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Cambios por JennVilla

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Después de que pase un rato y que Harry siga observando hacia donde partió su amigo, Draco decide hablar de nuevo:

—Bueno, creo que es un mal momento para decir que disfruté un poco viendo todo eso.

—No es divertido, Draco. Es sólo… ¡Él es tan manipulador! ¡Él no puede venir acá y decirme con quién estar y con quién no!

—Bueno. En mi defensa, debo decir que yo no insistí en que me acompañaras para hacer la tarea, Potter. Todavía puedes ir con Weasley y brindarle la compañía que él tan desesperadamente busca.

—Mira, él lo entenderá eventualmente, estoy seguro. Y ya así, podré considerar estar con él o no —Harry se cruza de brazos y mira fijamente a Draco—. Aún necesitas mi ayuda, ¿no? Te veré más tarde entonces. —termina diciendo sin esperar respuesta para poder retirarse.

Draco le observa desde su lugar y suspira.

¿Por qué insiste en ayudarme? piensa con fastidio y curiosidad.


Ron entra rápidamente en su sala común, encontrándose con Ginny y Hermione.

—Hola, Ron. ¿Le preguntaste a-? —Hermione se interrumpe al ver el gesto abatido de su novio— ¿Qué pasa?

—Harry no vendrá —dice él evadiendo su mirada—. ¡Y no vendrá porque prefiere estar con el estúpido hurón!

—Oh…

— ¡No puedo creer que él lo escoge a él por encima de nosotros! Soy capaz de apostar que ese cabrón lo tiene bajo un maleficio.

—No creo que sea eso, Ron. —dice Ginny con tono apaciguador.

—Oh, esto sí que no puedo creerlo —Ron tiene muy roja la cara—. ¿Incluso tú le defiendes? ¿Por qué de repente todo el mundo está bien con Malfoy?

—Cálmate, Ron —Hermione se acerca a él y le sujeta el brazo cariñosamente—. Simplemente, las cosas son diferentes ahora con Malfoy. Pero eso no significa que Harry lo esté escogiendo por encima de-

— ¡Él acaba de decirme en mi propia cara que prefiere estar con ese gilipollas esta noche! ¡Incluso cuando había prometido desde antes que saldría con nosotros!

—Bueno, ciertamente vendrá con nosotros una próxima vez.

—Lo dudo. Parece que está disfrutando mucho la forma en que me avergüenza en frente de Malfoy. Quizás ya sólo quiera estar con él.

— ¡No seas tonto, Ron! —reprende Hermione— Además, no creo que Malfoy haya sido odioso contigo en este año, ¿o sí?

—No. Pero seguramente está esperando la menor oportunidad para serlo. —dice el pelirrojo con convicción.

—Creo que Harry sólo está siendo un poco… protector con Malfoy —aporta Ginny en voz baja—, desde esa vez que esos de quinto año le acorralaron en el baño. Así que Harry ha estado pendiente de él.

— ¿Por qué debería estar pendiente de él? —pregunta Ron con escepticismo— Quiero decir… ¿Después de todo lo que hizo? Y no, no puedes rebatir esto, Ginny. ¡Tú decías lo mismo! —Ginny frunce un poco el ceño y Ron suspira con cansancio— Si él no quiere estar más con nosotros pues… ¡pues puede hacer lo que él quiera!

Ron recompone el gesto y se dirige con pasos furiosos a las escaleras que llevan a su habitación.


Incluso una semana después, las cosas siguen tensas entre Harry y Ron. Si se cruzaban por un pasillo, se fulminaban con la mirada o se evadían.

—Tú y Weasley aún no lo arreglan, ¿eh? —pregunta Draco mientras camina junto a Harry— Ya veo que los tiempos han cambiado.

—Él aún sigue en esa tonta actitud, así que no veo la necesidad en volver a hablarle.

—Oh. Merlín, Potter —Draco se palmea levemente la frente—. Y hay personas que se atreven a llamarme a mí el rey del drama.

Harry sonríe y luego baja su mirada al suelo.

—Te gustaría… eh… ¿Salir a volar algún día? La profesora Mcgonagall permitió que algunos de nosotros siguiéramos participando en los equipos de Quidditch. Pero, ¿sabes? Slytherin no es lo mismo sin ti.

— ¿De verdad? —pregunta Draco con tono socarrón— Pensé que tendría que recordarte quién es el mejor jugador aquí.

— ¡Eso es un sí entonces! —exclama Harry con una brillante sonrisa— ¡Vamos!

—Yo creo que… mejor te veo allá —dice Draco mirando a ambos lados—. Necesito hacer algo

—Oh, está bien. Te veré entonces allí.


A pesar de todo, Ron no ha podido evitar preguntarse en ocasiones, si es cierto lo que Harry dice.

¿Será que ahora pasa mucho más tiempo con Hermione, descuidando la amistad de Harry?

Ron nunca ha sido muy bueno en pensar en cosas tan profundas como los sentimientos o cosas así, por eso es que ahora es muy difícil para él ponerse en los zapatos de Harry, aunque piense y piense en el asunto intentando encontrar el fallo. Bueno, pero eso no es excusa para que Harry ande con ese cabrón engreído, ¿no?

Ron se mira al espejo del baño luego de lavarse las manos, y gira para salir de allí.

Pero nadie pudo haberle preparado para lo que encontró a la salida, donde Hermione lo esperaba.

—Lo siento… —decía Draco frente a la chica mientras un gesto bastante desconocido atravesaba su rostro— La verdad es que nunca tuve excusa para portarme como lo hice con ustedes en el pasado. Sólo quiero que sepas que ahora soy capaz de ver todo lo malo que hice, y cómo me arrepiento de ello.

Ron no puede estar más sorprendido.

—Bueno, gracias —dice Hermione con una pequeña sonrisa—. Es muy maduro de tu parte, y claro, te disculpo. Fuiste un completo bastardo todos esos años, pero ahora puedo ver que estás intentando cambiar. Además, Harry me ha ayudado mucho en verlo, también.

Draco sonríe un poco y se encoge de hombros.

—Weas- ¿Ronald sigue enojado? No quise causar una disputa entre ellos dos.

—Bueno, pues sigue así. No puedo hacer mucho por esos dos —dice ella con el ceño fruncido—. Ellos son muy tercos, pero esta no es la primera vez que pasa. Me tuvieron entre la espada y la pared en cuarto año. —añade con gesto aburrido.

— ¿En serio? Bueno, y yo que pensé que estaban tratando de hacer otra cosa contigo contra la pared, desde primer año. —bromea el rubio.

Hay un breve lapso de silencio y luego Hermione ríe.

—Bueno, eso es ya otra cosa.

Draco sonríe.

—Aprecio que hayas querido hablar conmigo, Gran- Hermione.

—De nada, Draco. Te veo en Aritmancia.

Ron desde su escondite, ve partir a Draco. Su mente está hecha un caos.


Mientras Draco camina por uno de los jardines del colegio, no puede evitar reírse histéricamente.

Mi padre estaría furioso si hubiera visto lo de antes, piensa sin poder evitarlo. Draco Malfoy teniendo una amena conversación con una hija de muggles y con Potter.

Al pensar en Harry, no puede evitar sonrojarse. No, definitivamente no puedo volver a pensar en Harry Potter.

Draco se sacude mentalmente y sigue su caminata.

—Bueno, bueno. Pero miren a quién tenemos por aquí.

Draco pone los ojos en blanco y da media vuelta.

—Smith. ¿Puedo ayudarte en algo?

El Hufflepuff se acerca a él con una mueca de desprecio en su rostro.

—En realidad, sí —responde—. Sería grandioso que te largaras de Hogwarts. Ah, y después de eso, podrías irte por ti mismo a Azkaban y aceptar lo que mereces.

Los chicos que le acompañan le ríen la gracia y Zacharias se cruza de brazos con gesto triunfante.

—Sí que eres un tipo valiente, ¿no, Smith? —dice Draco con desdén— ¿Por qué no te escurres y huyes como hiciste en la guerra, hm?

— ¿Qué mierda acabas de decir? —grita el otro, encolerizado y levantando una de sus manos en un puño.

Pero cualquier cosa que quisiera hacer, es interrumpida por Harry, quien casualmente camina por ahí.

— ¿Draco? ¿Zach?

Zacharias recompone el gesto inmediatamente y sonríe inocentemente a Harry antes de girar brevemente hacia Draco y susurrar:

—Él nunca gustará de ti, del mismo modo en que a ti te gusta él —sonríe y Draco se esfuerza en no dejar traslucir nada en sus expresiones—. Oh, sí. Sé tu sucio secreto, mortífago.

— ¿Zacharias qué pasa? —inquiere Harry acercándose a ellos.

—Hola Harry. —saluda el Hufflepuff.

— ¿De qué estabas hablando con Draco? —pregunta Harry sin corresponder.

—Ah, sólo una pequeña charla —Zacharias mira por un momento a Draco y luego se apresta a irse—. Bueno, nos vemos luego.

Harry y Draco observan a los tres Hufflepuff marcharse, y poco demora Harry en preguntar:

— ¿Qué fue todo eso?

— ¿Quién sabe? —Draco hace un gesto desinteresado.

— ¿Estás bien? ¿Él te hizo algo? —pregunta Harry mirándole atentamente

— ¡No! —exclama Draco enojado y luego respira para calmarse— No, Potter, no hizo nada. Sólo fue una pequeña charla, tal y como dijo.


Más tarde, después de clase, Harry y Hermione caminan juntos hacia su sala común.

Harry no es capaz de sacar de su mente la visión de Zacharias y Draco juntos, y la actitud recelosa del rubio hacia el otro. Harry siente que hay algo que se le escapa, pero por más que lo piense, y conozca el carácter del Hufflepuff, no es capaz de adivinarlo.

— ¿Harry? ¿Qué pasa? —pregunta Hermione— ¿Ha ocurrido algo con Malfoy?

—No. Es sólo que-

— ¡Harry! —un chico Gryffindor viene hacia ellos. Harry lo único que sabe de él, es que está en cuarto año— ¿Es cierto lo que dicen por ahí?

— ¿Qué-?

— ¿Eres gay? ¿Estás saliendo con Malfoy? —pregunta él con gesto de asco— Quiero decir, nunca pensé que a ti te gustaran esas cosas. Además, ¿en serio? ¿Malfoy, el mortífago?

— ¿A quién crees que le estás hablando de esa manera? —grita Ron desde atrás. El pelirrojo ha aparecido de la nada y mira con furia al menor— Ese, el que ves ahí, es mi mejor amigo, el salvador, ¡el héroe del puto mundo mágico! Si a él le gustan los chicos, pues es problema suyo. ¡Y si a él le gusta Malfoy, entonces yo lo apoyaré! Así que vete y llévate tu homofobia a otro lado, idiota.

El ambiente se sume en el silencio y el chico ha perdido el habla. Luego, sin mirar a nadie, se aleja rápidamente de ahí.

—Oh, Ron. —el gesto de deleite de Hermione no tiene precio.

Harry no dice nada, sin embargo se adelanta y abraza a su amigo apretadamente. Ron sonríe y le devuelve el abrazo.

—Cielos… Gracias, compañero. —dice Harry.

—No hay de qué.

—Lamento haberlos abandonado estos últimos días- —empieza Harry

—No te preocupes, Harry. Es sólo que… verte con Malfoy todo el tiempo me pone un poco celoso —Ron dice abochornado—. Quiero decir, siempre le hemos odiado, y ahora tú mantienes con él… más que conmigo y...

—Ron, es diferente. Tú siempre serás mi mejor amigo —Harry dice con tranquilidad—. No necesitas preocuparte por Draco, él no te reemplazará.

—Creo que voy a llorar —murmura Hermione desde su sitio, buscando en su túnica lo que seguramente es un pañuelo.

Los chicos ríen y toda la incomodidad, sale del ambiente.

—Así que… No es que tengas que decírmelo pero… ¿es verdad? —pregunta Ron— Me refiero a lo de Malfoy y tú.

—Bueno… Pues sí. —ahora Harry es el abochornado.

Hermione se acerca a ellos rápidamente y su gesto curioso es una clara advertencia para lo que le espera a Harry.

— ¡Lo has admitido al fin! ¡Muy bien! Ahora cuéntamelo todo.

—Eh…

—Empieza por ejemplo diciéndonos qué es lo más atractivo que encuentras en Draco.

—Mione, cariño, de verdad que yo no necesito oír eso. —se queja Ron.

—Eh… —Harry titubea entre la vergüenza y la diversión— ¿Su sonrisa?

La carcajada de Ron les toma por sorpresa.

—Lo siento —ríe de nuevo—, es que pensar en Malfoy sonriendo genuinamente… Definitivamente no puedo imaginarlo.

Hermione le ignora.

— ¿Sabes si él te corresponde? —pregunta a Harry.

— ¡Bueno, pues ni siquiera sé si le gustan los chicos! Así que no lo sé.

—Él es gay. —dice Hermione con simpleza.

— ¿Qué? —Harry parpadea.

—Sí, lo es.

— ¿Y tú cómo lo sabes? —pregunta Ron entrecerrando los ojos.

Hermione se sonroja y una imagen de Harry y Draco siendo observados por ella y Pansy, pasa por su mente. Ese día junto a la Slytherin fue extraño y revelador.

—Oh, simplemente lo sé. Lo escuché de una muy buena amiga suya.

— ¿Has hablado con sus amigos? —pregunta Harry con un leve tono rosa en sus mejillas.

—Bueno, pues tú no eres el único que puede hacer amigos Slytherin, Harry. —ella se cruza de brazos.

—Ustedes dos están locos. —dice Ron, negando con la cabeza.

—Bueno, de todas maneras, podemos seguir hablando de esto más tarde —Hermione cambia su postura—. Mcgonagall hará un anuncio en la cena para los grados superiores.

— ¿Un anuncio?

—Parece ser una sorpresa. —dice ella con una sonrisa.


—Silencio —Mcgonagall habla con voz clara en medio del bullicio de la cena—. Tengo un anuncio muy interesante que hacer. Navidad está a la vuelta de la esquina, como todos saben. Así que para celebrar su valentía y coraje en el último año, ¡haremos otro baile de Navidad!

Los murmullos de excitación y de disconformidad se dejan oír. La directora vuelve a levantar su voz:

—Muchos de ustedes recordarán que el último Baile de Navidad fue organizado para el Torneo de los Tres Magos. Pero este baile será muy diferente; pues será organizado en ocasión del retorno de nuestros octavos años, que, a pesar de todos los obstáculos y pérdidas que sufrieron, han decidido terminar su educación.

«Este baile será, nuevamente, sólo para magos y brujas de cuarto año en adelante. El baile será abierto por los de octavo, quienes son libres de escoger sus parejas.

En todas las mesas se arma el revuelo, e incluso los de grados inferiores están emocionados por el próximo baile.

—Bueno, ¿con quién piensas ir, Hermione? —pregunta Ron sonriendo coquetamente y acercándose a su novia. Harry aparta la mirada.

—Depende en qué chico me lo pida. —contesta la castaña correspondiedno la sonrisa.

Harry se desconecta de todo, y sin poder explicarse a sí mismo, su mirada atraviesa todo el salón. Y se detiene en Draco.

— ¡Harry! ¿Vas a invitar a Malfoy o qué? —pregunta Ron casi a gritos.

— ¿Qué? —Harry quiere hacerse el tonto e ignorar algunas miradas de otros Gryffindor a su alrededor.

—Deberías —dice Hermione, golpeando levemente el brazo del pelirrojo por el volumen de su voz—. Esta es tu oportunidad.

—Bailar con Draco… ¿en frente de todos? ¡La gente ya está haciendo comentarios!

—Harry, tú derrotaste a Voldemort hace pocos meses, ¿y aun así, estás preocupado por lo que diga la gente?

—Bueno… de todas maneras no creo que él quiera ir conmigo. Quiero decir, posiblemente yo esté interpretando todo de la manera incorrecta, y Draco no esté interesado y-

—Compañero, créeme, lo único que tienes que hacer, es atreverte y preguntarle —aconseja Ron—. No cometas el mismo error que cometí yo en cuarto año.

—Además —añade Hermione—, yo sé que él quiere ir contigo.

Harry voltea rápidamente en dirección a la mesa de Slytherin y atrapa la mira de Draco en él. Ambos se sonrojan y apartan la mirada.

—Bueno, está bien. Se lo preguntaré. Pero será la culpa de ustedes dos si todo sale mal. —dictamina Harry apuñalando su postre con el tenedor. Ron tiene el detalle de parecer asustado pero Hermione sólo dirige su mirada al cielo con exasperación.


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