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Te Alcanzara Mi Corazón por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Por favor lean, disfruten y comenten. 

 

Nos vemos abajo. 

-¿Cómo?- Abriendo sus ojos algo asustado no comprende lo que dice su madre -¿Por qué debo hacerlo? Yo…-

En ese instante recuerda que su amigo del otro lado de la barrera, le pidió verse esa misma noche más tarde, solo por su cumpleaños.

Así que no deseaba faltar a esa dulce cita, lo había pensado durante un gran tiempo, su corazón late por solo pensarlo, sonriendo al creer que ese día podría abrazarlo, aunque no lo pueden hacer tan fácilmente.

-Mi pequeño…- Ella solo sonríe, tomando sus manos con delicadeza –Debes hacerlo hoy, no preguntes ¿Porque…? Solo confía en mi ¿Si?- El rostro de ese demonio femenino, sonríe pero demuestra una preocupación genuina, deseando no tener que revelarle la verdad.

-Pero… Mamá… ¿Cómo me voy a ir así como así?- No logra comprender, las cosas están yendo muy rápido.

-Es necesario que lo hagas, pronto iniciaran las primeras pruebas para alistarte en el ejército- Le habla con ternura, pero sus ojos están cristalizados por separarse de su hijo –Así que debes hacerlo ahora, para alcanzar a llegar a tiempo, además… Serán dos años en los que debes permanecer en los territorios del ejercito- Ya no aguanta más y sus lágrimas salen, demostrando que será la última vez que vera a ese demonio de cabellos lilas.

Niega con la cabeza, pues sabe que así es el ejército, debía alejarse de su familia por dos años, para aprender todas las técnicas, llegar a ser un excelente soldado y proteger al patriarca, pero… Aun no estaba listo, él es un niño aun, que desea quedarse a lado de quien cree es su progenitora.

-No puedo irme… Es… Es demasiado pronto- Se aferra a ella, llorando por tener que irse de su lado tan repentinamente –Mamá, no puedo irme así… No tengo uniforme… No quiero irme, y dejarte sola… No puedo…- Su voz entrecortada, quebrándose por como su corazón se siente agobiado.

-Debes hacerlo…- Limpiando sus lágrimas, para tratar de sonreírle, animándolo a que siga lo que siempre deseo –Es tu sueño- Levanta el rostro del pelilila, limpiando con su pulgar esas cálidas gotas salinas de su pequeño -¿Qué clase de madre seria, si no te ayudara y apoyara a cumplirlos?- Besando con cuidado la frente del niño.

-Aun así… Dejarte sola, es algo… Que no quiero…- Las lágrimas vuelven a salir de esos bellos ojos verdes, denotando la tristeza en ese hecho.

-Nunca estaré sola- Toma sus manita de nuevo –Tenga el recuerdo de tu padre, y… Tu algún día… Dentro de dos años estarás aquí, vuelto todo un soldado- Le dedica esa sonrisa, pareciera falsa, porque… Ella comprende perfectamente, el hecho de que Mu se valla justamente a donde se lo prohibieron desde que lo sostuvo entre sus brazos, solo significa que “Colmillo Rojo” ira detrás del niño.

Por esa razón debían hacerlo ahora, había trazado un plan para que Mu logara irse de aquel lugar a donde no le permitirían irse tan fácilmente, debía ayudarlo a llegar a su verdadero lugar.

Yuzuriha sentía en su interior que Mu no está solo en este mundo, como el patriarca le hizo saber, que allá afuera deben estar los verdaderos padres de ese pequeño que ha amado como suyo, pero… No puede ser egoísta para retenerlo a su lado, debe encontrar a donde pertenece.

Sin embargo no le puede revelar esa verdad, sería demasiado para que el pequeño demonio lo soporté del todo.

Miro la hora, tenía el tiempo justo para que ese dulce demonio se valla.

-Mu, en ese pequeño regalo que te di… Esta el uniforme de aprendiz, debes usarlo… Y…- Suspira algo preocupada –Ya no hay tiempo-

-¿Tiempo?- No comprende nada de cómo está ocurriendo esto –Pero…-

-Solo has caso y sigue mis palabras mi dulce niño-

Sonriéndose mutuamente, las lágrimas entre ambos siguen saliendo.

Mu sin querer separarse de ella, pero sabe que seguir lo que deseas conlleva un gran sacrificio.

Para Yuzuriha, que ese dulce pelilila, aquel que ocupo ese lugar que jamás pudo llenarse, solo con esa pequeña llegada, se alejara y no poda verlo nunca más.

Si lo mantiene a salvo por última vez estará bien, lo más seguro que a ella le esperé, será un horrible castigó, pero… No puede seguir haciendo que viva en un lugar que claramente aunque se esfuerzo mucho, él es infeliz.

Mas una pequeña advertencia debía darle antes de irse.

-Mu… Deberás cambiar tu nombre- Le indico tomándole de su mano, para colocarle una bufanda roja alrededor del cuello, y cubriéndole la cabeza de paso.

-¿Cambiar mi nombre?- Todo le parecía tan extrañó de repente -¿Por qué?-

-Es… Algo que muchos aspirantes hacen, así que debes hacerlo también- Saliendo adelante del pelilila, mirando disimuladamente de que no exista nadie vigilándolos, sintiendo alivio al ver que están a salvo por ahora.

-Mi nombre me gusta… Tú me lo diste- El pequeño la encaro sumamente confundido.

Para el pelilila ese nombre es hermoso, es corto, sonoro y lindo, le conto la historia de por qué se lo puso, le pareció tan bello.

Aunque la realidad del por qué, es otra.

-Entonces… Te doy otro ¿Si?- Le sonrió, tomando su manita para guiarlo, entre los arbustos y adentrándose en el bosque espeso a las afueras, conociendo el camino perfecto.

-Mamá, esto es muy raro…- Cada cosa, le parece más disparatada que la anterior y ella sin querer revelarle la verdad del por qué está actuando así.

Reconoce que puede ser extremadamente peligroso si le dice las verdaderas razones, así que debe callar, es lo único que cree conveniente, Mu descubrirá su propia verdad de eso está segura.

Pensando un momento, ignorando al adolescente, cada paso le rompe el corazón, pero debe ser fuerte aunque llorara en silencio mucho tiempo.

-¿Te parece bien Atla?- Le pregunto sonriéndole, sus lágrimas vuelven a brotar, pues el momento en que se separen está cerca.

No importa que no lo hubiera engendrado, lo cuido y amo desde renciendo nacido, por obligación se puede decir, pero… Acepto con tal de salvarlo de cualquier cruel destino que el antiguo patriarca le hubiera dado, si ella no aceptaba cuidarlo.

Ahora debía dejarlo solo, dándole las ultimas indicaciones para que encuentre lo que es… Aunque Mu no lo sepe del todo.

-Pero…- Seguirá protestando, su ser está divido entre obedecer, como si algo en su interior le digiera que eso es lo mejor para él, pero… Su corazón… Le dicta que está dejando a dos seres muy importantes para él.

Sin embargo ¿Qué puede hacer ahora?

---Territorio del ejército de los demonios---

Un Demonio, ya más crecido, de cabellos castaños claros, organiza las barricadas para los nuevos aspirantes a soldados del ejército.

-Listo, tenemos todo preparado para los nuevos- Sonríe tan confiado, pues está ansioso por conocer animados rostros de aspirantes y destruirles sus sueños, solo los mejores quedan en las primeras filas.

-Tío Regulus, ¿Sera muy cruel de nuevo?- Un joven demonio de cabellos castaños oscuros, una mirada verde oscura, y cinta roja, muy similar a su padre le sonríe algo preocupado.

-Claro que si Aioros- Mira al frente, donde el campo de entrenamiento se encuentra –Solo los más fuertes y capaces pueden aspirar estar aquí, como guerreros o maliciadores-

-Papá siempre ha mantenido esa regla, desde que tiene el puesto de entrenador- Un demonio de la misma edad del joven de cinta roja, con la diferencia, de cabellos azules y ojos Viridian, se reúne con ellos, limpiándose la tierra de la ropa –Por eso ha logrado que solo los fuertes se superen-

-Pero… Los que no pueden ingresar se decepcionan y no me gusta verlos tan tristes al final del primer mes- Diciendo esto, bajando la mirada, sí que Aioros tiene un corazón demasiado noble, que queda a la perfección con su fama de ser un guerrero feroz.

-Por esa razón, es mi deber escoger a los mejores, para que mi tío Sísifo no tenga que batallar con debiluchos que creen que por tener a un familiar en el ejército deben tener esa capacidad- Se siente tan orgulloso al hablar de su gran puesto delante de esos niños a su parecer.

Sonríe triunfante al escuchar como habla el demonio que lo ha criado a él y a su hermano gemelo, le tiene un gran agradecimiento, y más por haberlo entrenado desde muy joven para que sus capacidad salgan a relucir y ganarse un lugar en el ejército.

-Aun así dan pena- Baja la mirada, dejando escapar un suspiro.

-Aioros, no puedo creer que seas así de sentimental- Lo mira algo molesto, pero sonrojado por la cercanía en la que se encuentran.

-Saga… Es que son de la edad de mi hermanito Aioria…- Frunce el ceño algo triste.

-Pero si esta entre los mejores ahora de segundo año- Le habla sin entender el punto del castaño.

-Aun así... No es lindo eso- Sin pensarlo abraza al peli azul, para hacerlo entender su punto.

-¡¡¡OYE, DEJA DE HACER ESTO!!!- No le agrada para nada que lo toquen, aunque si es el de cinta roja es más por nervios.

Sí que se llevan muy bien ellos dos, desde aquella misión en donde Regulus regreso con dos pequeños niños, complementen desamparados, desnutridos y uno de ellos algo enfermo, ese joven demonio se hizo cargo de ellos, con la ayuda de su tío Sísifo.

Sonríe, verlos es algo muy agradable en su corazón, sintiendo que siempre hizo lo correcto, aunque aún existe un asunto pendiente desde hace trece años que no lo deja tranquilo del todo.

Pero no se da por vencido, la razón por la que se volviera el primer maestro, para evaluar a los aspirantes, parece que algunos amigos del patriarca actual aún siguen tratando de ayudarlo a encontrar a su hijo perdido, aunque Shion les rogo que dejaran ese asunto por la paz, solo por el bienestar de ese pequeño demonio que debe algún día regresar a su hogar.

Estaría muy atento a los nuevos aspirantes, solo tiene los datos que Albafica le dio, cabello lila, ojos verdes, piel blanca y cejas como los de Shion y pequeños cuernos.

Es lo único que los puede guiar.

Suspira algo cansado –Bueno ya par de mocoso, vallan de inmediato a sus dormitorios que mañana tienen entrenamiento a primera hora- Hablando firme ante los dos demonios.

-Si papá- Asintió el peli azul, apartándose bruscamente del castaño.

-Si tío Regulus- Sonrió, igual como su padre lo hace al estar tan feliz, sin pensarlo tomo el brazo de Saga, para irse juntos.

-¡¡¡¿QUÉ ME DEJES TRANQUILO?!!!- Seguirían alegando.

-Saga, dile a Kanon que tampoco se desvele estudiando- Sin duda el antes menor demonio de aquella generación de hace trece años, ya es todo uno de familia responsable y cuidadoso aunque no lo admita.

Ambos jóvenes demonio se dirigen hacia sus dormitaros, entre una pequeña disputa iniciada por el peli azul, que el castaño solo sostiene al tenerlo tan cerca.

Regulus sonríe al verlos alejarse, mirando atento después hacia donde el castillo se encuentra.

Frunciendo el ceño, cruzado de brazos, suspirando –Shion… ¿Cómo puedes estar soportando esto?- Niega con la cabeza –Si que el patriarca Hakurei fue un maldito-

Solo los más cercanos al peliverde, conocen esa verdad, queriendo ayudarlo, pero las advertencia del propio demonio sin alas, para que no lo hagan aunque están presentes.

Todo a escondidas se hace, para ayudarlo.

Son buenos amigos, aunque parece que por fin podrán lograr tener un halo de luz.

---Lado de los Ángeles---

Un Ángel adolecente de cabellos dorados, sentado en la arena, abrazando sus piernas, colocando su cabeza apoyada en sus rodillas, suspirando triste, dejando ver en sus zafiros lagrimas secas.

-Mu… ¿Por qué no viniste?- Su voz se nota triste… Sintiendo un pequeño dolor en su corazón.

Ya ha amanecido en el lado de los Ángeles, paso toda la noche fuera, esperando a que su amigo demonio llegara para felicitarlo aun con la barrera de por medio, pero… Nunca lo hizo, jamás llego…

Ocasionando mil preguntas en su mente.

-¿Acaso… Algo le ocurrió?- Se pregunta para sí mismo.

A su punto de vista, ese demonio de cabellos lilas como el mismo dijo, nunca ha fallado en ninguna de sus citas, ¿Por qué lo hizo justo ahora?

-Mu, ¿Qué te paso?- Se pregunta con la mirada triste.

El leve frio de esa mañana, no lo siente del todo, preocupado más por quien su corazón reclama a cada segundo.

No puede creer que no llegara, que lo dejara allí plantado.

Pero… ¿Qué puede hacer?

-Si me quedo aquí… Se darán cuenta… Pero… ¿Qué importa?- No ha dormido, solo quiere escuchar esa dulce voz pronunciar su nombre.

Más algo en su corazón le indica que no podrá volver a escucharla en mucho tiempo y eso lo destruye.

-¿Acaso… Ya te fuiste?- Suspira… Pensado que eso podría ser una posibilidad.

-¿Sin despedirte de mí?-

-¿No te importo?-

-¿No soy suficiente para que vinieras a decirme… “Adiós”?

Más su mente le juega una mala pasada por el sueño, trayendo más temores a él.

-O… Esos malditos… ¿Te hicieron algo?- Frunciendo el ceño recordando cuantas veces Mu llego a sus citas con lágrimas o contándole que le han hecho esos otros demonios que por alguna razón lo odiaban tanto.

Si esa es la razón, como desearía derribar la barrera solo para darles una lección, y encontrar a su demonio amado.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Mis terroncitos de azúcar, jajajajaja anoche me desvele un poco, para ver "La Bendición Oficial Del Cielo", solo el primer capitulo, por que mas de rato seguiré viéndolo, la meta es tenerlo en primer lugar en Netflix.

Jjajajajaja bueno. 

¿Que les parece el capitulo del día de hoy?

Vimos mucho de lo que pudiéramos...

Mu... Teniendo que cambiar su nombre.

Regulus ayuda a su amigo a buscar al bebe perdido. 

Shaka todo triste por que Musito bebe no llego...

Kiaaaaa...

En fin... Espero que les guste mucho. 

Muchas gracias por todos sus hermosos comentarios, de verdad su apoyo es hermoso y enorme, los mega quiero, son los mejores, no se como agradecerles este gran apoyo y su lindo cariño. 

Los quiero mucho mis terrones. 

Cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan. 

Ammu se va. 


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