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Si yo asesinara a alguien por ti... por Kokoro Yolotzin

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Notas del fanfic:

¡Hola mis lindos(as) lectores(as)! ¿Cómo han estado? Aquí les dejo una pequeña historia que hice en respuesta a un Desafío Relámpago de la página @Es de Fanfics en Facebook.

La historia está inspirada en la canción If I Killed Someone For You (como el título del mismo One-shot ja, ja) del artista Alec Benjamin.

 

https://www.youtube.com/watch?v=5p8GQbD-ats&list=RD5p8GQbD-ats&start_radio=1

Notas del capitulo:

Les aconsejo que antes de leer la historia, escuchen la canción para que puedan comprender mejor. Claro que es sólo una sugerencia.

Asami Ryuichi lo era todo para él. Admiraba e idealizaba a ese hombre entre las sombras, sin que él lo pudiera notar. Sabía que sus sentimientos jamás serían correspondidos porque él tenía en la mira a otra persona. Odiaba sentirse de esa manera pero más odiaba a ese hombre que era objeto de las atenciones de Asami. ¿Por qué no podía ver que existía alguien más que estaba dispuesto a todo, por su amor? Cada vez que estaba a su lado, podía observar en sus ojos la presencia de ese joven, al que Asami protegía como la joya más preciada porque tenía miedo que se lo arrebataran como anteriormente lo habían hecho. Quería convencerse que podría ser mejor amante de lo que era él porque cedería a todas sus fantasías y caprichos en la cama. Permitiría que le acariciara la desnudez de su corazón. Pero no importaba todo lo que estaba dispuesto hacer por Asami si ese chico seguía con vida. Entonces después de mucho pensar, llegó a la conclusión de que lo más fácil era asesinar al joven contra el que competía.

Le mataría sin remordimiento alguno, de la manera más cruel posible. Gozaría verlo exhalar su último aliento y yacer en el frío suelo. Por fin, sólo habría una ficha en el tablero y él resultaría ganador del más complejo juego en el que había sido partícipe. Mientras las sirenas se acercaran a la escena del crimen, él escaparía hacia la dirección que tanto añoraba, anhelando ocupar su lugar. Correría por las frías calles, notando como la adrenalina invadía su interior. ¿Así se sentiría en la intimidad con aquel hombre? Iría a la puerta del departamento de Asami, después de cometer su crimen y le mostraría sus manos cubiertas de sangre. Sabía que él no le reconocería, lo miraría como un extraño invadiendo su territorio pero tenía la esperanza de que finalmente le amara igual o más que a él. Sería obediente, atento a sus órdenes, no pondría objeción alguna al momento de hacer el amor y sería incondicional. Le preguntaría al dueño de esos desafiantes ojos dorados: ¿Me amarías más si matara a alguien por ti?

En su mente evocaba la fantasía de que él le besaría con pasión y amor porque conocería su devoción. Ignoraría la sangre en su pecho y le acariciaría sin ninguna inhibición. Entrarían a su departamento, abrazados y cegados por la emoción del momento mientras la temperatura de sus cuerpos incrementaba con cada caricia. Sus oídos serían recompensados con las palabas más tiernas mientras sus manos les desnudaban con una lentitud desgarradora que le haría perder la poca cordura que quedaba. Recorrería sus ansiosas palmas por la ancha espalda del hombre y se aferraría a él. Se encargaría de hacerle saber que sería suyo aunque eso le costara la vida. Asami le haría el amor como a nadie se lo había hecho. Gritaría su nombre cuando alcanzara el clímax. Ambos cuerpos se volverían uno solo y no existiría poder alguno que les separara.

Pero él conocía a la perfección la personalidad de Asami a pesar de que fuera ajeno a su mundo. No dudaba que le perdonaría todo excepto que fuera capaz de asesinar a la única persona que le interesaba en ese mundo: Takaba Akihito. No soportaba que ese niño fuera el responsable del desdén de ese hombre hacia él, que no le reconociera su esfuerzo. Sin embargo, no existía ningún tercero que deseara entrometerse en sus vidas. Era el mismo Akihito quien ansiaba asesinar a la parte que creía que era despreciada por Asami y que por su orgullo negaba todo el amor que sentía hacia su amante. Creía que si la desaparecía por completo, podría ser feliz al lado de éste. De todas las maneras posibles quería complacerlo. Ambicionaba ser el chico dócil y complaciente para él. No obstante, existía un riesgo. Si asesinaba al Akihito que Asami conocía, podría convertirse en un amante desechable. Tal vez le llamaría una o dos veces por semana para tener sexo hasta que finalmente se hartara de su presencia y le apartara de su lado por siempre.

Asami le había elegido por ser quien era y a pesar de que siempre trataba de doblegarlo, en verdad su intención era reforzar esa personalidad decidida que tenía. Antes, nadie había podido permanecer en su vida por tanto tiempo, a excepción de él. Eso tenía que significar algo, ¿no? Cada vez que Asami le tocaba y Akihito se negaba, una parte estaba decidida a ceder ante los encantos de ese hombre pero su orgullo empañaba todo. Además, las dudas acrecentaban conforme la convivencia con Asami se convertía en más rutinaria. No podía ser normal que un hombre de su calibre decidiera estar con él, un simple fotógrafo. Pero luego recordaba todas las noches impetuosas en las que se veía envuelto. Sus palabras se resistían, sin embargo, el cuerpo se sinceraba ante el roce de su piel con las manos de Asami. Le amaba, más que a nada en el mundo pero la incertidumbre arruinaba el sentimiento. Por eso buscaba desenfrenadamente matar lo que le impedía ser próspero.

Akihito miraba la oscuridad de la noche por la ventana mientras lo esperaba. Había permanecido toda la tarde deseando enterrar su desastrosa personalidad pero tenía miedo. Asesinar a alguien nunca había sido fácil y menos cuando él era la víctima. Asami ya lo había hecho antes para salvarlo pero él no podía hacer algo parecido. Se consideraba débil. Incluso tenía cierto rechazo a las armas de fuego. Pero no era lo mismo. No se iba a suicidar ni nada por el estilo pero deseaba ocultar su lado más desdeñoso. Era una cruel metáfora que destrozaría su corazón. Pretendía cambiar lo que era por lo que él quería que fuera. Si lo hacía, sabía que no habría vuelta atrás. Por eso se sentía de esa forma. A pesar de que su deseo era cambiar el tipo de relación que sostenía con su amante, las dudas de anticipaban a la elección final. Entonces la puerta principal se abrió y en la negrura de ese departamento se percibía la luz del otro lado de la habitación. Un aroma a tabaco y whiskey inundó el ambiente. Akihito supo que Asami había llegado. Se acercó con paso lento y se colocó delante de él.

—Asami… —Le habló con voz suave mientras ocultaba su rostro en el pecho. Pronunciar su nombre era un deleite del que deseaba ser participe hasta su muerte. Era una actitud rara en él pero tampoco fue razón de asombro para el mayor. A veces necesitaba reconfortarse con el calor del empresario.

—¿Qué sucede? —La misma tonalidad fría de Asami, tan grisácea que era difícil ver a través de ella. Sin duda alguna, ese hombre era un misterio imposible de descifrar, inclusive para Akihito.

No podía preguntarle directamente si le amaba porque intuía la respuesta que saldría de los labios de Asami. Tal vez era mejor así, utilizar esa armadura que no permitía dejar a la deriva sus sentimientos. Al menos, de esa manera, se aseguraba de permanecer a su lado y que le amara, aunque sólo fuera un instante. Tenía que mantener con vida a ese joven obstinado y sagaz para conservar la atención del hombre al que más deseaba, el dueño de sus pesadillas y delirios pero también de su corazón. Porque por más que lo tratara de negar ante todos, se había rendido ante la fascinación que le provocaba Asami. Pero necesitaba más que sexo. Tal vez, solamente necesitaba escuchar dos palabras importantes.

—Nada. —Había resuelto callar su sentir porque no estaba listo para fragmentarse, al menos esa noche no. Entretanto, su amante le besó con delicadeza. Muy pocas veces hacía eso pero cuando ocurría lo agradecía por completo. Estaba decidido, conservaría su esencia, la que lo había conducido a ese peligroso hombre, la que le había atado permanentemente a su lado.

 

Él se posicionó entre sus piernas y comenzó a dejar un rastro de besos en su cuello. El joven se apoyó contra la pared mientras rodeaba con sus manos la espalda de su amante. Akihito cerró los ojos. Suspiró ante las caricias que Asami estaba dejando en su piel. Si eso se trataba de un sueño, esperaba no despertar nunca. Sabía que no era la última vez que le haría el amor y eso lo colmaba de dicha porque intuía que lo tendría por más tiempo para él solo. Además, no estaba dispuesto a compartirlo con nadie, aunque eso fuera egoísta. Todas las promesas hechas en el pasado al igual que su orgullo habían quedado desechadas en el momento que accedió a las sucias redes de la pasión. ¿Me amarías más si matara a alguien por ti? Otra vez esa devastadora y estúpida pregunta rondaba en su mente. Ni el mismo se sentía seguro de la respuesta.

 

Aun así, estaba dispuesto a matar a alguien si Asami Ryuichi se lo pedía, aunque se tratara de él mismo.

Notas finales:

Espero que les haya encantado la loca idea que tuve. Si tuvieron alguna confusión con la letra, disculpen. Como les digo, esta historia está basada en la canción del mismo título. Akihito siempre ha sido una persona que no cede tan fácilmente a los caprichos de Asami pero también lo hemos visto reflexionar y cuestionarse sobre la relación que sostiene con él. Ahorita en el manga ya lo vemos más sensible, incluso desea permanecer al lado de Asami pars siempre pero todavía no acepta ese "te amo" abiertamente. Bueno, espero sus comentarios, críticas, etc. Los quiero mucho. Cuídense en estos tiempos y disfruten a su familia. 


¡Besos!


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