un parpadeo. Sus ojos se afilaron de forma peligrosa, entrando por fin a la habitación y cerrando la puerta detrás suya.

 

–A-am... Esto t-tiene una explicación... —Intentó excusarse Gon con la cabeza roja, hecha un lío total mientras retrocedía aún sobre la cama, observando como Killua dejaba las bolsas en la mesa que estaba a su lado, escondiendo sus ojos rasgados en su flequillo, acercándose ahora a paso lento hacia el omega quien temblaba de nervios "¡Realmente no hay explicación! ¡A-ahora que hago! Killua debe estar muy molesto conmigo en este momento... y nuestra amistad jamás volverá a ser como antes otra vez." Pensó, ignorando el hecho de que estaba en medio de su celo, claramente sentía aún su cuerpo caliente, y más aún al tener a un alfa frente a él, y al parecer, era el alfa que amaba, pero aún no caía en cuenta en ello.

 

Perdido en sus pensamientos apenas entró en razón de que el albino ya se encontraba sobre la cama, muy cerca, gateando hacia él, con la mirada totalmente distinta e ida, algo que al moreno le sorprendió y asustó por recordar algo. "¡E-Es cierto... Estoy en medio de mi celo!" Su cuerpo comenzó a sudar, ansiando ser tocado y explorado por aquel alfa de cabellos albinos y profundos ojos azules que lo devoraban con la mirada.

 

El ojimiel aún trataba de retroceder, aunque en realidad su cuerpo hacía lo contrario, aquella contradiccion sólo hizo que se quedara totalmente quieto y con apenas las sábanas tapandole el cuerpo.

 

Killua tomó su muñeca con suavidad aprovechando que el contrario se había quedado quietesito, y Gon lo miró directamente, perdiéndose en aquel mar con los ojos nublados y deseosos.

 

—K-Killua.. —Jadeo sin querer bajando su mirada hacia los pantalones del contrario viendo un notorio bulto agrandandose dolorosamente a cada segundo. —Gon... V-vete... —Gimió aunque su agarre permanecía igual de fuerte en su extremidad. Se estaba conteniendo para no follarselo en ese instante. Lamentablemente el omega interior de Gon exigía quedarse, después de todo estaba en época de celo y lo único que quería en ese momento era tener sexo.

 

"¡Muévete cuerpo!" Exigía mentalmente el moreno quien se había quedado asustado por el gran tamaño de ¡Esa cosa que tenía Killua! Y por todo lo que estaba sucediendo. 

 

Lamentablemente no podía, incluso internamente el quería quedarse con él. —¡Vete! N-no podré controlarme... —Volvió a exigir Killua quien se había puesto ahora sobre el omega impidiendo su huida si es que eso quería hacer.

 

—N-no quiero... —Susurró Gon sonrojado hasta las orejas sintiendo su entrada palpitar ansiosa, olisqueando el aroma del alfa rodearlos a ambos, excitando más al pobre moreno quien gimió sutilmente cuando ese aroma iba directamente hacia él, envolviendolo y llenándo sus pulmones. 

 

El omega interior de Gon hizo que su cuerpo se moviera sólo, abriendo sus piernas y permitiendo que el contrario se colocara entre ellas, mientras rodeaba el cuello del más alto con sus brazos temblorosos.

Los acercó ambos, poniendo algo de fuerza, y, ya sin más, rápidamente el alfa lo besó intensamente, deseoso, ansioso, y muy excitado.

Colocó sus manos a cada lado de la cintura del mayor y acarició su piel desnuda pues la playera de Gon yacía sobre sus pezones, arrugada y posicionada sobre su clavícula.

–Mmhg... –El peliplateado coló su lengua dentro de aquella deliciosa boca, jugando con la del inocente omega quien se aferró ahora a su espalda, rodeando su cintura con algo de fuerza con las piernas.

Se alejaron un momento para respirar y volvieron a besarse, separando sus bocas para juntar sus lenguas y compartir saliva la cual resvalaba por el mentón del moreno lentamente.

 

Killua deslizó su mano hasta su abdomen, posicionandolo de tal forma que le hizo dar pequeñas cosquillas placenteras, rozando su pelvis juguetonamente, escuchando un sonido mojado por parte del contrario quien sacudió un poco sus caderas hacia los lados, haciendo que su entrada se contrajera y mojara a medida que sus caricias bajaban más y más.

 

Sus besos bajaron por su mentón y luego cuello, lamiendo suavemente y dando un gruñido cuando la pierna de Gon se movió, rozando su ereccion dolorosa.

Atrapó su pezón el cual se encontraba un poco duro y rojito por la manipulación que Gon se había hecho pensando en él.

 

–A-ahm... –Sus manos tocaron la erección palpitante de Gon, haciendo a este crisparse y temblar de placer deliciosamente, entrecerró sus ojos en delirio, viendo borroso por lo llorosos que estaban.

Killua bombeó y masturbó el pequeño pene del omega, mientras pasaba su lengua por el otro pezón desatendido, mordisqueando y jugueteando con la punta y luego alrededor del área.

 

La entrada de Gon siguió mojandose a medida que los toqueteos del alfa se incrementaban. Era un desastre gimiente y sudoroso en ese momento, moviéndose a veces por las sensaciones que lo golpeaban con ráfagas de placer.

 

–Y-Ya... No puedo~..–Gimió, sintiendo que su miembro goteaba cada vez más y su entrada también.

Killua al escuchar eso desplazó su mano sobrante, yendo desde su cadera hacia su ano, acariciando la mojada entrada con dos dedos los cuales se movieron suavemente por la superficie, insertandose sólo hasta la punta y luego sacándolos rápido. –¡A-Ah~! No... Se siente muy... Mmgh... –Cuándo Killua mordió su pezón fue lo suficiente para hacer que el omega se viniera en pequeños chorros. –¡Wahh~! – Cerró sus ojos llorozos haciendo que las lágrimas cayeran por sus mejillas y sacó la lengua sutilmente, babeando por su orgasmo el cuál lo azotó bastante fuerte, arqueando su espalda hacia arriba -donde su dominante estaba- y el cual sentía cada vez más mojada su entrada a medida que lo ordeñaba con movimientos suaves con sus dedos.

 

Zoldyck dejó en paz su pezón y desalojó su interior. También soltó el pene de Gon y se alejó para ver la adorable expresión de placer de su mejor amigo, disfrutando de su orgasmo mientras tamblaba sobre la cama, sudoroso y jadeante.

 

Era una agradable vista.

 

Su erección crecía y crecía hasta el punto el en cuál pareciese que en cualquier momento rompería su pantalón.

Suspiró ante esto, y apartó la mirada del omega para bajarselos junto a la ropa interior sintiendo el aire golpear su virilidad levemente mojada, palpitante y levantada.

 

—Kiwuah. —El llamado le hizo volver su mirada a Gon todavía con su lengua afuera, mojando la almohada bajo suya, notando que abrazaba su camisón morado que había dejado en la cama para usarlo de pijama.

Notaba las pequeñas nubes de vapor salir de su boca por su acelerada respiración, aferrandose a su prenda y aún teniendo ligeros espasmos por su orgasmo con los ojos entrecerrados y las mejillas rojas hasta las orejas.

 

Fue un duro golpe para él.

 

Pero ahora el problema era ¿Qué posición sería la mejor? Se lo pensaría si estuviera en sus cinco sentidos, pero en ese momento era una bestia en celo con el único objetivo de hacerle bebés a Gon.

 

Entonces agarró de los muslos al mayor quien tembló ante el repentino tocamiento, girando su rostro todo extasiado hacia arriba, mirando el cabello albino tapar su expresión.

—Kiwuuu-ah. —Volvió a implorar su atención, sintiendo que las manos del mencionado bajaban cada vez más hasta llegar a sus glúteos, masajeando y acariciando un momento haciendole sacar suspiros de placer y deseo.

 

Killua separó sus nalgas dejando su entrada lubricada totalmente expuesta, sintiendo el aire frío que entraba por la ventana pasar como una pequeña ventizca por su agujerito. —Ghhh. —Le escuchó gruñir a Killua, tal vez peleando mentalmente para controlarse y al menos no romper en dos al omega; soltando su aroma nuevamente, rodeandolos a ambos para excitar aún más al tembloroso azabache quién seguía babeando y soltando fluidos de su entrada y miembro ya totalmente levantado otra vez.

 

Zoldyck se colocó y acomodó mejor entre sus piernas, dirigiendo su palpitante erección a la necesitada y contrayente entrada a su disposición. —E-Entra~ Kiwuah.. —Rogó como pudo entre tantos jadeos, ya había aceptado su destino y, lamentablemente, no quería interrumpirlo para nada. —Ghrr. —Killua al parecer no tenía la capacidad para hablar ahora, sólo soltaba gruñidos y sonidos indescifrables. 

 

Gon simplemente se dejaba hacer, totalmente sumiso y cautivado, moviendo lentamente su cadera a los lados con la idea de que aquel gran miembro lo llenara de leche. 

 

Y eso pasó, la punta del falo goteante de Killua comenzó a entrar en contacto con el pequeño hoyo de su mejor amigo el cual lo recibió gustoso, no sabiendo muy bien si cerrar los ojos, mirar a Killua o lo que sucedía ahora entre ellos. Dios, estaba entrando, era demasiado grande. —K-Killuahh... —Entrecerró los ojos, sintiendo gruesas gotas saladas de sudor resbalar por su frente, pero eso no detuvo al alfa, siguió y siguió, sintiendo las aterciopeladas paredes del mayor apresarlo con insistencia. —Hhgghg... —Se mostraba también sonrojado y sudoroso, agarrando los muslos de Gon para retenerlo y que, si este intentara apartarlo en esos momentos, sería imposible aunque, claro, eso no estaba en los planes del pequeño omega. 

 

Aquel miembro duro y goteante ya estaba a la mitad, pero eso era suficiente para hacer retorcer al omega totalmente satisfecho con tan grande proeza, sonreía de mero gozo observando la penetrante mirada del albino observarlo con tal detalle, se sentía tan pero tan satisfecho en ese momento. 

 

Le encantaba ser deseado. 

 

Mientras que el albino en realidad tenía una batalla mental, su alfa interior peleaba contra la poca cordura que conservaba, pero obviamente su parte dominante estaba ganando la pelea pues seguía ejerciendo presión en el ambiente, soltando su aroma y asfixiando con aquello a su amante. Siguió entrando y conforme más lo hacía más apretado y húmedo estaba. —kyaa... Kiwuahh.. —Los dedos del albino masajeaban sus glúteos ahora, le transmitían tantas sensaciones en ese momento que sentía que tendría una explosión en ese instante. 

 

Y al fin acabó.

Killua soltó un largo jadeo, y luego suspiró y dio bocanadas de aire con una expresión seria pero a la vez excitada. 

Gon abrió lentamente los ojos llorosos, agitando sus pestañas de forma adorable encontrandose con los azules del alfa. —Ghhh... Gonhh... —Murmuró con la respiración entrecortada, tropezando con las sílabas. 

Se sentía inseguro, no quería seguir haciendo eso, pero no podía detenerse. 

 

Entonces Gon alzó lentamente su mano hacia la suave y caliente mejilla contraria, sorprendiendolo. 

Pasó su dedo pulgar por su pómulo, dando una pequeña sonrisa. 

Ese pequeño gesto simplemente maravillo la nublada mente del albino, esas avellanas que brillaban de lujuria, esas regordetas mejillas pintadas de rosado, esos labios levemente hinchados por los besos, esas pequeñas lágrimas de placer, todo, era tan hermoso. 

 

—Gon... —Jadeó, y por un momento ganó su parte cuerda. —Killua... —Respondió en un susurro. 

 

Las miradas hablaban por ellos, y sabían que era lo que querían en ese momento. 

El albino ahora sostuvo y acunó su rostro entre sus manos mientras que el moreno acomodaba sus piernas alrededor de la cintura del alfa, dando un pequeño gemido al sentir una pequeña embestida en su interior. 

 

Aquello había causado tantas emociones en ambos, sus corazones latian desbocados y sus labios imploraban contacto, y lo hicieron, se juntaron en una acolorada batalla de lenguas y compartiendo saliva mientras que Killua se acomodaba mejor para comenzar a moverse dentro de aquella cueva. 

Deslizó ligeramente su pelvis hacia atrás para dar otra embestida más profunda y fuerte haciendo a Gon callar el gutural gemido que hubiese salido de su garganta si no estuviera en aquel beso. 

 

Y lo hizo otra vez, y otra, y otra, hasta que simplemente se volvió algo sucesivo, rápido, caliente, fogozo, miles de características más se podrían añadir, pero no serían suficientes para describir aquella muestra de afecto. 

 

—A-ah... S-siento que... —Al fin pudo pronunciar cuando su boca ya no era profanada, los besos de Killua se trasladaron a sus pezones erectos, jugando con la adorable punta de uno de ellos mientras embestia con la misma velocidad de antes. —Hazlo... —Gruñó, chupandolo y jugando entre aquel territorio coloreado por el sol. 

 

Tembló sintiendo su punto ser rozado repetidas veces. —¡Ah! ¡Y-ya no puedo..! —El albino tampoco podría por mucho tiempo más tampoco, sentía que todo su cuerpo se calentaba de un momento a otro y que todo ese calor iba directamente hacia la punta de su miembro. 

 

Antes de que su mente volviera a tomar control de él, tomó el miembro de Gon con su mano izquierda y comenzó a bombear sintiendo las contracciones de su recto succionarlo hasta el fondo.

Liquido preseminal salía de ambos, la boca de Killua se acercó de repente al cuello de Gon, mostrando sus colmillos mientras sacaba su miembro del interior del omega para ahora marturbar a ambos al mismo tiempo. —Killuaaaahh. —Gritó en un gemido mientras arqueaba la espalda y cerraba sus ojos con fuerza al sentir los colmillos del alfa incrustarse en su cuello, dejando en claro que ahora Gon le pertenecía a él. 

 

Se corrieron al mismo tiempo, mientras el albino callaba su gruñido en el área donde mordió. Gon jadeaba adolorido y a la vez perdido en su clímax haciendo una expresión de lo más excitante. 

 

Pasado un minuto exacto, el alfa procedió a retirar sus dientes de su cuello, observando gotas de sangre caer por la zona, haciendo que Gon diese un quejido de dolor mientras aún respiraba agitado y cansado. 

 

Killua escondió la mirada en su flequillo. 

 

—Te amo... Killua... —Se le salió sin querer, escuchando un gran silencio luego de sus palabras. 

 

La habitación los acobijó en otra noche más. 

 

Notas finales:

No sé si escribí más en esta historia así que por ahora quedará pausada/finalizada si no la actualizo nuevamente. 


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