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Cambios por JennVilla

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Draco sólo necesita un minuto de paz; un sinfín de pensamientos y sentimientos están amenazando con darle un inmenso dolor de cabeza.

Ahora está en el baño, intentando poner las cosas en orden en su mente. Una de las cosas que le están atormentando últimamente es la cuestión con la extraña cercanía que se está tomando Harry Potter con él. Draco puede entender que las cosas del pasado hacen parte del mismo y que tienen que dejarse atrás para poder continuar, pero es que con el Gryffindor es diferente... Siempre ha sido diferente.

Draco está perdido en sus pensamientos; recuerda cómo Harry le defendió ante esos Ravenclaw y también se viene a su mente la tarde en la biblioteca junto a él, la agradable compañía que había resultado ser el otro chico quien en un comienzo sólo había significado un incordio para Draco.

—Así que aquí tenemos al Mortífago.

Draco levanta la vista al espejo y ve el reflejo de uno de los Ravenclaw del pasillo.

— ¿Me necesitas para algo? —Draco gira hacia el chico y sonríe con desdén— Debo decir que es bastante poco inteligente viniendo de un Ravenclaw; algunos me consideran peligroso, ¿sabes?

—Puede que asustes a algunos —escupe el otro—. Pero yo sé lo que realmente eres. No deberías estar aquí. Eres patético.

— ¿Eso es todo entonces? —pregunta Draco mirando la varita en ristre del Ravenclaw— Ya suponía yo que buscarías atacarme cuando nadie estuviera viendo. No estoy muy seguro de que yo sea el patético aquí. —termina con una sonrisa

El chico gruñe y lanza a Draco un depulso, enviándole violentamente por los aires contra los espejos. Draco cae bruscamente en el suelo y puede sentir un hilillo de sangre saliendo de su nariz.

— ¡Mi hermana pequeña —grita el Ravenclaw lleno de ira— está muerta por tu culpa!

La puerta se abre con estrépito y las otras dos Ravenclaw entran en el baño con gestos preocupados.

— ¡Justin! —grita una de ellas con horror.

— ¿Cómo crees que me siento —continúa gritando a Draco— viéndote caminar por los pasillos del colegio como si nada, sin que pagues las consecuencias de tus actos?

— ¿Por qué debería importarme? —pregunta Draco con voz ronca— ¡Haz lo que tengas que hacer entonces, y acaba con esto!

— ¡Cállate! ¡No me hagas hechizarte de nuevo! —grita Justin.

— ¡Eres una escoria, mortífago! —grita una de las chicas antes de quedarse totalmente muda al ver que el hechizo que iba a lanzar Justin a Draco, es interrumpido por un expelliarmus, provocando que Justin pierda el equilibrio y su varita.

Todos giran asustados para ver a Harry entrar por completo al baño con la furia grabada en su cara.

— ¿Qué creen que están haciendo?—grita Harry.

Justin se pone de pie y enfrenta al Gryffindor.

— ¿Por qué le defiendes? —exige— ¿No entiendes que él es el culpable de que mi hermana esté muerta?

— ¿Y tú acaso crees que tu hermana quisiera verte en esta situación? ¿Crees que ella hubiera querido verte en problemas por atacar a alguien? ¡Además, Malfoy no le hizo nada a ella!

— ¡Él es un mortífago! ¡Él debe ser castigado!

—Vámonos, Justin. —ruega una de ellas sintiendo cómo la magia de Harry empieza a descontrolarse.

Las chicas salen del baño apresuradamente y Justin se percata apenas ahora de la apariencia amenazante de Harry. Cuando intenta irse también, Harry se interpone en su camino y le apunta con su varita.

—No vuelvas a acercártele. —sisea. Justin le mira con una mezcla de rencor y miedo. Recupera su varita y sale con apresuradas y enojadas zancadas.

— ¡Merlín, Malfoy! —Harry no espera para ir junto a un maltrecho Draco.

—No te preocupes. No es la primera vez que pasa. —dice Draco resistiendo un gesto de dolor.

— ¿Por qué no te defiendes? —pregunta Harry intentando buscar alguna manera de ayudarle.

—Porque sé que me lo merezco. —murmura Draco sin poder evitarlo y con un peso en su estómago.

—Eso no es así, Malfoy. No digas eso. —Harry también baja la voz.

Draco niega vehemente con la cabeza y un ligero sollozo sale de lo profundo de su garganta.

—Lo siento, Harry —dice sin notar el sobresalto del azabache—. Siento haber sido así de cabrón contigo y tus amigos —Draco trata de que su voz no tiemble—. Estuve en las filas del mago más malvado de todos los tiempos, el mismo que te quería muerto-

—Eso ya no importa, Draco.

— ¡Claro que sí! —Draco grita poniéndose de pie con un poco de dificultad— ¿Cómo puedes decir que no importa? ¿Cómo se supone que yo pueda vivir en paz con todo lo que hice?

—Yo también cometí errores —Harry se pone de pie—. Cosas que nunca debí haber dicho. Personas que nunca debí haber lastimado. Personas que nunca debí haber perdido —Harry baja la voz un poco, e intenta no dejar que los recuerdos lleguen a él—. Pero todos tenemos que seguir adelante.

Después de un momento de silencio, Draco hace una mueca y Harry se sobresalta.

—Voy a llevarte al ala del hospital. —dice Harry sin obtener quejas de Draco.


Ambos chicos van por el pasillo hacia la enfermería y se encuentran con Hermione y Ron.

— ¡Harry! ¿Dónde estabas? —Hermione avanza hacia ellos con gesto preocupado y cuando repara en Draco, deja salir un grito— ¡Malfoy!

—Demonios... —exclama Ron— ¿Qué le pasó?

—Atacaron a Malfoy —dice Harry simplemente—. Necesito llevarlo a la enfermería

Ron suspira y se acerca a ambos chicos. Vacila un poco, y luego sujeta por uno de los codos a Draco. Este se congela por un momento por la sorpresa, pero se decide a seguir adelante. En este momento su cuerpo duele más que su orgullo.

—Aprecio tu ayuda, Weasley. —Draco trata de sonar sarcástico pero le es imposible y no entiende porqué.


— ¿Otra vez? —Pomfrey pregunta con un suspiro. Luego se apresura en recibir a Draco y llevarlo a una de las camas— Ven para acá, trataré de ayudarte lo más rápido posible. Los demás se pueden ir, gracias por traerlo aquí. —dice con voz autoritaria, en dirección a Harry y sus amigos.

—Preferiría quedarme con él —dice Harry con firmeza—. Quiero estar seguro de que él se ponga bien

—Si tú insistes, muchacho —suspira la Medibruja—. Quédate en la cama un momento, Draco. Ya regreso.

Pomfrey se retira hacia el cuarto de suministros y los chicos quedan en medio de un silencio incómodo.

—Me reuniré con ustedes luego. —dice Harry a sus amigos.

—Está bien —dice Hermione—. Espero que te mejores, Malfoy.

—Gracias, Granger. —Draco intenta ocultar su sorpresa.

Ron abre mucho los ojos y mira con incredulidad a su novia.

Espero que te mejores. ¿Es enserio, Mione? ¿Por qué todos estamos tratando bien a Malfoy?

Hermione pone los ojos en blanco y tira del brazo del pelirrojo para sacarlo de allí.

Cuando los Gryffindor desaparecen, Harry gira hacia Draco. Le observa por un momento y luego ríe.

— ¿Qué te parece tan gracioso, Potter? —gruñe Draco.

—Sólo estaba pensando en la cantidad de veces que yo he estado aquí. No creí que la primera vez en este año, sería esperando al lado tuyo a que te recuperaras.

Draco sonríe.

—Siempre he dicho que tenías un tornillo suelto en ese nido de pájaros que tienes por cabeza. —dice suavemente.

Harry ríe de nuevo y Draco no es capaz de ocultar otra sonrisa.

— ¿Así que se ha acabado eso de "tratarme con frialdad"? —dice el Gryffindor con gesto confiado.

—Lo que sea, Potter —Draco bufa con fastidio—. Lo que no necesito es que estés por ahí protegiéndome como si yo fuera tu damisela en apuros.

—Ah, así que estamos de vuelta con el Potter, ¿eh? —Harry ignora lo otro y sigue sonriendo— Creo recordar que me llamaste Harry hace poco

—No seas ridículo. —Draco siente un poco de calor en su rostro.

—Bueno, bueno, mis niños —anuncia Pomfrey llegando con unos frascos y su varita—. Ya es hora de volver a la normalidad.


—Muy bien. Creo que ya puedes irte —canturrea la Medibruja. Draco está en frente de ella con un mejor aspecto—. De todas maneras, tienes que ser cuidadoso —recomienda—. Las pomadas tardarán un poco con tus moretones.

—Sí. Gracias. —Draco dice con sinceridad

—Antes de que se retiren, ¿puedo hablar contigo un momento, Harry?

—Claro.

Draco observa todo con desconfianza, pero luego decide retirarse.

—Creo que ya debes saber que el señor Malfoy parece ser un objetivo este año, Harry —empieza la mujer sin dilación—. Ya sabes, muchos no han olvidado lo que pasó, así que yo creo que lo mejor es que Draco tenga un poco de ayuda con esto. Alguien que le... cuide. Estoy segura de que él no confiará en contarle a alguien más sobre sus problemas, así que puede ser un poco difícil...

—No se preocupe, Madame Pomfrey —dice Harry—. Yo me haré cargo.

Ella sonríe y le palmea el hombro.

—Muy bien.


Pansy tiene un tic nervioso en su pierna. Conjura nuevamente un tempus y suspira.

—Draco se está demorando otra vez. ¡El prometió que me iba a ayudar con ese ensayo!

Blaise aparta la mirada del fuego en la chimenea de la sala común y frunce el ceño.

—No se le veía muy bien en clase. Parecía muy perdido en sus pensamientos.

Pansy le mira con curiosidad pero se sobresalta cuando ve a Draco entrar a la sala en compañía de Harry.

— ¡Draco! ¿Qué te pasó en la cara? —exclama ella.

—Nada por lo cual preocuparse. Sólo unos cuantos idiotas de quinto tomando venganza o algo así. —dice el rubio con tranquilidad.

Pansy alza una ceja y se inclina un poco para mirar a Harry detrás de Draco.

— ¿Por qué Potter está aquí?

—Eh... yo...

—Él... él me ayudó —dice Draco mirando a otro lado—. Ya sabes, los Gryffindor como siempre con sus complejos de héroes.

—Bueno, entonces gracias por salvar a mi Draquito, Potter. —sonríe Pansy y le guiña un ojo.

Draco pone los ojos en blanco y mira a Harry.

—Es mejor que te vayas de aquí antes de que a Pansy se le ocurra hacer otra escena como esta.

Harry sonríe.

—Está bien. Nos vemos... ¿mañana?

—Está bien. —Draco mira sus pies con azoro.

Harry asiente y sale sin decir más. Draco puede oír las risitas de sus amigos.

— ¿Qué? —gruñe dando la vuelta y fulminando con la mirada a los otros dos.

—Nada. —dicen Pansy y Blaise con inocencia.


Ron, Hermione y Ginny están en unos de los sofás de la sala común de Gryffindor cuando Harry entra.

— ¡Harry! ¿Cómo sigue Malfoy? —pregunta Hermione.

—Ya está mucho mejor. —responde Harry.

—Bien... me alegro —titubea la castaña—. Ya sabes, me alegro de que ustedes por fin se estén llevando bien. Aunque es duro acostumbrarse a ver eso. —ríe ella.

—Sí. Hasta a mí me sorprende. —Harry se encoge de hombros.

—Yo creo que eso es raro. —dice Ron simplemente con un gesto de asco.

— ¡Harry! —Seamus se acerca a ellos junto a Neville y Dean— ¿Es verdad que te has vuelto loco?

— ¿De verdad defendiste a Malfoy de esos Ravenclaw? —pregunta Neville.

—No es la primera vez que Harry le salva el culo a Malfoy. —dice Ron.

—Supongo que consiguió lo que quería —dice Ginny con rencor—. De todas maneras, no se puede olvidar lo cabrón que él ha sido en todos estos años con nosotros.

—Él ya no es así —dice Harry—. Bueno... aún es un idiota, pero entre ambos estamos tratando de ser civiles este año.

— ¿Persiguiéndolo después de clase es lo que tu llamas ser civil? —dice Ron entrecerrando los ojos.

— ¡Ron! —Harry amonesta.

— ¿Tú le... persigues? —pregunta Neville con una mueca.

— ¡No!

Ron pone los ojos en blanco.

—La verdad es que-

— ¡Cállate Ron! —grita Harry— Sólo quería tratar unas cosas con él, eso es todo. ¿Podemos dejar de hablar de eso?

Ron le mira con sorpresa y Harry tiene que recordarse que Ron es su mejor amigo. No puede iniciar una pelea con él. Neville se encoge de hombros y cambia de tema.

— ¿Aún sigue en pie la salida a Hogsmeade esta noche?

Todos los Gryffindor olvidan lo anterior y empiezan a hablar al tiempo sobre todo lo que harán en el pueblo vecino.

—Y tenemos la mañana libre, así que ya saben lo que eso significa. —dice Dean con gesto travieso.

— ¡Whiskey de Fuego! —gritan todos menos Hermione.

— ¡No! No podemos beber. Si somos descubiertos, ¡nos pondrán en detención! ¡Sin mencionar que el toque de queda es a las doce!

—No te preocupes Mione. No beberemos tanto. —dice Ron. Hermione bufa incrédula y el pelirrojo le besa en la mejilla. La prefecta no tiene más remedio que aceptar.


Nadie imaginaría que, desde lados opuestos, un Slytherin y un Gryffindor, aún en medio de un juego de ajedrez o una reunión en Hogsmeade, estarían pensando en el otro.

—Me pregunto que estará haciendo Harry...

—Me pregunto que estará haciendo Draco...

Es muy seguro que cuando ambos se den cuenta a dónde se dirigen sus pensamientos, frenarán en seco lo que estén haciendo y sentirán el calor subir por toda su cara.


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