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Andrógino (ShiIta) por zeldaxlove1997

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No entendía qué demonios hacía ahí, llevaba dos vasos de sake y seguía sin sentirse mejor, para sumarle estaba solo y alrededor de un ambiente grotesco, tipos peludos usando bikinis y mujeres con tanto esteroide que podían ser fácilmente el doppelgänger de Arnold  schwarzenegger, sin contar que el aroma a tabaco comenzaba a picarle la nariz y a hacerle algún tipo de alergia. Era un completo perdedor entre toda esa multitud, inclusive varios hombres llegaron a lanzarle una que otra mirada burlona, mofándose de su soledad y de su expresión fastidiada.  

 

Revisa su móvil esperando un mensaje o llamada que ilusamente le hagan creer que no todo está jodido pero como era de esperarse la bandeja de entrada estaba vacía, ni siquiera sus familiares se habían contactado con él, era como si todo el mundo se hubiese olvidado de su existencia, casi como que nunca hubiera estado en ese mundo. 

 

Se pasa la mano por la cara con cansancio, mañana tenía que levantarse muy temprano para ir al trabajo aunque no tuviera ánimos de seguir con nada, como si quisiera abandonarse en esa espiral de depresión y furia que lo consumían desde hace semanas en las que se enteró que su hermosa prometida le había sido infiel con su amigo de la facultad, para colmo estos se paseaban por el campus como si nada, abriendo más la brecha en su pecho, atravesando su corazón lentamente. 

 

- Tranquilo, muchacho viniste al lugar indicado, falta poco para que la diversión realmente comience - escucha una voz algo grave, quizá producto del alcohol ingerido, a un lado suyo -

 

Voltea a su derecha y ve a un hombre de unos 40 o quizá 45 años de complexión robusta y barba prominente, sosteniendo una botella de cerveza y empinándose como si no hubiese un mañana. No puede evitar hacer una pequeña mueca de asco, volviendo la vista a la barra. 

 

-No me interesa - responde serio, y es que era la verdad, había entrado ahí pensando tontamente que era un simple bar para copear y morirse entre su ebriedad pero al entrar los ojos se le habían saltado al ver a tanto macho vestido con ropa femenina y a chicas usando atuendos masculinos -

 

- Solo deja que las luces se apaguen y veras que esas bestias peludas no son nada en comparación con ella - recalca eso último con un tono tan asquerosamente lujurioso que le hacen torcer los labios - aunque supongo que si has venido hasta aquí no creo que te interesen mucho las chicas - levanta las cejas insinuante - 

 

- No vine por nada en particular. - concluye levantándose de las bancas y tomando su chaqueta, ya no había nada que hacer ahí - 

 

Pasa entre la multitud que se amontona en el escenario de aquel bar de mala muerte, irritándolo más que con los codos intenta ir pasando por todas las personas hasta pasar a unas mesas que parecían no estar ocupadas, respira hondamente tratando de recuperar el aire que perdió pasando por la marabunta, peinando inútilmente sus cabellos ahora pegados por el sudor en su frente, tomando asiento en una de las mesas en lo que toma valor para volver a entrar a la multitud y llegar a la salida. 

 

Justo cuando se disponía a tomar una honda respiración y pasar lo más rápido posible, las luces en el lugar se apagan por completo. 

 

¿Y ahora qué? piensa con fastidio, revoloteando los ojos y volviendo a tomar asiento en las mesas. 

 

El escenario comienza a iluminarse con una tenue luz roja a la par que comienza a escucharse unos jadeos que resultan excitante al oído, detrás de esos sonidos se podía percibir una pieza musical muy erótica, la multitud comenzó a gritar y a empujarse por estar hasta el frente, algunos tipos con fajos grandes de dinero en mano, sosteniendolos con orgullo y ansía. 

 

Intenta enfocar bien para lo que fuera que ocurriría, no era que estuviese muy ansioso, al contrario, quería largarse cuanto antes de ahí pero el numerito que fuese a pasar lo había estropeado todo. 

 

No tiene que esperar mucho cuando de entre las cortinas que tapaban la mitad del escenario se asoma una silueta delgada cubierta por un kimono corto que dejaba al descubierto los blancos hombros, dando una vista espectacular de la clavícula, unas piernas delgadas pero bien torneadas adornaban la hermosa figura de la persona en el escenario, casi tiene que tragar saliva ante semejante cuerpazo. Levanta la vista pero lamentablemente el rostro se encontraba cubierto por una máscara de gato con tintes rojos, solo se podía apreciar el largo cabello negro como la noche revolotearse con el aire de los ventiladores que habían colocado en los extremos de la tarima. 

 

La música comienza en una sinfonía lenta y exquisita que hacen en automático levantarse de las mesas y como si con la sola presencia de entre las luces le llamaran, ve a los hombres en el frente con una mirada llena de goce y placer, casi como si estuvieran teniendo sexo en ese momento pero no, solo se quedaban embobados con los leves movimientos de cadera y pelvis que se contonean por todo el sitio, abriendo de vez en cuando el kimono para dejar a la vista un poco más de piel, erizándole los vellos de los brazos. 

 

Se acerca un poco más hasta casi chocar contra todos esos tipos amontonados, sin haberse dado cuenta de cuánto había avanzado hasta ahí, voltea solo unos segundos a la mesa donde anteriormente estaba viendo lo lejana que ahora estaba de su persona. Vuelve la vista al frente y nota como la silueta de ese hermoso ser se agacha lenta y seductoramente, caminando a gatas hasta el frente del escenario donde cientos de tipos le comienzan a lanzar fajos de billetes que va tomando y guardandolos eróticamente detrás de su ropa interior de encaje rojo, que fue lo único que dejó a la vista cuando alzó de más el kimono, causando cientos de sonidos vulgares en el lugar, por su parte él no podía quitar la vista de encima a los sensuales movimientos de la figura frente suyo, con algo de esfuerzo intenta pasar por entre las personas hasta quedar medianamente cerca, justo cuando la bella chica queda boca arriba y alza las piernas con lentitud, paseando sus manos por la pantorrilla hasta llegar al muslo donde hace ameno de tocarse la entrepierna por encima de la ropa, jugueteando con los bordes de la vestimenta, dejando aún en alto las piernas que a los pies estaban adornados con unas zapatillas de aguja color negro. 

 

Abre la boca ligeramente y deja escapar un suspiro, no podía creer lo que esto le estaba causando, estaba excitándose con solo ver a una persona contonearse en el escenario, eso en tiempos pasados para él era una total guarrada y de gente sin escrúpulos, pero ahora se encontraba en uno de esos sitios que tanto criticaba, poniéndose duro con solo la bella imagen de una joven bailando.

 

Ni siquiera es consciente cuando sus manos ya tocan la tarima, ¿cuando había avanzado hasta ahí? que importaba, ahora tenía vista plena del espectaculo, de ese cuerpo esculpido por los mismos Dioses. 

 

El corazón casi se le escapa por la boca en cuanto tiene esa máscara gatuna enfocándolo, acercándose hasta él sigilosamente, terminando frente suyo, la chica se coloca el pelo de lado y entreabre el ropaje, dejando ver su parte trasera aún cubierta por las pantaletas de encaje, pero que provocaron una erección en él que le fue imposible disimular, podía jurar que en medio de la música y ruido de la gente alcanzó a escuchar una risa traviesa antes de ver como la bella dama regresaba al escenario dando unos últimos movimientos antes de que la luz se apagará y con ello dejará caer el kimono pero antes de que se viera el conjunto completo de encaje, el escenario está en completa oscuridad. 

 

Al cabo de unos minutos las luces regresan al lugar y las personas a distribuirse por el espacio, dejando nuevamente libre el paso, pero su cuerpo parecía no reaccionar, pasa su mano por la frente y sale llena de sudor, sentía un calor sofocante, además de una dolorosa erección que tendría que parar antes de llegar a casa, irse a los baños no era buena opción, seguro que ya habría un montón de tipos pensando lo mismo que él, por lo que decide salir del sitio y esperar que el viento frío le refresque y baje la calentura. 

 

Se apoya en una de las paredes del callejón continuó al bar, sacando su cajetilla de cigarros y prendiendo uno, intentando concentrarse en el viento que golpeaba su rostro, cerrando un momento los ojos mientras cala del cigarrillo. 

 

- Creía reconocerte - 

 

La familiaridad en la voz le hacen abrir los ojos de golpe, casi escupiendo el humo del cigarro, viendo la silueta frente suyo, tiene que apretar la boca para que la mandíbula no se le caiga en ese instante, observa los ropajes que porta la persona, esas zapatillas de tacón, el kimono corto, ese pelo largo, pero con la diferencia que ahora no estaba esa condenada máscara, podía ver a lujo de detalle el rostro que ocultaba la silueta que le provocó semejante dureza. JODER. 

 

Itachi, su primo. 

 

Pero.. ¿Cómo diablos había ocurrido eso? estaba totalmente convencido que la persona en el escenario era una hermosa dama de porte erótico, de otra forma no hubiese... ¡Mierda! 

 

- T-tú - el temblor en su voz delata su nerviosismo, causando la risa del contrario - 

 

- ¿Sorprendido? - enarca una ceja con los labios formando una sonrisa divertida - debo reconocer que tampoco me lo esperaba, incluso pensé estar confundiéndote con alguien más - 

 

- ¿Que haces en un sitio como este? - logra articular - 

 

El pelilargo parece meditarlo antes de soltar

 

- Bueno, mamá falleció hace unos meses y Fugaku no ha hecho nada más que emborracharse, en algo tengo que ayudar a mi familia - sonríe con amargura, encogiéndose de hombros - 

 

- ¿Ellos saben que te dedicas a esto? - pregunta como si fuese la bajez peor deseada a una persona - 

 

- No, y no tienen porque enterarse - toma el cigarrillo que anteriormente tenía entre los labios y se los lleva a los suyos, calando de el-  la pregunta aquí es ¿tú que haces en un sitio como este? no me digas que estás explorando nuevas posibilidades, Shisui venga ya que no te veías que le tiraras al otro bando - ríe con burla, haciendo fruncir el entrecejo del otro - 

 

- No estoy aquí por eso, fue una equivocación - 

 

- ¿Ah, sí? me dirás que por mera casualidad caíste en un bar para maricas- vuelve a calar del cigarro - 

 

El otro un poco más ofendido le arrebata el cigarro y le mira enojado

 

- Aunque lo dudes, esa es la realidad y mira que para hablar de maricas solo hay que pararse a ver como te vistes - echa una mirada de reojo al cuerpo del menor - 

 

- Pues tú parecías muy entretenido cuando me veías, pervertido - deletrea eso último recalcando cada letra - 

 

- Sabiendo que eras tú creeme que eso nunca hubiera ocurrido - escupe con asco, alejándose unos pasos ya más espabilado - 

 

- ¿Porque estás aquí realmente? - 

 

- Eso no te interesa - 

 

Itachi revolotea los ojos con cansancio, plantándose frente al otro, impidiendo el paso

 

- Ya enserio, prometo no burlarme - incita nuevamente - 

 

- ¿No tienes que ir a calentarle la polla a los tipos de allá dentro? - el pelilargo le mira ofendido pero no se mueve de su lugar - 

 

- Oye estoy intentando ser amable pero te estas comportando como un completo idiota - 

 

Shisui le observa sin decir nada, viendo el rostro ahora molesto del pelilargo. Suspira resignado, no le dejaría en paz hasta no sacarle la verdad.

 

- De acuerdo, lo siento - se rasca tras la nuca - es solo que todo esto es muy extraño para mi - 

 

- ¿Te piensas que para mi no lo es? no todos los días me encuentro a un familiar excitandose con mis presentaciones - 

 

- ¿Llevas mucho tiempo aquí? - 

 

- Responde antes mi pregunta - Diablos sí que era insistente con lo mismo, creía que distraerlo le haría olvidarse de la puñetera cuestión de su presencia en el bar - 

 

- Hace unas semanas descubrí que mi prometida se acostaba con un hijo de puta de la facultad ¿ya? ¿contento? - este pestañea un par de veces sin creérselo, por supuesto que conoció a la chica de su primo pero jamás se imaginó que fuera de ese tipo de mujeres - 

 

- ¿Y viniste aquí pensando que era un burdel? - 

 

- No, en realidad solo quería unos tragos pero al entrar me di cuenta del sitio que era - arruga la nariz con repele - no tengo nada en contra pero no es mi tipo - 

 

- entonces ya no estás saliendo con ella - concluye aún sorprendido - 

 

Este asiente con la cabeza, pensando melancólicamente en el terrible suceso. 

 

- Creeme que me sorprendió más de lo que a ti - 

 

Itachi guarda silencio, sin saber qué responder, no era que quisiera hacerla de doctora corazón pero de niño siempre tuvo afinidad con su primo y verle en ese estado le hacían compartir su tristeza. 

 

Así que con algo de duda acerca su mano al hombro de este y da una suave caricia de apoyo

 

- Tranquilo - dice mirándole directamente, viendo los hermosos ojos carmesí pintados con un aura de tristeza incontenible - 

 

Rodea el cuerpo del otro con sus brazos sin ser correspondido, pero no le importa, solo toda la fuerza que pueda transmitirle al mayor que se mantiene en silencio, dejándose hacer. 

 

Itachi se muerde el labio inferior con nerviosismo, nunca había estado en una situación similar con su primo, de niños solo se dedicaban a jugar y compartir los almuerzos pero nunca apoyo en situaciones complicadas, podía decirse que nunca había visto a su primo en un estado de tristeza como ahora. 

 

Le separa un poco y entreabre los labios, relamiéndose el inferior, pegando su frente con la contraria y con algo de duda acerca su boca a los labios ajenos, sin llegar a un vulgar contacto, solo el roce labial. 

 

Shisui abre los ojos sorprendido, separándose de golpe, mirando la expresión asustada de su primo que agacha la cabeza avergonzado 

 

- Lo siento mucho, creo que fui muy imprudente - murmura apenado, disponiéndose a volver dentro del bar pero es detenido por el brazo de su familiar que le jala nuevamente hacía su cuerpo- 

 

- No, no lo fuiste - responde con simpleza volviendo a unir los labios esta vez moviéndose a un buen ritmo, saboreando la boca contraria - 

 

El menor coloca las manos en el rostro del pelinegro, acercando más sus labios hasta convertirse en un beso lleno de pasión y desesperación, de erotismo y prohibición. 

 

Las manos del mayor se cuelan bajo el kimono, tocando la tersa piel de las estrechas caderas, deleitándose con la suavidad que poseía, sacando más de un suspiro de su amante que se retuerce bajo su toque. Ahoga un gemido en la boca ajena cuando unas traviesas manos le aprietan la entrepierna por encima de los jeans, rechinando los dientes a la vez que descubre la parte superior de la prenda de seda, mirando los botones rosados alzados a causa de la excitación. 

 

Sin demorarse mucho acerca su boca a los pezones, tomando uno y paseando su lengua hasta sentirlos totalmente duros, tirando levemente con los dientes hasta sacar un gemido sensual del menor 

 

Itachi por su parte no se quedaba atrás, desabotonando los jeans de su primo y colando una mano dentro para poder masajear un poco más libre el miembro semi-erecto, pasando el dedo índice por la punta que ya empezaba a humedecerse

 

Ya sin controlar sus impulsos y excitado por los toques de las expertas manos del menor, se separa de golpe, volteando el cuerpo de este hasta dejarlo recargado contra la pared, alzando el kimono hasta dejar al descubierto la ropa interior de encaje, jugueteando con los bordes de la misma

 

- Me gusta - le susurra al oído haciendo referencia a las pantaletas  - creo que te sientan más que los boxers - 

 

Itachi iba a voltear para quejarse y soltarle un buen puñetazo pero se frena cuando los dedos de su familiar apartan la ropa interior y se pasean descaradamente por su entrada, haciéndolo temblar  

 

- Será rápido, ya comienza a anochecer - anuncia desesperando más al pelilargo que sentía que sino actuaba de una buena vez le apartaría y se iría con algún otro sujeto en el bar - 

 

- Solo hazlo, idiota - responde ansioso - 

 

- Tu lo haz pedido - 

 

Tiene que sostenerse con las manos fuertemente de la pared en cuanto siente la dura embestida que arremete contra su cuerpo, impulsándolo hacia enfrente casi chocando su cabeza contra el concreto, sintiendo la dolorosa pero placentera sensación de ser penetrado. 

 

Jadea con la respiración entrecortada, quejándose en voz baja por la presión que ejerce el mayor en sus caderas, seguramente dejaría marca de sus dedos en su piel. 

 

- ¡Joder! - escucha decir a su primo entredientes, mira por encima de sus hombros cómo Shisui mantiene los ojos fuertemente apretados - 

 

No tiene que pedirle que se mueva, al cabo de unos segundos siente como este empieza a mover las caderas a un ritmo constante, sujetando bien las caderas del menor para que no se golpee contra la pared, chocando su pelvis contra los glúteos aún cubiertos por el encaje, sacando todo su miembro hasta casi dejar la punta fuera y luego volver a arremeter contra su entrada.

 

Itachi se deshacía en suspiros y jadeos ahogados que pretendía parar mordiéndose el labio inferior pero cuando una oleada de placer electrico le recorría no podía evitar soltar esos vulgares gemidos que solo excitaban más al mayor y le hacían acelerar el ritmo 

 

Voltea con furia cuando siente una dura nalgada que le propina el pelinegro, pero decide ignorarlo en cuanto la punta del miembro ajeno toca su próstata, provocando un temblor por todo el cuerpo y casi le hacen caer de rodillas al suelo de no ser porque el mayor le sujetaba

 

Se siente tan cerca, el cosquilleo en su vientre bajo le anuncian que esto no durará mucho y también los rápidos movimientos del otro le hacen saber que están en las mismas. Siente las manos de su primo colarse por enfrente hasta sujetarle su intimidad, acariciándola de arriba abajo, concentrándose en la punta, dando leves apretones, Itachi está que no podía más. 

 

Aprieta con fuerza los dedos que se sujetaban de la pared en cuanto el clímax es inminente y explota en un acelerado orgasmo que le dejan atónito por unos segundos.

 

Mira abajo y nota cómo de entre sus piernas comienza a descender unos hilos de semen, Shisui también había alcanzado el orgasmo a la par que él, con la diferencia que había acabado dentro suyo.

 

Se quedan así unos minutos, regulando su respiración, intentando asimilar lo que acababa de ocurrir. Lo habían hecho aún siendo primos. 

 

Enfermo es lo primero que se le viene a la mente a Shisui pero algo dentro de él le excitaba la simple prohibida unión. 

 

Es Itachi el que rompe el silencio y se separa del cuerpo de su familiar, acomodándose nuevamente el kimono en su lugar y peinándose los ahora enmarañados cabellos negros a causa del sudor, y el otro le imita, subiéndose los jeans. 

 

- Debo volver adentro - 

 

Shisui asiente sintiendo una gran decepción inexplicable, se suponía que estaba ahí para olvidar el mal rato que paso con su ex prometida y terminó liándose con su primo

 

- Yo... volveré a casa - se rasca tras la nuca - 

 

El mayor ve al otro caminar hasta la compuerta que le llevaba de regreso al bar pero se detiene antes de girar la perilla, volteando a verlo 

 

- Sería bueno tenerte de vuelta algún otro día - 

 

Y solo eso hacen que el corazón de su primo se acelere, provocando una sonrisa satisfactoria

 

- Lo tendré en cuenta - 

 

- Por cierto - señala ahora con una sonrisa macabra - como vuelvas a darme otro de esos golpes, te arrancaré la polla de un mordisco - finaliza entrando al bar, dejando al pelinegro estupefacto pero sin poder borrar la sonrisa de su rostro - 

 

Y pensar que entre ahí por error.

 

FIN

Notas finales:

Por fiiiin pude publicar el condenado one shot que les había prometido 

Pero estoy feliz de ya haberlo terminado, la verdad que creo es bastante simple y no muy fuera de lo común pero como ustedes ya saben yo amo a está parejita, casi nunca pongo fanfics que hagan alusión a lazos familiares porque no me encanta mucho la idea, de hecho y siento decepcionar muchos kokoros pero repudio a más no poder el ItaSasu/SasuIta, me repugna solo pensarlo, más porque en el manga/anime siempre vi tan inocente su relación de hermanos que sobrepasarla a algo más es que me disgusta bastante. 

Pero en fin, eso es cuestión de gustos, a mi personalmente nunca me verán escribir sobre eso pero respeto a quienes lo leen. 

No olviden dejarme sus votos y comentarios que se los agradecere mucho y responderé a la brevedad.

¡Besos! 


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