Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Te Alcanzara Mi Corazón por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Por favor lean, disfruten y comenten.

 

Nos vemos abajo. 

Las imagines presentadas delante cambian… En donde se puede ver rostros de preocupación y desesperación por lo que sea ese sonido, desde luego no es algo externo del recinto patriarcal.

Se puede escuchar las voces de quienes son protagonistas de la historia que están viendo.

-Quédate aquí, iré a detener a esos malditos Ángeles- El pelilila de coleta alta, extiende sus alas, dispuestos a defender a su pequeña familia, no permitirá que invadan la torre.

-Ten cuidado…- El rostro ojeroso del peliblando, sosteniendo a ese recién nacido contra su pecho, preocupado por quien ama.

-No te angusties mi borreguito de lana blanca, todo estará bien- Le dedica un beso fugaz en los labios, antes de asegurarse de que la zona es segura, para evitar que tomen ese punto.

Tiene que salir de allí, rápidamente hacer que se detengan mucho antes de siquiera puedan entrar.

Lamentablemente, debió estar más atento no solo a los que combatían en el primer piso de aquella torre, si no de quienes tienen oportunidad de invadir de forma área hasta la parte donde están el peliblanco y el pequeño Shion.

-Todo estará bien…- Le Sonríe al pequeño, que esta inquietó, acurrucándose contra el pecho de su papá, como si pudiera percatarse que el otro demonio tuvo que irse para mantener a raya a los enemigos –Tu padre es el demonio más fuerte de todos…-

Mirar a esa criatura era lo único que deseaba hacer siempre, su pequeño bebe, un inocente por el cual deseaban acabar la guerra antes, los hijos no merecen una vida así, los padres deberían procurar un mundo diferente.

Su seguridad se interrumpió, al escuchar otro estruendo que no pertenecía a la batalla que solo Hakurei mantenía con un número de ángeles indefinidos.

Pedazos de cristal se escuchan, la ruptura de una de las ventanas en donde la poca luz del exterior se colaba.

Avenir viendo invasores de ala blanca, su vitalidad está sumamente baja, sería casi imposible luchar en esas condiciones y poder salir victorioso, pero lo intentara, solo por Shion lo hará.

Su mirada verde demuestra furia, sus colmillos son mostrados, como sus alas extendidas, intentara hacer lo que sea, para darle tiempo y salvar al pequeño, aunque sus piernas aún están demasiado débiles para sostenerlo.

Los ángeles al ver que tienen el camino libre para asesinar a todos los demonios posibles.

Esa es la orden del rey, acabar con los demonios, con cualquiera que se cruzaran, sea adulto o niño, no debían quedar con vida, pues el deber era vengar a los inocentes que atacaron ellos, cuando estaban en una pausa demasiado frágil.

-¡¡¡MUERAN MALDITOS!!!- Sonaron los voces al unísono de los Ángeles, flechas dirigidas hacia Avenir, igual que una espada desenvainada para atacarlo.

Sabe que no ganara, son muchos contra él… Su cuerpo está demasiado débil, su pequeño asustado, llora por los sonidos que se proyectaron, sin su amado Demonio, el cual está luchando sin saber que está ocurriendo allí.

Ver esto, en los cuarzos y esmeraldas, es demasiado para ambos, el más joven se cubre los ojos por inercia, no es capaz de ver la escena que se presenta.

En cambio el patriarca, ver lo que fue sus pequeños primeros instantes de vida, es demasiado atormentador, derrama lágrimas sin fin, temblando, solo sabe que esta aun en este mundo, por el contactó que tiene con su pequeño.

Es como si los nacimientos de ambos, hubieran sido marcados por la maldad y tragedia…

Las flechas son lanzadas en esa proyección, la espada lista para dar en el blanco.

El sonido de carne siendo atravesada, con algunas plumas negras cayendo.

El cuerpo de Avenir desde luego sería el mayor muro de protección para Shion, las alas las extendió hacia delante, haciendo un refugio para su bebe, su espalda sintiendo el frio metal atravesando hasta salir por el frente.

No dejaría que ni una flecha o espalda toque a su pequeño, entre sus brazos donde Sion se encontraba de pequeño, allí a una escala solo para proteger al bebe, está la maldición de protección en un escudo, que no permitirá que atraviesen más allá de ese punto las armas enemigas, aunque deba mantenerlas incrustadas en su cuerpo y alas.

Duele, claro que duele… Pero sería mucho peor si una sola gota de sangre saliera de su inocente hijo.

-No temas… Shion, tu papá te protegerá…- Su boca escupe sangre, pero aun así sonríe, pues su pequeño parece calmarse, y eso alegra su corazón, sin importar el dolor en todo su ser.

Pero sin posibilidades de moverse, tan débil que una simple maldición de protección le está causando estragos, no se diga de las heridas que en su conducido, serán fatales… Y a sabiendas que lo Ángeles tienen bendiciones poderosas, que deben ser esquivadas, solo ruega en su mente que su amado regrese pronto y salve a Shion, es todo lo que pide… Ya ni su vida es importante.

-Acabemos con esto de una vez- Un ángel solo dicta esto a los demás, dispuesto a terminar a ese demonio, sin piedad que lleve a un bebe en brazos.

Sin duda, demasiado cegados por muertes que no debieron pasar, desean una cruel venganza a como diera lugar.

El honor en ellos se ha quebrado, por su odio influenciado por el rey.

Pero no lograron más daño hacerle a ese demonio, que el piso ya posee parte de su sangre.

-¡¡¡ONDAS INFERNALES!!!- No lo pensó, al ver esto y solo atino a darles uno de sus ataques más poderosos directamente, le da igual seguir asesinando, como ellos lo hicieron antes.

Solo fue en un abrir y cerrar de ojos, la secuencia de esto es rápida.

Los ángeles cayeron, como cascaras secas, sus almas se han perdido en este mundo y nunca encontraran la paz eterna prometida por su Diosa, pues están en otras tierras.

El pililla, no puede creer esto, su cuerpo gravemente herido, no le duele más que su corazón al ver a su demonio, a quien ha amado desde que lo conoce, con tanta sangre brotando, sus piernas dan fuerza para ir a donde están ambos.

-¡¡¡AVENIR!!! ¡¡¡SHION!!!- No le importa mancharse de sangre, solo desea que estén a salvo, aunque claramente eso no ocurrirá, solo uno está sin daño.

Las alas tan heridas, descubren a su portador, el cual tiembla por su condición, pero sus ojos aun brillan al ver al pelilila, derramando pequeñas lagrimas –Sabia que vendrías…- Abraza como puede a su pequeño, para que nada pueda hacerle daño –Te dije que tu… Padre, vendrá a salvarte…- La sangre escurre por la comisura de su boca, para entregar al pequeño peliverde al demonio que ayudo en su creación.

-¡¡¡TENEMOS QUE IR RÁPIDAMENTE AL PUEBLO MAS CERCANO!!! ¡¡¡ESTARÁS BIEN, AVENIR, LO ESTARÁS!!!!- Su desesperación crece a cada segundo, ver así a quien ama es demasiado para él, se siente tan torpe para siquiera sostener al bebe.

-No tuve oportunidad de… Alimentarlo…- Sus gruesas lagrimas recorren sus mejillas, lamentándose lo que no podrá lograr, sabe que en este punto ya nada se puede hacer por él –Hakurei, protege a nuestro… Pequeño por los dos…-

-¡¡¡NO!!!- Ruega como puede, notando la insistencia de que su peliblanco de al pequeño demonio, que al parecer esta inquietó derramando también lagrimas con su llanto desconsolado, como si entendiera que está quedando solo de a poco.

Sus manos llenas de sangre de ángeles se extienden para sostener a pequeño, que necesita consuelo.

Apenas si siente el pequeño cuerpecito de su hijo, viendo como esos pequeños cuernos están presentes levemente, sus mejillas rozagantes y piel que apenas va tornándose de un color más claro, es un pequeño que crecerá para tantas cosas importantes…

El cuerpo de Hakurei no solo sostuvo a Shion, si no que a los segundos, siente como Avenir cae hacia adelante, chocando contra su pecho, su vida se acaba y las fuerzas igual, por eso ya no lograba tener al peliverde en brazos.

-Per… Don… Los amo…- Su susurro de muerte, las últimas palabras que logra decir, antes de que su aliento sea expedido.

En una noche de alegría, se volvió de dolor y amargura, Hakurei siente el profundo dolor de perder a quien más amaba en este mundo, sosteniéndolo, y en su brazo libre, al pequeño que sigue en llanto, al parecer comprende que quien le dio al vida murió apenas haberse conocido.

Mu no quiso ver esa escena, por alguna razón le dolía tanto, sin siquiera ser protagonista, pero desde luego sabe que está relacionado con su vida, era el nacimiento de su papá, y la muerte de sus abuelos…

El peliverde, ni siquiera parpadeo a todo esto, las lágrimas surcando sus mejillas, sus brazos solo siguen levantados para proteger a su hijo, en un abrazo que parece como si fuera conocido.

-Cuando llegue, fue esta la escena que vi-

Muestra ahora desde la perspectiva de sus ojos, no las de memorias de una torre.

-No sabía qué hacer, Hakurei estaba desconsolado, llorando con el cuerpo de Avenir sujetado con fuerza y tú, siendo también calmado por él, intento sujetar sus cabellos largos-

-Le dije que debíamos irnos, que una horda de Ángeles venia para ese punto, habían atravesado nuestras barreras, estábamos en una terrible desventaja, solo quería que mi hermano y sobrino estuvieran a salvo, pero…- Se debutó aquel fantasma, aun parecía dolerle aquella decisión.

-Solo me dijo que me fuera contigo, que me alejara lo más rápido de la torre, que no mirara atrás y que te cuidara, intente decirle que estaba loco, que tú lo necesitarías más que nunca, que los demonios necesitaríamos a nuestro patriarca y en ese momento me dijo que yo debía ser el siguiente en la guía-

Los cuarzos ven esas últimas escenas presentadas, como su padre lo dio a quién le hizo peor daño, pero claramente, ¿Cómo podría saberlo?

Sage, llevando al bebe en brazos, cubriéndolo como pudiera para que estuviera tranquilo, mientras se alejaban a un vuelto rápido para que no los vieran y fue allí que de aquella torre solo un destello morado se denoto, arrematando con un efecto fulminante a cualquiera que estuviera a la redonda.

-Un ataque mucho más poderoso, una maldición que proyecto a mayor escala, en donde tuvo que dar su vida, hasta la última gota de su energía vital para que las almas de todos los enemigos fueran arrebatadas de esos cuerpo y destruidas, incluso la de él en el procesó-

-Una esfera de almas…- Conoce el nombre de la maldición, alguna vez la leyó, y reconocía el ataque, pues intento aprenderla, mas nunca pudo su tipo de energía vital era de otra índole.

-Hakurei era muy ingenioso, aprendió cosas que a mí me tomaron años en desarrollar- No más escenas, todo sigue siendo borroso alrededor, como al inicio, no existe más que mostrar –Shion-

No hace caso, para este punto prefiere aferrarse al pelilila, que se ha ocultado en su pecho para no seguir viendo, es demasiado que está procesando el adulto y es mucho peso, el sufrimiento que Mu tiene debe ser mil veces peor.

El fantasma de Sage nota aquello, lanza un suspiro –Las alas de tu hijo son realmente extrañas, no son blancas, ni negras, sino de un color gris, fascinante y peligroso, nunca se desarrollaron…- Serio, mira sin mayor expresión –Tu hijo solo traerá una calamidad a nuestro mundo-

Mu abre sus ojos estando protegido por quien es su papá, girándose asustado por aquella revelación, claramente era algo que solo su madre conocía, se asusta creyendo que algo más puede pasar, está muy nervioso, que comparte el dolor de cabeza con su progenitor.

-¡¡¡¿ESO QUE IMPORTA?!!!- Aunque también está mal emocionante, cualquier cosa que diga el demonio delante es algo que no lo tomara a bien.

-Solo lo digo, para que ese niño no dude de donde proviene- Serio, aprecia a ambos –No es disculpa, por haberlo arrebatado de ti, antes de siquiera pudieras sostenerlo, de haberte chantajeado todos estos años por mantenerlo con vida… Sacrificaste todo por la esperanza de que estuviera con bien y a salvo- Suspira -Yuzuriha al principio quería saber de dónde lo había sacado, dudaba en siquiera aceptarlo para cuidar, aunque era un regalo, bueno después de todo su esposo Yato murió en una batalla y jamás pudieron tener hijos por esa razón-

Shion está furioso de nueva cuenta, como ese maldito pudo considerar a su hijo como un regalo para alguien más, como quisiera que tubería vivo para arrancarle las alas pluma por pluma, los ojos, degollarlo, tantas maneras de asesinarlo.

-Le dije que si no lo quería, lo asesinaría allí mismo… Estaba dispuesto a hacerlo, engañarte para que pensara que estaba con vida, aunque el niño me recordaba a ti mismo, justamente te cargue a poco de haber nacido, sin embargo ella me detuvo, arrebatándomelo, sin importarle mi rango, no dejaría morir a ese bebe y supe que lo cuidaría bien, solo el di la orden de mantenerlo alejado del ejército, que jamás viniera a este punto y que le pusiera Mu de nombre-

-¡¡¡¿ME ESCUCHASTE, MALDITO?!!!- pregunta tan furioso, que sus rostro ya no tienen otra expresión.

-Una vez, quieras ese nombre para ese hijo tuyo, lo hice para que al menos si algún día lo encontraras fuera fácil- De a poco se va desvaneciendo, al parecer el tiempo se le está acabando –Eventualmente lo conocieras, pues se veía que es igual que tú de energético y disciplinado, aunque le ordenara a ese demonio que lo mantuviera lejos, si estás viendo esto, es que claramente llego aquí, aunque debo decir que desde luego…- Su cuerpo está desapareciendo, más sus rostro aún queda –Yuzuriha ya para esta hora debe estar muerta…-

Fueron las últimas palaras que dejó escapar, antes de desaparecer por completo, dejando el peor trago amargo del adolecente, ciertamente su dolor no acabara, al contrario aumenta.

-¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE DIJO?!!!- El pelilila, alarmado al escuchar aquello, su boca se abre para intentar tomar aire, como si hubiera recibido un fuerte golpe en el estómago y faltándole el elementó vital, sus ojos igualmente como platos.

-Miserable…- Murmura por lo bajo, la información de hace poco que recibió de Regulus, quería ocultarla aun de Mu, al menos hasta que pudiera ser prudente decirle.

-Pa… Patriarca… Eso no es verdad… ¿Cierto?- Le pregunta, con un rostro aterrado.

Claramente no puede reconocer a nadie más como su madre que a Yuzuriha, para Mu lo es ella todo y más, no puede haber ocurrido eso.

-Mu, escucha…- No sabe que responderle, en esta noche ha sabido mucho más de lo que en toda su vida, ambos han vivido una vida falsa, que no les correspondía del todo… Se encuentra en un conflicto interno.

Shion sabe que debe ser más fuerte que nadie, para ser el pilar de Mu, soporto mucha tristeza y  amargura por trece años, seguir haciéndolo no sería difícil si es por ver tranquilo a su pequeño.

-No, mi madre no pudo haber muerto, no…- Niega con la cabeza, no queriendo escuchar nada, temiendo que fuera verdad y no mentira, solo quería seguir pensando que eso no ocurrió jamás –Ella está en nuestra casa, esperándome, yo…- Respira apresurado, intentando cambiar en su mente de tema, pensar en otra cosa, su corazón le dice que algo pasa, pero su mente se niega a creerlo ahora.

El patriarca desea abrazarlo, ya habiendo vuelto a la normalidad su entorno, quiere que no se vuelva a alejar, ya que se apartó bruscamente de él al momento de escuchar lo de sus alas.

Sin embargo el pelilila, al sentir apenas sus manos, ese tacto caliente de un demonio, se aparta con brusquedad.

Esta consternado, le han bombardeado con tanta información y luego esto, ninguna mente joven puede soportar tanto, sin colapsar.

Y es allí cuando una idea, un pensamiento se viene a su mente, algo que debió tomar en cuenta desde el inicio del relato.

-Soy… El nieto de un patriarca… Hijo de… Usted- Señala al peliverde -El… El… patriarca Sa… Ge… Es…Pariente mío, sanguíneo…- Habla entrecortado, como sí de a poco analiza la situación.

-¿Mu?- Lo mira consternado, sintiendo un leve dolor por que se alejara de él, levantándose de donde había caído de rodillas por la impresión, queriendo calmarlo.

-Sí, si yo soy también… Hijo del rey Dohko… Hijo del anterior rey Itiá… Yo…- Abre sus ojos esmeraldas, da algunos pasos hacia atrás, asustado.

Al fin se daba cuenta de la verdad, de quien es el también…

El único ser vivo capaz de derribar la barrera, es aquél que es descendiente de sangre de ambos líderes que la levantaron para separar a dos corazones enamorados y con ello condenarlos a un sufrimiento, que al parecer de él solo uno mantuvo y el otro traiciono.

-Yo… Puedo derribar la barrera Lapis Lazuli…- Conecta todo para entendiendo, que en él reside el poder de destruir lo que separa ambos mundos.

Aunque para este momento, es complicado saber si sea lo correcto no.

-¿De que estas hablando?- Preocupado, con las lágrimas secas en su rostro, sin entender a qué se refiere su hijo.

-Shaka, me dijo que solo los descendientes de quienes erigieron la barrera, podrían… Derribarla…- Sorprendido y aliado a la vez, no necesitaría buscar a nadie más… Con él tenían a ambos –Yo soy quien la puede…- Su vista había estado clavada en algún punto del suelo, analizando todo de forma rápida, solo lo que le interesa de verdad, alzándola para cuando la idea se le ha atascado en la mente.

-¡¡¡NO!!! ¡¡¡IMPOSIBLE!!!- Shion sin tomar en cuenta estas palabras, sujeta al pelilila por los brazos –¡¡¡MU, LO QUE DICES NO TIENE SENTIDO, NO HAY FORMA DE QUE HAGAS ALGO ASÍ!!!- Le intenta explicar, para que comprenda mejor las cosas.

Puede que antes de saber que su ángel, el único amor de su vida lo traicionará, no hubiera dudado en que eso pudiera ser certero, pensando que deberían intentarlo, pero ahora… De forma egoísta no quiere volver a saber nada de los Ángeles, salvo por el pequeño que tiene sujeto.

-¡¡¡CLARO QUE SÍ!!!- Su angustia en el ceño, encarando al patriarca -¡¡¡INTENTÉMOSLO!!! ¡¡¡USTED QUIERE LA PAZ COMO EL REY DOHKO, COMO SHAKA Y YO…!!!- Intentando ser la voz de la razón, por su deseo de encontrarse con el rubio.

Aunque aún en su mente resuenan las palabras de saber que es su medio hermano, pero… No puede aceptarlo, es negación por todo lo que sabe ahora.

-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO LO PERMITIRÉ!!! ¡¡¡QUÉDATE AQUÍ, NO HAGAS ESO!!!- Le ordena, desesperado, frunciendo el ceño.

No sabe que sucederá si la barrera cae, no quiere ver a Dohko jamás, pues su corazón le duele tanto, no quiere perder a Mu, ni que cometa un acto más atroz, al haberse enamorado de quien es su medio hermano.

-¡¡¡TENGO QUE HACERLO!!!- Aprieta sus puños, deja escapar lágrimas de desesperación, no siente deseos de esperar… Con lo que logro ver de las memorias del fantasma de ese tal Sage, darse cuenta que todo lo que ha ocurrido es por la maldita enemistad de los Ángeles y Demonios, piensa que puede existir alguna solución.

Su lógica predomina en algo que muchos han dejado de lado, pero que él ahora no…

Es la viva prueba de que las especies pueden coexistir en paz, pueden hacerlo, ya que él viene de una unión de esa índole y salvo por sus alas, todo es normal en él.

Tiene que hacerlo, había sido uno de sus sueños que tenía desde niño al conocer de forma solo auditiva al rubio ángel, por eso intentaban buscar por todos los medios posible a quien debía ser heredero de los demonios en esto, pero se alejaron demasiado cuando en efecto estaba enfrente.

-Mu… Entiende…- Niega con la cabeza, su desesperación y miedo aumentan, ver lo que sucedió poco antes de que naciera y lo que su llegada a este mundo provoco… No puede evitar pensar, que sin importar nada, este mundo destruirá a quien intenté ir contra esta maldita naturaleza…

Vivió muerto en vida por trece años, solo habla por su dolor, y aun con eso, enterarse de algo peor… No puede soportar ahora estar cerca de los Ángeles, sin querer acabarlos, su corazón está en conflicto, solo tiene cordura por el pequeño niño delante.

-Lo siento patriarca…- Le será difícil decirle de otra forma, aunque sabe mucho más de lo que alguna vez deseo, sus ojitos esmeraldas se fijan en los cuarzos y como pudo, haciendo uso de aquel escudo pasado de generaciones en generación aquella maldición, la uso para alejarse del peliverde, no herirlo, pero si para que lo soltara.

Y en cuanto esto sucedió, que el patriarca fue alejado, apenas suficiente para que no tuviera control sobre él, no lo pensó mucho, emprendió la salida de aquella sala, para de una vez por todas poner en practica algo que deseo tanto.

No sabe qué hará cuando le diga a Shaka esta verdad, que están emparentados de sangre, que lo que sienten es imposible, lo entiende, pero… Solo quiere, quiere hacer algo, bueno o malo…

Cree en su ser que es lo único sensato y correcto que queda en los dos mundos que se pudrieron por guerras de venganza y aun así la principal ni siquiera es recordada, el verdadero motivo de odio inicial.

Después de todo, Mu viene de dos familias… Que en algún punto, deseaban traer la paz a ambos sitios, pero que por azares del destino jamás se concretó, pero ahora esta él… Y sin importar que cueste intentara hacer este movimiento.

Sus pasos recorren por todo el recinto patriarcal, buscando rápidamente la salida, percatándose a la vez de mucho ruido afuera de esos territorios, pero por alguna razón su mente no los toma en cuenta, como si quisiera ser ajeno a ello.

Más era su deseo de derribar lo que todos amaban y odiaban en distintas bases…

Y claramente no quería que el patriarca lo detuviera, pues sabía que si por alguna razón evitaba que llegara, jamás volvería a tener oportunidad de informar este descubrimiento a quien ama y es pecado.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, aquí publicando el siguiente capitulo de este hermoso fanfic, ue se lo están disfrutando bastante.

Veamos... Mu esta bastante terco en su decisión, esa personalidad testadura sin duda es herencia de ambos...

Shion, esta aun furioso y dolido por pensar que su Dohko lo olvido y traiciono.

Y lo ultimo que revelo Sage, deben tomar en cuenta como se refiere a Mu, esa manera y forma... Tendrá mucho que ver mas adelante.

Sin mas terrones de azúcar, espero que les gustara mucho y disfrutaran.

Muchas gracias mis terrones de azúcar por leerme, apoyarme y estar conmigo siempre, pendientes de las actualizaciones, se los agradezco eternamente.

Son los mejores y siempre estaremos juntos y al endiente.

Por favor cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan.

Los quiero mucho.

Ammu se va. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).