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90. Buscar y Seducir (04) por dayanstyle

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Esto no puede estar pasando. -Chaejin frunció los labios cuando vislumbró al pendejo del Adjunto Byung Joo. Después del incidente con su Harley, habría estado bien, si nunca hubiera visto de nuevo al chico.

 

El ayudante se detuvo detrás de él y se bajó de su coche patrulla, pavoneándose como si fuera el dueño del pueblo. Byung Joo se subió a la acera, mirando tanto Chaejin como a su motocicleta. -Veo que ya está arreglado, el pequeño desagradable rasguño.

-¿No es ilegal estar vagando por las calles, sin correa? -Preguntó Chaejin. Había retirado su Harley de Motocicletas Wu, los que habían reparado el largo arañazo que tenía, después de que alguien la había rayado. Había enviado la factura al Departamento de Policía de Dalton Falls, pero el Adjunto Byung Joo le había regresado la cuenta, con una cara sonriente dibujada en la parte inferior y un dedo medio señalándolo                                                                                                             

Bastardo.

-Al menos te acordaste de usar el casco. -El ayudante señaló con la cabeza el casco que se asentaba en el regazo de Chaejin, haciendo caso omiso del comentario de la correa.

Chaejin tuvo que recordarse que estaba hablando con un policía. Por qué quería bajar de su moto y golpear el tipo con su puto casco.

La maldita cosa le lastimaba la cabeza, cuando lo llevaba. Era evidente que el fabricante no había pensado a un duende, cuando diseñó la cosa.

Las puntas de sus orejas estaban siempre adoloridas, cuando se lo quitaba. No solo eso, se sentía como si no pudiera respirar en él.

Chaejin prácticamente había crecido en una Harley y había estado montando una desde que sus pies podían tocar el suelo.

Había montado cientos de veces con su familia, y ni una vez ninguno de ellos, había sido detenido debido a que no llevaban casco.

 

 

No sólo era evidente que Chaejin y Byung Joo no se gustaban el uno al otro, sino que también parecía que Byung Joo salía de su camino, para antagonizarlo.

-No me gustaría estar violando ninguna ley en la ciudad de Taehyung -, dijo Chaejin, con una sonrisa.

Los ojos de Byung Joo se redujeron, cuando su mandíbula se apretó. -No eres más que un mocoso revoltoso, lord elfo.

Chaejin rió. -Muy buena, aliento de perro.

¿Estaban los dos actuando infantilmente? Sin duda. ¿Le preocupaba a Chaejin? De ninguna manera.

Le dio una tensa sonrisa, mientras se rascaba la barbilla con el dedo medio.

-¿Hay alguna razón por la cual estás allí sentado? -Preguntó Byung Joo cuando apoyó la mano en la culata de la pistola. -Te podría dar una multa por vagancia.

-Si no tuvieras esa placa y la pistola, me gustaría enseñarte una cosa o dos -, dijo Chaejin. Se puso de pie y pasó la pierna por encima de su Harley, para salir de allí, antes de hacer algo que pudiera mandarlo a la cárcel. -Dado que las tienes, desapareceré

Entró en Bungles Hardware, rezando que el ayudante no lo siguiera. Chaejin era un tipo relajado, pero su paciencia voló muy lejos. Imaginándose golpeando la mierda fuera de Byung Joo, le hicieron sonreír.

-¿Qué es tan gracioso? -Taehyung le preguntó, cuando se acercó al mostrador.

-La vida -, respondió.-¿Casi listo? Estoy hambriento.

-Chaejin. -dijo Jung Shin, cuando le batió sus  pestañas. -Es bueno ver tu guapura de nuevo.

Chaejin se apoyó con un brazo, sobre el mostrador, mientras sonreía al vendedor. -¿Todavía soltero?

 

-Sí, pero estoy esperando que puedas cambiar eso -, dijo Jung Shin con una amplia sonrisa. -Al menos contigo, no tengo que preocuparme de por ser comido.

Le hizo un guiño al empleado. -No estés tan seguro de eso, pequeño cisne.

Jung Shin se sonrojó, mientras le entregaba la bolsa a Taehyung. Chaejin había descubierto, que al empleado le gustaba coquetear. El tipo era inofensivo. A él también le gusta coquetear, pero era serio. No le importaría entrar en los pantalones del tipo.

-¿Qué están haciendo? -Preguntó Jung Shin. Rodeó el mostrador, recordando a Chaejin el tipo no era tan bajo de hecho era alto y delgado.

-Almuerzo, - dijo Chaejin, -pero puedes ser mi postre.

 

-Si continuas hablando de ese modo, podría pensar que eres serio. Jung Shin se volvió y comenzó a almacenar algunas cosas, en un estante.

-Estoy hablando en serio -, Chaejin se quejaba, mientras él y Taehyung se iban. Su nueva alfa le estaba sonriendo.

-No es algo bueno, que un cisne caliente no quiera salir contigo. - El chico le dijo, mientras caminaba hacia Charger naranja quemado, de su hermano.

-Lo doblegaré -, dijo Chaejin. -No sería nada divertido, si renunciara a sus bienes de inmediato. Le sonrió a Taehyung. -La persecución es parte de la diversión.

-Si tú lo dices.-Taehyung abrió la puerta del coche y arrojó la bolsa dentro.

-Nos vemos en Carla’s.

Chaejin inclinó la cabeza, antes de montar en su Harley. La patrulla había desaparecido. Bueno. Lástima que el adjunto era como un pinchazo. El tipo era apuesto, y podría haber tratado de llegar a ese buen culo, si el tipo no hubiera actuado como un completo pendejo.

 

 

 

Después de aparcar, entró en el comedor y se sentó en una de las cabinas secundarias. Taehyung se reunió con él, momentos después. De lo que éste le había dicho, la gente del pueblo no les había dado la bienvenida, cuando los gemelos llegaron por primera vez a Dalton Falls.

Las cosas estaban cambiando. La gente en el restaurante le sonrió a Taehyung cuando entró, y la camarera corrió a su mesa, una vez que habían tomado asiento.

—¿Qué puedo servirte, Taehyung?—Preguntó. La joven era todas sonrisas, y había en sus ojos verdes, la esperanza de tener una oportunidad con Taehyung.

—Sólo un té helado, por ahora, Rosé—, Taehyung tomó un menú y la camarera parecía decepcionada, porque no había coqueteado con ella. Tenía los labios fruncidos, y parecía irritada.

Había empezado a girar y alejarse, cuando Chaejin dijo:

—Ya que lo preguntas, quiero un vaso de agua.               

Ella le lanzó una mirada por encima del hombro antes de alejarse. No estaba segura de por qué lo miraba de esa manera. No le había hecho nada.

—¿Haciendo amigos? —Preguntó Taehyung. Tenía una sonrisa en su rostro, mientras miraba de Rosé a Chaejin.

—Es obvio que lo es —, contestó. —La chica estaba a punto de caer sobre ti. Taehyung se encogió de hombros. —Estoy emparejado, por lo que no importa. Chaejin rodó los ojos. —Está bien, ¿por qué me has invitado a comer?

Normalmente no habría preguntado, pero podía decir que había algo en la mente del hombre.

—Todo el mundo finalmente vendrá—, Taehyung dijo, mientras dejaba su menú, a un lado. —Algunos estarán aquí, a finales de semana.

—¿Todo el mundo? —Preguntó Chaejin.

 

 

 

 

Cuando Taehyung le había planteado su plan, de trasladarse a Dalton Falls, había estado de acuerdo, con toda la idea. Pero la vida se había interpuesto en el camino, y su mudanza se había retrasado, aunque había estado de visita a menudo, desde que los gemelos se habían mudado aquí.

Parecía que la vida se había interpuesto en el camino, a una gran cantidad de los chicos. Los hijos de Jaehyo, Hong Seok y Sun, aparecerían, junto con el hijo de Kwangmin, J.Jun.

Kyung Il y Yi Jeong aún no se habían mostrado, a pesar de Kyung Il estaba más en Dalton Falls, que en Villa Kim. Yoo Geun y Hwe Seung también habían estado dándole  largas.

Taehyung asintió. —Todo el mundo.

—Es una mudanza masiva—, dijo Chaejin cuando Rosé se acercó a ellos, bebidas en mano. —Espero que Dalton Falls esté listo para nuestros chicos.

—La mayoría, somos los hijos del Ultionem—, Chaejin continuó, aunque, técnicamente, él era el nieto de uno de ellos. —Y la mayoría, queremos salir   debajo de esa poderosa sombra.

Taehyung asintió. — Lo sé. Sólo quiero una vida normal.

Chaejin se inclinó en su asiento, poniendo su brazo sobre el respaldo de la cabina. —Una vida tan normal, tanto como lo sobrenatural, te permita tener.

—¿Ya están listos para ordenar? —Rosé coloco sus bebidas en la mesa y luego sacó su libreta y un lápiz, sonriendo a Taehyung. La chica lo tenía mal, a pesar de que no tenía una oportunidad en el infierno, con el alfa.

—Danos unos minutos más—, dijo Taehyung cortésmente. Ella asintió y se alejó.

—He venido aquí para comer—, se quejó Chaejin, cuando su estómago rugió.

Ignorando su comentario, Taehyung dijo —Quiero hacer las cosas un poco diferentes, a lo que Jongin hizo con su manada.

Chaejin tomó un sorbo de agua, antes de preguntar. —¿Diferente cómo?

 

 

 

 

Jongin tuvo un beta, pero también tenía un comandante, que estaba a cargo de los centinelas, los hombres que custodiaban la Guarida y Villa Kim. Chaejin sabía que parte de la razón por la que Taehyung quisiera hacer las cosas de una manera diferente, era para probarse a sí mismo. Era nuevo en eso de ser alfa, y Chaejin no tenía ninguna duda, de que el tipo quería impresionar a Jongin.

¿Por qué? Chaejin no tenía ni idea. No es que no respetara a su abuelo, pero se había mudado a esta ciudad, con el fin de salir de debajo de la sombra del hombre. Taehyung no tenía nada que demostrar. Era un buen amigo, y sabía, que el hombre, sería un gran líder.

—Todavía soy joven —, dijo Taehyung. —Sé que no debería admitir esto, pero creo que tener un asesor no sería una mala idea.

Chaejin casi escupió el agua, que había estado tragando. Se limpió la boca, observándolo —¿Quieres que sea tu asesor?

 

—Por supuesto que no —, dijo Taehyung y luego se echó a reír. —Sin ofender, pero apenas has arreglado tu mierda.

—No me siento ofendido, la verdad —, dijo Chaejin. —De todos modos, lo habría rechazado.

No es que no quisiera, ser un miembro productivo de la manada de Taehyung, pero no quería asumir ese tipo de responsabilidad. Tenía dificultades para decidir qué ropa interior quería ponerse. ¿Cómo iba a ayudar a Taehyung en tomar las decisiones del día a día, en relación a la manada?

—Eres más adecuado para ser el músculo —, dijo Taehyung, mientras miraba por encima de su menú. —Mira quien te crió.

—Ja JA Ja—, Chaejin volteó hacia el sujeto. —El hecho de que fui criado por una manada de lobos, no significa que actúe como tal.

Una de las cejas de Taehyung se levantó.

—No todo el tiempo—, defendió Chaejin. —Sólo seis de cada siete días. Además, también fuiste criado en la misma casa.

—Todos tenemos nuestros papeles —, dijo Taehyung.

—Entonces, ¿qué, soy un ejecutor o algo así? —La idea le atraía. ¿Qué podría ser más divertido que emborracharse y golpear algunas cabezas?

—Hablé con el jefe Lee, y estuvo de acuerdo en que darles una mano, no haría daño.

—Whoa, detente. ¿Quieres que sea un policía? —La voz de Chaejin se había elevado, y algunos clientes los miraron.

—Tienes que estar jodiéndome —, dijo en un tono más bajo.

—No como policía —, dijo Taehyung. —Más bien, como un tipo que ayuda, cuando la policía tiene las manos llenas.

Chaejin pensó en Byung Joo y negó con la cabeza. —No, gracias.    

Prefería ser colgado por sus bolas, que tratar regularmente con Byung Joo. Acabaría matando al lobo, en lugar de ayudarlo. Hmm, puede que “ayudar” atendría sus méritos.

—¿Me pagarás por esto? —Preguntó. —No se puede vivir de la bondad. Tengo cuentas que pagar.

Taehyung le dio una mirada divertida.

—Amigo, tienes un fondo fiduciario que te durará diez vidas.

—Deja de decirlo como si fuera un malcriado niño rico —, Chaejin tenía un fondo fiduciario, pero no iba a gastarlo frívolamente. Niel, el contador de la manada Kim, le había enseñado sobre el dinero y cómo hacer que funcione para él, no al revés.

Taehyung extendió las manos. — Entonces, ¿qué es lo que planeas hacer en Dalton Falls?

—Trabajar en el garaje—le recordó a Taehyung. —Me contrataste, ¿recuerdas?

 

Taehyung negó con la cabeza. —Esta mierda, de ser un alfa, no es tan fácil como parece.

—Lo estás haciendo bien —, dijo Chaejin. —Deja de intentarlo tan duramente y permite que llegue de forma natural. Deja que los hombres consigan un trabajo o sean dueños de su propio negocio. No tienes que tener ejecutores. Para eso es el departamento de policía.

—Tal vez tengas razón —, Taehyung sonrió, cuando volvió Rosé. Ordenó su almuerzo y la camarera se alejó. Chaejin se inclinó hacia un lado y comprobó su culo.

Se había enrollado con unas pocas mujeres y encontró que le gustaban ambos sexos. Además, tenía el mejor culo que había visto.

—Yo la dejaría en paz —, dijo Taehyung con diversión en su voz. —Ho seok me ha dicho, que ha estado con más salchichas, que la salsa de tomate.

Chaejin se mordió el labio inferior. —No estoy intentando casarme con ella. 

Se enderezó y volvió al tema que habían estado discutiendo.

—No creo que necesites un asesor. Tienes más sentido común, que la mayoría de nosotros. Sólo tienes que utilizar tu mejor juicio.

—Tal vez me equivoqué —, dijo Taehyung.

—¿Acerca de?

—En realidad eres más inteligente de lo que pareces. —Se giró nuevamente hacia el hombre. — En serio, no te das el suficiente crédito.

Chaejin gruñó, cuando vio al “Adjunto idiota” entrar en el restaurante. Ver a Byung Joo estaba a punto de arruinar su apetito. Byung Joo miró en su dirección y sonrió, antes de sentarse en el lado opuesto de la cafetería

—¿Todavía no se llevan bien? —Preguntó Taehyung.

—¿No es obvio? —Preguntó Chaejin. —Siento que se me forman hemorroides, cada vez que veo al tipo.

—Podría ser lujuria.

—Podrían ser úlceras —, dijo Chaejin. Estaba dispuesto a mostrarle a Byung Joo el dedo, cuando el jefe Lee entró. Chaejin había visto al hombre una vez, y había sido, cuando Jongin y los otros de Villa Kim habían llegado a la ciudad. No había llegado tan cerca y, para ser honesto, no le había prestado mucha atención en ese momento.

Ahora estaba prestando atención.

El tipo tenía una gran estructura ósea y una estrecha cintura. Tenía la cabeza llena de negro cabello, con ligeros y espolvoreados, toques de plata. Tenía magníficos ojos marrones y una firme mandíbula, y Chaejin quería un pedazo de ese zorro plateado. Los hombres mayores nunca le habían interesado antes, pero había algo en Lee que capturó su interés.

Chaejin ya se había acostado con jovencitos y mujeres. ¿Por qué no añadir más muescas a la pata de su cama?       

—Tierra a Chaejin—, dijo Taehyung, mientras miraba de Chaejin a Lee. Estaba ocupado observando el firme trasero del jefe y agitó la mano hacia Taehyung.

El jefe tuvo que empujar la mesa, un poco lejos, cuando se sentó. El tipo era todo músculo y no podía caber en la cabina. Chaejin nunca había cogido un hombre grande, pero estaba dispuesto a darle una oportunidad a Lee.

Joder, estaba poniéndose duro, solo con ver al hombre moverse. Su filosofía de vida era "golpear y salir de ella", y quería llegar a ese culo.

—¿Necesitas un momento a solas? —Preguntó Taehyung. Chaejin aparto su mirada de Lee y frunció el ceño.

—Deja de interrumpir mi fantasía.

—¿El Jefe Lee? —Sonrió Taehyung. —Ni lo sueñes.

—Cuanto madura sea la baya, más dulce es el jugo —, dijo Chaejin, mientras lamía el labio inferior.

—Has estado viendo Friday de nuevo, ¿verdad?

Era la película favorita de Chaejin. —Puff puff, dar. Puff Puff, dar. Joder hasta rodar.

Taehyung negó con la cabeza. —No tienes remedio.

—No, no siento lujuria —, señaló cuando Rosé trajo su comida. Chaejin no le hizo caso, ya no estaba interesado en lo que tenía que ofrecer. Quería a Lee.

—¿Puedo traerte algo más? —Preguntó a Taehyung.

—Sí, puedes salir de mi camino —, dijo Chaejin. Estaba obstruyéndole su vista, de Lee.

Ella lo miró. —¿Cuál es tu problema?

—¿Mío? —Pregunto con incredulidad Chaejin. —No soy el que adula a un hombre que está comprometido, ignora al chico solo en la mesa.     

—No lo hago con elfos. —Su tono estaba lleno de odio.

—Y yo no lo hago con perras locas. Ahora largo. —La despidió con un gesto.

—Yo.. no estoy loca —, dijo Rose entre dientes, antes de alejarse.

—Eso no fue agradable—, dijo Taehyung. —El hecho de que ella no estaba suspirando por ti, no significa...

—Guárdatelo —, dijo Chaejin. —Cuando actúe como una camarera y no como un cachorro enamorado, entonces tendrá mi respeto. Era simplemente una grosera.

Taehyung frunció el ceño. — ¿Qué te pasa?

Chaejin deseaba saberlo. Se sentía atrapado en su propia piel, sus nervios estaban alterados. Sabía que no debería haberle dicho eso a Rosé, y se disculparía más tarde, pero en este momento, se sentía como si en cualquier momento, fuera a salirse de su propia piel.

 

Se levantó y se dirigió a la puerta. Aire. Necesitaba aire. Cuando salió, la tensión dentro de él no había disminuido. En todo caso, había empeorado.

Se sentó en la moto, pero no estaba en condiciones de conducir. En su lugar, llamó a su madre.

—¿Cómo va todo? —Preguntó. —Te oyes un poco extraño—dijo.

—¿Extraño cómo? —Había preocupación en su voz. Chaejin le explicó lo que le había sucedido.

—Creo que es algo que tu padre debería manejar.

Sus cejas se fruncieron. ¿Qué padre? Para reducir la confusión, Chaejin había crecido, llamando a sus dos padres, por sus nombres de pila. Cuando se quedó solo con uno, lo llamaba padre. Pero si estaba en la habitación con los dos, eran Hangeng o Seven.

 

Hola, hijo —, dijo Seven, cuando se puso al teléfono. —¿Qué está pasando?

—Papá —, dijo Chaejin. Se sentía más cómodo, hablando de su problema con su madre. Siempre había sido así. Cuando se trataba de cosas personales, Nana era con quien lo hablaba.

El odiaba, que sus padres lo vieran como alguien débil, ya que se suponía que no tenía ser así, dado que fue criado por un abuelo duro como una roca.

Pero entre Seven y Hangeng, Seven era el padre, más comprensivo. Hangeng era el tipo de hombre que bromeaba mucho, y con el que estaba todo bien, pero en un momento como este, no era el chico con quien hablar.

Suspirando, Chaejin repitió lo que había dicho a su madre.

—Por mucho que me gustaría ayudar, hijo, creo que esto es algo que Hangeng debe manejar.

Chaejin gruñó.

Era como llamar a su compañía de telefonía celular. Lo estaban ignorando y eso lo irritaba, como la mierda.

 

 

Pulse uno para inglés y dos para irritar.

Sacudió la cabeza, ante sus reflexiones, antes de que el teléfono fuera pasado a Hangeng.

—Oí que tienes un problema —, dijo Hangeng, hablando por la línea.

—No es nada importante —, Chaejin minimizó.

—Tu madre parece como si estuviera a punto de tener un ataque al corazón y necesitara atención médica inmediata —dijo Hangeng a Chaejin.

—No es así —, dijo Nana en el fondo. —Sólo tienes que hablar con él.

—Estoy hablando con él —, dijo Hangeng a Nana. —Suena bien.

—No está bien —, argumentó Nana.

—Tal vez debería llamar más tarde —, dijo Chaejin.

—Tonterías —, dijo Hangeng.           

—¿Vas a dejar que hable con Chaejin? —Dijo Seven en el fondo, y Chaejin asumió que estaba hablando con Nana.

Por Dios, si hubiera sabido que esto se convertiría en un circo de tres pistas, no habría llamado.

—Espera, hijo —, dijo Hangeng, y Chaejin oyó una puerta cerrarse.

—Mucho mejor.

—¿Le sacaste fuera de su habitación? —Bromeó Chaejin. Quería colgar, pero ya había abierto la caja de Pandora, por lo que trató con ello.

—No, me fui de su habitación —, dijo Hangeng. —Ahora, de vuelta a ti.

—Estoy bien, papá —, dijo Chaejin.

—No eres solo humano, si no Elf de la Navidad, y Elf del bosque. Debido a que tus genes se componen de tres razas, no se sabe cómo vas a reaccionar cuando encuentres a tu compañero.

 

—Espera, ¿qué? —El corazón de Chaejin golpeó en la garganta. ¿Compañero?

¿De qué mierda estaba hablando Hangeng?

—Este no es el momento para bromear, papá.

— Estoy siendo serio.

Lo que era raro para Hangeng.

—¿Quién ha dicho algo acerca de una pareja? —Preguntó Chaejin. La sensación de su piel se tensaba, se intensificó.

—¿Quién estaba contigo en el comedor?

—Taehyung.

Hangeng chasqueó la lengua. —Bueno, sabemos que no es tu pareja. Lo habrías sabido hace años. ¿Quién más estaba allí?

—Sólo algunos clientes —, dijo Chaejin.

—¿Alguno sobresalía, alguien llamo tu atención?

Chaejin pensó inmediatamente en el Jefe Lee. Nunca había reaccionado enérgicamente antes a nadie.

—Tal vez —, dijo. Esto no era algo que quería discutir con Hangeng o cualquier hombre. Tan grande como era Chaejin, mantenía su vida privada privada. La única razón por que sus amigos sabían que era una zorra, era porque la gente con la que había tenido relaciones sexuales, no podían mantener su jodida boca cerrada.

Sus parejas sexuales, pensaban que era grandioso dormir con el nieto de Jongin. El nieto de Jongin, no Chaejin. Y la gente se preguntaba por qué había dejado Villa Kim.

—Bueno, me suena como que tal vez requiera de mayor atención —, dijo Hangeng.

—No voy a entrar en una discusión sobre compañeros. Ya lo sabes. Todo lo que diré, es que tu reacción me lo dice todo.

 

 

Esto no puede estar pasando. ¿Acoplado a un policía? Un hombre mayor. ¿Qué tan mayor?

Como si hablar sobre el hombre le hubiera hecho materializarse, Lee salió de la cafetería, y sus miradas se encontraron.

—Yo te llamo —, Chaejin colgó, cuando Lee se dirigió a su encuentro.

 

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