Habían pasado unas semanas desde el incidente en la secundaria de Conner y M´gann.
El super niño había declinado el ofrecimiento de Robin de irse a su escuela en Gotham, ya que no quería dejar sola a la chica marciana y menos después de lo que había pasado entre ellos.
Ese día, Batman le había mencionado que después de una larga charla con Superman, este había aceptado reunirse con él para comer algo por la tarde, cosa que emociono completamente al omega quien le comentó eso a sus amigos, quienes le dieron ánimos y lo apoyaron para que fuera a ver al Kryptoniano.
Al acabar las clases, Conner salió en carrera del colegio y tomando el autobús, se dirigió a Metrópolis, directamente a Daily Planet.
Al estar fuera, se acomodó su chaqueta negra de cuero con nerviosismo, se peinó un poco y subiendo su mochila se encamino hacia dentro del edificio donde fue recibido por una bella chica que le sonreía algo asombrada. El chico se acercó al mostrador y con una sonrisa tímida miró a la mujer;
-bienvenido al Daily Planet ¿en qué puedo ayudarte jovencito? – dijo la mujer con una enorme sonrisa
-bus-busco a Cl-Clark Kent- respondió el chico en voz baja avergonzado. La chica sonrió,
-el señor Kent esta en este momento en el tercer piso, si gustas puedo llamarle
-sí, por favor
- ¿Clark? – oyeron una voz tras ellos. Ambos voltearon y vieron como una chica de cabello negro se acercaba hacia ellos con unos papeles en la mano - ¿Qué demonios haces aquí? Tenías que… espera. – se detuvo viendo el rostro del otro y olfateando al aire -Tú no eres Clark
-mi nombre es…
- ¡CONNER! – se escuchó la voz del alfa mencionado mientras se acercaba con cara de pocos amigos hacia el menor y su amiga reportera
- ¡Clark! No me dijiste que tenías un hijo- rio Louise cuando el otro rodo los ojos y tomó al chico del brazo con fuerza
-no es mi hijo, es… un conocido y ya nos vamos
-adiós guapo- dijo la periodista pellizcando la sonrojada mejilla del menor mientras que el otro lo jalaba hacia una cafetería que estaba cruzando la calle.
Cuando llegaron, el periodista suspiró con fuerza;
-te dije que no me fueras a buscar, que me esperaras aquí- dijo con enojo mientras que le hacía señales a la mesera para que se acercara
-solo quería conocer donde trabajas. Wally me dijo que era un lugar increíble
-mira…
- ¿gustan ordenar guapos? - preguntó la alegre señorita dirigiéndoles una mirada coqueta a ambos chicos
-café negro por favor- exclamó el mayor
-una malteada de fresa- exclamó el otro
-y pie de manzana- dijeron al unísono cuando ambos se volvieron a ver. La chica sonrió y se marchó con su pedido.
El silencio incomodo volvió, hasta que Conner carraspeo y vio la corbata del otro;
-veo que estas usando eso- señalo en voz baja cuando el hombre miró su corbata
- ah sí, solo que no puedo usar el pin en el trabajo, así que lo guarde
-me alegro al menos de que te gustara la corbata
-Dick tiene muy buen gusto
- ¿Dick?
-Bruce me dijo que él fue el que la eligió para tu… regalo
-si… - susurró el omega cuando la mesera llego con sus pedidos. La chica dejó todo sobre la mesa y ambos comenzaron a comer en silencio.
El silencio incomodo volvió, hasta que Clark miró al chico quien veía su malteada con vergüenza;
-Bruce me dijo… que tenías problemas en la escuela y que te preguntara porque te has estado peleando, eso no es de un superhéroe
-no me peleo porque quiero, todos me han estado molestando por ser omega y, además, me sacaron del equipo de futbol también porque me ven como débil y se burlan de mí. Creo que Batman te comentó eso, ya que él fue a buscarme
-sí, lo hizo. – suspiró -Y eso es porque los omegas no deberían hacer deportes como ese, eso es solo para fuertes- Conner lo miró con enfado cuando el otro desvío la mirada
“mierda,” pensó Clark “debo calmarme”
-no tienes por qué decirlo así, yo no soy débil y no soy cualquier omega
-bueno no importa, debes dejar de pelear si no quieres que te suspendan del equipo. Los de la Liga no están contentos con eso
-de acuerdo…
Pasaron unos minutos y Conner pidió otro pie, siendo visto con recelo por el mayor;
-así que… ¿te gusta el pie de manzana?
-sí, es bastante rico y me agrada su sabor
- ¿te gusta porque ya lo habías probado o porque también es parte de tu programación?
- ¿perdón?
-mira niño, hay cosas que tú crees que te gustan o que conoces, pero seamos sinceros, son solo parte de tu programación y memoria
-no soy una maquina… yo también siento ¿sabes? Y todo lo que sé del mundo exterior y de ti es porque lo aprendí en libros. Además… la abuela Martha me dio a probar el otro día y también Batman- terminó susurrando
-además, - continuo el otro haciendo oídos sordos mientras tomaba un sorbo de café -no puedo creer que teniendo mi ADN y el de la basura de Luthor, hallas terminado siendo un omega… la vida me debe estar jugando una horrible broma. Veo, aunque solo eres un clon, así que…
- ¡basta! - dijo el chico en voz un poco alta, siendo visto por varios
-baja la voz- le regaño el otro en un gruñido
- ¡no! ¡estoy harto! – el chico se levantó y lo miró con tristeza y enojo - ¡ya tengo suficiente con que me menosprecien en la escuela y en la cueva! ¡además de que tú siempre me estas menospreciando! – el chico se sentó con enojo y con su voz un poco quebrada -Ya sé que me odias, pero eso no te da el derecho a tratarme de esa forma… entiendo que no quieres ser mi mentor ni mi padre y que desearías que este muerto pero lo único… lo único que quería era una oportunidad de conocer a mi héroe
- ¿ya terminaste? - preguntó el otro mirándolo con enfado - ¿tu héroe dices? Solo soy parte de tu programación… deja de hacerte el interesante, mocoso y si, la verdad que es hubiera preferido que nadie te salvara ni supieran de ti, pero aquí estas con tu lata de decirme papá y mentor… ya te lo dije, yo no tengo tiempo para esto y menos para entrenar a mi reemplazo
-aceptaste comer conmigo hoy… llevando algo que yo te di… ¿Por qué?
- ¿la verdad? Bruce me obligó
- ¿Batman te obligó a verme?
-si. Dijo que si no venía… No te interesa lo que me dijo y si uso esto, - y se tocó la corbata -fue porque Dick la compró. - y sacó de su bolsillo el pin que el chico había arreglado con el símbolo del hombre de acero -Toma, no lo necesito
-bien- soltó el chico con rabia tomando el pequeño objeto. Luego, se levantó, dejó dinero en la mesa y se marchó rápidamente, dejando al otro echando chispas;
“es todo… creo que con esto me lo quito de encima” se dijo el hombre tomando otro sorbo de café, pero con un pequeño sentimiento de tristeza dentro de sí, al oler el leve aroma de dolor que había dejado atrás el niño.