Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Te Alcanzara Mi Corazón por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar, ahora verán... Como e tardado mucho, ya era hora de publicar los ganadores de los 450 terrones de azúcar, y así que lo verán el día de hoy.

Claro una parte, y después el domingo otra, pues el sábado tenemos un regalo a un terrón de azúcar.

Sin mas, disfrútenlo mucho y nos vemos mas abajo.

Algunos días pasaron, y obviamente los rumores de que el patriarca estuviera en los entrenamientos observando a los jóvenes aspirantes, no se hicieron esperar.

Y claro, el saber que alguno pudiera llegar a ser el discípulo del patriarca, es una oportunidad única en un millón.

Jamás se había dado en todos los años que lleva en el poder el peliverde.

Así que todos intentando impresionar en los combates físicos, en las maldiciones.

Haciendo de todo para que fueran si quiera tomados en cuenta, para su selección.

Incluso hicieron cosas peligrosas, que por poco y si no fuera por la intervención del instructor en turno, habrían ocasionado un verdadero desastre.

Y de paso sacar de quicio a Regulus por el comportamiento de los aspirantes, por esta situación, que aunque fuera injusto está arreglado desde un inicio.

Todo es para que el patriarca pueda seguir protegiendo a su hijo sin siquiera levantar sospechas, pero era completamente inevitable ver como esos cuarzos miran con toda la ternura del mundo que contuvo, al pelilila al momento de entrenar, y hacer su propio esfuerzo para tener siquiera una opción de su aprendiz.

Desde luego esta es una simple fachada, tener a su pequeño cerca bajo el título de su futuro sucesor, cosa que jamás dejara que pase.

Atla no vivirá si quiera su mismo destino, si está allí para evitarlo.

-¿Crees que tenga una oportunidad?- Pregunta algo inseguro, jugando con sus manitas, mientras el descanso es su opción.

-Puede ser, demostraste ser fuerte en la misión- Afrodita con los brazos cruzados, pero el ceño fruncido, demostrando algo de inquietud.

-¿A ti no te gustaría ser su aprendiz?- Cuestiona el pelilila, algo dudoso y temeroso a la respuesta.

Pues si lo piensa bien, el peli celeste aun es capaz de ganarle de forma fácil en varios puntos del entrenamiento.

Por lo cual sería el sucesor perfecto para el patriarca.

-No, la verdad ese no es mi sueño, ni gusto- Responde sin más, dejando escapar un suspiro.

-Afrodita, nunca te lo pregunte, pero… ¿Qué es lo que de verdad te gustaría hacer?- Era cierto, en todo este tiempo, Atla había hablado más sobre sus deseos, el por qué estaba allí, pero el pali celeste solo se limitaba a demostrar su valor y que todo lo que ha ganado es por sus propios medios, no por ser hijo de quien es.

-La verdad Atla, solo quiero ser uno de los mejores maldecidores, y lograr encontrar antídotos potentes para los nuestros, así como lo que hace mi papá- Pensativo, abre los ojos celestes, mirando al frente sin mucho interés –No me gusta el combate cuerpo a cuerpo, prefiero algo que no me ensucie el cabello, ni la ropa- Un tono algo arrogante se deja ver.

-Es algo genial, además creo que ya lo estás haciendo Afrodita- Se sienta al lado del peli celeste, para sonreírle –Eres muy bueno para las maldiciones curativas como me dijiste, pero tus ataques sin temibles-

-Es solo el entrenamiento que mi padre me ha dado desde pequeño, no es la gran cosa- Le resta algo de importancia, mientras le dedica una sonrisa gentil a su amigo –Seré un maleficiador, y creo que si tú te volvieras en el próximo patriarca, haríamos un buen equipo- Le da una pequeña palmada en el hombro.

-¡¡¡¿TU DE VERDAD LO CREES?!!!- Las mejillas sonrojas, la emoción tan grande, el corazón latiendo porque su amigo de estas tierras lo crea capaz de eso.

-Te puedo asegurar, que el patriarca quedó impresionado por tus habilidades…- Baja la mirada, algo pensativo –Que hasta a mí me impresionaron… Siendo similares a las del tío…- Se queda un momento callado, no va a estar alardeando de cómo es que logra llamar al peliverde.

El pelilila sonríe a su amigo, y asiente ansioso por saber el resultado –Solo quiero lograr serle de suma utilidad al patriarca, quiero protegerlo y…- Baja la mirada sonrojado –Quiero demostrar que aun sin alas yo puedo cumplir los sueños que tengo y así…- Su corazón es una revolución de cientos de emociones, pero todas son positivas –Le podré contar a Shaka que yo…-

-Así que se llama Shaka tu enamorado- La risa burlesca del peli celeste, por conocer al fin la verdad que intentaba sacarle al otro.

Y es allí que Atla se da cuenta, sobresaltándose del pánico, cubriendo su boca sin pensarlo, pero el hecho ahí está.

-No, bueno si… Pero, no es algo serio, tal vez si… Yo… Solo…- No sabe ni que decir el pobre, por todo lo que podría representar que esté sepa su verdad.

-Ja, ja, ja, tranquilo… No tiene nada malo que estés enamorado- Afrodita calma a su buen amigo, pero no deja de reír por la forma de actuar del otro -¿Es un demonio de dónde vienes?- La curiosidad comienza a absorberlo.

Es allí cuando Atla, tiene que ser inteligente y saber disuadir a su amigo a como dé lugar, si supiera que no es un demonio, sino un ángel y que no es cualquiera de ellos, si no el supuesto príncipe de estos.

Se volvería un caos y más al saber que están buscando a la descendencia del patriarca anterior para derribar la barrera, no podía decir nada.

Solo preguntas curiosas, que no insiste para no decir más.

-Creo… Creo que nos está llamando el instructor Regulus- Responde de inmediato, sonriente y levantándose de su lugar, para ignorar la pregunta.

-No, claro que no lo hace- El peli celeste lo mira cuestionándose el comportamiento del otro, clara evidencia de evitar el tema -¿Por qué no quieres contarme nada?- Le canturrea la pregunta -¿Acaso es algún tipo de amor secreto?- Levanta una ceja curioso por naturaleza.

Claramente se demuestra que con Atla, Afrodita se siente más cómodo en expresarse como es en realidad y no aparentar ser alguien solo soberbio e imponente.

-No es nada de eso, solo que…- Sonrojado vuelve a su acción de jugar con sus dedos, está nervioso, y preocupado por decir algo, que claramente es un tema muy intimido.

-Bien, no me digas si no quieres, pero… Algún día tendrás que decirme todo sobre tu “Amado” Shaka- La burla puesta, pero de una buena forma, levantándose igual de su lugar, para caminar hacia donde el pelilila –Vamos entonces- Sin más pasa de largo, al parecer el peli celeste sabe algunas cosas que no ha querido compartir, es misterioso en su comportamiento últimamente y de repente.

Pero el pelilila no lo capta de inmediato, de hecho no por accidente, está más concentrado en saber si es un ideal para el puesto junto al patriarca, decirle la Shaka sus aventuras nuevas y desde luego, llegar a volver a ver a su madre muy pronto.

Más ahora debe calmar esas ansiedad, pues el entrenamiento continuara, o eso es lo que se cree.

Al volver de nuevo a la área de entrenamiento físico, se dan cuenta que no están por completo solos con el instructor Regulus, si no que el patriarca se encuentra aún allí, mirando a todos los jóvenes aspirantes.

Se supone que debería ser una formalidad ahora, pero en sí, quería que fuera lo más rápido posible, ya no podía resistir, solo necesita tener al instructor de los aspirantes presente y decir a lo que viene y acto seguido declarar su decisión.

Si, está actuando bastante fuera de las reglas establecidas, pero… No se puede contener más, es su propio corazón dictándole que tenga a su hijo con él de una buena vez y sin importar nada ahora podrá protegerlo de colmillo rojo.

Incluso si alguno de ellos está observando, que es lo más lógico, ya no tendría por qué moderarse, aunque sí debería tener cuidado de cualquier ataque sorpresivo.

Por esa razón, se puede considerar estar solo en aquella posición junto con el castaño demonio, pero alrededor en puntos estratégicos otros demonios tanto sus más fieles, como soldados igual de la misma condición, vigilan cuidadosamente que nadie se interponga.

Por las amenazadas ya antes vividas de rebeldes, es mejor ser prudentes ante cualquier cosa.

Los más jóvenes atentos a lo que fuera a decir, en su mayoría curiosos, ansiosos, por conocer quién sería el digno demonio que será tomado bajo la custodia del patriarca y eso los posicionaría a la posibilidad de pasar todo el tiempo con el peliverde, aprendiendo y siendo entrenado, un ejercicio que sería doblemente más difícil, pero que explotaría todas sus habilidades posibles.

-Muy bien mocosos ingratos- No puede decir que está del todo feliz, por las tonterías que estos pequeños demonios han estado haciendo, ya lo tienen con la paciencia al límite –Sera mejor que se comporten y escuchen atentamente lo que el patriarca tiene que decir, ya que ha tenido que aguantar ver sus tonterías por llamar su atención- Los va a balconear, aun no olvida como una de esas imprudencias le provocó un buen golpe en el estómago, y obvio su enojo fue bastante grande, pero no podría desquitarse, pues fue un accidente.

El tono molesto del demonios que los entrena, logra hacer que todos tiemblen y sientan la sangre congelarse, que en si sería una mala señal, pero se entiende por el miedo.

Solo Afrodita se siente tranquilo, de que nada pueda ocurrir o pasar en lo más mínimo, incluso riéndose levemente, por el comportamiento de todos y la  expresión de Atla, por la preocupación.

Resopla muy fastidiado, pero cierra sus ojos, entendiendo que es mejor proceder, dejando escapar una leve sonrisa, las cosas van yendo perfectamente bien, y ver feliz al patriarca aunque deba ocultarlo este, es lo principal.

Al fin parece que se hará justicia de alguna forma.

-Escuchen bien, no hablaran, estarán calmados y si escucho alguna palabra o rechistar… ¡¡¡LOS HARE CORRER MIL VUELTAS ANTES DE IRSE A LAS BARRACAS!!!- Es su última advertencia.

Y si bien deberían tener su clase de maleficadores, este día se canceló por un asunto relacionado con este nuevo nombramiento que se llevara a cabo.

Un suspiro in más, para ver al peliverde –Son todos suyos patriarca- Puede llegar hablar un poco más relajado con el mayor de título, pero aun así guarda el respeto.

-Gracias Regulus- Sonríe sin más, dándole gracia un poco el comportamiento del castaño, era algo extraño verlo con un gesto relajado, ya no debía sufrir más, todo estaría bien.

Estando en aquella área alta donde el instructor se coloca para observar a los más jóvenes, imponente el patriarca con su túnica, pero su rostro es mucho más amable de lo normal, incluso sonríe y la mirada es cálida.

Es normal, está en paz.

-Jóvenes aprendices, como se habrán dado cuenta he estado en estos últimos días, observando su entrenamiento tanto en la área física, como maleficadores, solo por una razón es esto- Su tono como el de es usual en un pontífice, sereno, tranquilo, pero imponente, mirando a todos, pero sus cuarzos fijándose más precisamente en un pequeño –He decidido que uno de ustedes se volverá mi aprendiz, como tal deberá dejar el entrenamiento cotidiano y permanece a mi lado, para conocer todos los deberes y responsabilidades que conllevara su nueva posición, pero aclaro que el ser un aspirante para este título, no es un camino nada fácil- La pequeña advertencia, que dicta, aunque realmente no debería ser tomada en cuenta para el próximo demonio que obtendrá esta oportunidad.

La mayoría de los jóvenes demonios sonríe, algunos ansiosos, otros más nerviosos y creyéndose incapaces de siquiera hacerlo posible.

Si no soportan el entrenamiento de Regulus, que es sumamente feroz, el del patriarca posiblemente seria diez o mil veces más difícil, claro según su mente.

Pero uno está más que nada emocionado, apretando sus pequeños puños, sonriente con las esmeraldas brillantes, solo desea escuchar su nombre, aunque las posibilidades sean bajas de que esto ocurriera.

Parece que no fuera capaz de recordar que él fue quien salvo al patriarca de una flecha que podría acabar con su vida, pero se siente aun inferior en este punto.

-Bueno quiero ser rápido, tengo asuntos de los cuales ocuparme, y que mi discípulo, empiece de inmediato a conocer- No se refiere solo a ese hecho, si no que ya desea ansioso por estar protegiendo a quien ama, para que nada malo pueda ocurrirle.

En silencio comienza a reinar, como clara señal de que respetaran la palabra del peliverde, pero la emoción sigue en los jóvenes rostros.

Todo está en orden, nada fuera de su lugar el peligro no es amenaza ahora, pero no puede quedarse mucho así, y poner en riesgo a otros inocentes.

Sin más llega el momento, un leve suspiro, el corazón latiendo con emoción, los ojos rosas se cierran para tomar este valor, y controlarse para no actuar por impulso.

Ahora abre sus ojos y se fija al frente, con los brazos en sus laterales, su cabello quieto, y una ligera sonrisa que proyecta su felicidad, con el corazón latiendo a mil por hora.

-Atla, al frente- Llama con ese tono imponente.

Y desde luego al sorpresa para todos.

Incluso para el mencionado, que no sabe que decir ni actuar, salvo acatar la orden después de que sus ojos verdes demuestren una gran sorpresa.

Relazando la acción ordenada, sintiendo las miradas de desaprobación de los demás compañeros, y hasta cierto odio, aunque otros demuestran algo de alegría y aceptación sin más.

Después de todo se corrió por todo el lugar, que fue sumamente valiente en proteger al de mayor rango.

Delante de todos, enfrenté del patriarca, no es capaz de levantar su mirada, sintiendo los nervios a flor de piel, pero calmándose, no debía gritar, ni temblar, nada más que la seriedad, pero es inevitable para él, jamás lo creyó, ni en sus sueños más locos que esto le ocurriera tan pronto.

-Felicidades… Atla, a partir de ahora estarás bajo mi cuidado, te enseñare personalmente, espero que lo aceptes- Sonríe sin más, mirando ese pequeño demonio, que no es capaz de verlo a los ojos, pero no importaba reconoce que está feliz, o eso quiere creer.

-Gra… Gracias… Pa… Triar... Ca…- Habla entre cortado, la emoción le impide pronunciar más palabras.

No se hará un gran alborotó, no es digno del ejército o del mismo pontífice, pero… Eso no significa que por dentro la emoción ha crecido, pero a la vez las sospechas de seguro serán inminentes.

Mas las reglas estipulan, que aquellos que se vuelven aprendices de algún patriarca, deberá estar bastante cerca de este, teniendo un lugar en el recinto del pontífice, preparándolo en todo momento en sus nuevas responsabilidades.

El territorio donde el peliverde es quien tiene mayor control ante todo, aunque si bien tiene control en varias partes de los territorios demoniacos, hace referencia que allí tendrá con suma vigilancia a su hijo, para que Colmillo Rojo ya no tengan manejo sobre ellos, y puedan estar tranquilos, sin embargo no descansará aun, primero debe mantener seguro a su pequeño y a un demonio más.

Después del nombramiento, claro que Atla ya no podría vivir en las barracas, y deberá ir de inmediato hacia el lugar que se preparó para él.

Todo se tomó con antelación, incluso tendría una pequeña compañía por parte de los dos hijos de Regulus, que le indicaran su nuevo lugar de descanso y las reglas del recinto patriarcal.

Obviamente harían caso a todo lo que su papá les pidiera y más siendo una orden del patriarca, sin contar que ver a ese pequeño demonio tan emocionado, hace que les de cierta ternura a ambos jóvenes.

Pero no están del todo solos, el tío de ambos demonizo de cabellos azul, se dirige a vigilarlos de cerca, no pueden dejar nada a la ligera y el cambio de una barraca al recinto patriarcal puede ser una alerta para sus enemigos internos.

Mantendrá esta protección extra, se la deben al peliverde en cierta forma.

Sin embargo, mientras esto ocurre y ya llegada la hora nocturna, con los demás aspirantes entre decepcionados y aceptando que ese destinó no fue para ellos.

Indicando que el entrenamiento ha terminado.

Un mandado por parte del peliverde se da a conocer, más que nada para que Regulus esté en la sala patriarcal, a solas con el peliverde, para una última misión necesaria.

---Sala Patriarcal---

El castaño claro con la reverencia de siempre ante el pontífice, le parecía algo sumamente extraño que no estuviera al tanto de como el pequeño Atla este acomodándose a su nuevo lugar de entrenamiento, pero no le va cuestionar, si le ha llamado de forma inmediata debe ser algo importante, pero es extraño aun así.

-Buenas noches patriarca, ¿Necesita algo?- Baja la mirada, sin ponerse aun de pie, pero atento a su información.

-Regulus, necesito que cumplas esta misión de manera urgente, pero con suma discreción- Le declara con seriedad, sentado en el trono símbolo de su título, pero con cierta preocupación aun presente.

-¿Una misión?- Confundido pregunta, alza la vista, frunciendo el ceño, por el tono que ha usado el peliverde.

-Deberás ir al pueblo de donde proviene Atla…- Aprieta los puños, aun es difícil acostumbrarse a toda esta mentira, pero no importa mucho ya –Quiero que traigas ante mí a ese demonio de nombre Yuzuriha- La mirada seria del pontífice, parece no revelar nada bueno.

-¿Pu… Puedo… Saber… Qué ocurre?- Por primera vez Regulus siente une escalofrío ante la mirada rosa del pontífice, creyendo que esto puede ser algo sacado de la desesperación del mayor, incluso sin saber si debía obedecerlo, pero sería un desacato.

-Solo quiero verla, conocer a quien fue el demonio que crio mi hijo y… También mantenerla a salvo de Colmillo Rojo- Frunce el ceño, al parecer el de mayor rango ha estado teniendo muchas cosas que hacer y en que pensar, pero quiere tener todo a su favor, pues ahora que esos enemigos jurados contra su persona se enteren que ese pequeño que debían apartar de él a toda costa, ya no se encuentra bajo su radar, lo comenzaran a buscar y dañar a todos los que pudieran ayudarlo.

Por esa razón debía proteger de igual forma a la supuesta madre de Atla, se siente en cierta deuda por cuidar de su pequeño.

Esperando que no sea demasiado tarde, mandara a uno de los suyos de mayor confianza y quien sabe habilidades fuera de lo común que sabrá defenderse perfectamente.

---(Días después) Lado de los ángeles---

Al aleteo de unas alas que van a todo lo que pueden dar, pues necesita llegar con rapidez a una cita acordada, y escabullirse por la noche.

Ha intentado ser discreto, a lo que cree nadie se ha dado cuenta, pues creen en la mayoría de los casos que solo va al bosque a entrenar y que este lugar lo escuche.

Así que piensa que cree estar a salvo, con el hecho de cada mes va a escuchar y anhelando que en algún punto, de nuevo la barrera se desquebrajé y ser el primero en ver a su dulce demonio de cabellos lilas y ojos como las gemas preciosas que adornan la corona del reino.

Mas por no prestar mayor atención a su alrededor, y creer que sus padres no lo notaran como extraño, ha olvidado el resto de los ángeles cercanos a él.

Y que están dispuestos a encararlo y saber a dónde va con exactitud.

Estando a poco de ingresar al bosque, es detenido de golpe, por un ángel de cabellos cerúleos que le corta el paso.

Sorprendiendo al rubio y de paso hacerlo enojar.

-¡¡¡MILO!!! ¡¡¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?!!!- Habla molesto, deteniendo por este hecho, porque lo harán llegar tarde con su demonio.

-Lo siento amigo, pero… Es que estamos algo preocupados…- Dice esto con una sonrisa nerviosa.

-¿Todos?- Confundido, pero es cuando siente como dos aleteos se cesan detrás de él, dándose la vuelta para ver de quienes se tratan, aunque ya se lo imagina, enfureciéndolo por hacerlo perder tiempo -¡¡¡¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO?!!!-

-Príncipe Shaka, si sus padres se enteran que está viendo a un demonio a escondidas, podría ser peligroso para usted- Habla un demonio acompañado del peliaguamarino que mira a su rubio amigo algo compasivo.

Los zafiros se abren de sorpresa, pero su ceño fruncido no se deja de lado, por el simple hecho de que estos se enteraran, se supone que había sido cuidado…

¿Cómo era posible siquiera, que Shura este enterado de esta verdad?

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo super bien, aunque... Si se dan cuenta... La historia comenzara a repetirse...

¿Recuerdan bien quien fue él que do el informe al rey anterior?

Ahora Shura hace lo mismo, pero... Primero hablarle antes de cometer algún error.

Dioses... Las cosas se pondrán peor capitulo con capítulo.

Ahora ya sabrán mas cosas... 

Muchas gracias mis terrones de azúcar por apoyarme, leerme, seguir votando, comentando, kiaaaa se lo agradezco tanto, son los mejores del mundo mundial.

Kiaaaaaa, mis terrones de azúcar, son los mejores del mundo mundial, los quiero tanto.

Por favor, sigan haciendo caso a las medida de higiene, no se expongan y cuídense mucho.

Los quiero mucho.

Ammu se va. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).