No quería escucharlo, no podía darse cuenta ahora que esta sobrio que fue capaz de confesar sus sentimientos o demostrarlos.
Fue producto del alcohol, de la situación de los celos, el hecho de sentirse ignorado o amenazado por una nueva joven, que al ir a la fiesta ni presto atención al caballero de oro.
-Dijiste que me quieres, que te gusto…- Por alguna razón nuestro buen Aldebarán, deja escapar algunas lágrimas, le duele la situación y le alegra a la vez que Kanon confesará sus sentimientos, pero… Aun no podía creerlo –Dímelo por favor… Dime que es verdad… Que no fue producto solo del momento, del alcohol…- Sus palabras son de súplica, rogando con la mirada, aquellos orbes oscuros denotan la angustia de saber la verdad.
Pero necesita saberlo, necesita confirmar que esas palaras son ciertas, teme que de verdad solo hubiera sido por el calor del momento, una calentura de verdad efímera.
-Aldebarán- Habla firme, frunce el ceño, apretando los puños, pero parte de su cabello le cubre el rostro –No confundas lo que ocurrió-
-¿Eh?- Su corazón en ese momento se comienza a destrozar.
-Es cierto, dije esas cosas… Pero… Fue solo para provocarte, pasar la noche se dio por el alcohol, no tengo sentimientos por ti, y jamás los tendré- Su tono es firme, pero por alguna razón no podía verlo por completo, solo desvía la mirada detrás del flequillo que lo oculta.
-Kanon… ¿Todo lo que me dijiste… Fue mentira?- Niega con la cabeza, no podía creerlo, pero todo está delante de él, diciéndole que en efecto fue la calentura de probar ese cuerpo que deseaba, es eso lo que se puede apreciar.
-Si- Levanta su rostro, intentando ver a los ojos al segundo guardián, con la mirada más fría y decida posible –Mejor no te ilusiones conmigo, es lo que hago con mi vida, no tengo compromisos con nadie, así que… Anoche con algunas copas de más, solo es para reforzar nuestra amistad y…- Retrocede, sabe que no puede seguir con sus palabras, ya que de igual forma le hace sentir un dolor intenso, mas no demostrara nada de ello.
Aquel latino se queda sin palabra alguna, entendiendo que solo fue producto de su propia ilusión el hecho de creer que alguien tan hermoso como Kanon se fijara en él…
Claro que se había ilusionado, ¿Quién no lo haría?
Al recordar los momentos de la noche, cuando toco se cuerpo, se dijeron palabras de amor y sonrisas, entre besos todo, era una mentira, para disfrutar algo del momento.
-Lo siento, pero no te correspondo, así que… Déjame tranquilo- Se da media vuelta, sin importarle el estado emocional del toro dorado, le dolía verlo así, pero era lo mejor a su parecer.
-Kanon…- Aun lo llama, estira su mano para alcanzarlo, pero es demasiado tarde.
El gemelo menor se ha ido, corriendo tan rápido que desaprecio de la vista rápidamente del otro.
El labio inferior temblando, baja la mirada, dejando que sus lágrimas caigan.
Se ilusión por un instante, creyendo que de verdad el sueño se convertiría en realidad.
Aprieta su puño, la mandíbula igual, el corazón está quebrado.
-Soy tan estúpido… ¿Cómo fui capaz de creer que él… Se fijara en alguien como yo?- Para este punto, su amor propio, se ha desquebrajado, al igual que su corazón.
Sabe que su atractivo era de una apariencia diferente, no como la que poseen sus camaradas, pero creyó, que por el hecho de ese beso que Kanon le dedico, esas caricias y palabras, las cosas eran diferentes.
Cree que se equivocó, por atosigarlo, por molestarlo…
-No te volveré a molestar con esto, lo juro… Kanon…- Esta decidido en un solo pensar.
Es rápido de imaginarlo, pero… Es la única defensa que le queda para salvaguardar su herido corazón.
Mientras en un puesto de pozole.
Una adorable pareja se encuentra degustando ese platillo típico y sumamente delicioso, que uno ya lleva dos rondas, y pareciera querer más, pero se debía contener, por una advertencia dada por la joven Diosa.
-Mi Saga, ¿Seguro que no quieres más?- Le pregunta curioso el centauro, que aún no termina de cenar.
-La verdad, si me gustaría otro poco más, pero… Tampoco debo excederme, la señorita Metztli, dijo que debo tener cuidado con este platillo, si como demasiado me puede hacer daño y no quiero que afecte a nuestros pequeños- Sonríe tocando su vientre.
-Nuestros pequeños… Se escucha tan hermoso al salir de tus labios- Un suspiro por completo de alegría sale de los labios del castaño, con su paliacate en el cuello, pues una cinta en la cabeza no se vería acorde con la vestimenta.
-Lo estuve pensando, y es muy adorable que eso ocurra… Además, tener tanto apetito no es muy normal, si se tratará de uno solo- Se encoge de hombros, comprendiendo que la posibilidad de doble encargo, es mucha.
-Seria hermoso, te verás tan lindo, con nuestros dos bebes- Cada que ve a Saga, solo imagina la vida tan preciosa que les espera, podrán hacer todo lo que tuvieron que abstenerse por distintas circunstancias.
Ahora con un embarazo, que solo es cuestión del tiempo para saber que serán sus bebes y como serán.
Ambos jóvenes casados, imaginan como podrían ser esas pequeñas vidas que dieron fruto.
Es tan maravillosa esta tierra sin duda, y eso que al principio no querían ir y ahora…
Tanto les ha dado en cierta forma.
Sera triste la despedida sin duda.
Sin embargo, al estar los dos tan tranquilos, solo hablando de su pequeño y como acondicionaran los templos de géminis y sagitario para un bebe o dos bebes, que sin duda serán bastante energéticos.
La seguridad ante todo, lo que ambos se plantean claro.
El mayor de los gemelos, alcanza a ver a la dirección de la espalda del castaño, como su hermano menor va corriendo, empujando a las personas.
Lo podía sentir, un cosmos demasiado triste y atormentando, preocupándolo de forma inmediata que Kanon sufra así, es un sentimiento conocido, uno vivido, y podría ser una mala señal.
Había estado sintiéndolo diferente desde el día anterior, pero, pensaba dejarlo ser, no atosigarlo, ni molestarlo, pero hoy en la mañana al verlo…
Sabía que algo andaba extremadamente mal y esto se lo confirma.
No podía dejarlo solo, debía ir con él ahora mismo y saber que le esta pasado.
Después de todo, es su hermano menor, y no habían tenido oportunidad de comportarse como lo que son, una familia que solo se tenían el uno al otro.
Si Kanon lo necesita, ira con él, aunque crea que al principio el menor lo ignorará o corriera, pero… Necesita saber si se encuentra bien.
-¿Kanon?- Se levanta de aquella silla, empujándola con fuerza.
-¿Saga?- De igual forma Aioros se levanta, preocupado por aquella relación de su amado peli azul ¿Qué pasa?- Se gira para la dirección que ve su esposo.
-Algo le pasa a Kanon- Su corazón le dicta que debe ir con él ahora mismo, que lo necesita, que debe darle ese espacio que le corresponde, como su gemelo menor, debe cuidarlo –Debo ir con él-
-He… Está bien, deja pago y te acompañó…- Ni pudo terminar la oración, cuando su esposo ya se había ido detrás de aquel rastro de cosmos -¡¡¡MI AMOR!!! ¡¡¡ESPERA!!!- Intenta sacar el dinero para pagar, pero su Saga se ha ido sin previo aviso.
Si algo preocupa a ese grado al peli azul, significa que está realmente mal.
Mientras por algunos lares de esa enorme plaza, Saga busca con el cosmos a su gemelo, le estorba sin duda la falda de la condenada vestimenta típica, pero, le da igual tener que subirla un poco, aunque muestre pierna, para no caer y lastimarse.
Debe cuidar sumamente bien a su futuro bebe, y también saber qué es lo que ocurre con su hermano menor.
No fue difícil de localizarlo, cuando esta tan alborotado y triste, es como un rastro que va dejando , hasta que al fin lo encuentra, si bien debió caminar apresurado un buen tramo, su condición física aun es formidable, pero debía estar calmado en cuanto pudiera, por el bien de su futuro retoño.
Encuentra al menor de los gemelos, sentado al pie de un árbol, le daba igual ensuciar el estilo de charro que se carga ahora, necesita desahogarse, llorar, le duele le corazón.
Es demasiado terco y testarudo para decir lo que en verdad siente a cualquiera, pero…
-¿Kanon?- La voz de su gemelo retumba en sus oídos.
Ese rostro angustiado del mayor, acercándose con cuidado a su hermanito, le preocupa demasiado.
-¿Qué te pasa?-
-¿No deberías estar… Con tu caídas locas…?- pregunta con burla, intentando ocultar su dolor y voz quebrada.
-Algo te ocurre… Dime… ¿Qué tienes?- Ignora su pregunta, clara señal que Kanon tiene toda la atención de su hermano mayor.
Saga no es cualquier persona para Kanon… Igual que este es importante para el otro.
¿Se podría derrumbar al fin?
-¿Qué te hace pensar… Que algo me pasa?- No da la cara, se ha levantado por inercia a tener al peli azul delante.
-Mírate como estas- Señala con las manos la figura del otro –Estas mal, triste, desesperado…-
-Ja, ¿Te crees saber mucho de mí ahora?- Responde algo alterado, deseando enojarse más para que evite este cuestionamiento.
-Sabes que si soy capaz de saber mucho de ti, eres mi hermano, me importas y te conozco- Preocupado, avanza lentamente hacia el peli cobalto, quería entenderlo a la perfección en este asunto.
-¡¡¡NO JUEGUES CONMIGO SAGA!!!- Le responde, con un fuerte grito, alejándose del contrario -¡¡¡TÚ Y YO SOMOS CASI DOS EXTRAÑOS EN ESTE MUNDO!!!- Revela su rostro enfurecido, pero combinado con lágrimas de dolor y tristeza profunda.
-¿Kanon?- El rostro del portador de géminis se contrae, abriendo ligeramente la boca, admirando al menor, con total preocupación.
-No solo digas mi nombre, sabes que es verdad… Nuestra relación sanguínea es lo único que nos une… Por favor, en sí, nunca hemos podido comportarnos como hermanos gemelos, jamás…- Tiembla, no sabe que decir o hacer, por el sufrimiento interno que desea no exteriorizar y lo hace de forma enfadado y desquitándose contra Saga –No tienes tiempo para esto ahora…Ahora tienes una familia… Y yo ya no estoy incluido en ella- Baja la mirada, dejando que las lágrimas escapen.
Realmente el enojo que tiene Kanon y su mayor tristeza con la confusión presente, se mezcla con todos sus emociones que se ha estado guardando.
Si bien, al principio parecía que arreglo muchas cosas con Saga, aclaro que deseaba pasar más tiempo con él, pero eso se fue arruinando por el amor del mayor con el centauro, aceptando que en sí, ahora eso podría ser difícil, y sabiendo que en algún punto seria tío.
No sabía cómo sentirse del todo en esta situación, pero ver la felicidad del mayor era lo único que le parecía correcto, aún tenía la posibilidad de llevarse bien con un buen amigo.
Alde se volvió eso muy rápido y lo aceptaba sin duda, salvo que… Nunca creyó que de repente esa amistad se volviera algo más que solo ese sentimiento, uno de amor se construyó aun en contra de su voluntad.
Se dio cuenta, con la única forma que siempre le ocurre, sentirse celoso, que le quitaran algo que cree suyo.
Pero, la forma de reaccionar fue diferente.
Con Saga era de protegerlo, lo creía así, para pagarle todo lo que siente que le causo, pero aceptando que al final Aioros es parte de la felicidad del su hermano.
En cambio con Aldebarán, fue el terror de perder a alguien que no es suyo, el deseo de hacerlo caer en los sentimientos, que solo con el alcohol son capaces de revelarse.
Y ahora… Una cosa más guardada en su corazón.
-Kanon…- Niega con la cabeza, no piensa en otra cosa, que no sea acercarse para reconfortar al menor, sabe que lo necesita, el cosmos se lo indica.
Además que ese instinto maternal está más latente que nunca en su ser, ahora debe ser él quien proteja y cuide de Kanon, igual como lo hizo cuando se creía que Aioros traicionó al Géminis.
-¡¡¡SOLO VETÉ!!!- Le da la espalda al otro, cruzándose de brazos, dejando que sus lágrimas escapen, pero el dolor de su corazón y confusión sentimental –Vuelve con Aioros, pronto… Deberán reunirse…-
-No lo hare- Sin embargo, de la un abrazo por la espalda al menor –Ahora tú me necesitas… Y quiero estar para ti-
Sentir el contacto de su hermano mayor, un cálido abrazo, uno que en estos momentos necesita mucho, pero que claro, lo niega, pues no podría significar nada bueno.
-¿Qué… Que te hace… Pensar que te necesito?- Esta reprochando todo lo que pueda, evitar sentirse vulnerable.
-Me lo indica tú corazón- Habla suave -¿Qué ocurrió Kanon? ¿Qué provoca que te duela tanto?-
Escuchar que alguien es capaz de tomarlo en cuenta, que lo desea ayudar, es ni nada más, ni nadie menos que su hermano mayor, alguien en quien siempre buscó un cierto cuidado, que el destino no les permitió comportarse de esa manera ampliamente.
Pero el pasado ya no es ahora, son diferentes las cosas, y bien pueden convivir mucho más ahora, volver ese lazo más fuerte como los hermanos que son.
-¿Por qué… Por… Que… Debí enamorarme?- Susurra sus palabras, antes de romper en llanto, sosteniendo las manos con las que el otro lo abraza.
Se sorprende levemente ante esta confesión, pero… Debe mantener su postura y tratar de calmarlo.
-Bueno, el amor llega a suceder en tu corazón de repente, no es algo que puedas escoger, solo… suerte, no es tan malo... Pero dependerá… Mucho de quien y…- Es complicado explicar ese sentimiento, si el que está viviendo, tuvo un conflicto que perdió catorce años en la muerte y arrepentimiento.
Sin embargo ahora esta curioso por saber de quién es el corazón de su hermanito, aunque se da una ligera idea.
Y puede que no le molesté por la persona, sino que… No le agrada del todo, sin embargo no armara un escándalo como Kanon, solo… Desea saber.
-Yo no quería eso…- Se gira de golpe, para encarar al otro, rompiendo el abrazo –Deseaba irme del santuario y del ejercito de Poseidón, solo ser libre… Por esa razón, quería ganar el dinero suficiente y largarme, pero… Cuando… Tú y yo nos arreglamos… Y, que sentirme feliz a lado de Aldebarán, creí que esto pudiera ser bueno…- Niega con la cabeza, sus sentimientos se confunden a más no poder –Pensaba que sería bueno… Deseaba quedarme ahora, tener un amigo que de verdad me intentará conocer, y… Tal vez… Ser tío no era una mala idea… Pero…-
-Dímelo… Dilo… Aquí estoy para ti- Le conmueve y destruye el corazón, ver la cara del gemelo menor de esa manera, con el gran llanto y dolor, sabe que debe confortarlo darle todo su apoyo posible.
-No pienso dejar que me domine esto que siento…- Declara el menor con suma tristeza, bajando la mirada, lanzando un suspiro lastimero.
-¿Te enamoraste de Aldebarán?- Pregunta, pues al escuchar el nombre de este caballero en la anterior conversación, le da la idea de lo que significa.
Desvía la mirada, desesperándose, mueve sus manos, apretándolas con fuerza –No sabía que era, hasta que… Esa chica, se insinuó a él… Por estos celos… Que ni sabía que tenía… Hice una tontería, pero…- Se toca la frente, de solo recordar que tuvo una noche larga con el toro –No pudo dejarme llevar, debo seguir con mi idea-
-Pero, si sientes amor, deberías darle una oportunidad y… ¿Qué siente él?- Curioso e intentando dar el mejor concejo posible.
-Dice que me ama…- Responde sin mucho tacto –Pero… Yo no puedo aceptarlo… Aunque… Sienta esto…- Se toca el pecho con dolor, cerrando sus ojos, con lágrimas escapando de sus orbes azuladas –Debo negarlo, porque… Sera peor… Me largare del santuario de Atena, no volveré al de Poseidón y… Solo vagare por el mundo, buscare a donde pertenezco y no tengo tiempo… Para un amor estúpido- Respira profundamente, esto le ocasiona una consternación enorme en todo su ser.
Incluso muy confuso, que no se comprende para sí mismo, es mejor huir y no enfrentar sus problemas.
-Pero, Kanon, si estás enamorado… No dejes que eso se pierda… Escucha, tal vez ahora estas muy afectado por…- Suspira, mirando a su gemelo, sin saber que decirle con exactitud, no conoce muchos detalles, pero igual tiene en mente que dejarlo ir, no es algo que desea –Lo que está pasando, la confesión pudo ser muy extraña o te alarmara, pero debes tomarte el tiempo y…-
-Saga, entiéndelo… ¡¡¡NADIE DEBE NECESITARME!!! ¡¡¡YO NO NECESITO A NADIE!!! ¡¡¡NI A TI!!!- Declara con furia sus palabras, que en sí, parece no sentir del todo –Tú tienes a caídas locas, a tus futuros hijos, tienes algo especial, yo… Yo no tengo a nada, ni a nadie, y aunque… Sienta esto…- Sonríe de forma lastimera, queriéndose ver bien –Lo terminaré destruyendo, porque es lo que hago… Sera lo mejor, así no lastimare a nadie-
Conlleva en su mente tantas cosas, el hecho de que su hermano tiene una propia familia, que su amor correspondido, le podría traer problemas para cumplir un deseo de alejarse de ambos ejércitos, y el miedo de no ser capaz de ser una buena pareja para alguien.
Puede querer verse fuerte, pero… Kanon en esta noche está lejos de eso, solo se derrumba estando de pie, ante los ojos del mayor, que no se aleja.
-Hermano…- Ver al menor así, le da a entender que no está bien y las palabras no servirán, pero si las acciones.
Sin pensarlo un segundo más, abraza con total ternura y protección al peli cobalto, ofreciéndole su hombro para que deposite todas las lágrimas que desee dejar salir y nadie lo vería, pues se puede ocultar fácilmente con él.
-Saga… Suéltame…- Le pide, con la voz quebrada, un abrazo puede hacer que se desarme.
-Deja salir lo que te duele… Te ayudará mucho… Créeme…- Le habla con esa ternura que siempre debió estar allí, pero el destino cruel los alejo de este hecho.
Sin más, corresponde el abrazo el menor, dejando que las lágrimas salgan a mares de esos precios ojos, que ahora presentan una tormentosa confusión y dolor.
Un abrazo es suficiente, nada más que acciones, sin palabras, dejaría que su gemelo se desahogué y tal vez, para al final poder hablar, sería lo más probable solo si él lo quiere.
Ninguno de los oriundos de ese estado los está viendo, en sí, ya están delante de la presidencia, escuchando las palabras de quien sea el presidente de esa ciudad.
Diciendo esas palaras con la que cada mexicano repite el “Viva”.
Mencionando a los héroes de la patria y con ello los ciudadanos gritan con todas sus fuerzas.
-¡¡¡VIVA!!!-
-¡¡¡VIVA!!!-
-¡¡¡VIVA!!!-
Claro que están festejando, la Diosa entusiasmada con los dorados que si llegaron a la reunión para este evento, no presta mucha atención a los que faltan, piensa que están bien.
Sin saber que… Dos están sufriendo…
Uno abrazado de su hermano mayor, temblando por el dolor en su corazón, aferrándose al otro, para no caer por culpa de este tormento.
Saga consolando a Kanon, lo haría cada que fuera necesario, ya que ahora es él quién debe protegerlo también.
Aioros… Si bien esta ahora ajeno a esa escena, la contempla de lejos, ya que comprende que en este momento su presencia no es necesaria, pero no descuida a su amado esposo y a su futuro bebe o bebes.
Y en cambio, el toro dorado, se quedó sentado en donde encontró a Kanon tristeando, sentado en la oscuridad que ese punto da, ya que está muy desolado el lugar, por la conmemoración de la patria.
También derrama lágrimas, comprendiendo que solo ese amor venia de parte de él, y se dejó llevar por una noche de copas y calor intenso en el ambiente.
Dos corazones que sufren… Uno por creer que fue demasiado tonto en pensar que tendría una oportunidad.
Y otro que teme y le aterra dejarse llevar por el amor y lastimar a quién su corazón reclama.
Se comprende que fueron muy rápidos para tantas acciones, y aun no piensa con claridad, que lo que han hecho puede tener consecuencias, si es que en alguien esta ese milagro de vida.