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Beyors por PepinoSinIgual

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Notas del fanfic:

Mi primer escrito Yuri :3

Me hacía ilusión publicarlo aqui :D

 

Notas del capitulo:

Cualquier critica es bien recibida :3

Linda

Yo solo había querido invocar a mi Creepy favorito para poder tenerlo en vivo, y en directo antes de morir felizmente apuñalada por sus propias manos dejándome morir en el suelo de mi baño. Una muy bonita forma de dejar este desgraciado mundo. Había cuidado cada detalle, con especial atención sin dejar nada de lado por más insignificante que este fuera, seguí la invocación al pie de la letra, pero las cosas no resultaron de la forma que esperaba...

De hecho, no resultó en nada.

Había encendido una simple vela negra frente al espejo del baño que era la única luz que iluminaba el reducido espacio con aroma a humedad escribí con un lápiz labial negro la palabra “Soy tú esclava” en una extraña lengua, aunque lo ideal hubiera sido con sangré de algún animal realmente no era capaz de hacerlo...

—Quizás, esa sea la razón...—Dije sonriendo, sacando de mis bolsillos una navaja suiza.

Mi pequeña Madame busqué la navaja para realizar un pequeño corte en la palma de mi mano para tener la suficiente sangre para escribir, pero
accidentalmente apagué la vela con ella, y al mismo tiempo quemándome al sacudirla.

—Sheet...— susurré adolorida.

Necesitaba vendarla, pero antes de salir observe como la llama de la vela volvía a encenderse con una tonalidad más intensa, viva y luminosa que atrajo mi atención olvidando por completo mi mano sangrante.

El reflejo del espejo se opacó barriendo lo escrito como si fuera derretido.

La puerta del baño se cerró con fuerza detrás de mí, y el foco exploto, y yo solo grite, ¿qué demonios estaba pasando aquí?! Tenía miedo de girar y encontrarme con lo que sea que estuviese en el reflejo porque sabía que no sería mi ídolo...

—No temas, no te haré nada que no quieras...

Esa dulce voz acariciaba mis oídos como los cascos de mis audífonos que por ahora solo era capaz de escuchar estática en ellos. No mires, no mires, no mires... Sabía que esa cosa, si es que era algo, me mataría de todas formas sino la veía entre más logre retrasarla mejor pararía ese trago amargo.

Estoy aquí para cumplir tus deseos.

Mire fijamente la luz que emanaba de la vela se intensificaba conforme me acercaba nuevamente al espejo.

Eso era la sombra de una mujer de hipnóticos ojos rojizos de la misma tonalidad que la sangre, su sonrisa era afilada y perfecta como sus ojos había logrado atravesar una de sus manos por la pequeña fractura del espejo.

Solo si así lo aceptas, serás poderosa, rica, y famosa con solo pedirlo obtendrás todos a tus pies.

Obvio esto era una trampa para cederle algo a cambio, y esas cosas, pero un especie de magnetismo me atraía hacía eso que parecía sacado de una novela de fantasía solo roce con la yemas de mis dedos su mano...Era sólida, fría y sin vida. Ella amplio su sonrisa sujetando con fuerza de mi muñeca atrayéndome contra superficie cristalina.

Y todo se volvió negro.

Ahora eres mía.

Había despertado en la casa del perro en una víspera de navidad, casi, muerta sin recordar como demonios había llegado hasta ahí obvio mis hermanos se burlaron de mi por días. Ese día había jurado jamás consumir alcohol, ni altas cantidades de azúcar, ni nada que me hiciera cometer estupideces pero creo que tampoco espere que una sencilla invocación sacada de Internet me llevara a esta situación.

—¿Esto es lo que disfrutas?

Mi mejor amiga se encontraba estimulando mi entrada con sus largos, y helados dedos en forma de tijera simulando suaves embestidas mientras devoraba mis labios rozando sus colmillos contra mi tímida lengua que huía de su fogoso tacto. Mi cerebro trataba de procesar lo ocurrido con tanta lentitud que solo podía aferrarme a las cadenas que se enroscaba en mis muñecas encima de mi cabeza sujetas al respaldo de la cama.

—¡Demonios!

Era difícil pensar cuando sabía perfectamente que puntos tocar para hacerme retorcerme de placer bajo su cuerpo.

—No, no cariño soy Linda. — Dijo enterrando sus uñas en mi interior como si fuera un garfio.

—L-Linda...— sollocé —¡Linda!

Ella me había arrebatado el habla con solo un beso robándome mi tan amada pureza (ni tanta) en un simple polvo de media noche que definitivamente atesorare por el resto de mi vida.

—Exacto...— Sonrió retirándose de mi interior.

Ella abandonó la habitación adentrándose a una especie de baño permitiéndome pensar en lo que hice sintiendo aun ese agradable cosquilleo en mi entre pierna sollozando del placer que había sentido en toda la rutina de sexo casual que tuve con Linda.

Ella me había atrapado en su mundo.

Estaba de cierta manera secuestrada por una especie de demonio que cambiaba de forma para forzarme a estar con ella, pero realmente no era tan malo como creía.

Mi mundo de mis más oscuras fantasías, mis deseos más codiciosos y egoístas serían cumplidos siempre que Linda estuviera satisfecha.

Agradecía que solo fuese una lujuriosa como yo.

Según lo que recordaba haber escuchado mientras era violada por mi vecino Hall en el pequeño sofá del fondo donde se
encontraba mi ropa esparcida era algo así: Linda es una Vampiresa de nacimiento deseosa de sangre, y el ritual que realice llamo su atención pues ella residía en el mundo de los espejos donde su parte demoníaca se daba el lujo de atraer victimas que devoraba en medio del acto. Asqueroso pero original.

Ella decía que yo, por ser yo, y algo con otro yo..., confuso pero cierto decidió perdonar mi vida y tomarme como su esclava.

O sea, sexo gratis, deseos condicionados y una posible visita al psicólogo.

En fin, ella se presentó como Linda después de que intento tomarme siendo mi hermano (algo realmente traumático) pero esa tipa solo dijo su nombre porque solo cambio a la forma de mi amiga Maddy y aquí estamos... Le doy lo que quiere, y ella me consiente. Una relación muy extraña, pero era lo que había, ¿no? Si, no sé lo que digo maldita sea.

—Vaya jamás había conocido una mente tan torcida como la tuya.— Dijo burlón Duglass saliendo del baño.

Duglass Charlesston. Esa mirada repulsiva se posó encima de mi cuerpo, se rio, una risa frenética que reconocía perfectamente perforar mis oídos mientras desgarraba mi vestido con sus manos intente huir de su toque, grite por ayuda, suplique que parara pero eso solo conseguía alentarlo a embestir con fuerza sentía su asquerosa lengua recorrer mi cuello encajando sus dientes en todas partes... Ese maldito bastardo...

—¿Que pasa pequeña? — Dijo montándose encima mío.

— ¿No me extrañabas dentro tuyo?

—No, detente...— suplique sin voz, sacudiendo con fuerzas mis ataduras. —¿Por qué haría algo como eso?

Linda volvió a adquirir la forma de Maddy reflejando curiosidad en su rostro mientras limpiaba con sus manos mis lagrimas con una extraña mueca de asco al contacto.

— Acaso este tipo significo algo traumático para ti, ¿Mackenna?

Ella se acercó peligrosamente a mi rostro sin dejar de sonreír de esa forma que me hacía temblar, pero de miedo al reconocer ese peculiar brillo rojizo iluminar por segundos los azulados pozos de agua de Maddy o al menos su espejismo.

—Disfrutas ser violada por tu vecino, pero lloras con solo el suave toque de este tipo, ¿qué te hizo? — Maddy se colocó a ahorcadas encima mío volviendo a ser Duglass.

— ¿Acaso te arrebate algo de esa inocencia tuya Mackenna?

Él susurro en mi oído.— Dame una buena razón para no hacerlo de nuevo, mocosa.

Duglass desabrocho su cinturón con suma lentitud imitando los gestos que mis recuerdos proyectaban volviendo a sentir esa horrible sensación apoderarse de mis acciones actuaba por impulso de querer salir de esa habitación bloqueando en automático cada pensamiento coherente aferrándome a esas ataduras concentrándome en la sangre que fluía a través de mis muñecas.

Pesadilla o no, no iba a quedarme a averiguarlo.

El borro su sonrisa y su apariencia cambio drásticamente cuando recibió un puñetazo de mi parte mis muñecas ardían como si estuvieran siendo quemadas más eso poco me importo aproveche su descuido para refugiarme con torpeza en el baño de su recinto.

Algo inútil teniendo en cuenta que es un demonio y esta es su realidad.

 


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