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:Día de las profesiones: por DionSan_95

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Notas del fanfic:

Este lindo proyecto que término siendo un crossover, recién salido de mi gaveta de borradores. En realidad lo escribí hace mucho tiempo en una loquera de luna que me da a veces… pero nunca encontré el momento perfecto para subirlo, y creo que ese momento llego. Los personajes de Kuroko no Basuket, le pertenece a Tadatoshi Fujimaki mientras que los personajes de Assassination Classroom son de Yusei Matsui.  

Notas del capitulo:

Primero que nada, feliz día del padre, en mi país lo es, así que espero que estén pasando un día lindo.

 

Ahora sí, les traigo un One-shot. La idea se me ocurrio después de ver Assassination Classroom, siempre me pareció que Nagisa sería el hijo perfecto de Kagami y Kuroko, no sé por qué… lo demás fue fluyendo XD. La temática también fue algo comica y lo subo justamente hoy por qué bueno, es el día de los padres y aquí hay muchos padres XD

Espero que les guste.

Día de las profesiones

 

 

 

- ¡bienvenidos a la clase E-3…! – La dulce mujer sonreía a los pequeños alumnos, que la miraban con ojos brillantes y llenos de emoción - ¿saben que día es hoy? –

 

- DIA DE LAS PROFESIONES – coreo toda la clase.

 

O si, hoy era aquel día del año en que los padres se tomaban un tiempo e iban a la clase de sus hijos a mostrar sus profesiones, explicarles por qué las eligieron y por qué son útiles en la sociedad y todo eso que se suponía quería inculcar la escuela en los niños.

 

Aguri Yukimaru sonrió con dulzura cuando los niños se vieron entusiasmados, había sido una semana de las profesiones difícil, con tantos alumnos no daba tiempo de presentar a todos los padres al mismo tiempo, así que se elegían seis padres por día… así todos los alumnos tenían la oportunidad de presumir a sus papás.

 

Sin embargo…

 

Este día…

 

Era el turno de… esos padres.

 

Aguri tomo aire para juntar valor, tendría que hacer lo más difícil de su trabajo como educadora, tratar con los representantes. Como directora de ese prestigioso prescolar, ella cuidaba de que los que enseñaran a los niños sean los mejores en su campo y es por eso, que él estaba aquí.

 

Koro-sensei, como el mismo insistió que lo llamaran, era uno de sus más talentosos instructores, firme, dulce y muy responsable, a pesar de sus excentricidades… como esa absurda mascara que se negaba a quitarse frente a sus alumnos. Pero era justamente por esos métodos de enseñanzas tan fuera de lo común que algunos de los representantes se sentían que dejar a sus hijos con ese sujeto era peligroso.

 

Y por supuesto, nunca faltaba el padre que le gustaba decirle como hacer su trabajo.

 

Salió hacia el pasillo, con el aliento en la garganta, con algo de ansiedad pues como lo espero, Koro-sensei estaba siendo rodeado por cinco alfas, adultos y sobreprotectores. Aquel pobre profesor se había vuelto e meter en problemas.

 

- ¿sigue usando esa absurda mascara? – el primero en preguntar era alto y con una presencia fuerte y seria.

 

- no puedo quitármela Midorima-san, Kaede-chan se enoja si me la quito… dice que pierdo personalidad – bromeo mientras era ayudado por el único padre sensato de ese grupo, gracias al cielo por Kagami-san. Koro-sensei disfrutaba de jugar con esos sujetos.

 

Midorima no sabe que decir ante la mención de su extrovertida hija y el comentario tan astuto. En definitiva era algo muy de Kaede, pero eso no significaba que no le pareciera poco profesional que el adulto que la cuidara seis horas al día se la pasara con una máscara como si fuera un payaso… no quería que su hija agarrara mañas extrañas.

 

Midorima Shintaro, padre alfa de la dulce Kaede Midorima y médico de profesión, exigente con todo lo que tiene que ver con todo y en especial con su hija. Podría decirse que es un padre excelente, aunque algo exagerado, sus amigos e incluso algunos de los maestros lo habían comenzado a llamar “el paranoico del zodiaco”… fue graciosos, en especial cuando su esposo le llamo por ese mote.  En fin, Midorima siempre seria Midorima y a él nadie le quitaba que ese sujeto tenía algo que esconder. Además, según oha asa… los de signo piscis eran personas macabras y misteriosas… y ese sujeto cabía perfectamente en esa descripción.

 

- oye… Midorima calma, tengo unos amigos en fuerzas especiales – comenta el policía del grupo de ese día, Koro-sensei se pone nervioso – que si aquel sujeto esconde algo, ellos definitivamente lo hallaran – entrecierra los ojos mirando a la máscara que tiene la misma mueca burlona.

 

Aomine Daiki, otro loco más que había decidido que el maestro de su hijo tenía algo de “raro” porque al parecer a Tomohito-chan le caía mejor su sensei que su propio padre. No era culpa suya, para cualquier niño era duro que sus padres se estuvieran divorciando y se refugiara en la primera figura protectora que se encontrara, para mala suerte de aquel maestro, resulto ser él.   

 

Koro-sensei se estremece ante lo dicho… eso podía tomarse como acoso… ¿verdad?

 

- Mine-chin puede meterlo preso si ve algo raro… ¿no es así? – pregunta el alfa más alto allí, mientras evalúa los dulces que el mismo hizo. Perfectos como siempre.

 

Murasakibara Atsushi, el alfa más altos de todos los padres ese día, con un ánimo apacible y tranquilo, como si estuviera cansado de la vida… aunque con una hija como Hinata-chan, Koro-sensei podía entender que estuviera cansado todo el tiempo. Sin embargo no era un representante que quisiera ayudarlo, al contrario hacia comentarios que hacían que Koro-sensei se preguntara si su integridad estaba a salvo, ya que constante mente preguntaba si Aomine-san podía llevarlo preso o si Kise-san, otro padre maniático, lo podía dejar en un país subdesarrollado.

 

- no es tan fácil como parece… pero tengo un par de amigos que me deben favores – saco su celular, sin la más mínima vergüenza de hacerlo frente al Sensei.

 

- Aominechii eso no es necesario – comenta un rubio alto con una sonrisa mientras se ajustaba su gorra de piloto – en unos días tengo un vuelo a áfrica… puedo hacer escala en Uganda –

 

O por dios… estos tipos hablaban en serio.

 

- Ryota, Daiki… ya hablamos de esto – corta con una voz autoritaria el único que permanecía sentado y sereno ante esa extraña conversación. Akashi Seijuro, magnate de las empresas Akashi y compañía… el que parecía poder controlar esa manada de alfas dementes. Koro-sensei no pudo evitar pensar que el hijo de Akashi-san se parecía bastante a ese sujeto, a veces la genética daba un poco de miedo – lo que sea que hagamos con Koro-sensei debe “parecer legal” –

 

O Mierda…       

 

- ya basta de eso Akashi-kun… o preocuparan a Koro-sensei con sus bromas de mal gusto – les regaña Kagami-san con el ceño fruncido. Por lejos Kagami-san era el más agradable de ellos, a pesar de su expresión de póker y su presencia casi inexistente, le recordaba tanto a su adorado Nagisa, no cabía la menor duda que había sacado el encanto de su padre.

 

Koro-sensei podía sentir en su nuca como los otros cinco le apuñalaban con la mirada… no parecía ser una broma eso de quererlo desaparecer.

 

- no se preocupe por mi… Kagami-san, es entendible la preocupación de padres… - el maestro sonríe bajo la máscara, mientras trata de suavizar el ambiente – no tengo ningún registro porque soy extranjero, Aomine-san… trabaje para agencias nada honorables hasta que el Mossad me contacto… lo que paso después es historia y ahora estoy aquí… se los aseguro que conmigo sus hijos está bien cuidados y seguros… entonces… ¿comenzamos? –

 

Todos quedaron en un sepulcral silencio, más que incomodo era sospechoso. Aun así el maestro intento darle vuelta al asunto, no dándole importancia a todo lo dicho mientras entraba al salón y era recibido por sus queridos alumnos.

 

- ¿por el Mossad?... si claro – Aomine bufa mientras hace una cara huraña.

 

Era raro, simplemente era raro, que un alfa se dedicara a cuidar niños para vivir… y era muy lógico el dudar, en la naturaleza de un alfa no estaba la tranquilidad y la paciencia. Necesitaba acción en su día a día, cuidar de niños no era nada comparado a lo que hacían en las profesiones de ellos… medico, policía, piloto, chef pastelero… y ejecutivo.

 

Ninguno de ellos se iba a quedar quieto sabiendo que un sujeto como él estaba cerca de sus hijos.

 

El único omega de allí termino por suspirar, ya conocía a esa manada de irreverentes alfas.

 

- ¿terminaron de torturarlo? – pregunto finalmente cuando los alfas bajaron la cantidad de feromonas que decían que rechazaban a ese sujeto. – ¿no es suficiente con que sus hijos lo admiren? –

 

- se burla de nosotros – comenta Akashi. – cree que es mejor que nosotros -

 

- solo les parece peligroso porque no pueden espantarlo – el omega tenía un punto, esos sujetos nunca cambiaban. Siempre dejándose llevar por su orgullo de alfa.

 

- oye Tetsu, si lo dices por lo que hicimos con bakagami cuando eran novios… al menos ese sujeto lo pusimos en su sitio… era un idiota que intento hacerte daño – a Aomine nadie le sacaba aquello de la cabeza, observa como la cara de su compañero se frunce, era imposible olvidar aquella época en que casi pierde su licencia por meterse en una pelea de alfas a muerte con el ahora esposo de su mejor amigo.

 

- Taiga no fue, ni es capaz de hacerme daño… solo fue un mal entendido y ustedes y su horrible paranoia con todo lo que no pueden manejar… orangutanes, misóginos, irreverentes, Idiotas  – cada uno de los adjetivos llegaron al más profundo de aquellos hombres, siempre se sentía feo cuando eran regañados por Kuroko.

 

- hablando de Taiga… ¿Dónde se encuentra? – Akashi cambia el tema, no quería recordar la época en la que era un completo patán, aunque el pelirrojo culpaba a las hormonas de la juventud.

 

- llegara más tarde, tuvo una reunión en la estación de emergencia – comento como si nada.

 

- si el cejas raras vendrá… ¿Qué haces aquí Kuro-chin? – pregunta lógica, ya que la presentación solo necesitaba un representante por niño.

 

- para que obviamente no se salgan de control – y como siempre, sus sospechas eran totalmente ciertas.

 

 

-.-

 

 

Ya habían pasado tres padres y explicado tres profesiones, en esos momentos Murasakibara llevaba la delantera con sus deliciosos postres… ¿Quién podía pensar en salvar vidas o viajar por diferentes países si comías dulces todo el tiempo?

 

Aun con tanta emoción por parte de todos, el pequeño Nagisa no había prestado atención a ninguna de ellas, aun con su pudin intacto en su pequeña mesita, miraba con indiferencia todo aquello, desvió su mirada hacia el ventanal que daba a la entrada del preescolar… expectante.

 

- Nagisa-kun… todos son malos, nadie quiere ser doctor como mi papá – le dice Kaede con los ojos acuosos mientras que se come el pudin del señor Murasakibara con una pación muy contradictoria. – dime que tu si quieres -

 

- lo siento Kaede-chan… yo quiero ser otra cosa cuando grande – le respondió con una sonrisa amable. Cosa que hizo que la niña hiciera puchero, su corazón había palpitado con esa sonrisa, Kaede era una niña algo madura para su edad, amaba ver doramas con su padre, donde siempre salía aquel hombre que protegía a adoraba a la protagonista, ella esperaba conocer a su hombre elegido y estaba casi segura que era Nagisa. Así que no importaba si no era medico como su padre, mientras que quisiera casarse con ella, le perdonaría cualquier cosa.

 

- ¿Qué quieres ser cuando grande Nagisa? – la voz infantil a sus espaldas sonó autoritaria y petulante. Kaede instintivamente puso los ojos en blanco, ese sujeto de nuevo.

 

Sus rasgos lo delataban como un Akashi y no cualquier Akashi, Karma era el primogénito y único heredero del imperio familiar. Aquel niño de sonrisa petulante y ojos dorados prepotentes se acercó al par de niños, siendo echado por la mirada de Kaede, quien no le agradaba la idea que Karma se auto invitara.

 

- eso es un… secreto – sonrió de vuelta el menor.

 

Nagisa era muy lindo, tal vez demasiado lindo para su bien, con aquellos cabellos celestes y lizos, con esos ojos del mismo tono del cielo, con esa tez blanca, casi inmaculada y esos rasgos delicados. No era sorpresa que con cualquier simple gesto hiciera volcar el corazón de cualquiera.

 

Incluso Karma, siendo tan orgulloso como era, bajaba sus defensas ante alguien como él.

 

- Nagisa… ven a ver, Ryoma abrió la puerta del almacén de pelotas y hay muchas regadas por allí… vamos a agarrar una antes de que los profesores las guarden de nuevo – Tomohito sujeta al menor de la mano, sin esperar una respuesta, después de todo no había razón por la que Nagisa se pueda negar.

 

Karma y Kaede quedaron estupefactos, no vieron el robo de Nagisa, si no cuando ya fue demasiado tarde… Tomohito era un rival de cuidado, pensaron al mismo tiempo.

 

Pero aun aquello no haría que esos dos se llevaran mejor…

 

 

-.-

 

 

Kuroko los observaba a una distancia segura y suspiro un tanto preocupado.

 

- esto a Taiga no le va a gustar –

 

- ¿Qué no me va a gustar? – preguntan de la nada a sus espaldas. Kuroko prefiere guardar silencio. Al pelirrojo la perece extraño, pero lo deja ser para después buscar con la mirada a su hijo con una gran sonrisa – ¿y Nagisa?... quiero verlo antes de la presentación –

 

Sus ojos rojos se fijan en la pequeña figura infantil a la distancia, era fácil reconocerlo, Nagisa era idéntico en todo a Kuroko, era amable y tierno, el omega más lindo en la faz de la tierra. A ojos de Kagami Taiga, el pequeño Nagisa Kagami era su mayor fuerza y su más grande debilidad… por eso ver la compañía que tenía su hijo lo descoloco.

 

- ¡papá!… - grita el niño al divisar a su padre alfa en la entrada del salón que daba al patio. Va en su dirección sin dudarlo un solo segundo y lo abraza. – Si pudiste llegar – y la cara de preocupación que el niño llevaba desde temprano en la mañana se esfumo como si solo fuera un mal recuerdo.

 

Kagami le carga con facilidad y deja que el menor le abrace… adoraba a su pequeño Nagisa. Su lindo e indefenso Nagisa que siempre sonreía cuando lo veía llegar a la casa, que le gustaba dibujarlo como el mejor bombero de todos, siempre viéndolo con esos ojos brillosos, esos ojos que le decían que era su más grande Héroe… un puesto que nadie más que él podía ocupar.

 

Por eso no le caía del todo que su precioso hijo estuviera juntándose con los hijos de esas aves de rapiña…

 

- no me perdería la presentación por nada del mundo – le contesta con una sonrisa brillante – además, tengo una sorpresa que hará que tus compañeros vean que mi trabajo es el mejor – le dice en secreto y Nagisa asiente, siguiéndole el juego.

 

Nagisa también quería a sus dos padres… pero Taiga era diferente, era quien espantaba al monstruo del armario, era el que podía llevarlo en sus hombros para poder ver mejor y en definitiva el que iba aplastar a los padres de los demás con su asombroso trabajo.

 

- bien Nagisa… ya sabes que papá llego, será mejor que vuelvas con los compañeros de tu clase – la voz dulce pero firme de Kuroko hace que el menor hiciera puchero.

 

- ok… - dice sin mucho ánimo y con una cara muy poco conforme regreso con sus compañeros.

 

Kuroko sabía que Kagami estaba inquieto y admiro el enorme autocontrol que demostraba su esposo al dejar ir a Nagisa sin reproches… ¿pero que podía hacer?… si seguía así Nagisa tendría grandes problemas cuando entrara en su adolescencia. Kuroko sintió pena por aquel pobre ser que se atrevería a ser la pareja de Nagisa.

 

- no me dijiste que el hijo de Akashi estaba en su mismo salón – le comenta con algo de asombro y molestia – míralo, está rodeando a Nagisa como si fuera una presa – o no, allí estaba el padre dramático.

 

- son solo niños Taiga – le recuerda su esposo.

 

- son alfas… no solo alfas, son hijos de esos alfas – refunfuña, no tenía buenos recuerdos de los compañeros de preparatoria de su esposo. – no quiero que ninguno, en especial ese tal Karma se le acerque –

 

- ¿Por qué no?... Taiga – escucha la voz autoritaria del magnate Akashi, quien se había aparecido en cuanto mencionaron a su heredero – si llegara mi hijo estar interesado en el tuyo… te aseguro que sería un pequeño omega afortunado – se cruzó de brazos, hablando muy serio del tema.

 

- no Akashi… no dejaría que tu hijo pusiera un solo dedo sobre Nagisa… conociéndote sale igual de macabro que tu – el peli azul estaba viendo como una pequeña guerra civil comenzaba.

 

Kuroko entendía un poco el punto de Kagami, si entre Nagisa y Karma estaba naciendo una linda amistad para él estaba bien, pero si en un futuro eso se volvía algo más que simple amistad, incluso el propio omega dudaría de esa unión… pero como decía y sostenía, eran tan solo niños… nadie sabía que podía pasar después.

 

- ¿Por qué no? – Vuelve a retar – mi hijo conoce con seis años tres idiomas, toca cinco instrumentos y es el primero en su clase… créeme, un compromiso entre los dos solo sería beneficioso para ustedes y Nagisa – Kagami hincha su pecho, ese pelirrojo imbécil se estaba ganando su profundo odio.

 

- ¿Qué pasa aquí? – el policía va hacia Kuroko y compañía, curioso de esas feromonas que ambos alfas expedían, olía a picante y adrenalina… Aomine sabía que así comenzaban las peleas callejeras entre alfas.

 

- Kagami no cree que Karma-kun es digno de ser el novio de Nagisa – explica Kuroko, picando a Kagami quien suelta un “ellos no son novios” entre la guerra de miradas que tenía con Akashi.

 

- no lo es… - suelta el policía sin más.

 

Akashi alza una ceja y lanza una mirada retadora.

 

- explícate, Daiki – dijo el alfa más bajo intentando tener paciencia.

 

Se le había olvidado que Kagami y Aomine venían de la misma mata de estupidez.

 

- pues… que si discutimos de quien es mejor para el pequeño Nagisa, ese sería Tomohito… ¿ven? – como si tuviera la absoluta razón, señala hacia los areneros, donde Nagisa se encontraba en el suelo completamente lleno de tierra, siendo ayudado por Tomohito, quien tenía las mejillas rojas y una sonrisa conciliadora frente al pequeño omega. – Ellos no se separan en todo el día y Tomo siempre me dice de las cosas que hace con Nagisa, es obvio que allí hay algo –

 

- ¡¿Tomohito es hijo de Ahomine?! – grita espantado ante la revelación. - ¡¿Por qué no me dijiste Kuroko?!... ese niño entro en mi casa y al cuarto de Nagisa –

 

- no lo creí necesario – se excusa el omega.

 

- esto es absurdo… ¿Cómo vas a comparar a tu hijo con el mío? – Opina Akashi como si fuera lo más estúpido que escuchaba en todo el día – primero tu hijo tendría que estar interesado en Nagisa… y aunque así fuera, no tiene oportunidad contra Karma –

 

- mi hijo es mejor que el tuyo para Nagisa – vuelve a refutar el policía, esta vez con algo de frustración en la voz.

 

- ¡ninguno de los dos son dignos! – corrige el padre de la criatura.

 

Miradas retadoras, ahora por parte de los tres alfas.

 

- ¿y qué hay de Kaede? – pregunta el de lentes, no queriendo quedar por fuera.

 

- ¿Qué hay con ella? – preguntaron los tres alfas a la defensiva.

 

- bueno… ella también le gusta a Nagisa y honestamente creo totalmente que mi hija es capaz, considerando que es una alfa que proviene de buena familia… -

 

Y de nuevo se enfrascan en una pelea absurda en la que Kuroko ya estaba cansado de presenciar. Va donde Murasakibara, a ver si sobraba algún pudin, últimamente tenia antojos de dulces más a menudo.

 

- pudin de limón… - le ofrece Murasakibara mientras llevaba a su hija cargada con un brazo mientras esta pataleaba por salir a menearse a algún lado – Hina-chin si te vuelves a ensuciar el vestido con tierra Muro-chin me va a regañar… cálmate por un segundo – Kuroko acepta el pudin, observando ese momento de paternidad del peli morado, no todos los días veías un niño cuidando de otro.

 

- pero los demás niños pueden montarse en los juegos… ¿Por qué yo no? – se queja mientras ve como Hiroto y Yuma les hace seña desde la parte más alta de la baranda.

 

- porque ellos no llevan panti medias rosas que según Muro-chin son muy caras – refuta como si fuera lo más lógico, pero eso a su hija no le importaba.

 

- entonces solo me las quito y luego subiré a jugar con ellos – responde con alegría a su brillante solución.

 

- creo que eso resolvería el pro… -

 

- ¡claro que no Murasakibara-chii! – ruge un Kise recién llegado, Kuroko por primera vez estaba de acuerdo con el rubio.

 

- déjala que se ensucie… después te puedo decir como dejarlas como nuevas – trata de mediar el omega mientras que Murasakibara no se veía muy convencido, pero su hija le pone ojos de cordero y aun que al gigante no le gustaba admitirlo, era débil a esa mirada. Esperaba que Kuroko tubería razón.

 

Kise y Murasakibara eran los únicos que no entraban en esa contienda absurda de ver quién era el mejor partido para el pequeño y consentido Nagisa porque, así como Kuroko, ambos alfas habían tenido omegas… Hinata Murasakibara, que era demasiado enérgica y escurridiza para su edad, tanto que ella sola era suficiente para cansar a sus dos padres. Y Rio Kise… la hermosa hija de Kise rompe corazones de la clase E.

 

- es bastante enérgica – comenta Kise algo sorprendido al ver que la nena se había subida en la mitad del tiempo que le tomo a los dos niños para luego balancearse de cabeza. – Rio es más tranquila, le agrada más la idea de jugar con mi cabello y ponerme ganchos y horquillas – dice con un tono divertido. Al parecer a Kise le encantaba ser padre de una niña, algo inesperado en realidad.

 

Entonces a Kuroko le entro una duda.

 

- Kise-kun… ¿acaso no te preocupa que Rio llegara a enamorarse de alguien a quien no apruebas? – pregunta como si el tema no fuera realmente interesante.

 

- naa… ella es muy independiente, de seguro mandaría a volar a cualquiera que no le llegara a los talones, el asunto es que Yukio lo acepte… ahora, Nagisa-kun… es otra historia – Kuroko le miro sin entender – o sea, él es inocente… es muy lindo, y no digo que sea más lindo que mi Riochii… pero él tiene un no sé qué, que hace que quieran protegerlo… igual que tu – a Ryota se le iluminan los ojos al hablar de Nagisa y Kuroko había comprobado que le había hecho la pregunta a la persona equivocada.

 

- pienso lo mismo… Nagi-chin es ingenuo y tiene un aura angelical… conociendo que el cincuenta por ciento de su inteligencia proviene de Bakagami posiblemente sea algo torpe para elegir alguien digno… Kuro-chin no dejes que el hijo de Aka-chin o el de Mine-chin o la de Mido-chin se aprovechen de el –

 

- totalmente de acuerdo – dice con lágrimas exageradas en los ojos un Kise que había tomado otro pudin, rayos estaban muy buenos – ellos son unos buitres como sus padres –

 

Kuroko aún no podía creer que Kise Y Murasakibara coincidieran con Kagami.

 

 

-.-

 

 

Los niños gritaban y jugaban con la espuma que salía de la manguera del camión de bomberos… al parecer Kagami había ganado los votos y ser bombero era oficialmente la profesión favorita de la clase E.

 

- jeje… ya no hay manera de que Nagisa no quiera ser bombero cuando grande… más de la mitad de su salón quieren serlo – reafirmo a voz alta viendo como el magnate que había usado gráficas y cuadros había sido dejado de lado en menos de cinco minutos.

 

Incluso los que quisieron ser policías habían cambiado de idea.

 

- ¿eso no es trampa? – Pregunta Kuroko, viendo como Nagisa presumía de su padre con sus amigos – ¿acaso el capitán sabe de esto? – el alfa se vio realmente tenso.

 

Pero todo se olvidó cuando la cara de Nagisa se volvió una gran sonrisa, mientras iba tras sus padres.

 

- ¿Qué te pareció la sorpresa? – le pregunto el alfa al infante.

 

- la mejor… a Tomohito, Kaede-chan y Karma les encanto – le dijo con mucha emoción.

 

- ne Nagisa quiere mucho a sus amigos… ¿verdad? – Kuroko ya sabía por dónde quería llegar el pelirrojo con esa pregunta - ¿pero Nagisa acaso los quiere más que su papá? –

 

- no… Nagisa quiere a su papá más que a todos sus amigos – sonríe y sin la menor duda lo abraza.

 

El menor amaba a sus dos padres y ellos lo amaban incondicionalmente.

 

 

-.-

 

 

El policía maneja mientras que ve a su hijo sentado en la silla especial en la parte de atrás, jugando con un videojuego, muy concentrado.

 

- oye Tomo… ¿te gusta Nagisa? –

 

- si… es mi mejor amigo y me gusta mucho – sonríe y sigue jugando.

 

- mmm… ya veo… sabes creo que Nagisa es un buen amigo… deberías regalarle algo el día blanco – el menor alza la cabeza un segundo.

 

- ¿Por qué? –

 

- bueno… cuando a un alfa le gusta a un omega, normalmente el omega es quien hace el primer movimiento, pero si quieres que Nagisa se convierta en esa persona especial…-

 

- Nagisa es solo mi amigo… ¿es eso una persona especial? – se pone rojo ante el asentimiento del mayor – Nagisa es mi amigo, yo quiero que se quede así – vuelve su mirada de nuevo a la consola, rojo hasta las orejas, no quería hablar de esas cosas con su padre.

 

Aomine entendió que tal vez no era el momento idóneo, trataría de convencerlo en otro momento… ahora le preocupaba otra cosa.  

 

- entonces Tomo… ¿Cuál fue la mejor presentación? –

 

- la del papá de Nagisa – Aomine alza una ceja, un tanto inconforme por que su hijo ni duda en la respuesta.

 

- bueno si… ese idiota lo hizo muy bien… pero ¿Cuál te gusto más a ti? – volvió a interrogar, esperando que al menos su hijo le haya gustado la suya.

 

- la del papa de Nagisa – volvió a responder sin dudarlo…

 

- ¿no me digas que ahora vas a querer ser bombero? – alza una ceja, esperaba que dijera que no.

 

- no – conto con simpleza – quiero ser beisbolista – sacude sus brazos con emoción y por primera vez Aomine no se espanta de esa idea. Dándose cuenta que puede ser peor, su hijo estuvo muy cerca de querer ser como Bakagami y eso sí que no lo permitiría – y Koro-sensei dijo que para eso hay que entrenar mucho – el policía asintió con la cabeza, dándole la razón a su ahora hijo que había dejado de lado la consola para comenzar un largo monologo de las cosas que ese tal Koro-sense le dijo del béisbol.

 

Era la conversación más larga que había tenido con Tomohito desde que comenzó el asunto del divorcio, después de todo Tomo solo le contaba las cosas a Ryo, era normal que Aomine se sintiera celoso de aquel maestro que tanto admiraba su hijo. Pero después de aquel momento Aomine decidió bajar sus humos, tal vez Kuroko tenía razón y el solo estaba haciendo un drama de un charco de agua.

 

Aquello duro tan solo cinco minutos, después de leer el mensaje que le habían enviado sus amigos de fuerzas especiales sobre Koro-sensei.

   

 

-.-

 

 

- Shin-chan… ¿Cómo les fue? – Kuzanari vio entrar a su gruñón esposo por la puerta con una soñolienta Kaede en brazos, esta extiende sus manitas al pelinegro quien la recibe desde el sofá solo para acomodarse sobre su hombro para poder dormir.

 

- nadie quiso ser doctor – murmura la niña con cansancio y desilusión mesclados – y me gustaron los dulces del papá de Hinata –

 

Kuzanari la consuela con unas palmaditas en su espalda y hasta que termina por arrullar a la pequeña en brazos mientras que Shintaro termina por sentarse a un lado, exhausto.

 

- ¿así que Kagami les pateo el trasero? – dice con una sonrisita maliciosa.

 

- eso no es cierto – bufa el alfa.

 

- esto no es lo que dice la imagen que Kuroko mando – le pasa el celular y Midorima puede ver como el omega se toma una selfie y de fondo están los niños de la clase jugando con espuma, para colmo la imagen tenia de asunto “Derrota total”. Kuroko podía caer mal cuando quería… ahora suponía que esa treta no solo fue idea del idiota de Kagami, de seguro la mente maquiavélica era ese omega.

 

- bueno… en realidad la apuesta de las profesiones es lo que menos me preocupa, ahora me preocupa más que al parecer, según Bakagami… Kaede-chan no es digna de Nagisa-kun – de cruza de brazos – mi hija es digna para cualquier omega –

 

- si bueno… no lo tomes muy en serio, Kagami es sobreprotector… como debería ser un alfa con su primer hijo omega… se le pasara cuando Nagisa crezca… o Kuroko lo haga reaccionar, lo que ocurra primero –

 

- lo se… pero no soporto la idea de que a Kaede la subestimen, por ser… ya sabes –

 

- ¿Cómo?... amable, delicada, considerada… que sea una alfa no la tiene que hacer una bestia salvaje… los tiempos cambian Shin-chan. Además si la conocieras bien sabrías que es terrorífica cuando se molesta… quien quita y termina por quedarse con Nagisa –

 

Shintarou suspira, puede que tenga razón… eran tan solo niños. Las cosas podían cambiar en un futuro.

 

- tengo que pagarle a Kuroko la apuesta – comenta, acordándose porque es que se había tomado tanto empeño en preparar la presentación.

 

- ¿y quién dijo que perdimos? – Kuzanari sonríe, mientras se levanta con Kaede en brazos y le deja un fajo de efectivo – igual ya sabía que ibas a perder –

 

 

-.-

 

 

Karma subía y bajaba el vidrio de la limo con total fastidio, mientras que su padre miraba su celular e ignoraba el acto que hacía con el propósito de ponerles los nervios de punta… su padre nunca perdía los estribos y solo por eso Karma se deba la tarea de molestarlo.

 

- habla y deja de tratar de buscar mi atención con costumbre molestas – menciona Akashi bajando el celular y poniendo toda su atención en su hijo.

 

- ¿Qué hay de cenar? – da rodeos, sabiendo que eso no le gusta al mayor.

 

- el cocinero nos sorprenderá –

 

- quiero que Koki me prepare avena – dice caprichoso.

 

- eso lo decidirá Koki… al parecer quieres dar rodeas antes de llegar a lo importante – cruza la pierna dándole a entender a su hijo que no le seguiría el juego por mucho tiempo.

 

- ¿Qué te hace creer que tengo algo importante que decirte? – refunfuña con orgullo mientras seguía dándole al botón. Akashi le mira y Karma suspira – ¿Cómo hago para hacer que Nagisa solo me preste atención a mí? –

 

Akashi sonrió con superioridad…

 

Esta conversación la esperaba con muchas ansias, ya sabía cómo iba a vengarse de Kagami por ganarle el día de las profesiones…

 

Solo esperaba que Koki no se molestara por darle consejos tan absurdos a Karma, porque sabía que su hijo era bueno y eficiente, mucho mejor que el a su edad y puede que algunos de los concejos que le daría eran algo extremistas y poco éticos. Koki siempre se preocupaba del sentido de la moralidad y la libertad que obviamente Akashi a veces olvidaba para lograr sus objetivos.

 

… pero Karma era mucho más parecido a Akashi de lo que creía.

 

 

-.-

 

 

- ¿Qué quieres ser cuando grande? –

 

La pregunta que Kuroko le hizo fue una normal, pero por alguna razón Nagisa se puso muy nervioso y comenzó expedir feromonas debido a ello. Era pequeño y no eran suficiente como para llamar la atención. Pero Kagami y Kuroko sabían que eso no era algo común en el pequeño omega.

 

- bue… bueno… yo no –

 

- si Nagisa no quiere ser bombero, papá lo entenderá – se apresura a decir el pelirrojo, sabía que el pequeño peli celeste tenía miedo de decepcionarlo.

 

- ¿no te molesta? – pregunta algo cohibido al mayor.

 

- claro que no… quiero que seas lo que quieras – entonces los ojos celestes se iluminaron.

 

Kuroko podía quejarse de la manera sobreprotectora en la que Kagami actuaba con Nagisa, pero en realidad, en todo lo demás Kagami era un padre fantástico, así que aprovecharía que estaba de buen humor y que ya pronto su aroma cambiaria para decirle que un nuevo miembro vendría a la casa… con lo bien que salió el día, dudaba que algo pudiera arruinar este momento.  

 

- quiero ser el esposo de Koro-sensei cuando crezca – Nagisa lo dijo sin siquiera durarlo, tenía la sonrisa más radiante que pudieron ver sus padres.

 

Kuroko dio un suspiro, tal vez esperaría a dar la noticia… su hijo no tenía la menor idea del demonio que acababa de desatar.         

 

 

-.-

 

 

En el otro lado de la cuidad… Koro-sensei comía unos fideos instantáneos mientras un escalofrió se desataba a lo largo de su espina dorsal… podía sentir el peligro a la distancia.

 

 

Fin…

       

Notas finales:

Si ya llegaron hasta aquí podrán ver que hay cosas que no resolví, como por que Aomine se divorcia, o que fue lo que se enteró relacionado a Koro-sensei. En realidad no sé si este podría quedarse como un One-shot o podría hacer una continuación… me emociona pensar en eso y me preocupa, porque aún tengo muchos proyectos por terminar. Pero ustedes dirán, queda en sus manos si quieren ver desarrollada esta historia o que se quede la intriga XD.

 

Aun así espero que les haya gustado.

 

Y les deseo un feliz día del padre.


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