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Just you wait por camilita4045

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Notas del fanfic:

El fanfic será actualizado con más regularidad en la plataforma de Wattpad:
https://www.wattpad.com/user/camilita4045

 

Notas del capitulo:

Este es el primer capitulo, igualmente el segundo ya lo he públicado en la plataforma de wattpad. Como he dicho, allí publicaré con más regularidad.

¿Cómo un bastardo, sin madre, solo con un padre, solo con un hermano, antigua prostituta, Uchiha, empobrecido, en la miseria, cree convertirse en un revolucionario, un gobernante, un erudito y un héroe? ¿Quién es?

— Madara Uchiha. Señoras y señores, yo seré quien revolucione esta nación para crear otra.

Nunca tuvo una vida brillante y feliz como la que poseen las personas de la alta sociedad. Nacer omega fue la condena de su madre y la suya, la condena que le costó la vida a su progenitora. Desde que tiene memoria su familia siempre estuvo endeudada a pesar de que su padre trabajaba en pandillas y su madre como una lavandera en una fábrica, apenas había para comer y eso lo entendieron tres de sus cuatros hermanos menores quienes para no ser más carga poco a poco se suicidaron.
Sabía perfectamente que por ser omega su madre sufría en el trabajo acoso sexual, algo que hizo que los ideales de ella aflorarán hasta crear las famosas marchas de Omegas… Ella fue la líder, y como líder murió dejándolo a él y a su hermano Izuna con su padre. A diferencia de otros él no pudo estudiar, mucho menos su hermano menor así que se tuvo que dedicar a trabajar con las pandillas de los suburbios del lugar para conseguir el pan de cada día. A pesar de todo eso, al ser un omega nunca dejo de pensar en los ideales de su madre, ideales que llevó un político llamado Voult Senju, un hombre que admiró por mucho tiempo… A su héroe lo hicieron callar. Sin nadie que representará su situación tuvo que ponerse a estudiar por sí mismo, tuvo que trabajar, aprender a manejar un arma, asesinar y prostituirse… Para ser su propio héroe, el héroe de su hermano y el de otros.

— Cada vez pierdo la inspiración para armar una constitución para este nuevo mundo… — Veía con penas sus cartas que tenían de contenido una definición propia de constitución y las características de la misma.

— Vamos Madara… No debes de echarte para atrás hermano. — Para su hermano era tan simple hablar. Alfa desinteresado.

— Hermanito que tanto quiero a pesar que es tonto… Como siempre te dije, cambiaré todo a pesar de que tú y padre no me apoyen, y me traten de loco. Y además lo hago para defender mis derechos, YO soy OMEGA, TÚ un ALFA. Tú posees derechos.  — Podía ver como su hermano rodaba los ojos ante sus palabras. — Además necesitamos independencia contra Daimiyo y las demás naciones… ¡TRABAJAMOS PARA ALIMENTAR AL EXTRANJERO Y NO A LOS NUESTROS!

Sabía perfectamente que con las últimas palabras pudo comprar el interés de Izuna, pero no podía creer que Izuna tenía un haz bajo la manga contra su persona.

— Recuerdo que siempre hablabas de Senju Voult… — Observó cómo su único hermano sacaba de su saco varias hojas de papel antiguo cuales parecían bastante viejas. — Así que conseguí las cartas… Y una noticia que te encantará… Sus cartas y política no eran escritas por él, sino por su esposo, un omega de clase media.

Madara no podía creer las palabras de su hermano menor, así que rápidamente se levantó de su escritorio y con fuerza tomo las hojas para comenzar a leerlas rápidamente. Cada palabra, letra y punto que leía lo asombraba por completo, la caligrafía era una de la cursiva más bella, una redacción que solo la clase alta podía poseer y las ideas eran maravillosas, una constitución perfecta. No debía ni de mejorar esta idea, era perfecta. Hojas que también hablaba de los derechos a los omega, a la libertad.

— ¿Cómo… Lo… Conseguiste? — Interrogó a su hermano aún con asombro, pasando su diestra en su cabello para llevar su mechón que cubría uno de sus ojos hacia atrás de su propia oreja.

— Pues… Digamos que fui por los barrios chungos donde vi un omega bastante peculiar, pero resulto que no era un omega, era un alfa. Su sonrisa era tan bella, pero dejó caer un libro, parecía muy distraído. En el libro noté su nombre y apellido, su apellido era Senju y recordé a ese loco que admirabas. Al ver la letra noté el contenido, así que arranqué algunas hojas y se lo devolví, ni se dio cuenta de lo que hice. — Las palabras hicieron que Madara sonriera con locura y fuera hacia su hermano para abrazarlo con fuerza. — ¡WOW! ¡POR FIN ME QUIERES!

— Siempre te quise, tarado — Madara se separó con gracia de su hermano menor, viendo aún aquellas hojas. — ¿Qué tal si me dices el nombre que leíste?

— Decía Hashirama, supongo que era de él el libro.

— ¡Oh Izuna! ¡Imagina si hago que ese Alfa de apellido reconocido haga verdad estos ideales! ¿Te imaginas como cambiaría esta sociedad? ¡No más esclavitud absurda, no más fronteras entre las especies!

— Si… Pero no sé dónde vive, dudo que fuera de los barrios chungos… Tenía vestimenta bastante cara.

— Izuna… Imagina si yo me impulsará a la política gracias a él, o que yo lo impulse a él con estas ideas

— ¡Madara! ¡Tampoco enloquezcas!

— ¡Es cierto Izuna! ¡Si hago la locura de casarme con él, podré cambiar todo! ¡Sería maravilloso!

(…)

— ¡ME VA A CASTRAR! — Gritaba aquel joven de piel bronceada y cabellos café.

— ¡TE VOY A CASTRAR YO, IMBÉCIL! ¡LAS CARTAS DE NUESTRO PADRE DIFUNTO! — Gritó el albino furioso hacia su hermano mayor. — NUESTRO OMEGA NO PUEDE VOLVER A ESCRIBIR ESAS IMPORTANTES CARTAS DE NUESTRO ALFA, ¡ERES UN IDIOTA HASHIRAMA!

— Calma los dos — Trató de calmar el tercer hermano. — Tobirama tu deja de gritarle, ese es el trabajo de papá, y Hashirama, ¿¡Qué mierda hacías con el libro tan importante como ese llevándolo por la calle!?

— ¡Fui a la biblioteca! ¡Quería comprender más las letras!

— ¿¡PARA QUÉ!? ¡SI TIENES AL MISMO HOMBRE QUE LAS ESCRIBIÓ EN CASA! — Tobirama estaba completamente furioso al ver, así que rápidamente fue rumbo hacia el estudio de su padre. — ESPERO QUE TE CASTREN SIN ANESTESIA

— ¡HERMANITO! ¡NO SEAS ASÍ! — Hashirama gritó en suplica mientras seguía de atrás a Tobirama. La escena era acompañada por la estruendosa risa de Kawarama.

Ambos hermanos llegaron gritando a aquel estudio que estaba en el segundo piso de la casa, interrumpiendo la actividad que estaba haciendo el padre de ambos.
El viudo Senju Butsuma estaba sentado junto al menos de sus cuatros hijos, enseñándole nuevamente sobre política, algo que tendría que dejar para otro momento.
Butsuma suspiró pesadamente al ver que sus dos hijos mayores no paraban de gritarse, pero por unos momentos se reflejó a sí mismo y a su antigua pareja en esa situación.

— Ustedes dos… ¿Por qué interrumpen así? Presiento que sus gritos ya me agregan más años de los que poseo — Butsuma habló con seriedad a sus hijos mayores, a pesar de que escuchaba a lo lejos la risa de Kawarama y una pequeña risita de Itama.

— ¡HASHIRAMA ROBÓ UNO DE TUS LIBROS Y PERDIÓ VARIAS HOJAS DEL MISMO!

— ¡SILENCIO TOBIRAMA! ¡NO LE HAGAS CASO PAPÁ!

Ante las palabras de sus hijos, Butsuma llevó su diestra hacia el puente de su nariz, cual apretó con la punta de sus dedos, cerró los ojos, respiro profundamente y luego exhalo. Había situaciones en las que sentía que sus hijos le sacaban más canas de lo normal.

— … Tobirama… Esas cartas desde que Voult falleció han perdido su valor, un omega como yo o como tú no pueden hacer nada en esta sociedad que te marca y oprime, si desean tirarlas o quemarlas adelante.

— ¡Pero yo como su primogénito si puedo utilizarlas! — Gritó Hashirama — Además soy un alfa… podrían escucharme.

— ¡Te niego meterte en la política! — Fue la rápida respuesta de Butsuma quien fue rápidamente hacia su hijo, donde al quedar frente a frente se podía denotar que Hashirama era mucho mayor en tamaño. — No permitiré que mueras como él, ni tú, ni tus hermanos. A ninguno los quiero ver tocar la política desde dentro, prefiero que lo hagan desde afuera.

— Pero- — Hashirama iba a refutar, pero un golpe en su mejilla lo hizo callar. Todos sus hermanos habían quedado congelados en el lugar. Nunca antes habían visto a su padre levantar la mano contra alguno de ellos.

Hashirama quedo congelado en el lugar por unos momentos, hasta que llevo su mano a su propia mejilla y la acarició.

— … Lo digo por tu bien. Retírense los dos. — Butsuma se separó de sus hijos para volver a sentarse junto a Itama, a pesar de haber dejado de hablar, aún poseía un semblante serio.

Ambos mayores acompañados de Kawarama se retiraron de allí. En el camino a las habitaciones Hashirama dejo su andar, quedando plenamente parado en medio del pasillo con la mirada baja mientras recordaba lo que sus hermanos jamás podrían recordar.
Le llevaba bastantes años de diferencia a los mellizos, unos 7 años, y a Itama le llevaba más. Comenzó a recordar plenamente el rostro de su padre, si bien ese hombre no tenía la mejor relación con Butsuma, no fue mal padre para él. Ese hombre quería cambiar todo por Tobirama tras enterarse que uno de sus cuatros hijos había nacido omega. Postuló sus ideales… Pero un día lo desafiaron a duelo armado frente a todos… Nunca olvidaría como su padre cayó de espaldas al suelo, el grito de dolor tanto propio como el de su familia, acompañado del llanto de Itama quien era un bebé.

Quería encontrar a alguien que lo ayudará a impulsar sus ideas, algo como paso con sus padres, pero temía que el desenlace fuese igual al de su padre alfa. Desde que Voult había fallecido, Butsuma había dejado de sonreír, lo mismo había pasado con Tobirama… Y ahora su pequeño hermano Itama no poseía recuerdo ninguno del rostro de Voult.

— Se… Qué no terminaré de esa manera — Comentó Hashirama para sí mismo mientras bajaba la mirada hacia el suelo.

No quería seguir pensando aquello, a pesar de que tratara de no hacerlo el pensamiento siempre volvía. Así que para despejar su mente decidió tomar su propio libro de hojas lisas, una carbonilla y salir de la casa rumbo hacia los barrios bajos.
Sabía perfectamente que no tenía que ir a esos barrios, pero le encantaba retratar a las personas y entregarles el retrato gratis. Le encantaba dar, aunque sea un breve momento de felicidad a otros.
Una vez que llegó al lugar, observó varias parejas, familias y niños por allí, ofreciéndole a quienes podía un retrato.

Habían pasado las horas, ya alrededor de cinco horas, pero todavía no quería dejar de hacer los retratos. Ya estaba entregando supuestamente el último hasta que una presencia que nunca antes había visto lo había cautivado por completo. Un joven de aproximadamente su edad, de larga cabellera azabache, piel blanca y ojos puramente negros, era realmente bello, cumplía parte de sus estandartes a pesar de que prefería más el carisma que la apariencia.
Entrego el último retrato y fue hacia aquel joven.

— Disculpa… ¿Puedo retratarte? No tienes que pagar, lo hago gratis — Ofreció Hashirama a este joven.

— Nunca antes había visto por aquí que retrataran, pero tu ropa indica que no eres de aquí — El joven había quedado pensativo por un buen tiempo hasta que acepto.

Hashirama le había pedido al desconocido que se sentará en la banca, mientras que él lo hacía en el suelo y comenzaba a retratarlo. Alrededor de los veinte minutos escuchó la voz del joven.

— ¿Puedo saber tu nombre? Sigo diciendo que es curioso saber que alguien retrate así nomás.

— Senju Hashirama — Se presentó.

— ¿¡QUÉ!? ¡TE ESTUVE BUSCANDO POR TODO EL DÍA! — El joven arruinó su pose y se levantó de golpe, observando con asombro a Hashirama.

— Am… ¿Tú quién eres?

— Uchiha Madara.

Notas finales:

Espero que les agradara mucho mi idea, pido que me sigan en wattpad para leer con más regularidad.


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