Cuando el segundo cabalero dorado se comenzó a tranquilizar, su llanto aún sigue, pero es más pausado, suficiente para lograr hablar con propiedad, aunque lo que dirá sí que debe ser tratado con mucha delicadeza.
-Viejo maestro…- Murmura como llaman al chino, sin levantar la vista, cubriendo su boca con la mano.
-Dime, Alde… ¿Qué está atormentando tu alma?- Calmado en su forma de hablar, pues ya se imagina que es el tema de mal de amores, algo que desde luego es normal sentir a esa edad.
-Kanon y yo… La noche de la fiesta de la amiga de la señorita Metztli… Nosotros- Se sonroja levemente apenado porque está por hablar de este tema y claro que tocara la privacidad del gemelo menor, pero es que es imposible no hacerlo, si busca un concejo –Tomamos de más y no medimos que eso puede traer graves consecuencias después-
Para este punto, Libra entrecierra sus ojos, más atento en la conversación, sin verse alarmado, pues parece que se las está oliendo a lo que se referirá uno de sus hijos –¿Si?-
-Nos acostamos… Tuvimos… Hicimos, lo hicimos ¿Bien?- Es demasiado penoso en decir el nombre al acto en cuestión.
Pues para el Latino, no fue solo sexo, si no hacer el amor, pero en cambio Kanon no lo ve de esa forma, es solo cuestión de perspectiva sin duda.
-¿Cómo?- Ladea su cabeza, abriendo sus verdes ojos, pues de los dorados, aparte de Mu, considera que Aldebarán no llegaría hacer algo así, sin al menos estar en una relación formal.
-Sé que estuvo muy mal hacerlo sin que fuéramos nada más que amigos… Pero… El abusar del alcohol, causo que no nos diéramos cuenta y no culpo al hecho de tomar, debimos… Debí darme cuenta que estaba cometiendo algo malo, pero… Pero…- Habla entre rápida y en ocasiones algo pausado, esta tan avergonzado y quiere sacar lo que atormenta su corazón, ya que con el pelilila no logro hacerlo muy bien, pues este le presenta más pena en hablarle algo así.
Después de todo, en sí de los dos… Ambos si son más inocentillos que los demás, pero Alde considera que el Ariano no posee total conocimiento de algo así.
-¿Ambos lo consintieron? ¿Cierto?- Pregunta con cierta duda, necesita entender si esto no fue algún tipo violación o algo así.
-Eh ahí el problema… En ese momento ambos consentimos tal cosa, sin embargo, claro que el grado de alcohol en nuestro cuerpo, era demasiado para estar tan desinhibidos que no prestáramos atención de esto- Abraza sus piernas hacia su cuerpo, bajando la vista con un gran grado de pena.
-Entiendo…- Suspira, ahora comprende las cosas un tanto mejor –Para Kanon, ¿Fue una sorpresa al despertar?-
-Sí, demasiado…- Muerde su labio inferior, dejando que unas lágrimas traicioneras escapen –Le debí haber dado asco… Y no lo culpo…-
-Oye, tampoco te estés diciendo eso- Una fuerte palmada le da al latino en la espalda, como un regaño –Ambos estaban ebrios, lo hicieron y puede que si… Algo de arrepentimiento suceda, pero… ¿Ya hablaron sobre el tema entre ustedes?-
-Sí, le confesé a Kanon que me enamore de él durante este tiempo y él…- Sonríe con una gran tristeza, sin poder ver a Dohko –Me rechazo, diciéndome que jamás estaríamos juntos… Me pidió que me alejara da él y lo intentó-
-Pero te duele mucho, ¿No es así?- Pregunta con cierta familiaridad, pues no hace mucho él estuvo en una discusión de alejamiento con el patriarca.
-Demasiado- Contesta, tan desanimado que sintiera las ganas de enterrarse en la arena.
-Entonces… ¿Qué haces aquí sufriendo?-
-Pero, Kanon me pidió que me alejará y no quiero molestarlo- Se alarma algo, pues era el concejo que menos quería, aunque puede el que necesita.
-Mira, solo tengo algunas cosas, pero te puedo decir algo… Esas miradas que ambos se daban desde antes, y las que ahora se dedican tienen algo en común-
-¿Asco y desprecio?- Pregunta sin titubear.
-Primero trabajaremos en tu autoestima- Señala al grandote con el dedo índice, para negar con la cabeza –No, nada de eso… Te puedo decir que en Kanon algo así no existe, no puedo confirmar por completo si es amor o una amistad, pero sí que al menos no te desprecia como crees-
-Pero, ¿Por qué me pediría que me alejara? Debe ser porque en efecto yo no le gusto, ni le gustaría de esa forma- Levanta la vista, queriendo solo escuchar que en efecto debe alejarse del menor de los gemelos.
-A veces cuando sucede algo que no queremos del todo o tal vez no de la manera que queremos, nos hace un terrible conflicto en nuestras mentes y corazones- Suspira, asintiendo –No puedo decir que ambos hicieron bien en tener un acostón sin estar en sus cinco sentidos y…- Se queda callado un instante, abre sus ojos como platos, y su boca igual para acto seguido girarse a ver al otro –Aldebarán de Tauro, dime por favor… Que usaron condón…-
Por andar solo pensando en su tristeza y en lo que el gemelo menor le dijo, que no estuviera cerca y que se alejara, no se había puesto a pensar en ello, sabiendo que hay muchos caballeros dorados que ya están esperando a un futuro bebé.
El color se le fue sin duda hasta los pies, quedando ligeramente pálido, sus pupilas contraídas, sin saber que decir ahora, pues en efecto, no recuerda haberlo hecho o que en si lo usaran.
-Es que… No…-
-Ay, niños… ¡¡¡¿QUÉ NO PRESTARON ATENCIÓN QUE ESO PUEDE PASAR?!!!- Saliendo su lado paternal, en donde la decepción de tener un par esperando sin siquiera tener una relación estable, ni siquiera una en sí, es terrible –Aunque, puede que Kanon no tenga esa condición, pero…- Niega con la cabeza, para mirar atentamente al Latino –Ahora con mayor razón, no te debes alejar de él-
-Pero…- Ni respondió, cuando sintió un jalón en su oreja derecha.
-En este momento deben arreglar las cosas, hablen sin que estén alejándose. No permitiré que se comporten como niños- Con el ceño fruncido, pues lo que menos desea es ver sufrir a sus hijos ahora, y menos a un posible futuro bebe que no se confirma su existencia –Ante lo que veo, ambos tuvieron al culpa, al parecer lo han deseado, no deben seguir con sus niñerías, intenta comprender a Kanon, pero igual él te debe comprender también-
-No lo quiero incomodar- Habla algo aturdido por los regaños.
-Él igual esta triste y demasiado deprimido, se nota en su cosmos aunque lo trate de ocultar, para mí y mi borreguito es evidente que algo les pase, pero no queríamos meternos, aunque yo de verdad estaba viendo que sufrían, ahora mismo van a hacer las paces- Sentencia de forma autoritaria, cosa que está bien en dar aliento, pero intervenir mucho es lo que está haciendo.
-¿Ahora?- Sorprendido el moreno.
-Es lo mejor por hacer, o ¿Acaso quieres esperar más tiempo?- La pregunta sale, esperando la respuesta del contrario.
Mientras tanto, por otro lado.
Se puede ver como Aioros está cumpliendo la promesa que le hizo a su Saga, en ir a pasar algo de tiempo con su hermanito, para darle privacidad con el propio y de paso las amenazas para con Capricornio.
-Entonces, ¿Quedo claro, Shura?- Sonríe tan tranquilo, pero su expresión da cierto temor.
-Si- Responde el Español tranquilo.
-¡¡¡POR TODO LOS CIELOS, AIOROS!!! ¡¡¡DEJA DE ESTAR AVERGONZÁNDONOS!!!- Aun esta empapado, pues literalmente Sagitario saco al peliverde del agua para hacer lo propio de hermanos mayores.
-Lo siento, Aioria- Acaricia los húmedos cabellos del menor –Pero es el deber de todo hermano mayo cuidar del menor- Y de un momento para otro mira hacia el Español -¿Entiendes que solo quiero lo mejor para mi hermanito?-
-Claro que si- Serio como ninguno, claramente se va aguarda el hecho de que ya se devoro al león dorado, pues no quiere meter en problemas a su novio, por lo cual será prudente.
-Bien, dicho… Yo no tengo problemas que sean novios, al contrario- Sonríe más calmado, apreciando a la joven pareja –Sé que no existiría jamás nadie mejor para Aioria, que tu amigo- Mira decidido al de ojos color jade.
Sorprendiendo de inmediato a ambos, por la calma que está hablando, pues en efecto Aioros nunca ha sido de alarmarse tanto, ponerse como un loco, pues es un protector del amor en sí.
-Aioros, lo que dices… ¿Es cierto?- Jamás se había puesto a pensar en esto, pero era una verdad absoluta que nunca se interpuso en este amor, salvo por algunas sorpresas.
-Desde luego, Shura y tú hacen bonita pareja- Sonríe tan tranquilo –Sé que ambos esperaran a que sea el momento para hace ciertas cosas, incluso si desean casarse, no le vería lo malo, aunque si han tenido poco tiempo de relación, aunque el amor entre nuestras parejas ya estaba esperando desde hace tiempo- Alza los hombros, sin darle mayor importancia al asunto –Confió plenamente en que ambos no harán nada tonto aun, mas con saber que pueden quedar embarazos- Canturrea esto último, sin duda tiene en un pedestal a su hermanito y de igual forma a Capricornio.
El peliverde no dice nada, ni expresa otra emoción que no sea de un leve sonrojo en sus mejillas, pues respeto todo lo que pudo al León, pero fue difícil seguir sin sucumbir a sus encantos que posee.
Por su parte, el más joven se siente algo culpable, pues su hermano piensa que es de una forma y al momento que se revele, si es que sucede, lo habrá decepcionado en su pensar.
Baja solo la mirada algo tenso, sabiendo que ya es un adulto y tiene sus propias responsabilidades, necesidades, ideas y situaciones que solo le corresponden, pero es inevitable sentirse con el deseo de estar a las expectativas de su hermano mayor, así como cuando era un niño.
-Bueno chicos, iré a comprar algo de comer- Sonríe tranquilo –Veré que cosas son adecuadas para que mi Saga y nuestro pequeño- Sin más se aleja de ambos jóvenes hombres, pues su emoción de que pronto vuelva a estar con su peli azul es demasiada.
Al poco tiempo que Sagitaria se alejó, el peliverde mira atento al quinto guardián, que no deja de bajar la mirada y ver sus mejillas sonrojadas.
No es necesario tener que preguntarle, ya lo sabe descifrar perfectamente.
-No te debes preocupar por nada- Le dedica estas palaras sin falta.
-Si se enterara Aioros… Posiblemente se enoje y quiera hacerte daño- Preocupado mira al de ojos jades.
-Lo respeto como caballero, pero no le temo- Sereno en su respuesta.
-Eso lo sé perfectamente- Asiente sonrojado –Pero, no me gustaría que se enojaran o digiera algo… Sabes que por las buenas es genial pero enojado…- Se abraza a si mismo algo cabizbajo.
-No tendrá que enterarse de nada de eso- Replica, al ver la forma de actuar de quién ama.
-Pero, no nos cuidamos, es evidente que si…- Apenas dará su punto de vista, siente que los brazos del Capricornio lo rodean para dedicarle un fuerte abrazo.
-Te pido que te cases conmigo- Le hace la propuesta sin falta, decidido y bastante fuera de lo normal.
-Shura…- Pronuncia el nombre de Capricornio, asombrado por este hecho, sin embargo ya lo habían hablado antes y de hecho estaban conformes con que esto ocurriera –Sabes que si quiero-
-Entonces, informemos a la señorita Metztli, que deseo casarme ya contigo- El peliverde sí que demuestra su forma de actuar perfectamente, no deseando esperar más tiempo y ser algo espontáneo de repente.
-Esperemos entonces a que case a Milo y Camus, y así se lo vamos a pedir- Confiado con estas palabras pues si en esa noche, de mera casualidad ambos han encargado un pequeño bebé, pues al menos llegara en una familia bendecida por un matrimonio.
Solo que no se deben esperar mucho por la situación de ser embarazos fuera de lo normal, no se adelante y se vea demasiado evidente.
Mientras ellos están en su burbuja dulce y de sinceridad pura.
Pasamos a donde los tóxicos están paseando.
Si por extraño que parezca, ya han nadado, y ahora toman un paseo, tomados de la mano, mientras se cubren del sol con una sombrilla que el peli celeste ha llevado en quién sabe dónde.
Es raro, porque usualmente ellos se van directamente a platicar muy rápido.
Pero esta vez, decidieron por alguna rara razón, no hacer algo así.
-Este calor me está matando- Aunque la atmosfera no es para nada la más romántica.
-No seas tan exagerado- Contesta el coqueto el peli celeste, caminando con un sutil contoneo –Por eso debes venir preparado, aunque tu cabello es corto- Lo mira algo feo -¿De qué te estás hablando?-
-Tampoco es normal este tipo de calor- Sudoroso, sonríe de una forma vulgar –Aunque creo que estoy ardiendo por algo mas- Se acerca descaradamente a Afrodita, para sin pedir permiso tocarle ligeramente un glúteo.
-Ja, ¿Crees que este bien que toques a tu novio de esa forma?- Quita la mano del otro de forma rápida, aunque las hormonas no se deja de lado –Debes aguardar por hacer algo así- Guiña un ojo –Recuerda que te pedí compostura por unos días. No quiero estar embarazado aun- Le sentencia su preocupación principal.
-¿Tú crees que no lo estés ya, florecita?- Le pregunta canturreando, sujetando de nuevo esa delicada mano que le encanta con tantas cosas que sabe hacer.
-Pues si lo estoy, te tendrás que hacer responsable y sabes de lo que hablo- Le dedica estas palabras, mirándolo algo retador.
-Sabes que si lo hare… Pues sería un mocos de los dos, y creo que será sumamente hermoso, claro si se parece a ti- Atrae al otro, para darle un beso apasionado, valiéndole tres hectáreas de que otras personas vean.
Cuando el beso se rompe, y las mejillas se ambos se ven con un sutil sonrojo, ambos se miran de forma coqueta.
-Creo que estas muy caliente…- El sudor que recorre su torso, llega a mostrarse sexy y una invitación a algo más alocado y delicioso.
-Y ¿Quién tiene la culpa?- Le responde le cangrejo.
-No haremos nada ahora, pero… En la noche serás todo mío- Le contesta al peli morado, sonriéndole y volviendo a andar, solo esperando que el otro se mueva para que la sombra sigua con ambos.
Ahora pasemos a otros que están disfrutando un agradable paseo….
Que sería así, si no fuera porque existe alguien más haciendo un mal tercio aunque tuvieran más espacio pues el pequeño Lemuriano esta con la Diosa y Seiya, pero en estos momentos, ese vacío se llenó con la presencia del patriarca.
La mala cara del patriarca refleja su molestia aun porque Virgo este de pareja con el borreguito lila –Mu, ¿Estás seguro de que él es digno de ti?- La pregunta del peliverde se nota acida.
Desde luego el Lemuriano pelilila, no le faltara al respeto a su maestro, pero tampoco dejara que lo haga a su relación –Claro que sí, de verdad amo mucho a Shaka-
-Mmmh- Responde esto, mirando al rubio, que se encuentra intentando mantener la calma –Virgo, ¿Qué te vio mi pequeño?- Le pregunta, clara señal de que sigue en contra de la relación pero al menos está aceptando de a poco.
-Lo mismo que usted le vio al caballero de Libra- Desde luego el sexto guardián no va a dejar que estén ofendiendo a su persona y hermosa relación que tiene ahora.
-¡¡¡¿QUÉ DICES?!!!- Avergonzado, pues desde luego al parecer cree que se está refiriéndose a otra cosa -¡¡¡¿CÓMO TE ATREVES A DECIR ESO TAN ABIERTAMENTE Y…?!!!-
-¡¡¡PAPÁ, POR FAVOR!!!- Con la personalidad tan pacífica y también protectora con el actual Aries, se acerca al peliverde, para calmarlo, pues como sabe que está esperando un bebe, le da cierta preocupación –Cálmese-
-¡¡¡PERO SHAKA, ESTAS INSINUANDO!!!- Mira con cierta furia al rubio, deseando poder matarlo, pero sabiendo que se quedara son caballero de virgo y su alumno se pondrá muy triste.
-Solo insinuó que amo a Mu con todo mi ser, y que estoy dispuesto a dar mi vida por él- Encara al patriarca, confundido por que sin duda lo que a él se está refiriendo, no es exactamente a lo que el peliverde piensa.
-¿Era… Eso?- El Lemuriano mayor se sonroja levemente, siendo sujetado por Mu, ahora dándose cuenta que la ha regado olímpicamente.
-Papá, a que se refería?- Igualmente la inocencia de Aries, no lo hace darse cuenta de lo que paso, pero se da una idea y aun así se sonroja levemente.
-¿Eh?- Claramente no dirá nada más, pero ya se siente con toda la pena del mundo en su ser –Nada, nada… Yo… Mu, bien… Pero nada de tener hijos antes de casarse, ¿Entendido?- Sentencia algo furioso, pero prefiere calmarse.
Sin duda al no tener a su Dohko cerca lo hace prestar más atención a su alrededor de lo que sucede y enfocarse claramente en su querido y muy preciado alumno.
Aunque debería estar mejor, guardando más reposo, pues de a poco y aun que no se nota de inmediato, su vientre ha crecido un poco más…
Pero sigue sin verse por completo muy abultado, de a poco no quedará duda que se encuentra embarazado.
Y por último pero no menos importante, se hablaran de las aventuras que están viviendo, aunque no hay mucho interesante, salvo por haber nadado y pasado algún tiempo relajándose en la arena, mientras Seiya escucha las historias que la Diosa tiene para contar de los dorados, aunque claramente sabemos que eso no es algo que les agrade.
-Y bueno, entonces para que Saga lo escuchara, casi nos deja atrapados en una cueva- Relatando la vez en que Aioros hizo su mejor movimiento para lograr ser escuchado por el otro.
-Ja, ja, ja, no creí que Aioros lo hiciera, pero… Si entiendo que es terco- Pegaso se encuentra sentado en la arena, con una sonrisa enorme, alegre de la vida por escuchar las historias de los dorados.
-Y recuerdo cuando los chicos tuvieron que vestirse de trajes típicos- Una risita se presenta en la joven –Fue sumamente divertido-
-¿Puedes contarme más?- Es el japonés alguien que agarra rápidamente confianza y no guarda el respeto mucho a las deidades.
-Claro que si- Aparece de las nada algunas botanas, para compartir con Pegaso y el pequeño Lemuriano que está construyendo un pequeño castillo de arena –Pero…- Deja escapar una risita, mientras se lleva algunas botanas que tienen forma de granos de maíz con un poco de picante.
-¿Pero?- Seiya replica la palabra en forma de pregunta, pues le pareció curioso que este reaccionando así de la nada.
-¿Me puedes decir por qué dos de tus amigos de bronce, nos han estado siguiendo de manera poco sutil?- Señala disimuladamente a un lado, para que se diera cuenta.
Y en efecto, apenas el castaño se gira levemente para ver sobre su hombro izquierdo, nota como el fénix y el dragón están espirándolos de una manera muy “Cautelosa”, aunque estén cada uno por su lado, ninguno va a estar dejando que el otro gane terreno en el corazón del Pegaso.
Aunque sabemos que uno lo beso y confeso su amor y otro le dijo sus sentimientos de una forma más tranquila.
Lo cual solo ha provocado que el corazón del castaño se confunda…
Pues lo ha pensado, el instinto salvaje del fénix, siendo protector, cuidadoso al extremo, un amante capaz de hacer lo que sea por él. Claro que atrae a cualquiera y Seiya no es la excepción, sin embargo…
Está la cuestión de que Shiryu siempre ha sido su mejor amigo, está el hecho de que su amor por él está de manera muy fuerte, siendo romántico, dulce, cariñoso, igualmente la protección y amor que le dedicaría seria por completo a él.
También siente atracción a este caballero, pero no creía que alguno le correspondiera.
Puede que no lo pensara detenidamente todo lo que está pasando, sus sentimientos solo eran por amistad, pero ahora está dándose cuenta al cien por ciento, que no es del todo cierto.
Y debe elegir, desde luego deberá hacerlo, pues no puede jugar con ninguno, sin embargo conociendo los caracteres de ambos, no se darán por vencidos y lucharan por su atención, como lo han hecho en el santuario los últimos días.
Pensar en que tenga que decidir, le causa conflicto, nervios y deseos de evaporarse en el aire.
¿Podrá Seiya escoger entre el indomable Fénix o el calmado Dragón?
Con ambos está garantizado el amor y respeto.